Charles Taylor. Hermenéutica, ética y política

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Charles Taylor. Hermenéutica, ética y política

Pablo Lazo Briones, Charles Taylor. Hermenéutica, ética y política, Gedisa, México, 2016.

 

Frente a las expresiones emitidas con ligereza de juicio, si no es que con franca antipatía y mala intención, provenientes de ciertos círculos académicos y que pretenden desvirtuar la obra de Charles Taylor, el libro de Pablo Lazo es una justa reivindicación del pensamiento tayloriano, un intenso y extenso recorrido por los distintos planteamientos presentes en la obra del filósofo canadiense: desde las cuestiones hermenéuticas y la discusión sobre el estatuto de las ciencias humanas, hasta los problemas ético-políticos y la influencia de la filosofía clásica alemana en la obra de Taylor (particularmente Hegel y Herder). Un primer mérito a destacar del libro que hoy nos ocupa es justamente, esta amplitud de temas que nos presenta a lo largo de más de 450 páginas; una amplitud que no debe confundirnos pues los temas encuentran su hilo conductor en el núcleo fundante de la hermenéutica y se concretan en el problema de la relación entre ética y política.

Por otro lado, se ha dicho que la claridad es la cortesía del filósofo y el doctor Pablo Lazo se encarga de observar muy bien esta máxima a lo largo de su libro. La lectura de su libro es bastante fluida, lo cual no está reñido con el rigor en el manejo de los conceptos. Cuando uno lee el texto de Pablo Lazo sobre Taylor, es imposible no tener en la mente a los viejos maestros de la filosofía que procuraban unir en su escritura el rigor conceptual y la claridad expresiva. Con una salvedad, el doctor Lazo es un autor todavía muy joven.

CHARLES TAYLOR

 

En cuanto a los contenidos abordados en Hermenéutica, ética y política cabe destacar el problema ético-político de la relación individuo-comunidad; un problema que en Taylor tiene sus raíces en la lectura que hace del pensamiento hegeliano y que se puede resumir, quizás de manera muy esquemática, como el intento de conciliar el más alto ideal ilustrado de la autonomía radical de los hombres con el afán expresivista del ser humano por unirse con una totalidad mayor que le confiere sentido a la existencia puramente singular. Esta posición es importante tenerla presente pues el debate liberalismo-comunitarismo se puede volver una discusión cerrada cuando se radicalizan los polos de la argumentación (individuo contra comunidad) pero se deja de lado la posibilidad de la mediación: “Gran parte de esta discusión en el fondo ociosa, decimos, se debe a la radicalización innecesaria de las posiciones encontradas -liberalismo versus comunitarismo-, como si no hubiera posibilidad alguna de conciliación o mediación”.[1]

Argumentar desde una perspectiva holista, no necesariamente debe conducirnos a la negación de la autonomía individual en el plano de la defensa de las libertades. En este sentido, la lectura que hace Pablo Lazo de Taylor es, justamente, la que aporta elementos para la defensa de una comunidad liberal;[2] una forma de vinculación en la que la autonomía individual se logra sólo si hay fuertes vinculaciones éticas. Insistimos, desde la influencia que ejerció Hegel en Taylor, es posible entender que la idea de la comunidad es condición de posibilidad de la idea de la libertad individual. Fuera de la idea de la comunidad, la idea de una libertad es una gran abstracción. Y sólo si superamos el punto de vista del entendimiento que separa y fragmenta y tratamos de pensar el concepto de la libertad, se puede clarificar parte de este dilema.

