“Frente a Frente”. La revista como herramienta de lucha

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“Frente a Frente”. La revista como herramienta de lucha

Resumen

Frente a Frente (1934-1937) fue una publicación periódica editada por la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR). En este artículo describiré cómo Frente a Frente fue concebida como herramienta de militancia y las estrategias empleadas para su distribución entre una audiencia idealizada.

Abstract

Frente a Frente (1934-1937) was a periodical publication edited by Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR). In this paper, I will describe how Frente a Frente was conceived as a tool for militancy and which where the strategies employed for its distribution to an idealized audience.

Sin duda, editar una revista representa un acto de fe, pues siempre proyecta una interlocución sin la completa certeza de que ésta será efectiva. Y más aún cuando los propósitos de la publicación plantean incidir en la conciencia, y luego, en las acciones del interpelado. Tal era el caso de algunas publicaciones periódicas editadas por grupos de artistas entre las décadas de 1920 y 1940, de simpatías comunistas y con la convicción de que el arte podía motivar acciones revolucionarias.

La Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR) aglutinó a artistas e intelectuales en una organización que, según sus principios declarativos, se proponía impulsar la lucha de clases a través de una campaña intelectual “verdaderamente revolucionaria”. A través del arte, la LEAR se disponía al servicio de las clases trabajadoras; pretendía “mostrar incesantemente el indefectible contenido de clase” y así contribuir en la “grandiosa obra de liberación”.[1] En ese sentido, Frente a Frente se proponía como una herramienta que desde la perspectiva del arte fomentaría la lucha de las clases trabajadoras. ¿Pero cómo es que tal ambición se tornaría efectiva? ¿Qué estrategias se emplearon a fin de que la revista llegara a manos de su audiencia idealizada? Idealizada, ya que se suponía un perfil del interlocutor: el obrero que aprovecharía la revista con fines reivindicativos de acuerdo con su “clase”, apelando a su conciencia y las posibles acciones que podría emprender en consecuencia.

Frente a Frente, órgano de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR), fue publicada entre noviembre de 1934 y enero de 1938.[2] La revista se editó en dos épocas. La primera constó de tres números correspondientes a noviembre de 1934, enero y mayo de 1935, y tuvo un formato de 33.5 x 23 cm. Luego, durante la segunda época hubo un cambio de formato y aparecieron nueve números en tamaño de doble oficio, con lo cual la revista aprovechaba además la potencia visual del cartel acorde a sus objetivos militantes y propagandísticos. Finalmente los dos últimos números regresarían al formato original.  Ilustrada con grabado, fotografía, fotomontaje y diseños tipográficos, Frente a Frente incluía artículos informativos, ensayos sobre arte, poesía, cuento y declaraciones de la LEAR. Servía como medio de difusión de las actividades realizadas por la Liga, pero también como un espacio donde se debatía sobre la situación política de la época y se ponían en cuestión problemáticas sobre el arte, mientras se planteaban proposiciones para la formación de un arte revolucionario.

Los archivos de la LEAR evidencian una preocupación constante por el mejoramiento, financiamiento y distribución de la revista, así como la potencial interlocución con una audiencia idealizada: el obrero. Es cierto que a menudo, a falta de evidencias, sólo nos queda imaginar la recepción que pudo haber tenido un proyecto de este tipo. Pero por otro lado, los propósitos de quienes se empeñaron en llevarlo a cabo y las acciones emprendidas en la consecución del fin trazado, permiten observar las tensiones entre el ideal esbozado y las vicisitudes al intentar concretarlo. Después de todo, como señala Annick Louis, al abordar las revistas como objeto de estudio nos enfrentamos a los distintos contextos que estas plantean, como fenómenos culturales insertos dentro de otros, determinados a partir de las relaciones variables que establecen con el espacio social en el cual se introducen y los actores que intervienen en su desarrollo.[3]

El objetivo idealizado de servir desde el arte a la lucha de clases proclamado por la LEAR y las posiciones que asumió en relación con las políticas de la Internacional Comunista, fueron vertidas en su revista desde la estructura hasta su promoción. La LEAR realizaba diversas actividades a través de las secciones que la conformaban, organizadas a partir de distintas disciplinas artísticas: artes plásticas, música, teatro, literatura, arquitectura, cine y fotografía; pero además organizó secciones dedicadas a la ciencia y la pedagogía. Pretendían aglutinar a la intelectualidad, discutir sobre el arte y establecer lazos con las clases trabajadoras. Con exposiciones, conciertos, conferencias y clases de idiomas y arte, por ejemplo, la LEAR asumía una función didáctica dirigida fundamentalmente a los obreros.

