Psiconáutica e ideología: el “Ensayo sobre el hashish” de Walter Benjamin

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Psiconáutica e ideología: el “Ensayo sobre el hashish” de Walter Benjamin

Resumen

Entre 1927 y 1934 Walter Benjamin realizó, en colaboración con Ernst Joel, Fritz Fränkel y Ernst Bloch, algunos ensayos empíricos de hashis, opiáceos y mescalina; los reportes de Benjamin, actor central de la compilación de textos recabada por la editorial Suhrkamp, están llenos de imágenes poéticas, rigores investigativos, reflexiones ideológicas y consideraciones filosóficas. La historia cultural del cannabis y el hashis, la psiconáutica y la crítica a la ideología burguesa tienen en Benjamin una instancia histórica valiosa, en un sentido de reportes de relevancia psicofarmacológica, y de emancipación política.

Palabras clave: hashis, opiáceos, historia cultural, emancipación política, ideología.

 

Abstract

Between 1927 and 1934, Walter Benjamin made, in collaboration with Ernst Joel, Fritz Fränkel and Ernst Bloch, some empirical essays on hashish, opiates and mescaline; Benjamins’ reports, central actor of the compilation of texts gathered by Suhrkamp publishing house, are full of poetic images, investigative rigour, ideological and philosophical considerations. Cultural history of cannabis and hashish, psychonautics, and the critic of bourgeois ideology, have in Benjamin a valuable historic place, in a sense of relevant psychopharmacology reports, and political emancipation.

Key words: Hashish, opiates, cultural history, political emancipation, ideology.

 

 “Pondré esta esmeralda (haschich)
en mi cubilete de rubí morado (calian).”
Omar Khayam

 

De acuerdo a Georg Lukács, filósofo marxista y revolucionario húngaro, la ideología consiste en “la suma de aquellos medios intelectuales con cuya ayuda los hombres toman conciencia de los conflictos esenciales de sus vidas, y se tornan capaces de enfrentar tales conflictos”;[1] por su parte, Albert Hofmann, químico suizo, descubridor y sintetizador del LSD, expresa que la psiconáutica, como exploración del “campo interior del alma”, puede ser una empresa “verdaderamente enriquecedora” si se realiza con una “buena preparación”,[2] al igual que la exploración del espacio exterior. Entonces, podríamos englobar: la ideología y la psiconáutica constituyen modos con los cuales el ser humano puede relacionarse consigo mismo y con su entorno, en búsqueda de un cierto conocimiento que constituya una guía y orientación en la vida práctica, y que funja como una instancia de disipación de temores, fetichizaciones y prejuicios, que pudieran minar sus posibilidades de acción en lo individual y en lo social; el matrimonio entre psiconáutica e ideología implica la exploración de distintos puntos de vista sobre uno mismo y el mundo, la reconstrucción de la narrativa de la propia existencia, a la par que una apuesta por construir un mundo material adecuado al desarrollo corporal y espiritual de todos.

Walter Benjamin, filósofo, teórico del arte, revolucionario y psiconauta alemán, nos ofrece una instancia concreta de este posible matrimonio; así, en las siguientes consideraciones nos proponemos explicitar cómo este singular pensador emancipatorio exploró con sustancias psicoactivas (aquí nos concentramos en el hashish, pero Benjamin realizó protocolos de prueba también con opioides y mescalina) el mundo interior del alma, en el marco de un proyecto filosófico de vida que se afanó decididamente por contribuir a la abolición de la  explotación del hombre por el hombre, y a la crítica de la Modernidad. 

Nuestra base de estudio consistirá en los diversos ensayos, protocolos, reportes o anotaciones que Walter Benjamin realizó entre 1927 y 1934, a veces en conjunto con Ernst Bloch, Ernst Joël y Fritz Fränkel, a partir de experiencias propias o de observación de sus amigos, en la ingestión (fumando) de hashish, a veces bajo inclusión de las cantidades ingeridas (en un par de protocolos él habla de .4 gr y de 1 gr).[3]

 

I

En los reportes de Benjamin se entrelazan vivencias subjetivas, reportes en tercera persona de sujetos de experimentación, reconstrucciones literarias y observaciones sociológicas; en otros términos, quien se sumerja en la lectura de los textos benjaminianos sobre el hashish encontrará los testimonios de un usuario, de un observador científico, y de un esteta de primer nivel.

