El diario rojo de Ulalume González de León.

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El diario rojo de Ulalume González de León.

Revistas y poesía en la gestación de un libro

 

Resumen:

Este texto examina la importancia de las revistas (y las redes que generan) para la configuración de El diario rojo, un proyecto poético de Ulalume González de León que trasciende los límites de lo íntimo al tener lugar en un espacio público. Además, este texto se enfoca en revisar la dinámica de aparición de algunos de sus fragmentos como señal del contexto de publicación planteado por Annick Louis en su artículo “Las revistas literarias como objeto de estudio”.

 

Abstract:

This text examines the importance of literary magazines (and the networks they generate) for the configuration of El diario rojo —an Ulalume González de León’s poetical project that transcends the limits of the intimate sphere as it takes place in a public space. This text focuses on reviewing the dynamics of appearance of some of its fragments as a sign of the context of publication proposed by Annick Louis in her article “Las revistas literarias como objeto de estudio”.

 

Ulalume González de León (Montevideo, 1928-Querétaro, 2009) pertenece a una generación que no es propiamente la suya. Contemporánea de Rubén Bonifaz Nuño, Rosario Castellanos, Jaime Sabines, Amparo Dávila, entre otros, su aparición en la escena literaria mexicana no ocurre sino hasta bien entrada la década de los sesenta. Por dicha aparición tardía, González de León podría ser considerada como posterior a la “Generación de Medio Siglo”, aunque sus intereses y publicaciones siempre estarán acompañados de las de muchos participantes de ese grupo a raíz de su incorporación a la lista de colaboradores de la revista Plural, dirigida por Octavio Paz entre 1971 y 1976, y la posterior conformación de la revista Vuelta (1976-1998). Por ello no es gratuito aventurarse en ofrecer una de las razones por las cuales hay discrepancia en su año de nacimiento: ella asume su nacimiento en 1932 para ser más contemporánea de Salvador Elizondo, Julieta Campos, Juan García Ponce, José de la Colina, Gabriel Zaid, personajes bien presentes en los consejos de redacción de Plural y de Vuelta.

Un estudio que aborde la obra de Ulalume González de León no deberá dejar de lado su trabajo en las revistas y los suplementos culturales (especialmente aquellos donde la poesía juega un papel importante). Afortunadamente, el trabajo en su archivo personal me ha permitido establecer las redes tendidas hacia las revistas impulsadas por oros poetas a partir de la correspondencia y los testimonios de publicación que ahí se conservan. Así, es posible decir que para Ulalume la voluntad de estar presente en las políticas y publicaciones culturales era una muy persistente y tenaz: además de publicar en Plural (y luego en Vuelta), también los hace Diálogos, La Gaceta del Fondo y La letra y la imagen (de El Universal), que en Escandalar (de Octavio Armand, en Nueva York), Aquarimántima (de Elkin Restrepo, en Medellín), o Le courrier du Centre International d’Études Poétiques (de Fernand Verhesen, en Bruselas). La búsqueda anterior provoca que el registro de su trabajo sea aún más amplio que el ofrecido por el Diccionario de Escritores Mexicanos, que contiene, hasta 1993, las referencias a la obra ulalumiana. Además, esa busca de redes de colaboración entre poetas avivó el deseo de González de León de elaborar un proyecto de revista que no pasó de una mera idea inacabada: 2240. Revista de poesía.

El periodo que me interesa estudiar en esta ocasión es el que comprende uno de sus proyectos más amplios en lo que a pruebas documentales se refiere. El diario rojo, que puede ser fechado entre 1988 y 2002, condensa una gama de textos con una llamativa hibridez genérica: son cartas que presentan poemas, son poemas que contienen confesiones íntimas, son poemas que son cartas cuyo destinatario principal es el poeta Jorge Hernández Campos (1921-2004). Esos catorce años que enmarcan la realización y confección de El diario rojo encarnan un alto grado de dificultad: ante el desorden inicial del archivo personal, la labor de reconstrucción de ese itinerario ha sido lenta, pues además de los ejemplares y “separatas” (confeccionadas por la propia poeta) también me he encontrado con múltiples borradores de las cartas que anteceden a dichos poemas mencionados (aunque mínimamente) en las páginas donde se publicaban.