 

Sin embargo, en un afán de adoctrinamiento, echaba mano también de la inmediatez visual del cartel y la hoja volante, aunque apostaba en particular por la interlocución que posibilitan las publicaciones periódicas. La edición de Frente a Frente se convirtió en una de las prioridades de la organización, pues a través de ella se pretendía vincular a la LEAR con el obrero y con la aspiración de que la revista funcionara como herramienta de promoción ideológica. La estrategia no era inédita, la propaganda difundida por medio de impresos y discursos artísticos formaba parte del programa de movimientos de izquierda, principalmente de corte comunista. Asimismo, el impreso había servido a los grupos de artistas como un artilugio que permitía la diseminación de proposiciones estéticas y a través del cual se tejían redes de interlocución que ponían en diálogo al “mundo del arte”.

La propaganda se había convertido en una vía “revolucionaria” y el arte se amalgamaba con los discursos políticos. Los editoriales de la revista apuntaban en ambos sentidos, proclamando un arte militante. Al lado de textos e imágenes que testimoniaban los conflictos políticos de la época, aparecían reflexiones sobre el arte del momento y el que podría elaborarse desde la revolución. Los artistas se asumían como parte de una intelectualidad revolucionaria, militante y “capaz del señalar certeramente los peligros que corre en estos momentos la cultura”.[4] Dialogaban entre artistas al tiempo que se dirigían hacia los obreros como “camaradas”.

En el primer número de Frente a Frente la LEAR se proclamaba como una organización guiada por la política de Frente Único, la cual pretendía aglutinar a las facciones de izquierda en una lucha común.[5] El título de la revista hacía referencia a tal posicionamiento político e indicaba la adhesión a la estrategia de “clase contra clase” vigente a partir de la década de 1920 y según las proposiciones de la VI Internacional Comunista, un frente encontrado con otro. Luego, a partir de 1935, siguiendo nuevamente las disposiciones de la Comintern su discurso viró hacia la política de Frente Popular, pero con la particular adhesión al “Frente Popular a la mexicana” –como lo describe Daniela Spenser– promovido por Lázaro Cárdenas como estrategia coercitiva, de negociación con las clases trabajadoras y desde un Estado “aglutinador de las fuerzas sociales”.[6]

Los dieciséis números publicados de Frente a Frente reflejan, tanto en imagen como en texto, tales adscripciones ideológicas. Por un lado, se enfatizó en el discurso que combatía al fascismo, al imperialismo y al nacionalsocialismo, presentado en artículos de denuncia, así como en los fotomontajes que ilustraban la revista, con imágenes de Hitler y Mussolini, o símbolos nazis y evidencias de los estragos de la Guerra Civil Española, por ejemplo. “Frente a Frente mete su pecho entre las rejas de todas las cárceles de la Tierra, para abrazar a cuantos revolucionarios hállense condenados a torturas y tinieblas bajo las botas bárbaras de los capitalistas y el fachismo criminal”.[7] Con la identificación de la reacción se subrayaba la “orientación revolucionaria”, se señalaban proposiciones que programaban el sentido que debía adquirir el arte de la revolución, de contenido social, cercano a los trabajadores, militante y vinculado con “su momento histórico”, pues Frente a Frente representaba “la expresión honrada del pensamiento de un grupo de artistas y escritores que a su vez son producto de un momento –no de cualquier momento–, sino del preciso en que vivimos”.[8]

Frente a Frente “como índice de la mentalidad de la LEAR (…) el índice superestructural que señala la posición de las fuerzas culturales florecidas al calor progresista de una revolución democrático-burguesa, que en este instante se afana por orientarse rectamente por el sendero que conduce a la liberación total del pueblo de México y a la de todos los explotados”.[9]

