Trad. Maria Konta
Giorgio Agamben, un viejo amigo, declara que el coronavirus es apenas diferente de una gripe normal.[1] Olvida que para la gripe “normal” uno tiene a su disposición una vacuna que ha mostrado su eficacia. Y esta también necesita ser adaptada cada año a las mutaciones virales. La gripe “normal” todavía mata, por lo menos, a varias personas mientras el coronavirus contra el cual no existe ninguna vacuna es capaz de una mortalidad evidentemente mucho más elevada. La diferencia (según fuentes del mismo tipo que las de Agamben) es de 1 a 30: esto no es indiferente, sobra decirlo.
Giorgio nos asegura que los gobiernos se apoderan de pretextos para establecer todos los estados de excepción posibles. Pero no se da cuenta de que la excepción deviene, en realidad, la regla en un mundo en el que las interconexiones técnicas de todo tipo (desplazamientos, transferencias de todo tipo, impregnaciones o difusiones de sustancias, etc.) alcanzan una intensidad hasta ahora desconocida y que crece con la población. La multiplicación de esta última también conduce en los países ricos a una prolongación de la vida y a un crecimiento del número de personas mayores y, en general, de personas en riesgo.
No hay que equivocarse del objetivo: una civilización entera está implicada, no hay duda de ello. Hay una especie de excepción viral – biológica, informática, cultural – que nos pandemiza. Los gobiernos no son más que tristes ejecutores, y desquitarse con ellos es más una maniobra de distracción que una reflexión política.
Recordé que Giorgio es un viejo amigo. Lamento traer a colación un recuerdo personal, pero no me distancio, en el fondo, de un registro de reflexión general. Hace casi treinta años, los médicos han decidido que necesitaba hacer un transplante de corazón. Giorgio fue una de las muy pocas personas que me aconsejó no escucharlos. Si hubiera seguido su consejo, probablemente habría muerto bastante rápido. Uno puede equivocarse. Giorgio sigue siendo un espíritu de sutileza y amabilidad que pueden ser llamadas – sin la menor ironía – excepcionales.
Notas
[1] El original en francés y en italiano “Eccezione virale” fue publicado el 27 de febrero 2020 en el sitio web Antinomie (véase https://antinomie.it/index.php/2020/02/27/eccezione-virale/ ) como respuesta al texto de Giorgio Agamben “L’invenzione di un’ epidemia” publicado el 26 de febrero 2020 en el sitio web Quodlibet (véase https://www.quodlibet.it/giorgio-agamben-l-invenzione-di-un-epidemia). El 29 de febrero 2020, John Paul Ricco (Universidad de Toronto) publicó la traducción al inglés del texto de Nancy con comentario “Viral Intrusions and (other) Friendships” en su blog de WordPress unbecoming community (véase https://unbecomingcommunity.wordpress.com/2020/02/29/viral-intrusions-and-other-friendships/).
La traducción al ingles del texto de Agamben se puede encontrar aqui: http://positionswebsite.org/giorgio-agamben-the-state-of-exception-provoked-by-an-unmotivated-emergency/
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