Cada palabra porta y soporta un origen que luego deviene en un posible destino, en el sentido griego de aquella la parte de nuestra vida en la que tenemos que realizar nuestro deseo, un propósito que cumplir y luego la posibilidad de continuar con otra parte, en otra parte. Así la verdad es como esa bella estatua que nadie la podía poseer porque tenía la posibilidad de cambiar siempre de lugar.
Si tomamos estas partes que configuran a la palabra hermenéutica; explicar, interpretar, traducir. Podemos dar cuenta que líneas académicas han privilegiado una parte al costo de excluir a la otra, instalando una estructura binaria; teorías explicativas – teorías interpretativas (¿hermenéuticas?). La intención es recuperar la palabra, para que ella nos hable desde la riqueza de se origen y así resignificar los sentidos posibles, en cuanto potencia del acto de hablar.
Hablar, fabular, es un lazo lúdico, para este juego de significaciones nos trasladamos y transportamos con la metáfora, para deslizarnos utilizamos las sandalias de Hermes, el mediador, el mensajero, el heraldo de los dioses, aquel que fue concebido cuando los dioses y los hombres dormían, hijo de la noche y a la ves hijo de la luz (su madre era una Pléyada, Maya, la mas joven de las siete estrellas), hijo de un deseo que estaba despierto cuando todos descansaban, hijo de un deseo divino, luego deviene en padre de toda mediación entre la luz y las sombras, entre lo visible y lo invisible, entre lo posible y lo imposible…
Quizás aquí se pueda pensar la cita de Virgilio que Freud ubica como epígrafe en su texto la interpretación de los sueños: “Fletere si nequeo superos, acheronta movebo” (Si no puedo conciliar a los dioses celestiales, moveré a los del infierno). ¿Freud el nuevo Hermes?
Hermes porta una doble naturaleza (la palabra hermafrodita da cuenta de esto). Le esta consagrado el día Miércoles, día de las reuniones del circulo psicoanalítico.
Al nacer fue envuelto en bandas (antigua costumbre) pero el encontró la forma de escapar de ellas, luego le roba el ganado a su hermano Apolo, es importante traer a consideración que para los espartanos el robo era una forma de astucia, solo era castigado si era descubierto, porque no era un acto malo en si. El mito relata la ‘astucia’ de Hermes en ocultar, esta capacidad es la que a la vez lo hace apto para desvelar.
Su ingenio lo lleva a inventar la lira, con parte de la caparazón de una tortuga y los intestinos de un buey sacrificado, instrumento que le servirá para canjearlo por los animales robados a su hermano Apolo, este a su ves le enseña la adivinación, así aprende a leer las señales de la naturaleza, a interpretar.
Hermes es el que puede comunicar el cielo y el infierno, mensajero entre Hades y Zeus. El que establece el dialogo, el que esta ‘entre’, aquel que realiza la metaxis, es el que tiene los medios, los recursos.
A Hermes se lo encuentra en la mayoría de las escenas míticas importantes de los relatos griegos, relacionado a enigmas y misterios, es el precisamente quien ayuda a resolverlos, dios de la elocuencia, el que prometió no decir nunca mentiras, pero, a la ves expreso no poder decir toda la verdad.
Es quien guía a los viajeros por los caminos, vela por los pastores, ya que recibe el cayado de oro de su hermano Apolo, parte del símbolo del caduceo. Las serpientes entrelazadas representaban a Zeus y Hera, coronadas por alas que significaban la sublimación de la energía sexual. El caduceo simbólico se halla asimismo en el calumet ritual de las civilizaciones amerindias, adornado con dos plumas de águila y recubierto de crin de caballo trenzada.
Era el que acompañaba las almas a los infiernos, por su función se le otorgaba el nombre de ‘Psicopompo’.
En cuanto a Hermes hay referencias prehelénicas de ser la fuerza residente en la piedra fálica, base del poder totémico de la columna fálica o cairm, alrededor de la que se celebraban danzas orgiásticas.
Es un dios del viento, esta para mediatizar el deseo, se lo consideraba el Amo de los sueños.
¿Quién pueda interpretar los sueños es el Amo del deseo? ¿Ciencia Hermenéutica?
Es quien enseña a encender el fuego, Quien compone el alfabeto con ayuda de las tres Parcas, que habían inventado las cinco vocales, a la vez que se le atribuye la invención de la música entre otras invenciones.
Enlaza sexualidad, lenguaje y muerte, la hace invisible en la música y la esconde en clave matemática, para ser descubierta en la geometría perfecta de las cosas.
Siempre oculto, siempre dado a ver, esperando ese llamado intrínsico de la voluntad del deseo.
Hermes al inventar las consonantes configura los huesos del lenguaje y las Parcas, las tejedoras, la que hilvana, la que teje y la que corta, lo hacen con la carne de las vocales, sexualidad y muerte en la urdimbre de cada relato (mithos: hilo, urdimbre), hablar nos acerca y nos aleja, nos permite la ilusión de un encuentro en un desencuentro constante, que hace lazo allí en lo que se oculta, por eso retomar la palabra es retomar lo que porta y lo que a cada sujeto le toca en parte soportar.
Retornar a Hermes la hermenéutica, el lazo en lo cotidiano del hablar, hacer que el “buen decir” se torna arte.
Citas bibliográficas
Grimal Pierre – Diccionario de Mitología Griega y Latina – Editorial Paidos – Bs As – 1994.
Julián Nadia – Enciclopedia de los mitos – Editorial Robin Book – Barcelona 1997.