El proyecto era ambicioso y no estuvo exento de dificultades. La periodicidad de la revista originalmente sería mensual, sin embargo tuvo variaciones y retrasos principalmente debido a cuestiones económicas. La edición de Frente a Frente representaba un esfuerzo en distintos sentidos. Aunque recibió cierta subvención de los Talleres Gráficos de la Nación, se urgía con insistencia a los distribuidores a que enviaran el importe de las ventas y se denegaban las solicitudes de disminuir el costo.[10] A pesar de las dificultades que implicaba costearla, la militancia vertida en la revista conllevó que ésta fuera quizá el principal proyecto de la LEAR. Había un empeño constante por hacerla llegar a su público idealizado, e incluso, aumentó su tiraje de 2000 a 10 000 ejemplares.[11] 

Su subsistencia dependía en gran medida de los miembros de la Liga, a quienes se les solicitaba encarecidamente que contribuyeran con su consumo y distribución. Se insistía en que cada integrante de la LEAR estuviera suscrito a la revista.[12] Así se resolvía en parte el financiamiento y la colocación del tiraje, pero por otro lado implicaba que se cerrara el diálogo en un circuito cerrado, situación contraria a las aspiraciones planteadas por la organización. ¿Cómo establecer un diálogo con las clases trabajadoras si se recurría al autoconsumo? Por ello es que, además de suscriptores, se esperaba que los integrantes de la LEAR fueran promotores de Frente a Frente. Una de las estrategias implementadas era la venta de la revista en eventos organizados por obreros, como la marcha del 1 de mayo, conmemoración que aseguraba un flujo considerable de posibles lectores; asimismo, la participación en este tipo de manifestaciones formaba parte de su “deber revolucionario” y su “conciencia de clase”.[13] También se organizaban funciones de cine –con charlas complementarias que dilucidaban el contenido de los filmes– con el objetivo de recaudar fondos para coadyuvar con el financiamiento de la revista.[14]

La interlocución que proponía la LEAR implicaba cierta transversalidad. Las reflexiones sobre el arte publicadas en la revista y abordadas en otros espacios aprovechados por la Liga, como congresos por ejemplo, suponía más bien una comunicación horizontal, pues el interpelado directamente era el artista mismo. Sin embargo, el contenido militante de Frente a Frente y su pretensión de servir al proletariado indicaba también cierta relación vertical con la audiencia, sujeta a adoctrinamiento. No obstante, la publicación de Frente a Frente señaló una trayectoria transversal en el diálogo. Además de que fue un medio a través del cual se difundía el trabajo de la LEAR, la revista era concebida como un instrumento de lucha. Estaba dirigida a las clases trabajadoras, pero también se disponía como un foro en el cual su voz tenía cabida. Se invitaba a obreros, campesinos, estudiantes y empleados a “desarrollar la más enérgica lucha intelectual proletaria”, conminándolos a escribir sus opiniones y enviar colaboraciones referentes a las problemáticas de su entorno laboral, mientras que se instaba a los profesionistas a reflexionar sobre la situación de su sociedad.[15] Además, ejemplares de Frente a Frente eran enviados a organizaciones obreras y magisteriales, afirmando la utilidad que la revista podía tener para estos sectores por presentar artículos de “un gran contenido revolucionario”.[16]

Sin embargo, no sólo se trataba de una iniciativa emprendida por la LEAR, sino que también recibían solicitudes de impresos que tuvieran “tendencias netamente revolucionarias” o era promovida entre los maestros como una revista que podría ser útil por su “carácter revolucionario”, tal como se evidencia en la correspondencia recibida de grupos obreros y magisteriales.[17] Incluso se defendió su valor dentro de la educación. Por ejemplo, la Federación de Sindicatos de Maestros Socialistas del Estado de Durango denunciaba la censura de la revista –a la cual se le negaba un espacio en la biblioteca de la Escuela Prevocacional Industrial Federal de Durango– afirmando que tal situación perjudicaba “los intereses educativos de los hijos de los trabajadores de Durango”.[18]

Frente a Frente, al proponerse como instrumento, trascendía las discusiones sobre el arte y se incorporaba a un circuito cultural que la aproximaba al diálogo con su audiencia idealizada. Había una insistencia en la retroalimentación. La correspondencia emitida por la LEAR refleja la constante promoción que hacían de Frente a Frente buscando vínculos con organizaciones obreras y simpatizantes del Partido Comunista.  Asimismo, afirmaba su empatía con otras publicaciones y grupos de obreros y campesinos y mantenía vínculos con impresos como Ruta, El Machete y New Masses.[19] La distribución de Frente a Frente no sólo implicaba su compra-venta y promoción, sino que representaba un acto de militancia a favor de la ideología promovida por la LEAR y con ella a cierto ideal de revolución de tendencia comunista; una revolución sublimada y utópica, pero al mismo tiempo cotidiana, llevada incluso al saludo y al reconocimiento del otro como “camarada”; encausado desde el arte.

