No hay nadie que te alimente el anhelo. Acéptalo. Tendrás que hacerlo, hacerlo tú misma. Y a tu alrededor un vasto terreno. Sola. Con la noche. Tendrás que hacerte amiga de lo oscuro si quieres dormir por las noches. No basta con soltar dos, tres veces, cien. Pronto todo es tedioso, insuficiente. El rostro abierto...