Editorial #48

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Podemos fustigar la cuantificación del mundo, pero a veces los números son elocuentes.

 

Gilbert Simondon, nacido en Francia en 1924, publicó en vida un solo libro de manera completa: Du mode d’existence des objets techniques, originalmente en 1958, producto de su tesis de doctorado secundaria en filosofía defendida en la Sorbonne. El otro libro, denominado L’individu et sa genèse physico-biologique, constituye el primer tercio, recortado y hasta mutilado, de su tesis de doctorado principal sobre la noción de individuación, y sólo fue publicado en 1964. En ese momento Gilles Deleuze dedicó una reseña muy elogiosa al libro y a lo largo de su obra citó profusamente a Simondon —algunos dicen que menos de lo que lo usa, lo cual no tiene la menor importancia ya que fue el único contemporáneo del filósofo que lo reconoció en toda su dimensión.

Simondon murió en 1989. Ese mismo año se dio a conocer L’individuation psychique et collective, otra de las partes de su tesis de doctorado. Apenas cinco años después comienza la explosión: 10 libros, un promedio cercano a una publicación por año hasta hoy, incluyendo la tesis completa con su título original, L’individuation à la lumière des notions de forme et d’information. Se sucedieron desde entonces cursos, conferencias, entrevistas y manuscritos inéditos a un ritmo que recuerda el de los famosos cursos de Foucault en el Collège de France, que también vieron la luz luego de la muerte de su autor —y quizás precisamente por eso—, o los de Deleuze, publicados en español por la misma editorial, Cactus, que se encarga mayoritariamente del éxito simondoniano en América Latina y España.[1]

Y decimos éxito porque de esos diez libros, seis ya fueron publicados y uno está en camino. Otras editoriales argentinas, como Prometeo y La Cebra, se encargaron de otros libros del filósofo francés. Para más “acumulaciones”, cabe agregar que las reediciones de algunos de estos libros están a la orden del día, en francés y en castellano; que zonas de la obra de Simondon ha recibido traducciones al inglés, el italiano, el portugués, el coreano, el ruso, el turco y el alemán, considerando solamente publicaciones oficiales; que, como es de imaginar, ya hay numerosos libros publicados sobre la obra de Simondon en francés, inglés, español e italiano, hasta donde llega nuestro conocimiento; y que la lista es mucho más numerosa si se atiende a dossiers de publicaciones académicas y otras publicaciones que no lo son tanto.[2]

Hemos sugerido ya que el interés por Simondon es muy marcado en América Latina, como lo muestra la cantidad de traducciones ya realizadas al castellano, superior a la de cualquier otra lengua. Desde hace seis años se suceden coloquios, conferencias y cursos sobre diversos aspectos de su obra en Brasil, Colombia, Chile, Uruguay y Argentina. De hecho, el presente dossier se inscribe en una lista creciente de números especiales sobre su pensamiento que detallamos en el final de este texto.

¿Por qué Simondon? Esa es la pregunta que se hace Vincent Bontems, uno de los grandes difusores y amplificadores de la filosofía de Simondon en un texto introductorio, disponible en portugués.[3] En línea con la respuesta de Bontems, comencemos por decir que la teoría simondoniana de la individuación, su filosofía de la técnica y hasta su pensamiento sobre la imagen cubre una cantidad vastísima de realidades y campos, y esto se manifiesta en el hecho de que casi no existe terreno en el que el pensamiento de Simondon no haya sido explorado en los últimos 15 años: desde la física hasta la antropología, desde la arquitectura hasta las ciencias sociales, desde la biología hasta el teatro, desde la estética hasta la ingeniería, desde corrientes filosóficas opuestas hasta el bioarte. Simondon convoca a cualquier orden de conocimiento y de experimentación.