Dedicada al proletariado soviético y “al triunfo de la clase trabajadora en todos los países”, Frente a Frente se consideraba como “un bofetón al intelectualismo lacayo del imperialismo”.[20] Se procuró que la revista circulara fuera de México, principalmente en Estados Unidos, para lo cual se aprovecharon los circuitos conformados por la militancia comunista y circuló a la par de otros impresos como El Machete.[21] Fue distribuida fundamentalmente en Nueva York, pero también en Los Ángeles, Chicago y San Francisco. La distribución de Frente a Frente en Estados Unidos significó un acercamiento particular a la militancia comunista y al sector obrero. La distancia propició que la revista fuera promovida, no por los mismos integrantes de la LEAR, sino por obreros, simpatizantes y militantes. Esta situación permitió que Frente a Frente circulara a través de un “diálogo entre camaradas”. A los envíos de la revista se adjuntaban sugerencias y peticiones. La LEAR, representada por Luis Arenal y Juan de la Cabada, manifestaba el interés por recibir propuestas y formulaba estrategias para la difusión de la revista, tarea que se esperaba se realizara como un esfuerzo colaborativo. Se insistía en la búsqueda de suscripciones, donativos y patrocinadores, pero también se pretendía alentar a “los compañeros” ofreciendo premios por la promoción de la revista. Estos consistirían en obras realizadas por la LEAR como pinturas, grabados y retratos.[22] Asimismo, a la Mutualista Obrera Mexicana, con sede en Nueva York, se le proponía enviar obra: productos visuales y teatrales que pudieran utilizar; mientras que por otro lado les solicitaban conformar una “brigada de choque” con la cual se promoviera Frente a Frente.[23]

El caso de Los Ángeles refleja también las relaciones de la LEAR con la militancia comunista a través de Frente a Frente. En una carta a Luis Arenal, el camarada Chacón se mostraba interesado por distribuir la revista, solicitaba su envío y sugerencias sobre la venta. Afirmaba haber presenciado el éxito de la publicación entre los compañeros asiduos a “la placita”, ya conocida por Arenal. La revista cayó en sus manos de manera circunstancial, e impactado por su contenido, se disponía a promoverla.[24]

Un caso similar era el de Ramón Pi Castella (distribuidor desde New York) un empleado, encargado de intendencia de dos edificios de departamentos, quien por cuenta propia se dedicaba a la promoción de prensa militante, estableciendo contactos internacionales[25] Pi Castella afirmaba su convicción comunista y promovía impresos que seguían esta línea ideológica. Recolectaba folletos, carteles, recortes de periódicos y revistas que enviaba a Puerto Rico, España, Cuba y el sur de Estados Unidos, donde la situación económica impedía que sus compañeros adquirieran este tipo de publicaciones. Además afirmaba que hacía llegar tal material a médicos y abogados, para lo cual utilizaba guías telefónicas de distintas ciudades, pues consideraba que esta “literatura en acción es lo mismo que una ametralladora contra la burguesía”.[26]

Esta forma de propaganda la vengo haciendo desde hace años y todo cuarto centavo que puedo ahorrar y muchas veces ni me compro lo necesario para cubrir gastos de correo, que muy de cierto hasta me causa rozamientos con mi compañera, ella es bastante consciente más no todo lo suficiente para que comprenda los sacrificios necesarios que hay que hacer para nuestra causa.[27]

La experiencia de Ramón Pi ilustra el tipo de interlocución que se proponía en Frente a Frente, de retroalimentación y potencial colaboración con un público que idealmente rebasaría una lectura pasiva y utilizaría el impreso como parte de una campaña propagandística que rebasaba el proyecto editorial de un grupo de artistas. 