En efecto, el filósofo alemán llegó al hashish, no como un novato, sino como alguien que parece haber estado en una suerte de comunidad de versados, con Baudelaire y con Hesse, y así, conocer de manera viva el mundo literario y práctico de las drogas; por ejemplo, un testimonio del 29 de julio de 1928 en Marsella, y publicado por Benjamin como una reconstrucción literaria en 1930 en la revista Uhu, da cuenta de la experiencia vivida del filósofo, testimoniando un cambio notable en su consciencia (psiquismo, estados mentales, percepción,  cognición, etc.):

Ahora se hacen valer las alteraciones del espacio y del tiempo que experimenta el fumador de hashish. Son bien conocidas, y absolutamente esplendorosas. Para el que ha fumado hashish, Versalles no es muy grande, y la eternidad no dura para él demasiado. Y en el trasfondo de estas dimensiones inmensas de la experiencia interior, de la duración absoluta y del mundo espacial inmensurable, se demora un humor bienaventurado y maravilloso; tanto más se demora en las contingencias del mundo espacial y temporal.[4]

Además de estos elementos de resignificación de la experiencia espacio temporal y de ánimo cautivado apaciblemente en la inmediatez, Benjamin ofrece otros testimonios alrededor de procesos de percepción y emoción que son modificados por la ingesta de hashish; valgan los siguientes reportes vivenciales como ejemplos:

Rudimentos de una situación de ensueño. Gran sensibilidad hacia puertas abiertas, conversación escandalosa y música.[5]

O, continúa:

Al leer uno tras otro los nombres de los botes [en un puerto de Marsella] me sobrevino una dicha inconcebible y sonreí al repasar de cerca todos los nombres de mujeres de Francia. Margarita, Luoise, Renée, Yvonne, Lucile – el amor que se prometía a estos botes con sus nombres me pareció maravilloso, bello y tranquilizante.[6]

El sentimiento de soledad se pierde de manera bastante abrupta. Mi bastón comenzó a darme una alegría especial […] Desaparece la  aversión.[7]

Sobre la base de estos motivos tal vez se hace comprensible la tesis benjaminiana sobre “la alternancia incesante entre una situación onírica y una de vigilia”, como la experiencia del estado de hashish en relación con la consciencia cotidiana; tal vez el hecho de que el fumador de hashish pueda ser un testimonio relator de este vaivén de mundos y guardar recuerdos y relatos lúcidos de sus experiencias, lleva a Benjamin a hablar de la “legitimación del fumar cannabis”[8] frente a posibles reservas conservadoras o morales.

Con respecto a los motivos de observación científica que se encuentran en los pasajes canábicos de Benjamin, podemos apuntar que en el reporte del 29 de julio de 1928 Benjamin declara que “es llamativo que el envenenamiento por hashish no se haya trabajado todavía, de manera experimental”.[9] Cabría pensar que el propio Benjamin con sus experimentos abonó a este tema, sin experimentar él mismo algún efecto adverso (más allá de algún sentimiento de temor repentino y pasajero), al trabajar con dosis notables de hashish (lamentablemente los protocolos de Benjamin no detentan información suficiente, como para hacer un examen bioquímico cuantitativo sobre sus ensayos); queda entonces, como un posible desiderátum de continuación de sus propios experimentos, el aspirar a diseños experimentales que consideren dimensiones cuantitativas precisas, como para poder hacer cálculos matemáticos  sobre la posible toxicidad para el cuerpo humano de tal o cual sustancia, psicoactiva o no.[10] Con respecto al tema de los efectos del uso crónico del hashish, de manera sugestiva sobre la observación de “adictos”, Benjamin apunta: “descortesía, pedantería y fariseísmo son rasgos, que uno raramente se encuentra en los adictos”,[11] justo después en el mismo reporte, se exploran posibles dimensiones terapéuticas de la ingesta de hashish, en el seno de prácticas de consumo junto con otros; “Los adictos se extraen igualmente uno con respecto a otro las cosas malas de su existencia; ellos inciden en el otro mutuamente de manera catártica.”;[12] otro punto terapéutico consignado por Benjamin es el de los posibles efectos ansiolíticos (para decirlo en lenguaje contemporáneo) de esta preparación de cannabis: “Benevolencia ilimitada. Extinción de los complejos de angustia neurótico-obsesivos”.[13]

