Procuración de Actitudes Metodológicas

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Procuración de Actitudes Metodológicas

Fomentando Aptitudes para la Investigación-Acción Participativa (IAP) La importancia de conformar equipos de trabajo

Televisión en una calle

A manera de charla caminera bebiendo un café, retomo el primer elemento de mi caja de herramientas diseñada para el EcoMuseo Transurbano (EMT), Estrategia Metodológica para la Producción de Arte Social en Distrito Federal, México: la conformación del equipo humano.

La propuesta del EMT es la creación de un modelo metodológico para abordar proyectos de intervención social, dicho aparato consta de una serie de técnicas y herramientas que se diseñaron con el objetivo de facilitar el acercamiento y estudio en el desarrollo de proyectos que tengan cierto impacto en la dimensión social.

El crear nuestras propias herramientas y metodologías que posibiliten la creatividad y el trabajo colectivo genera procesos que se piensan, producen y reproducen, de manera deseable, en red de forma que si bien deviene de fabricación artesanal en el campo de lo empírico, en la Investigación- Acción puede ser aplicada al más alto nivel científico. La adecuación de los métodos, el “pedir prestado” de otros campos los modos de hacer, no implica necesariamente su empobrecimiento, puede ser un enriquecimiento en pro de la coherencia interna del proyecto y como primera acción, el grupo que se esté conformando.

Como es sabido, hay métodos científicos de abordar los fenómenos a estudiar, sin embargo, si la visión es desarrollar la Investigación-Acción Participativa, los objetivos no son únicamente la observación y discusión del fenómeno sino, la de contribuir al cambio social, entonces la propuesta que sustenta el EMT en su aparato metodológico parte del acercamiento a la parte más humana de cada agente que participa en el proyecto a desarrollar, comenzando por el grupo de investigadores. Me parece menester partir de la empatía y su capacidad generadora.

Un grupo es mucho más que la suma de individuos, un conjunto de personas con saberes heterogéneos, habilidades diversas y complementarias, que para ser atendidas como comunidad, deben estar comprometidas con un propósito común: una tarea que da sentido y aglutina; respetando la tensión entre lo individual (no individualismo) y lo colectivo que fomenta el aprendizaje múltiple en un proceso de apertura. Esta fuente de energía social que se genera en torno a objetivos y proyectos comunes será resultado de la unión social elaborada y construida en la intimidad de cada persona que forma parte del grupo, ya sea de investigación, ya sea de otra índole colectiva, de este modo se integran el conocimiento de las experiencias y procesos existentes con la proyección de iniciativas de investigación o de intervención en acción que se dinamicen y decanten en teoría.

Por medio de la empatía se promueve una conciencia, una voluntad y un sentimiento común en torno a objetivos compartidos. Contribuye también a la activación de espacios y tiempos de encuentro físico de (re)conocimiento, de intercambio y ocio compartido generando espacios naturales de sociabilización, discusión, conflicto y convivencia. Promueve ambientes donde surge la colaboración, se favorecen entornos creativos formados por un conjunto diverso e integrado de agentes y el medio físico donde se relacionan y estimulan el flujo e intercambio de ideas imaginativas e innovadoras que potencialmente se transformen en valor colectivo y se traduzcan en desarrollo humano, económico, social, cultural, etc.

Esto nos hace individualmente fuertes, potencia las relaciones colectivas y genera apoyos y convergencias entre quienes siendo externos al grupo o proyecto, pueden favorecerlo, sentirse atraídos y animarse a participar e integrarse. En el caso de la Investigación-Acción Participativa (IAP), el éxito y la validez de la investigación o proyecto, depende en gran medida de dicha empatía.

Un proceso colaborativo como lo apunta la IAP, es un dispositivo de aprendizaje colectivo, de comunicación conversacional, de prácticas constitutivas, de acción directa, en torno a cuestiones concretas. Trata de establecer un marco común de referencia desde el que poder conocerse-aprender-investigar-actuar-trabajar-reflexionar, incluso celebrar colectivamente. Un proyecto compartido no sólo potencia a cada participante sino que también expande las posibilidades del grupo en cuanto tal: facilita la realización del trabajo colectivo, pues todos colaboran. No debemos olvidar que en este tipo de políticas de investigación, lo realmente valioso es el atravesar procesos de trabajo no importando tanto los resultados finales e incluso deseados como la investigación social.

