La visión de un empresario

La visión de un empresario

José Fuentes Mares, Don Eloy S. Vallina, ed. JUS, México, 1968. 135 pp.

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“El sueño es, como la poesía, visión instantánea de realidades que escapan a la lógica
[…] soñar es hacer la sinrazón o la esperanza; es incursionar por los mundos que la
razón rechaza o que la razón no alcanza”. [1]

Es precisamente el sueño lo que ocasiona logros, es esa fe impuesta sobre algo aun no tangible ni alcanzable, partiendo de un lugar a otro con la esperanza de que el lugar de arribo sea un lugar de mejores frutos, con tierra más fértil y con un vacío aun por llenar.

Asturias, un lugar que vive de la minería, del campo y del mar, que asombra con sus vastos paisajes, se convirtió durante un periodo en una tierra de emigrantes, los cuales soñaban en ir a ese nuevo mundo llamado América, para ellos, a ese lugar lejano le hacía falta algo y ellos tenían que llenar ese vacío, es así como muchos asturianos emigraron dejando familias y hogares sin presencia alguna, con la certeza de regresar, sin embargo, aquellos asturianos terminaron por construir su villa en México o en Cuba, quedándose con una mujer de aquellas tierras visitadas, portando el recuerdo de su tierra asturiana, convirtiéndose así en hijos adoptivos de México o de Cuba;

“Dice José Antonio Cabezas que el asturiano no deja de serlo donde se encuentre, y que en sus planes entra siempre volver, más la verdad es que en el alma asturiana alientan más que esas dos fuerzas: cabe ciertamente el viejo amor, la nostalgia punzante del pueblo o aldea, pero cabe también el apego a la tierra que le dio sustento, posición y familia, todo ello en liga tan entrañable que con frecuencia le impone dolorosas alternativas […]”. [2]

Aquellos sueños de los asturianos son el lazo que une dos continentes convirtiéndose en vecinos distantes, uno quedándose como la casa, aquel hogar de pronto retorno, y por otro lado se encuentra aquel lugar donde los sueños se convierten en realidad, una tierra que proporciona una estabilidad añorada, transformándose en una calidad casa en la cual con cada logro se recuerda con añoranza el verdadero hogar de partida.

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La familia Vallina, fue una de tantas que emigro a América con la esperanza de encontrar en estas tierras algo más que hacer, porque al igual que las demás familias, acudían con el propósito de hacer América, en el trascurso de su viaje se postergaron por un tiempo en Caborana, un lugar situado en España, con un paisaje basto, es allí donde nace nuestro personaje Don Eloy S. Vallina, el 25 de julio de 1903, un año posterior a el nacimiento de Eloy, Vicente un miembro de la familia emigra a México para laborar como técnico minero, para él la partida era un sueño, rompiendo con Asturias por siempre, con ellos no era una historia más de ir y venir sin beneficios algunos, el destino de la familia Vallina estaba más asegurado que nada, sin embargo aún habría que atender algunos asuntos.

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Cuando la familia llega a México, se encuentran con los últimos años del porfiriano, un país que necesitaba unos ajustes y no tardo mucho de su llegada a México cuando esos ajustes comenzaron a avanzar, con el estallido de la revolución, acontecimiento que afecto a la familia, mudándose de México a Estados Unidos, para después regresar a México e instalarse definitivamente en el Estado de Chihuahua, lugar donde dejarían una huella imborrable, ya que es allí donde Eloy, comienza a dejar huella, con todo el aprendizaje obtenido de las escuelas y lugares donde comenzó a laborar de tal forma que hasta la fecha se le recuerda de una manera muy positiva, por los logros alcanzados y la ayuda proporcionada a ese lugar.

Es aquí donde la imaginación y la voluntad juegan un papel fundamental, principalmente la última que era una las características principales de Eloy, era aquello que contagiaba a sus colaboradores y amigos, un hombre muy soñador y lleno de voluntad, que mantenía siempre el lado positivo de las cosas.

La noche del 31 de diciembre de 1933, fue un hecho que marco para siempre la decisión y futuro de Eloy, ya que es allí donde surge la idea de crear un banco que sobrepasar los límites de los demás que tuviera un origen local, el cual ayudaría a soportar la crisis que en ese tiempo sufría el país debido a la revolución, pero principalmente para chihuahua y así poder abrir algunas puertas para el mercado, la industria y la economía del Estado.

La justificación que hace posible la creación del Banco es proporcionar un servicio más eficaz, y con una manera distinta de operar a la de los bancos de ese entonces, es así como surge el Banco Comercial Mexicano S.A, el 22 de abril de 1934, el cual fue resultado de “[…] un milagro de la confianza, esa forma estrictamente humana de la fe. La confianza no es más que la fe que el hombre suele depositar en el hombre […]”,[3] con un capital de trescientos mil pesos, aquel recién nacido Banco, sufrió algunos temblores durante sus primeros años de labor, los cuales le afectaron económicamente por que dichos sucesos fueron asaltos de botines de gran cantidad.