Ciertamente, no es Simondon el primer filósofo, ni será el último, en hablar de casi todo. Pero a fines de los años cincuenta del siglo XX, en Francia, en un sigilo casi completo, el animarse a elaborar un verdadero sistema de pensamiento con una arquitectura conceptual precisa y al mismo tiempo arborescente, sí constituye una novedad y hasta una rareza. Simondon es autor de un edificio filosófico en un tiempo donde este tipo de ambiciones se sancionaban con la crítica virulenta o directamente con la mofa. El paso del estructuralismo al posestructuralismo es, entre otras cosas, el de la renuncia a esas vocaciones totalizantes. Ahora bien, en ese sistema, que no era para nada “total” y, en ese impulso, casi hegeliano, pero en contra del propio Hegel, se pronuncian de manera insistente las palabras que serán el santo y seña de aquellos que renunciarán al gran fresco filosófico: acontecimiento, singularidad, devenir.

Para más datos, Simondon es cientificista y fanático de los sistemas técnicos. Sostiene que las ciencias naturales han realizado una revolución filosófica que no puede ser interpretada por las propias ciencias en virtud de su estructura, ni por la propia filosofía, preocupada en devaneos humanistas, en la construcción de autores y de escuelas, en hacer siempre la historia de sí misma y nunca poner en juego las preguntas que la deberían animar. Pasa olímpicamente por el costado del estructuralismo pero no logra que las huestes fenomenológicas lo abracen. Lo apasiona la cibernética. Demasiadas rarezas para que la última mitad del siglo XX entendiera lo que decía. Y lo que hacía.[4]

¿Por qué Simondon ahora, entonces? Hasta ayer, el reconocimiento que le cabía a Simondon se limitaba —aunque no es poco— a su filosofía de la técnica, sin duda la más completa y compleja del siglo XX. Pero un breve repaso del panorama contemporáneo, sin pretensión de exhaustividad, entrega algunas sugerencias para responder a esta pregunta. Hoy se habla de poshumanismo, y Simondon fue aquel que condenó el “humanismo fácil” de la filosofía que le era contemporánea y al mismo tiempo se situaba a enorme distancia del “antihumanismo” de inspiración estructuralista, planteando la centralidad de la técnica y de la información. Hoy se habla de nuevos materialismos y sin duda su teoría apunta, entre otras cosas, a renovar el materialismo como doctrina filosófica incorporando las teorías científicas del siglo XX. Hoy se habla de affective turn, y Simondon tiene una teoría compleja y enigmática sobre la afecto-emotividad como base de la existencia social. Hoy se habla de realismo especulativo, y Simondon fue de los primeros en defender, en plenos giros lingüísticos tanto anglosajones como franceses, una visión estrictamente realista del mundo. Hoy se habla —quizás ya no tanto— de la Teoría del Actor-Red en los estudios sobre ciencia y tecnología, y Simondon está en cada una de sus inspiraciones. Hoy se habla de bioarte, y Simondon fue quien situó a lo técnico y a lo viviente en el viscoso mundo del artificio. Hoy estamos en la sociedad de la información y de las redes, y Simondon es el autor de una pionera teoría crítica de la información. Hoy se discute sobre el lugar de la técnica en la sociedad, superior incluso a lo que veía un Heidegger, y no hay nadie que haya explicado ese lugar con tanta precisión como Simondon. Que se nos permita exagerar, pues, para sostener que la filosofía de Gilbert Simondon es uno de los fundamentos del pensamiento contemporáneo, de manera explícita o implícita. Hasta ayer, como dice Sonia Torres Ornelas en este dossier, Simondon era un outsider.

Así, no podría ser intención de este dossier cubrir todos los aspectos detallados. Para ello remitimos a las pocas fuentes directas citadas en la bibliografía y a las muchas fuentes que pueden emerger en cualquier idioma con una simple búsqueda en el bullicioso mundo virtual que habitamos. Sí es el objetivo de estos escritos presentar una introducción para el público de México sobre la filosofía simondoniana en una combinación entre escritos generales, que organizan una visión de conjunto de su teoría, y otros artículos que privilegian la experimentación con su pensamiento. Del mismo modo, y a sabiendas de la amplia posibilidad de acceso a los trabajos de las principales figuras del “simondonismo”, hemos querido aquí incluir una cantidad considerable de investigaciones más frescas y jóvenes, entre ellas algunas mexicanas. En todo ello hay variedad temática, de nacionalidades (Colombia, Brasil, México, Canadá y Argentina), y se observa una estricta igualdad de género.