El objetivo principal de conformar un grupo de IAP es el de desarrollar un proyecto integral, trascendiendo los medios convencionales de intervención con miras a formar parte de redes de investigadores a escalas mayores.

Es deseable, previo al presupuesto de un proyecto y en la conformación del grupo de trabajo, reflexionar sobre los siguientes valores:

  • Confianza y respeto mutuo en sí y en el trabajo: conocerse mejor, actuar, no tanto tolerando o integrando al otro, sino multiplicando cualitativamente desde la complejidad y la diferencia.
  • Reciprocidad: estar dispuestos a compartir y corresponder de igual a igual, a dar y recibir con/del otro.
  • Relevancia: reconocimiento justo de las contribuciones de cada persona, teniendo en cuenta, que aunque no se contribuya por igual, cada cual debe tener la posibilidad de aportar de manera clave.

En este mismo sentido, aunque no es mi intención dictar un orden de lineamientos, sí que es importante mencionar una serie de elementos que generan ambientes propicios de trabajo colaborativo, colectivo o como queramos designar al ejercicio del grupo de investigación:

  • Co-responsabilidad: afrontar un reto, un conflicto, un cambio concreto, fomentar el sentido de pertenencia. Establecer un sistema de seguimiento y monitoreo de todas las acciones diseñadas para el cumplimiento de los objetivos.
  • Heterogeneidad: atención a los distintos roles y motivaciones que afectan el desarrollo de los procesos, entendiendo que estos no son necesariamente abiertos e igualitarios de forma natural, sino hay que poner los medios para que lo sean propiciando relaciones justas y equilibradas.
  • Comunicación: escucha dialógica, atención y sensibilidad en relación con todos los miembros del grupo/ equipo de trabajo.
  • Empoderamiento: poner en valor lo cooperativo, la acción colectiva auto-organizada: ensayar la colaboración.
  • Libertad: experimentar, hacer cosas nuevas, estructurar estos cambios en el tiempo.
  • Democracia: favorecer la adopción de las mejores decisiones pues se ponen en común las informaciones y los conocimientos de todos.
  • Transparencia: abrir los datos, la información, de esta manera se promueve la autorreflexión crítica.
  • Mediación: existe la posibilidad que haya una o varias personas con funciones de mediación, facilitación y/o coordinación, la función de quien dinamiza no es liderar o ser motor del grupo, sino estar al servicio del mismo para el correcto desarrollo del proceso, para que sea el grupo quien idee y haga.
  • Sucesión: los procesos no deben de perpetuarse, en todo caso, sucederse unos a otros. Hacer un trabajo conjunto entre todos los miembros para la gestión del tiempo, promover el establecimiento de plazos y responsables.
  • Cooperación: intercambio en el cual los integrantes obtienen beneficios del encuentro, gestión de conflictos.
  • Ética: profesionalizar las metodologías de los procesos internos, promueve la evaluación.

Para concluir, quise retomar el término de actitudes/aptitudes metodológicas puesto que la propuesta es la de brindar pautas, no recetas ni pasos a seguir que sean obligatorios para un proceso de trabajo a partir de un grupo, en este caso de investigación; el abrir nuestras perspectivas, ampliar la visión, a partir de estas actitudes la apuesta es generar aptitudes generadoras de conductas, actividades y relaciones saludables además de productivas, sinérgicas y eficaces. Estas actitudes cuando las pensamos y sentimos, se toma consciencia de que las podemos corregir y modificar, desarrollar y perfeccionar.

Renunciar a la creación y modificación, hacer un “traje metodológico” a la medida y proveniente de lo más humanamente elemental como lo puede ser la empatía, nos condena a tener que conformarse a las normativas que rigen los sistemas de autoridad como lo son los proyectos académicos universitarios.