Le mandaré con frecuencia manifiestos, etc. fotografías y pienso muy pronto dibujar algunas caricaturas dígame si todo este material le interesa, para su revista y para que sepan los camaradas de esa nuestras actividades, las hojas sueltas etc. son muy útil para pegarlas en una pizarra o pared en nuestros centros proletarios[28]

La revista, entonces, dispuesta como herramienta de lucha promovía diálogos transversales y particulares relaciones entre los artistas, que estableciendo homologaciones simbólicas con las clases trabajadoras se situaban en un intercambio cercano con representantes de su audiencia idealizada, el objetivo de interpelación. Pero por otro lado, la transversalidad en el diálogo respondía también a la inserción de Frente a Frente dentro de un circuito que integraba a sujetos distantes y disímiles en una misma dinámica militante y propagandista. Frente a Frente trascendió el papel del órgano de difusión de las ideas y actividades de una agrupación y su circulación en un circuito cultural definido por simpatías ideológicas propició vínculos que atravesaban fronteras. El discurso y el diseño de la revista merecen una revisión detallada. Por ahora se anotaron algunos elementos ilustrativos de los usos y el impacto que Frente a Frente tuvo entre su público, en ocasiones tan activo como el impreso proponía.

 

Bibliografía

 

  1. Azuela, Alicia, “El Machete and Frente a Frente: Art Committed to Social Justice in Mexico” en Art Journal, Vol. 52, No. 1, Political Journals and Art, 1910-40, Spring 1993.
  2. “Con quienes y contra de quienes está la LEAR. La militancia de nuestro arte y nuestra literatura en los conflictos sociales” en Frente a Frente, núm. 5, México, CEMOS, edición facsimilar, 1994.
  3. “Editorial” en Frente a Frente, núm. 1, México, CEMOS, edición facsimilar, 1994.
  4. Louis, Annick, “Las revistas literarias como objeto de estudio”, en Revistas culturales 2.0, (https://www.revistas-culturales.de/es/buchseite/annick-louis-las-revistas-literarias-como-objeto-de-estudio), consultado el 13 de febrero de 2017.
  5. “Principios declarativos” en Frente a Frente, núm. 1, México, CEMOS, edición facsimilar, 1994
  6. Reyes Palma, Francisco, “La LEAR y su revista de frente cultural” en Frente a Frente, 1934-1938, CEMOS, edición facsimilar, México, 1994.
  7. Spenser, Daniela, Unidad a toda costa: la Tercera Internacional en México durante la presidencia de Lázaro Cárdenas, CIESAS/Publicaciones de la Casa Chata, México, 2007.

Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas (CENIDIAP)

  1. “Asamblea del 1 de febrero de 1937” CNAP, Fondo Reservado, Leopoldo Méndez, Expediente 864, Documentos 2301.
  2. “Carta del comité editorial de Frente a Frente a Bernabé Barrios”, 6 de junio de 1935.  CNAP, Fondo Reservado, Leopoldo Méndez, Caja 20, Expediente 929, Documento 2435.
  3. “Carta del Comité Ejecutivo a J. Rosario Rojas”, 7 de abril de 1937. CNAP, Fondo Reservado, Leopoldo Méndez, Caja 21, Expediente 1073, Documento 2615.
  4. “Carta de la Federación de Sindicatos de Maestros Socialistas del Estado de Durango a la LEAR”, 15 de enero de 1937, CNAP, Fondo Reservado, Leopoldo Méndez, Caja 23, Expediente 1281, Documento 2843.
  5. “Carta de Juan de la Cabada a la revista New Masses”, febrero de 1936. CNAP, Fondo Reservado, Leopoldo Méndez, Expediente 864, Documentos 2306.
  6. “Carta de L. Chacón a Luis Arenal”, 9 de febrero de 1935. CNAP, Fondo Reservado, Leopoldo Méndez, Expediente 1124, Documento 2683.
  7. “Carta de la LEAR a la Mutualista Obrera Mexicana”, 6 de junio de 1935 CNAP, Fondo Reservado, Leopoldo Méndez, Caja 20, Expediente 927, Documento 2433.
  8. “Carta de Luis Arenal al presidente de la Liga de Maestros de Sureste Veracruzano”, Fondo Reservado, Leopoldo Méndez, Caja 20, Expediente 938, Documento 2444.
  9. “Carta de Ramón Pi” 2 de julio de 1935. CNAP, Fondo Reservado, Leopoldo Méndez, Caja 22, Expediente 1147, Documento 2706.
  10. “Carta de Ramón Pi a Luis Arenal”, 16 de Octubre de 1935, CNAP, Fondo Reservado, Leopoldo Méndez, Caja 22, Expediente 1166, Documento 2726.
  11. “Carta del Sindicato de Obreros y Empleados del Ramo de Electricidad a la LEAR”, 13 de enero de 1936. CNAP, Fondo Reservado, Leopoldo Méndez, Caja 22, Expediente 1202, Documento 2764.
  12. “Circular 84” CNAP, Fondo Reservado, Leopoldo Méndez, Caja 22, Expediente 1238, Documento 2800.
  13. “Invitación a proyección de cine”, CNAP, Fondo Reservado, Leopoldo Méndez, Caja 24, Expediente 1429, Documento 2995.
  14. “Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios en cuenta con Talleres Gráficos de la Nación” CNAP, Fondo Reservado, Leopoldo Méndez, Caja 20, Expediente 873, Documento 2352.

