El viejo Hegel y Eleusis: los misterios de la Antigüedad, ciencia e historicismo

Resumen

El joven Hegel, un republicano rousseauniano, estableció a Grecia como un punto de vitalidad cultual ejemplar para el mundo moderno. Después de Jena, Hegel con la dialéctica, realizó una dinamización e historización de conceptos que lo llevó a exponer la génesis del modo capitalista de producción y sus problemas intrínsecos. Eleusis y los misterios antiguos formaron parte de la reflexión del joven y del viejo Hegel. Primero como una mirada nostálgica hacia un mundo de vida perdido, y luego con una mirada genética e histórica, ubicando a Eleusis como parte del proceso de la emancipación humana y como parte de la filosofía de la historia y la religión.

Palabras clave: Eleusis, sustancia psicoactiva, cognición, historia universal, evolución, Eros.

 

Abstract

The young Hegel, a rousseaunian republican, established Greece as an exemplary cultural vital point for the modern world. After Jena, Hegel with the dialectic, dinamized and historicized concepts, which lead him to expose the genesis of the capitalist mode of production and its intrinsic problems. Eleusis and the ancient misteries were part of the young and old Hegel’s reflection. First as a nostalgic gaze towards a lost lifeworld, and then with a genetic and historical view, placing Eleusis as part of the process of human emancipation and as part of philosophy of history and religion.

Keywords: Eleusis, psychoactive substance, cognition, universal history, evolution, Eros.

 

¡Que salten y se abran ahora mismo las puertas de tu santuario,

oh Ceres que reinaste en Eleusis!

Borracho de entusiasmo captaría yo ahora

visiones de tu entorno,

comprendería tus revelaciones,

sabría interpretar de tus imágenes el sentido elevado,

oiría los himnos del banquete divino,

sus altos juicios y consejos[…]

 

Pero tu estruendo ha enmudecido, ¡oh Diosa!

Los dioses han huido de altares consagrados

y se han vuelto al Olimpo;

¡huyó de profanado sepulcro de los hombres

De la inocencia el genio, que aquí les encantaba! […]

Tus sabios sacerdotes callaron; de tus sagrados ritos

no llegó hasta nosotros tono alguno[…] En vano busca

el investigador, más por curiosidad que por amor,

a la sabiduría (tal hay en los que buscan y a Ti te menosprecian)[…].

Hegel, Eleusis, Poema a Hölderlin

 

En este texto se trata la exposición de cuatro puntos alrededor de la filosofía del joven y del viejo Hegel, a saber, primero, que el rechazo a la Modernidad lleva de regreso a Grecia; segundo, que el rechazo a la Modernidad lleva de regreso a Eleusis —estas dos tesis se encuentran en las obras de el joven Hegel—,[1] un autor de espíritu republicano à la Rousseau y que con inspiración schilleriana y fichteana enjuicia negativamente al presente por fragmentado y dominado por un interés propio y monetario voraz e insaciable, y explora en una retrospección panorámica hacia el pasado, mundos de vida en que la relación Hombre-Naturaleza no es de dominio y opresión; tercero, que la racionalidad moderna puede entender a las sustancias psicoactivas como instancias que actúan sobre la “mente”[2] y el  cuerpo humano, a partir de una alteración en procesos fisiológicos y cognitivos;[3] cuarto, que el mundo social moderno no tiene un lugar para Eleusis. Como se habrá de mostrar, los conceptos y la metodología hegeliana alrededor de la ciencia (Wissenschaft en alemán), forman una matriz disciplinaria atractiva para integrar la crítica a la Modernidad con una ciencia histórica que tiene en cuenta una praxis política para la libertad humana, lo cual incluye la libertad cognitiva y una política racional de drogas.