Un detalle poco común en la poesía de González de León es el de fechar la escritura de sus textos (sí lo hace cuando aparece una colaboración suya, aunque con algunas discrepancias considerables). Acaso por la intención del proyecto (llevar un diario) o por un guiño a Hernández Campos (quien fechaba todos sus poemas), Ulalume delimita temporalmente cada uno de los pasajes de su proyecto en construcción. Presento en seguida la relación de los textos de El diario rojo aparecidos en revistas y suplementos culturales:

 

  Fecha Publicación Título
1. 16-jul-89 La Jornada Semanal, 5 “Carta no enviada del 12/II/89, pp. 33-34
2. Ago-1989 Vuelta, 153 “Poemas de ‘El diario rojo’”, pp. 6-7
3. Dic-1989 Vuelta, 157 “Diez poemas” [así aparece el índice]/ “Sonetos de ‘El diario rojo’” [así aparece en interiores], pp. 13-14
4. Jul-1990 Vuelta, 164 “Otra página de El diario rojo”, p. 20
5. Feb-1991 Vuelta, 171 “Un poema de El diario rojo (precedido por las Noticias con que Ella suele enviar a Él lo que escribe)”, pp. 12-13.
6. [Jul-1991 Vuelta, 176 “Primeros poemas de ‘El diario rojo’”, pp. 16-18][1]
7. 21-jul-91 El Búho, 306 [del Excélsior, LXXV, 27,053] “Primeros poemas de El diario rojo (1988)”, pp. 1, 4-5
8. Ago-1991 Vuelta, 177 “Sin preguntas”, p. 18
9. Nov-1991 Vuelta, 180 “Cuento recurrente”, pp. 35-36
10. Feb-1992 Vuelta, 183 El diario rojo: dos de sus primeros poemas”, pp. 27-28
11. Nov-1993 Vuelta, 204 “Una página de El diario rojo (año V)”, p. 20
12. Oct-1994 Vuelta, 215 “Alejandrinos blancos para un nadador en cierne. Poema de El diario rojo (Año II)”, p. 25
13. Jun-1995 La Gaceta [FCE], 294 nueva época “Carta con tres sonetos para un compañero de viaje de El diario rojo (Año VIII)”, pp. 6-8.
14. Feb-2000 Letras libres, 14 “Una página de El diario rojo. After-glow”, p. 59
15. Ago/sep-2000 Tierra adentro, 111 “Dos poemas para Jorge”, p. 14
16. Ago-2004 Letras libres, 68 “La ‘Una y Media’ Insomne y Pienso (Él anda de viaje)”, p. 16.

 

Para Octavio Paz, Vuelta albergaría y generaría una cultura siempre en diálogo: artes visuales, filosofía, música, voces narrativas “y, entre todos estos temas, la voz de la poesía en el mundo contemporáneo”, como anota Malva Flores.[2] De esta inclinación hacia la poesía quizá se desprende el hecho de que diez de las dieciséis publicaciones del Diario (cuyo título muestra algunas vacilaciones iniciales [cfr. Imagen 1]) fueron mandadas a la revista Vuelta, en cuyas páginas Ulalume había consagrado una manera bien específica de publicar poesía. Me refiero a que, más allá de colaborar con poemas de los proyectos que fue conformando, también tuvo una activa presencia con “La vida a/leve”; en esta sección, ella y Gabriel Zaid convocaban a los lectores a enviar poemas con una que otra restricción (así como José de la Colina en Plural había propuesto el Talipo, versión mexicana del Oulipo). Alguno de los dos presentaba el texto e invitaba a continuar con los juegos propuestos; los resultados eran reveladores para las prácticas de lectura de la revista como síntoma de prestigio cultural: lo mismo participaban lectores y escritores en formación (a la espera de una aparición en la revista) como escritores y colaboradores habituales (Jaime García Terrés, Severo Sarduy, Aurelio Asiain, entre otros).