Sobre el tema de Benjamin como esteta del hashish, no sobra recordar que el filósofo-poeta alemán poseyó un talento metafórico formidable, mismo que se manifiesta en los relatos e informes de manera punzante: “[Al caminar por los puertos de Marsella] Capté de una vez, cómo a un pintor puede aparecer la fealdad como el verdadero reservorio de la belleza, mejor que su cámara de tesoros, como una montaña desgarrada con el oro de lo bello entero guardado en su interior  – ¿Acaso no le ocurrió a Rembrandt así y a muchos otros?”;[14] con respecto al tema del aura, las siguientes reflexiones de 1930 pueden completar el cuadro teórico de La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica, con una noción de aura “verdadera”, tal vez considerada así por estar depurada de los vestigios fetichistas de la época, de las imágenes rituales, mágicas y despóticas: 

“El aura verdadera aparece en todas las cosas […] El aura verdadera no puede ser pensada como rayos mágicos espirituales relamidos, como se encuentra esto en los libros místicos vulgares […] lo característico del aura verdadera es el ornamento, el revestimiento ornamental en que está la cosa […] como en la funda de un estuche”.[15]

Cabe agregar que esta dimensión estética de sensibilidad acrecentada queda al acceso, de acuerdo a Benjamin, a todo usuario del hashish: “En el hashish somos gozantes seres de prosa de la máxima potencia”.[16] 

GERSHOM SCHOLEM

Benjamin aparece así a la luz de estos documentos filosóficos, científicos y psiconáuticos como un teórico integral que pudo en su vida práctica conjuntar los desarrollos de una teoría emancipatoria del cuerpo y de la sociedad como la filosofía de Marx, con un afán propio de investigar regiones inexploradas de la consciencia, en torno al uso de  determinadas plantas y sustancias psicoactivas; notablemente a Scholem le escribe en 1926 que contempla escribir “un libro sumamente importante sobre el hashish”,[17] mismo que lamentablemente no fue escrito. Tal vez cuestiones sobre el consumo ritual, la historia económica, la discriminación hacia grupos sociales o raciales, los efectos fisiológicos-psicológicos, potenciales terapéuticos, entre otras, podrían haber tenido cabida en un texto tal; es decir, tal vez este texto habría trazado un interesante puente entre una antropología y teoría social “materialista”, y una pauta filosófica para una cierta “iluminación profana”[18] mediada por sustancias psicoactivas, compatible con la consolidación del comunismo, o por lo menos de una crítica hacia la Modernidad y su aplastamiento de lo humano y la naturaleza.

Una teoría social de inspiración marxista tendría que considerar al universo de las sustancias psicoativas, como una serie de elementos materiales que en contacto con el cerebro humano provoca cambios en la neurotransmisión que redundan en alteraciones de la percepción, la emoción y la cognición. Todo esto queda a la consideración, sobre todo para emitir juicios informados y científicos sobre el uso, abuso o promoción de tal o cual sustancia psicoactiva. No es vano considerar que estas formulaciones deberían estar en todo momento como base materialista, y no una mera excitación inmediata del ánimo subjetivo o una repetición de prejuicios religiosos o cotidianos. Las posiciones de un partido socialista (en el sentido táctico de Marx, Lenin y Lukács) en torno a las drogas y sustancias psicoactivas deben estar basadas en consideraciones fisiológicas sobre la función corporal humana y en atenciones sociales sobre la intersubjetividad, el trabajo y la emancipación. Una amplia defensa por la despenalización, legalización, institucionalización, e incluso, la oferta gratuita y universal gubernamental de varias drogas o sustancias psicoactivas podría construirse en continuidad con un proyecto político emancipador marxista. El tema del derecho al hashish tiene en Benjamin a un pionero e inspirador metodológico.

Benjamin nos ha legado fragmentos y constelaciones que engarzan vías estéticas, psiconáuticas, artísticas, teóricas y tácticas; podemos aspirar a dar continuidad a su ímpetu crítico y barroco, en la construcción de una teoría social emancipatoria para la izquierda de nuestros tiempos contemporáneos y en crisis.

 