Ahora bien, señalar lo anterior no resuelve el problema. Es necesario preguntar por la mediación y ésta pregunta nos remite justamente al horizonte interpretativo que puede hacer de puente entre posiciones opuestas. En opinión de Pablo Lazo, Taylor argumenta a favor de la necesidad de elementos ético-hermenéuticos para orientar la acción política:

“[…] la posición ético-hermenéutica frente a la teoría y la acción políticas no consiste en una teorización más, (…), sino quiere ser una orientación práctica y crítica de mediación, que frente a los debates de las distintas teorías políticas y sus constantes transformaciones, permanecería justamente como una orientación que no es vacía, sino fincada en las distintas formas de ser concretas que cada comunidad política presenta en los diferentes casos de aplicación de la justicia, la tolerancia y el buen gobierno”.[3]

Por otra parte, Pablo Lazo indica que la propuesta hermenéutica de Taylor alcanza su mayor concreción en el problema del reconocimiento. La cuestión del reconocimiento se debe entender como un problema que toca aspectos tales como la diversidad multicultural, la inclusión, la tolerancia y las condiciones para un desarrollo favorable de una cierta identidad ética y cultural de los distintos actores sociales. En este terreno, que puede ser muy resbaladizo si no se maneja con cuidado, Lazo nuevamente insiste en señalar la vocación mediadora del pensamiento de Taylor, quien siempre busca el equilibrio entre la afirmación del yo y la influencia de la comunidad. De acuerdo con Pablo Lazo, el filósofo Taylor es muy claro en el sentido de que no es posible negar los derechos de los individuos, pero esto no puede hacernos olvidar que la afirmación de los derechos nos lleva a la afirmación de las capacidades y esto, a su vez, a la aceptación de ciertos estándares de valor para verificar si se han cumplido o no con esas capacidades. Estos estándares nos remiten, nuevamente, a un contexto de sentido ofrecido por el marco de la cultura política y de sus valores.

El libro de Pablo Lazo también arroja luz para emprender la crítica del individualismo feroz que domina nuestra época, pues en el texto se menciona que la idea, tan arraigada en el imaginario social moderno, de un sujeto portador de derechos inalienables, sólo ha sido posible gracias al desarrollo histórico de una civilización que sustenta una forma de vida cultural en la que es posible hablar de un yo. Pablo Lazo nos recuerda cómo en Taylor hay una distinción entre dos tipos de individualismo: uno, el individualismo anómico, carente de vinculación ética y social, el sujeto vacío de la moda, del narcisismo, la frivolidad y la superficialidad, y, por otro lado, el individualismo como principio moral que “siempre descansa sobre una plataforma de ética social” Con estos elementos, nos indica Pablo Lazo, Taylor nos invita a reflexionar sobre la posibilidad de pensar el problema del reconocimiento en tres ejes: el moral (o psicológico individual), el dialógico (de individuo a individuo) y el colectivo (de grupo a grupo). En cada uno de estos niveles o ejes estaría en juego el tema del reconocimiento como una necesidad humana vital, que nos llevaría a la idea de identidades complejas y de identidades colectivas.

CHARLES TAYLOR

Para concluir, con este breve comentario al libro de Pablo Lazo me gustaría señalar algunas propuestas de trabajo que me han surgido con la lectura de la obra que hoy nos ocupa:

  1. A manera de seguir propiciando un diálogo, creo que una tarea pendiente es la de contrastar la interpretación del tema del reconocimiento que hace Axel Honnet con la que ofrece el propio Taylor.
  1. Con el afán de tratar de vincular el pensamiento de Taylor con los problemas que aquejan a nuestra realidad nacional, considero que otra tarea sugerente es la de contrastar la idea de comunidad en Taylor con la que ofrece un autor como Luis Villoro.

Concluyo esta breve reseña, señalando que el texto Charles Taylor. Hermenéutica, ética y política es una excelente invitación para acercarnos a la obra de uno de los filósofos contemporáneos más prolíficos y cuyo pensamiento arroja luz para comprender los complejos problemas éticos y políticos que enfrenta el hombre contemporáneo.

 

Notas

[1] Pablo Lazo Briones, Charles Taylor. Hermenéutica, ética y política, Gedisa, México, 2016, p. 361.
[2] cfr., Pablo Lazo, Op. cit., p. 280.
[3] ibídem, p. 390.

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