Imagen 1. Portada de Vuelta, núm 153, ago. 1989. Origen: Archivo Ulalume González de León

Como puede observarse en la tabla anterior (por ejemplo, en los textos que indican a qué año corresponde el texto presentado) las páginas del Diario no se publicaban en orden cronológico. Por otra parte, Ulalume González de León en muchas de sus colaboraciones anunciaba un libro en preparación: primero fue en Plagio II en que dijo que tenía dos inéditos que había rescatado: Lugar común y Viajes, un libro sobre la muerte y otro en que reescribía la tradición poética en español, respectivamente; a partir de 1980 hasta 1988 cuando empezó con El diario rojo, anunció que La jarra azul tendría una aparición inminente, la cual ha permanecido largamente postergada. La situación del Diario es algo distinta: a partir de lo que he hallado en su archivo, si bien Ulalume retomó algunos poemas para un proyecto posterior, Los colores del tiempo, puedo decir que no pensó en armar un volumen con estos textos, salvo en una ocasión, en la nota para una carta:

El diario rojo, comenzado a escribir en octubre de 1988 [i]ncluye poemas cuyos narradores son a veces mis personajes, una Ella y un Él (aunque hable sobre todo Ella), y a veces yo misma viendo a ambos desde afuera. Algunos de esos poemas pueden ser leídos como “cartas”; y casi todos ellos contienen citas no subrayadas de otros poetas, cuyo origen será aclarado en notas al final del libro (el hoy publicado reúne estas dos características). Alternan con ellos fragmentos de poemas ajenos cuyo tema se acerca al de los míos y que llamo “lecturas” porque los cambio o corrijo a mi gusto al transcribirlos y/o traducirlos.[3]

Por ello, se puede pensar en la conformación de El diario rojo como un proyecto más reducido en sus alcances, quizá por un efímero temor de hacer públicas cuestiones personales. En una de sus primeras entregas, los “Poemas de ‘El diario rojo’” son presentados con un enigmático y revelador epígrafe: “A ti, cuyo nombre callo (pero es un bien escandido hexasílabo trocaico)”.[4] [cfr. Imagen 2]

Imagen 2. Anotación manuscrita de UGL en los poemas publicados en Vuelta, 153. AUGL

Con ello, Ulalume comienza un estilo importante para su proyecto, los personajes de los textos: ahí convivirán Ella con Él, el amigo con la amiga, JHC con UGL y la poeta con Mr. George H. Fields y un largo etcétera de apelativos y epítetos inventados a través de las cartas. Parece, pues, que la publicación de estas noticias o páginas de El diario rojo correspondía a un objetivo alejado de la trascendencia literaria y se acercaba más a un juego de imposturas (una escritura privada dispuesta y expuesta en el terreno de lo público), un juego entre escritores que pertenecían, colaboraban y se reconocían en el circuito de las revistas culturales de la época [cfr. Imagen 3].

Imagen 3. Detalle de la portada de El Búho, 306, del 21 de julio de 1991,

Lo anterior resulta importante si se tiene en cuenta la noción de contexto diferenciada por Annick Louis, en tanto que revisar aquello que está dentro de un “un espacio plural de inserción de los textos”[5] hace más agudo el análisis propuesto para las revistas; además, ilumina la dinámica de la revista, basada en los contextos de publicación, de edición, de producción y de lectura. Como proyecto difundido en revistas literarias, el caso de El diario rojo demuestra la importancia e influencia de la vida cultural impulsada desde las páginas de la revista, puesto que “la red de revistas es un espacio productor de relaciones, constituida por una serie de elementos heterogéneos”.[6]

A mi parecer, ha de considerarse la conformación de los números en que iban incluidos dichos fragmentos: muchas veces las colaboraciones (especialmente poemas[7]) de los dos aparecían en un mismo número, los poemas ulalumianos estaban páginas antes de ensayos traducidos por ella, o los poemas de la revista pertenecían a autores canónicos (Juarroz, Montes de Oca, Girri, etc.). De este modo, parece que no era difícil no prestar atención a la propuesta poética-epistolar de González de León y conocer los meandros de su escritura, en tanto que el ejercicio se prestaba para un ámbito cerrado que quisiera saber de qué se trataba El diario rojo, ya porque conocía el circuito cultural, ya porque leía la revista [cfr. Imagen 4].