Bibliografía

  1. Albert Hofmann, LSD – Mein Sorgenkind, Die Entdeckung einer »Wunderdrogue«, Deutscher Taschenbuch Verlag, München, 2001.
  2. Alexandre Rafael de Mello Schier et. al., “Cannabidiol, a Cannabis Sativa constituent, as an anxyolytic drug”, Revista Brasileira de Psiquiatria, Vol. 34, Supplement June, 2012.
  3. Gabriel Nahas, G. Paton, Sir D. M. William, Marihuana biological effects, Analysis, Metabolism, Cellular responses, reproduction and brain, Pergamon Press, London, 1979.
  4. Georg Lukács., “Marx y Goethe”, en Antonio Infranca, y Miguel Vedda, (comp.), György Lukács, ética, estética y ontología, Colihue, Argentina, 2007.
  5. Luis de la Peña, La escritura literario-filosófica de Walter Benjamin: El filósofo como autor, Tesis de Maestría, https://www.academia.edu/1872965/La_escritura_literario-filos%C3%B3fica_de_Walter_Benjamin_el_fil%C3%B3sofo_como_autor?auto=download (consultado 26 de mayo de 2017), p. 41.
  6. Regula Schindler, “Die Drogen-Protokolle Walter Benjamins”, en Peter Widmer y Michael Schmid, Psychosen: eine Herausforderung für die Psychoanalyse, Tanskript, Alemania, 2015.
  7. Rudolf Brenneisen, “Chemistry and Analysis of Phytocannabinoids and Other Cannabis Constituents”, en Mahmoud Elsohly (ed.), Marijuana and the Cannabinoids, Humana Press, Totowa, 2007.
  8. Uwe Schütte, Die Poetik des Extremen, Vandenhoek &Ruprecht, Göttingen, 2006.
  9. Walter Benjamin, Über Haschisch, Suhrkamp, Frankfurt am Main, 2000.

 

Notas
[1] Georg Lukács., “Marx y Goethe”, en Antonio Infranca, y Miguel Vedda, (comp.), György Lukács, ética, estética y ontología, Colihue, Argentina, 2007, p. 60.
[2] Albert Hofmann, LSD – Mein Sorgenkind, Die Entdeckung einer »Wunderdrogue«, Deutscher Taschenbuch Verlag, München, 2001, p. 87. 
[3] No es posible constatar a partir de las anotaciones de Benjamin la posible concentración o composición de canabinoides en sus preparaciones de hashis (un concentrado elaborado a partir de la marihuana). Un estudio experimental contemporáneo reporta el uso de cigarrillos de marihuana de un peso de 767 miligramos con una concentración de tetrahidrocanabinol (THC – el principal agente psicoactivo de la marihuana y del hashis) de 20 miligramos (2.57%). Las dosis reportadas por Benjamin, así, podrían equivaler, de manera sumamente general, a .5-1.5 cigarrillos de marihuana. Cabe señalar que puede existir una gran variación entre la concentración de canabinoides (el factor material a tomar en  cuenta para evaluar la “potencia” de tal o cual muestra de marihuana o hashis) como el THC, el canabidiol (CBD), y el canabinol (CBN) entre varias especies o muestras de marihuana o hashis. Véase Rudolf Brenneisen, “Chemistry and Analysis of Phytocannabinoids and Other Cannabis Constituents”, en Mahmoud Elsohly (ed.), Marijuana and the Cannabinoids, Humana Press, Totowa, 2007.
[4] Walter Benjamin, Über Haschisch, Suhrkamp, Frankfurt am Main, 2000, p. 47.
[5] Ibid., p. 66.
[6] Ibid., p. 44.
[7] Ibid, p. 96.
[8] Benjamin, apud Uwe Schütte, Die Poetik des Extremen, Vandenhoek &Ruprecht, Göttingen, 2006.
[9] Benjamin, op. cit., p. 46.
[10] Para una revisión de los efectos materiales de algunas preparaciones de marihuana o sus componentes en diversos tejidos mamíferos y humanos véase Nahas, Gabriel, G., Paton, D. M. Sir William (1979), Marihuana biological effects, Analysis, Metabolism, Cellular responses, reproduction and brain, Pergamon Press, London, 1979.
[11] Benjamin, op. cit., p. 60.
[12] Ibid., p. 61.
[13] Ibid., p. 65.  Literatura contemporánea da cuenta de los palpables efectos ansiolíticos de canabinoides como el canabidiol. Véase Alexandre Rafael de Mello Schier et. al., “Cannabidiol, a Cannabis Sativa constituent, as an anxyolytic drug”, Revista Brasileira de Psiquiatria, Vol. 34, Supplement June, 2012.
[14] Benjamin, op. cit., p. 48.
[15] Ibid., p. 107.
[16] Ibid., p. 51.
[17] Luis de la Peña, La escritura literario-filosófica de Walter Benjamin: El filósofo como autor, Tesis de Maestría,https://www.academia.edu/1872965/La_escritura_literario-filos%C3%B3fica_de_Walter_Benjamin_el_fil%C3%B3sofo_como_autor?auto=download (consultado 26 de mayo de 2017), p. 41.
[18] Benjamin apud Regula Schindler, “Die Drogen-Protokolle Walter Benjamins”, en Peter Widmer y Michael Schmid, Psychosen: eine Herausforderung für die Psychoanalyse, Tanskript, Alemania, 2015, p. 206. 

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