Como grupo de investigación-acción, estamos ante la posibilidad de ensayar metodologías innovadoras con perspectivas de fomentar el cambio social, no para estudiarlo como lo hace el resto de la investigación convencional. Sería muy interesante descubrir los entretelones de los procesos de cada grupo de investigación y por medio de estas herramientas entender los aciertos y tropiezos en el desarrollo de sus proyectos y acciones.

Por último me permití incluir un anexo de un académico enfocado en el trabajo colectivo de grupos de investigación dentro de universidades y que si bien está dirigido al ejercicio cooperativista desde lo económico, bien se puede aplicar a grupos de investigación conformados dentro del ámbito académico con todas sus implicaciones.

Anexo

Metodología basada en el triple principio cooperativista por el sociólogo francés Henry Desroche (1914-1994). Especialista en grupos cooperativos de investigación de la Universidad Cooperativa Internacional (Sorbona, París)

1. Autoayuda (self-help) o creatividad: todo lo que puedas hacer por ti mismo, hazlo, hasta los límites extremos de la autodidaxia, del autofinanciamiento y de la auto-organización.

2. Ayuda mutua (mutual-aid) o solidaridad: todo lo que vale la pena hacerlo sólo, se enriquece haciéndolo juntos, sin pretender que se nos dé desde arriba lo que podemos realizar conjuntamente desde abajo.

3. Auto-independencia (self-indedependence) o subsidiaridad: todo lo que podemos hacer juntos desde abajo, planteamos que se nos dé desde arriba, pero sólo en la medida que podamos controlar ese planteamiento.

Epílogo prestado

En la Universidad Cooperativa Internacional un grupo llama a un profesor cuando lo necesita y para lo que necesita y luego el profesor se va. El profesor se ha convertido en un ex-profesor porque aprende de sus alumnos y les ayuda mayeúticamente . Las relaciones dejan de ser las docentes verticales y se convierten en intercambios horizontales, en donde ambas partes reciben y aportan y el ex-estudiante es plenamente sujeto de su propio aprendizaje.

Bibliografía

Paloma López de Ceballos, Un método para la investigación- acción participativa, Editorial Popular, España, 2003. Luis Razeto Migliaro, Actitudes Metodológicas de Nueva Civilización, Ediciones Universitas, Nueva Civilización, Chile 2013 en: www.uvirtual.net Román Reyes (Dir): Diccionario Crítico de Ciencias Sociales. Terminología Científico-Social, Tomo 1/2/3/4, Ed. Plaza y Valdés, Madrid-México 2009 en: http://pendientedemigracion.ucm.es/info/eurotheo/diccionario/I/invest_accionparticipativa.htm [Consulta: 15 de mayo de 2014] Richard Senet, Juntos Rituales, placeres y políticas de cooperación, Editorial Anagrama, Barcelona. En www.elboomeran.com [Consulta: 12 de mayo de 2014] El Diagnóstico Rural Participativo como Herramienta para el Desarrollo Comunitario. Cuaderno de Trabajo, GRUPEDSAC, 2010 www.grupedsac.org [Consulta: 12 de mayo de 2014] Kluwer Academic Press Publisher. Investigación- Acción, en: http://ipes.anep.edu.uy/documentos/libre_asis/materiales/Investigacion%20accion.pdf [Consulta: 15 de diciembre de 2014] Bien(es) Común(es) = Bien social de código abierto http://www.colaborabora.org/ [Consulta: 15 de diciembre de 2014] Guía incompleta para colaborar http://www.colaborabora.org/

Citas

[1] Concepto y título de la tesis a sustentar para optar por el grado de Maestría. [2] Según la Real Academia Española (RAE), Identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro. [3] Mayeútica: según la RAE: método socrático con que el maestro, mediante preguntas, va haciendo que el discípulo descubra nociones que en él estaban latentes. [4] López de Ceballos, Paloma. Un método para la investigación- acción participativa, Editorial Popular, España 2003, pp. 22

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