 

Sobre el rechazo y luego crítica científica a la Modernidad, esto es, a un modo de culturización que reduce al cuerpo humano y a la naturaleza a materia prima para procesos económicos de expansión progresiva e incesante, independientemente de los efectos nocivos y destructivos, en el joven y el viejo Hegel,[4] se podría establecer que por el lado político, se plantea la reserva de que las instituciones de protección de la riqueza y la propiedad privada, sean suficientes para dar cuenta de una cohesión social funcional, y abierta a una inclusión intensiva de la libertad humana (la cual en Hegel siempre tiene una decisiva dimensión social), y de que una orientación despótica hacia el cuerpo y la sensibilidad humana, en general, sea aceptable a efectos de las demandas y perspectivas emancipatorias de la Ilustración;[5] el siguiente fragmento del joven Hegel (proveniente del periodo de Berna, una estación biográfica especialmente sombría para el joven republicano empantanado en una sociedad fuertemente aristocrática)[6] es único en su tipo al presentar un análisis cultural comparativo, donde el mundo griego, junto con su ethos dionisíaco e imaginario estético vivo y multifoliado, es presentado como ejemplar de cara a los excesos fetichistas de la Edad Media:

 

A las mujeres griegas se les proporcionó en las bacanales, un campo libre para desahogarse. Después del agotamiento del cuerpo y de la imaginación, venía una vuelta tranquila al círculo de los sentimientos comunes de la vida tradicional. La ménade salvaje era, en el resto del tiempo, una mujer razonable. Allá brujas, aquí ménades; allí el objeto de las fantasías consistía en visiones diabólicas, aquí en un Dios bello coronado con las hojas de la vid; allá, en unión social con lo anterior, la satisfacción de envidias, de odios, de sentimientos de venganza, aquí nada más que un goce aumentando hasta el frenesí; allá, una progresión de ataques de locura hasta el desarreglo total y definitivo del espíritu, aquí una vuelta a la vida común; allá, la época veía este frenesí disfrazado como una enfermedad, como un ultraje sacrílego que sólo podía expiarse en la hoguera, aquí la necesidad de tantas fantasías femeninas era algo sagrado, y a sus erupciones se dedicaban fiestas sancionadas por el Estado, dándoles así la posibilidad de perder su nocividad.[7]

 

En la antigua Grecia había espacio para la mujer embriagada con una función tanto religiosa como política, mientras que en el Medioevo a una mujer con conocimientos científicos o con sospechas de una conducta réproba, se le llevaba a la hoguera. A nivel de potencias vitales, de riqueza cultural en general, para el joven Hegel el Mundo Moderno, junto su cristianismo y el imperio del dinero,[8] es más pobre que la antigua Grecia; tenemos aquí una mirada de nostalgia hacia este mundo que todavía podía acoger algo dionisíaco, en una medida intensiva, y, se podría decir de acuerdo a las fuentes hegelianas de juventud, necesaria para la vida.

 

En lo que respecta al viejo Hegel, hay un acuerdo bastante amplio en la recepción del autor, en que es en el periodo de Jena, donde se desarrolla y expone la dialéctica, como modo de pensamiento y argumentación desarrollado intensivamente alrededor de la contradicción y la identidad de los opuestos, y donde Hegel comienza a desmarcarse metodológicamente de Kant, Fichte, Schelling y la metafísica clásica; esta pionera posición filosófica implica las siguientes innovaciones con respecto a la metafísica clásica, al empirismo, a la filosofía trascendental, al iusnaturalismo moderno[9] y la concepción aristotélica de la economía y la política:

 

  1. a) Trabajar de manera dinámica los conceptos. Por ejemplo, entre ser y nada, bien y mal, riqueza y pobreza, etc., se dan tránsitos, relaciones e implicaciones, que en Hegel se presentan en una arquitectónica de conceptos donde los territorios de la lógica, la naturaleza y el espíritu o cultura humana se entrecruzan de maneras determinadas; la procesualidad, el tránsito entre categorías y la sistematicidad, es un sello de esta concepción:

 

Una determinación ulterior es lo dialéctico: es un transitar en un otro. En la esfera de la reflexión, ahí es un aparecer en un otro. Estas son categorías que son propias a la doctrina del ser. La dialéctica es un determinar progresivo, un desarrollar en general. Este determinar progresivo es uno necesario, no uno casual. Uno tras otro llega en el tiempo. Lo inicial es lo inmediato en general, lo abstracto Por medio de la determinación ulterior, se vuelve más concreto: pero ninguna de las determinaciones precedentes es abandonada; es una larga serie de determinaciones progresivas. El determinar progresivo da como resultado finalmente lo rico, o la Idea.[10]