Imagen 4. Portada de Vuelta, 204, noviembre de 1993. AUGL.

La etapa de El diario rojo representa un ejercicio de memoria íntima y amorosa, en donde se extiende la poética que Ulalume había presentado en su proyecto más duradero y conocido, Plagios. Las formas más radicales de la intertextualidad vuelven a aparecer aquí con el citacionismo, la apropiación, el collage y la traducción. Aventuro aquí un elemento que aparece en la poesía de estos años y que ayuda a la identificación dentro de la vastedad de su archivo personal: el tema erótico-amoroso con un amplio bagaje intertextual y con un resabio de ironía compartida con su interlocutor cuando dice que viven la idea de “compartir la música-de-tiempo-completo, o la poesía, oscilando entre el éxtasis y la autoburla (“¡Qué cultos somos!”, exclama Él una vez después de citar un verso en pleno “crescendo” interrumpiéndolo)”.[8]

La larga enfermedad de Jorge Hernández Campos significó el fin de las páginas y las noticias de El diario rojo de Ulalume González de León. En otra alusión local y muy propia, ella había condensado el proyecto, basándose en sus poemarios representativos: “sin gastados plagios de la experiencia ya vivida”.[9] Las revistas en que ambos colaboraban y a las que eran menos o más cercanos ponían a su disposición el escenario para presentar textos como los que he mencionado: un escenario en que las redes en que se despliega el trabajo intelectual y el aparato cultural permiten representar los contrastes de la cultura letrada (qué revistas, qué autores, qué polémicas) que con cada ejemplar inventa su propia existencia.

 

Bibliografía

  1. Archivo Ulalume González de León.
  2. Flores, Malva, “Un cuartel general hispanoamericano: Inicio y consolidación de la revista Vuelta (1976-1998)” en, Revistas en América Latina: proyectos literarios, políticos y culturales Regina Crespo (coord.), CIALC, México, 2010, pp. 503-536.
  3. González de León, Ulalume, “Carta no enviada del 12/II/89” en La Jornada Semanal, México, 16 de julio de 1989, núm. 5, pp. 33-34.
  4. ———, “Poemas de ‘El diario rojo’” en Vuelta, núm. 153, México, agosto de 1989, pp. 6-7.
  5. ———, “Primeros poemas de El diario rojo (1988)” en El Búho, 306, México, 21 de julio de 1991, pp. 1, 4-5.
  6. Louis, Annick, “Las revistas literarias como objetos de estudio” en Revistas culturales 2.0, (https://www.revistas-culturales.de/es/buchseite/annick-louis-las-revistas-literarias-como-objeto-de-estudio), fecha de consulta: 20 de mayo de 2017.

 

Notas

[1] Si bien esta publicación nunca tuvo lugar, el archivo de Ulalume González de León guarda lo que parece ser la fotocopia de las pruebas del número en cuestión, con los textos formados, las páginas numeradas y con la referencia habitual de Vuelta (número, mes y año de publicación).
[2] Malva Flores, “Un cuartel general hispanoamericano: Inicio y consolidación de la revista Vuelta (1976-1998)”, p. 509.
[3] UGL, “Carta no enviada del 12/II/89”, p. 34.
[4] UGL, “Poemas de ‘El diario rojo’”, p. 6.
[5] Annick Louis, “Las revistas literarias como objeto de estudio”.
[6] Ibidem.
[7] Jorge Hernández Campos ganó el Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes en la edición de 2001 con Sin título. Una buena parte de esos textos fueron publicados durante el año en que se dio a conocer el resultado.
[8] UGL, “Primeros poemas de El diario rojo (1988)”, p. 1.
[9] UGL, “Poemas de ‘El diario rojo’” p. 7. El subrayado corresponde a la poeta y alude a los libros de ambos, publicados por entonces: La experiencia (Fondo de Cultura Económica, 1986) y Plagios (la antología de la Secretaría de Educación Pública, en 1988).

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