Desde la otra orilla de lo que digo
se tiende un puente para llegar a mi palabra.
Cada vez que pronuncio mi nombre,
mi nombre vuelve a mí desfigurado.
Cada que digo agua, el agua vuelve viento,
el viento fuego, el fuego mi nombre exacto
pero mucho más pleno, y más desconocido.
Tiro palabras, nombres, versos a la otra orilla
cada vez,
y cada vez anuncia nuevas intensidades
de lo que no conozco.
Habría de arrojar sobre este puente
aquello que no digo, mi silencio,
para que alguna vez vuelva poema.
Mario Bojórquez
De Pretzels
(Colección Gláphyras, México, 2005)
(El suri porfiado, Buenos Aires, 2015)
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