 

  1. b) Historizar las categorías de análisis. Por ejemplo, en categorías como Estado o arte, se defiende un carácter procesual (como en toda realidad lógica, natural o espiritual), así como una génesis a lo largo de la Historia Universal; de esta manera es inviable cualquier enfoque trascendental o apriorístico à la manera del iusnaturalismo o del criticismo kantiano. Todos los conceptos aquí son genéticos y evolutivos, de manera que metodológicamente se implica una historización de todo lo que tiene que ver con la acción humana:

 

Desde este lado podemos decir, que la historia universal es la exposición, de aquello que el espíritu sabe de su libertad. Este espíritu que es en sí es el germen del árbol, en el cual no se ve nada del árbol mismo. La libertad es así el en sí del espíritu; éste debe saber lo que él es en sí; nosotros los sabemos; pero primero no lo sabe el espíritu de inicio; la historia universal comienza con el conocimiento de sí; es este un trabajo de 3000 años, el cual ha realizado el espíritu, para conocerse a sí mismo.[11]

 

  1. c) Actualizar la teoría y el contenido histórico del análisis económico y político. Esto en términos muy concretos implica hacer teoría social y teoría del Estado, sobre la base de la exposición de algún modo de producción, esto es, la manera en que se satisfacen necesidades materiales y espirituales en una sociedad; por ejemplo, en la filosofía del derecho de Hegel se considera cómo en el tránsito del feudalismo al Estado moderno, los satisfactores de necesidades humanas son producidos por el trabajo humano alrededor de un capital privado (y con tendencias de monopolización),[12] que resulta en mercancías, cuya producción y consumo (como expone detalladamente luego Marx), puede resultar en procesos nocivos para el ser humano[13] y para la integración social:[14]

 

De hacer lo que quiera, no se trata para nada la actividad del hombre, sino más bien del aseguramiento de su mantenimiento de vida. El principio de nuestro tiempo es laisser aller, laisser faire [dejar ir, dejar hacer], cada cual debe por sí mismo saber eso, cada cual lo hará.  Esto es ciertamente correcto. Una rama de industria florece, muchos incurren en ella, las fuertes ventas causan un fuerte flujo de productores, de modo que el número se vuelve tan aumentado, que muchos ya no encuentran más cómo cuadrar sus cuentas. Lo otro es ahora el que todo se reinstaura por sí mismo, pero la pregunta es ¿cómo sucede esto? ¿Por medio de qué curso?[15]

 

  1. d) Adelantar críticas a posiciones despóticas en la política que impliquen un dominio feudal o colonial. Si bien es conocido que Hegel, en lo que concierne a la Conquista de las Américas y la Colonia, expone esencialmente el punto de vista occidental (en contraste, el análisis de Lorenzo Boturini de Historia de la América Septentrional evidencia la lógica histórica de los pueblos nahuas y americanos desde sus propios vestigios, exponiendo algo así como la eticidad de estos pueblos, de la mano de la ciencia histórica de Vico),[16] no deja de haber ocasiones en su obra, en las cuales procesos coloniales como los de la India[17] o Irlanda son expuestos desde los intereses de los oprimidos: “Es cierto que la reforma electoral permite el ingreso en la Cámara de Representantes de algunos diputados irlandeses extras, entre los cuales puede haber católicos, pero ese efecto se verá compensado por el aumento, previsto por el mismo proyecto, de representantes provenientes de la clase cuyos intereses están ligado a la actual situación de la iglesia”.[18]

 