Entre los artículos introductorios a Simondon podemos ubicar los de Lourdes Solís Plancarte, Isabela Builes Roldán y Luis Rossi. Solís Plancarte replica uno de los gestos simondonianos básicos, a saber, tomar temas científicos como objetos de reflexión filosófica. Es interesante porque una de las razones de la demora en la traducción completa de La individuación al inglés, por ejemplo y confesado por uno de sus promotores, es el hecho de que hay cientos de páginas dedicadas a física y biología, electrones y esponjas marinas, así como en El modo de existencia… es el turno de las grillas electrónicas y los motores de combustión; y eso no atrae lectores. Simondon no es un seductor como Deleuze, ni un boxeador implacable como Foucault. Por su parte, Builes Roldán describe la paleta de nociones simondonianas básicas como información, metaestabilidad, ontogénesis, transducción y transindividualidad, desembocando en una reflexión sobre la idea de formación. Y Rossi despliega en toda su complejidad, y con una precisión envidiable, la teoría de la imagen que Simondon brinda en su curso Imaginación e invención.

Ya se dijo que Simondon tenía una obsesión con la cibernética, autodeclarada —por Norbert Wiener— como la ciencia que estudia la comunicación y el control en animales, seres humanos y máquinas. En los sesentas y setentas, Simondon trabajó como profesor e investigador en psicología (lo humano) y se inspiraba de manera constante en la etología (lo animal) y la tecno-logía (las máquinas). Era, pues, un cibernético cabal, que comprendió los desafíos filosóficos de este campo que erigió a la información en un trono, y que justamente fustigó esa entronización. Aquí tenemos, pues, tres artículos que desmenuzan la sofisticación simondoniana para rechazar esta separación entre reinos sin por ello abrazar las equivalencias cibernéticas. Ana Patto Manfredini y Sonia Torres Ornelas analizan las notables Dos lecciones sobre el animal y el hombre, mientras Lucas Vilalta proyecta la noción de información simondoniana hacia los vericuetos de la analogía entre cerebro y computadora, hoy en crisis. Por su parte, Aline Lavalle y José Ezcurdia apuntan a otras zonas de la amplia teoría de Simondon: una con la tematización de la percepción y la sensación, allí donde se encuentra el ser humano con el ser animal, y el otro con una reseña de Nicolas Dittmar, perteneciente a una editorial que ha publicado en Francia varias obras sobre Simondon, que trata justamente la problemática fenomenológica del cuerpo de la que nuestro autor se mantuvo próximo.

Finalmente, la experimentación. La canadiense Gisèle Trudel y el argentino Gabriel Paiuk han “aplicado” a Simondon en performances artísticas sobre lugares de enterramientos de basura y sobre instalaciones de sonido, respectivamente. Creemos que son artículos valiosos justamente por no hacer de Simondon un objeto de reflexión sino, como él hubiera querido y como dijera famosamente Foucault, una “caja de herramientas”; Simondon, que tanto habló de herramientas, convertido en una. Por otro lado, nada mejor que performances de inspiración simondoniana para hacer honor a su sugestiva figura de una tecnoestética (planteada en una carta que le escribió nada menos que a Jacques Derrida en 1982). Como las viejas vanguardias históricas, Simondon tenía una idea de arte y de estética, de objetos técnicos y objetos estéticos, en la que las nociones de autor, obra, museo y la propia teoría estética se encontraban en entredicho. Nadie mejor que Simondon para ser instalado y performado, no sólo contemplado y mucho menos convertido en motivo de una mera exégesis.

