Hechizo del presente

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Estoy viendo Hechizada…
Raro… escribí la primera línea seguro de que todos han visto Hechizada. Pero ahora me doy cuenta cómo una frase tan simple refleja una transformación dramática. Hasta hace muy poco tiempo, las series de televisión marcaban diferencias generacionales abismales, inaccesibles. Como las que se dan entre los aficionados a los espectáculos en vivo como el teatro o el futbol. Cuando apareció el DVD, sin embargo, se volvieron intergeneracionales, como los libros, y eso implicó que al menos ahora, todos puedan haberla visto. Pero con el DVD las series dejaron de ser también entretenimiento de ocasión, para convertirse en una forma de reflexión.
Es curioso, porque la reflexión estaba en las series de televisión desde el primer días que las vimos, pero muchos sólo la descubrimos cuando fuimos capaces de ver los programas una y otra vez, deteniéndolos y examinando cada detalle largamente y con cuidado. Pues entonces fuimos capaces de notar cosas que antes simplemente, pasaban de largo frente a nuestros ojos. Ocurrió algo similar con la lectura cuando apareció la página por el siglo XII. A diferencia del rollo de papiro, el libro formado por páginas se desplegaba de tal forma que dejaba volver una y otra vez sobre lo escrito y examinarlo con detenimiento. Así se convirtió en un instrumento insuperable para transmitir, pero también para practicar la reflexión. (Vandendorp, Christian. From Papyrus to Hypertext. Toward the Universal Digital Library. University of Ilinois Press. pp 28ss)
…. Estoy viendo Hechizada (marco ahora si la liga), preguntándome por qué, a finales de los 60s, en dos series de televisión (HechizadaMi bella genio) las mujeres tienen poderes mágicos. Es interesante observar cómo algo que ocupó el lugar central del saber en el renacimiento,como hoy puede ocuparlo la ciencia, el saber técnico o las terapias psicológicas, se haya desplazado con el tiempo hacia la esfera del entretenimiento. Pienso, claro, no solo en los programas de televisión o el cine, sino en los espectáculos de ilusionistas. Esto le ha pasado también a la astrología a la que vemos aparecer en el mismo espacio con una función semejante: entretener. Cierto, magia y astrología, como la cartomancia y otras prácticas mágicas pueden encontrarse en otros lugares dentro de nuestra sociedad, la mayoría de ellos en los márgenes. Pero esas migraciones, hacia el centro como entretenimiento, y hacia las afueras, como prácticas marginales, obligan a preguntarse cosas: ¿Por qué las prácticas y las ideas migran siguiendo un patrón semejante? ¿Cómo se produce esa migración? ¿Qué fuerzas actúan para que se produzca? ¿Qué revela de la sociedad cuando se encuentran en un lugar o en otro? ¿Puede hacerse una historia de esas migraciones? ¿Cómo las migraciones dan cuenta de rupturas y continuidades? ¿Cómo es constituyen el sobrevivencias y rastros, pero también en hechos y presencias?
Observo con sorpresa que en Hechizada, Darrin, el esposo de Samanta, es un publicista. Y no puedo dejar de anotar que, veinte años después, en 1984, Ioan P. Couliano siguiere en Eros y magia en el Renacimiento, que el mago es el antecesor del psicoanalista y del agente de publicidad. Es un nuevo caso de migración, de desplazamiento. Lo que viaja aquí no es una denominación o una práctica que se llama a sí misma magia, pues ni el psicoanalista ni el publicista se presentan así mismos como magos. Lo que viaja es la actividad, la técnica: uno y otro son los manipuladores de imágenes en el mundo contemporáneo, una actividad que, siguiendo a Giordano Bruno, Couliano atribuye también al mago renacentista. Al fin del Renacimiento, la crítica protestante al uso de imágenes, el racionalismo, ¿son fuerzas de separación, de dispersión, que ocasionan la migración?
Pero dejemos un momento la cuestión de las ideas, las prácticas, las técnicas que se desplazan sobre la superficie de la sociedad, hacia nuevos núcleos, nuevas instituciones, nuevos sujetos. Y veamos ahora que la reflexión televisiva y erudita coinciden en dar testimonio de esta última migración. En uno de los primeros episodios de esta serie, Darrin utiliza una imagen negativa de las brujas dentro de un anuncio de publicidad. Enojada, Samanta obliga a Darrin a cambiar el sentido de la publicidad. Pero para ello necesita hacer cambiar de opinión al cliente sobre la imagen que tiene de las brujas. Aquí la vemos organizar a sus tías para aparecer en el sueño del cliente de Darrin y convencerlo.
Manipulación de las imágenes en el sueño, en la publicidad. Los terrenos son semejantes. La idea de fondo también. La precedencia de la serie televisiva sobre el texto de Eros y magia, trae algunas preguntas consigo. ¿Cuál es la naturaleza de la conclusión de Culianu? ¿No es ya o puede ser, solo, un testimonio de algo ya dado? ¿Un reconocimiento de una tradición? La pregunta en realidad es sobre cómo se reconoce la migración de las técnicas, de las prácticas y las denominaciones. ¿Son descubrimientos o son rastros que pueden seguirse? ¿Están dadas solo en sus formas eruditas o estas solo validan lo que ya ocupa un espacio en la vida cotidiana?
El segmento de Hechizada secunda de muchas formas esta la reflexión: Brujas que usan el sueño para cambiar la idea de la bruja, y difundir esta nueva idea en unos anuncios. Volverla quizás dominante pública. Pues, ¿cómo se vuelve hacia la bruja, o hacia la magia, el que las mira bajo el hechizo de la publicidad, la televisión o el psicoanálisis?
Pasado y presente son entidades difíciles, evanescentes. Agamben, citando a Melandri, apunta que es habitual explicar los códigos y matices de fondo de un cultura, recurriendo a otro código de orden superior, “al que se atribuye una suerte de misterioso poder explicativo (el modelo del “origen”)”. (Agamben, Giorgio. Signatura rerum. Sobre el método. Anagrama, Barcelona 2010. Tradiucción Flavia Costa y Mercedes Ruvitoso).
Pero el problema de estudiar el pasado es que éste de cierta forma está retornando todo el tiempo: está imbricado en el presente y, desde el presente, se transforma. La memoria natural tiene esa misma estructura: el recuerdo no es un evento dado por completo a la experiencia interior. Al contrario, es siempre una experiencia presente: la memoria completa, llena huecos, reelabora.
Por eso la reflexión sobre la historia del pensamiento no solo tiene que ser una crítica de la tradición, sino también una crítica del presente. Sospechemos de las elaboraciones completas, sin fisuras. A las que nada falta. Sospechemos de las exposiciones de autores, de ideas, que se pretenden completas: expresiones acabadas de aquello a lo que sólo accedemos parcialmente.
A fin de cuentas, todavía luchamos contra la ruptura, contra la idea de que hay algo de irrecuperable en el pasado. Que hay estructuras, ideas, prácticas y formas, que irremediablemente se pierden. Sobre todo, el pensamiento se pierde. Y lo que no desaparece migra. Cambia de estado, viaja. ¿Cómo se cuenta la historia de esos viajes? ¿Cómo la historia de esas pérdidas? ¿Cómo finalmente contar la historia de la magia?