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Algunas etapas decisivas de este nuevo recinto económico se dieron entre los años 1942 y 1943, principado por la guerra mundial y el fin de esta, ya que esta última marco la industrialización de México, dichos sucesos comenzaron a dar vueltas entre las decisiones de los dirigentes de la asociación bancaria, surgiendo la inquietud de transformar el recién nacido banco en un banco de talla nacional, para eso se integraron dientes asociaciones bancarias, para formar parte del BCM, agrando la sucursal en distintos territorios de la nación, la aceleración de esta expansión fue increíble, consecuencia de esa visión que don Eloy tenia, como lo dice Aníbal de Iturbide; “[…] Eloy tuvo siempre la visión de no limitar el crecimiento del Banco por el afán de hacer utilidades inmediatas”.[4]

Cabe destacar que Eloy, tenía esa visión de ayuda por el prójimo y por ende no habría que dejar a un lado un aporte que don Eloy hizo con motivo de la celebración de los veinticinco aniversario del banco comercial mexicano, el cual fue la creación e inauguración de una escuela primaria que hasta la fecha lleva su nombre por agradecimiento a él, la cual hasta la fecha sigue en ejecución.

Podría decirse que la suerte lo seguía, pero es realmente su fuerza de voluntad y la confianza que demostraba y compartida con sus cónyuges lo que hizo posible la creación de un banco fuerte y realmente favorable para la nación, y es previamente esto lo que no solo dio pauta a ese primer negocio económico, sino que también a la creación de diversas empresas principalmente industriales.

Principalmente en chihuahua la aceleración industrial causo el desarrollo industrial, consecuencia de este desarrollo, se dio surgimiento a la compañía de seguros generales “El Sol S.A” compañía que arranco operaciones el 3 de febrero de 1941, la cual hasta la fecha es un éxito, “Cuando el éxito es producto del esfuerzo y del talento, y no de factores casuales, […] el éxito llama al éxito y por ello no es frecuente que se presente como hecho aislado sino como resorte permanente de la vida activa […]”.[5] La incorporación de un negocio más a las finanzas de don Eloy, surgieron con la empresa Cementos de Chihuahua S.A, después de la segunda guerra mundial, incluyéndose en las filas del banco comercial mexicano, el 22 de marzo de 1945, con esta asócianos se integraba don Eloy a la campo industrial, el crecimiento de sus finanzas era tan grande que solo la muerte era capaz de ponerle un alto, la inclusión de diversas industrias, los seguros y un banco más, acrecentaban las finanzas y todo caminaba viento en popa para Eloy, ahora venía a sus puertas otro negocio más, propuesta por David S. Russek, al cual don Eloy reacciono como era de esperarse con su visión empresarial, se instaló en 1947 la empresa Fierro Comercial S.A, en la cual su colaborador David, fue el director.

El negocio de la industria había ya acrecentado de manera positiva la visión empresarial de Eloy, esto lo llevo a crear la empresa Aceros de Chihuahua S.A, en 1954, empresa la cual sigue logrando grandes avances económicos, lastimosamente la muerte llego al señor Eloy sin siquiera conocer el gran despegue de su empresa la cual crecía de manera favorable. Antes de su muerte se incursiono en diversas empresas como la Celulosa de Chihuahua en 1946 y la compra del ferrocarril, así como la incursión en la empresa Teléfonos de México S.A, la primera incursiono demasiado en el freno de la deforestación que afectaba a la población.

Los sueños de este gran hombre y su sencillez fueron carácter formador de grandes logros alcanzados, algunos de estos fueron vistos y celebrados por él, sin embargo, hasta la actualidad el crecimiento de sus empresas deja ver la gran fuerza de voluntad que este tenía; “El fundador de un gran imperio económico fue un hombre sencillo, afable, equilibrado, a salvo de extremismo. Su celo por su familia mereció la admiración de todos, y en ella dejo devoción y ejemplo. Fue un hombre modesto hasta el extremo de cierta timidez, rasgo nada común en hombres llegados a sus alturas […] prueba sin duda de una gran nobleza de carácter”.[6]

Palabras sobran para describir a este hombre, pero principian las que podrían ser de alguna manera, los pasos para un éxito similar: la humildad, la sencillez, la confianza, la fuerza de voluntad, pero principalmente la nobleza, son las características que denotan en ese empresario tan exitoso, cualidades que lo llevaron a un éxito tal que, en este libro se le reconoce y agradece por esa gran incursión económica y apego a esa tierra que le dio patrimonio, amor y reconocimiento.
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[1] José Fuentes Mares, Don Eloy S. Vallina, p.12
[2] Ibid., p.23
[3] Ibid., p.52
[4] Ibid., pp.61-62
[5] Ibid., p.72
[6] Ibid., pp.129-130

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