Así, este dossier pretende ser un gesto de invitación a la lectura de una obra que, sin ningún lugar a dudas, fue de lo más interesante que dio la filosofía occidental en el siglo XX sin que ese tiempo se diera cuenta. Bienvenidas y bienvenidos al fascinante mundo de Gilbert Simondon.

 

Editor Invitado:
Pablo “Manolo” Rodríguez

 

 

Libros de Simondon en español

  1. El modo de existencia de los objetos técnicos, Prometeo, Buenos Aires, 2008a [dos reimpresiones].
  2. Dos lecciones sobre el animal y el hombre, La Cebra, Buenos Aires, 2008b.
  3. La individuación, La Cebra-Cactus, Buenos Aires, 2009 [2 ed. corregida y aumentada: La individuación a la luz de las nociones de forma y de información, Cactus, 2015].
  4. Curso sobre la percepción (1964-1965), Cactus, Buenos Aires, 2012 [una reimpresión].
  5. Imaginación e Invención (1965-1966), Cactus, Buenos Aires, 2013 [una reimpresión].
  6. Comunicación e información. Cursos y conferencias, Cactus, Buenos Aires, 2016.
  7. Sobre la técnica, Cactus, Buenos Aires, 2017.
  8. Sobre la filosofía (1950-1980), Cactus, Buenos Aires, 2018.

 

Libros sobre Simondon en español

  1. Montoya Santamaría, Jorge William, La individuación y la técnica en la obra de Simondon, Universidad Eafit, Medellín, 2006.
  2. Blanco, Javier; Parente, Diego; Rodríguez, Pablo y Vaccari, Andrés (comp.), Amar a las máquinas: Cultura y técnica en Gilbert Simondon, Prometeo, Buenos Aires, 2015.
  3. Combes, Muriel, Una filosofía de lo transindividual, Cactus, Buenos Aires, 2017.

 

Números especiales sobre Simondon en español y portugués

  1. “Gilbert Simondon. Un naturalista del siglo XX”: Dossier de la revista Pensamientos sobre la técnica, No. 6, Buenos Aires. Edición del Seminario de Informática y Sociedad (Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires), 2007.
  2. “Debates intelectuales contemporáneos”: Dossier sobre Simondon de la revista Nueva época, No. 10 (Conicet-Universidad Nacional de Córdoba, Argentina), 2013 (https://revistas.unc.edu.ar/index.php/astrolabio/issue/view/368).
  3. “Gilbert Simondon. Repercusiones y perspectivas”: Dossier de Revista latinoamericana de estudios althusserianos, No. 4, con sede en Chile, 2016. (http://revistademarcaciones.cl/numero-4/).
  4. “Gilbert Simondon”: Dossier de la revista Eco-Pos, del Programa de Posgrado en Comunicación y Cultura de la Escuela de Comunicación de la Universidade Federal do Rio de Janeiro. 20, No.1 (2017). (https://revistas.ufrj.br/index.php/eco_pos/issue/view/783/showToc).

 

Bibliografía de Simondon en francés (no traducida)

  1. L’invention dans les techniques. Cours et conférences, Seuil, Paris, 2005.
  2. Sur la psychologie, PUF, Paris, 2015.
  3. La résolution de problèmes, PUF, Paris, 2018.

 

Notas

[1] Es posible situar a Simondon en un triángulo con Foucault y Deleuze, pues fueron compañeros de curso en la École Normale Supérieure. Es un triángulo hecho de afinidades (Deleuze) y desconocimientos (Foucault) pero, como veremos enseguida, Simondon podría constituir un vértice original de la filosofía francesa de las últimas seis décadas.

[2] Para un panorama más detallado, ver www.gilbert.simondon.fr.

[3] https://revistas.ufrj.br/index.php/eco_pos/article/view/10402.

[4] Por ejemplo, dictar clases en escuelas secundarias enseñando a sus estudiantes de 13 o 14 años a armar y desarmar un motor de combustión o un radar. Los informes de sus actividades docentes y sus desafiantes proyectos educativos se pueden leer en el libro Sobre la técnica.

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