 

Notas

[1]“Principios declarativos” en Frente a Frente, núm. 1, ed.cit., p.3.
[2] Los últimos números de la revista no consignan fecha de publicación, pero Francisco Reyes Palma estima que el último número pudo haber aparecido en enero de 1938. Francisco Reyes Palma, “La LEAR y su revista de frente cultural”, ed.cit., p.16.
[3]Annick Louis, “Las revistas literarias como objeto de estudio” en Revistas culturales 2.0, s/p.
[4]“Con quienes y contra de quienes está la LEAR. La militancia de nuestro arte y nuestra literatura en los conflictos sociales”, ed.cit., p.2.
[5] “Principios declarativos”, Frente a Frente, núm. 1, ed.cit., p.3.
[6] Daniela, Spenser, Unidad a toda costa: la Tercera Internacional en México durante la presidencia de Lázaro Cárdenas, ed.cit., p.54. CENIDIAP, “Carta de Luis Arenal al presidente de la Liga de Maestros de Sureste Veracruzano”.
[7] “Editorial” en  Frente a Frente, núm. 1, ed.cit., p.4.
[8] “Con quienes y contra de quienes está la LEAR. La militancia de nuestro arte y nuestra literatura en los conflictos sociales” en Frente a Frente, núm. 5, ed.cit., p.2.
[9] “Con quienes y contra de quienes está la LEAR. La militancia de nuestro arte y nuestra literatura en los conflictos sociales”, Frente a Frente, núm. 5, ed.cit., p.2.
[10] CENIDIAP, “Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios en cuenta con Talleres Gráficos de la Nación”.
[11] Alicia Azuela, “El Machete and Frente a Frente: Art Committed to Social Justice in Mexico”, en Art Journal, ed.cit., p.86.
[12] CENIDIAP, “Asamblea del 1 de febrero de 1937”.
[13] CENIDIAP, “Carta de Juan de la Cabada a la revista New Masses”.
[14] Se anunciaban descuentos para los obreros. CENIDIAP, “Invitación a proyección de cine”.
[15] “Editorial” en  Frente a Frente, núm. 1, ed.cit., p.5.
[16] CENIDIAP, “Carta del Comité Ejecutivo a J. Rosario Rojas”.
[17] CENIDIAP, “Carta del Sindicato de Obreros y Empleados del Ramo de Electricidad a la LEAR”. CENIDIAP, “Circular 84”.
[18] CENIDIAP, “Carta de la Federación de Sindicatos de Maestros Socialistas del Estado de Durango a la LEAR”.
[19] Incluso era posible adquirir una suscripción de New Masses a través de Frente a Frente,
[20] “Editorial” en  Frente a Frente, núm. 1, ed.cit., p.6.
[21]Francisco Reyes Palma, “La LEAR y su revista de frente cultural”, ed.cit., p.8.
[22] CENIDIAP, “Carta del comité editorial de Frente a Frente a Bernabé Barrios”.
[23] CENIDIAP, “Carta de la LEAR a la Mutualista Obrera Mexicana”.
[24] CENIDIAP, “Carta de L. Chacón a Luis Arenal”.
[25] Reyes Palma, “La LEAR y su revista de frente cultural”, ed.cit., p.9.
[26] CENIDIAP, “Carta de Ramón Pi a Luis Arenal”.
[27]CENIDIAP, “Carta de Ramón Pi a Luis Arenal”.
[28] CENIDIAP, “Carta de Ramón Pi”.

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