Una de las primeras expresiones explícitas del novedoso método de Hegel, así como una instancia publicada, expuesta y defendida colegiadamente, es la siguiente tesis en el escrito de habilitación, Sobre la órbita de los planetas: “La contradicción es la regla de lo verdadero, la no contradicción, de lo falso”.[19] Esta posición anima, en general, todo el pensamiento de Hegel; se podría decir a la fecha, que se trata de una declaración crítica hacia el positivismo, el cientificismo, o apuestas epistemológicas excesivamente reduccionistas. A final de cuentas, con este principio se puede criticar o dinamizar todo concepto lógico, económico, estético, etc., así como generar nuevos conceptos que respondan a nuevas realidades naturales o sociales.[20] Cabe recordar como Aufhebung en Hegel implica cancelación, conservación, asunción, superación, de manera que en lo que atañe al ejercicio de la filosofía y la ciencia, implica un diálogo continuo con las tradiciones y con los contextos particulares.

 

En la recepción hegeliana desde la derecha[21] (por ejemplo, Haym, Schopenhauer, Popper, Mises), se ha defendido la leyenda reaccionaria de un Hegel partidario de la monarquía prusiana, o de un mero charlatán pseudocientífico; incluso la tradición marxista llegó en algunos puntos a rechazar completamente el sistema de Hegel, como conservador, no obstante, empleando su método, como revolucionario.[22] La reconstrucción del camino intelectual de Hegel, lleva a evidenciar el turbulento contexto político alemán alrededor del Congreso de Viena y los Decretos de Karlsbad, lo cual rendía un terreno sumamente adverso para el ejercicio de la ciencia y la praxis democrática; fuentes adicionales a las de imprenta, como las lecciones sobre las tres secciones de la Enciclopedia de las ciencias filosóficas, ofrecen ejemplares posiciones políticas progresivas, como la defensa del Code Napoleon[23] en un contexto de reacción conservadora, la exposición del aparato de Estado contemporáneo, como económicamente improductivo[24] y la denuncia de los capitalistas como “abejorros de la sociedad”. Por lo demás, Marx, Engels, Lenin, Lukács y Raya Dunayevskaya resaltaron en menor o mayor grado, la necesidad de la lógica dialéctica de Hegel para la crítica del capital y la praxis del socialismo científico.

 

El Hegel revival en el siglo XX, así como la rehabilitación de la filosofía práctica adelantada por el propio Ilting, Habermas, Ritter y otros intelectuales alemanes, implicó una apuesta de relectura de Hegel, Kant, Fichte, Aristóteles, y otros clásicos, de cara a su contexto histórico, y en recuperación de la totalidad de la obra del autor, lo cual era posibilitado por los titánicos esfuerzos editoriales alrededor de las Obras Completas de Hegel (Gesammelte Werke) del Hegel-Archiv, mismas que abrían una ventana a los detalles evolutivos del pensamiento del maestro, así como a sus fuentes y amplísimos y enciclopédicos intereses de investigación. Actualmente es posible estudiar el sistema enciclopédico e historizado de Hegel, no solamente a partir de las fuentes de imprenta como la “Ciencia de la lógica”, la “Filosofía del derecho y la propia “Enciclopedia, sino a partir de manuscritos de clase (en un esfuerzo editorial más crítico y minucioso que el patente en las primeras obras completas hegelianas) que retratan el contenido expositivo de cátedra. Estas nuevas fuentes, junto con el catálogo de biblioteca privada de Hegel, son imprescindibles para la reconstrucción de su camino intelectual.

 

El sistema enciclopédico de Hegel consta de tres partes, a saber, la lógica, que trata sobre el desarrollo del “ser puro”; la filosofía de la naturaleza que trata sobre la “vida” exterior, aquella abordada por la mecánica (Mechanik), la física (Physik) y la orgánica (Organik) —entonces, cosas como planetas, plantas y el cuerpo animal—; y finalmente, la filosofía del espíritu, donde se aborda al ser humano a nivel individual, social e histórico. Aquí hay una filosofía del espíritu subjetivo[25] (algo así como el nivel individual humano de la sustancia-sujeto-en-movimiento) con tres partes: primero, la antropología que tiene que ver con la naturaleza humana a nivel animal —aquí se estudian procesos psicofisiológicos como la sensación, el sueño, la vigilia, el inconsciente, la locura y el dominio del propio cuerpo—; segundo la fenomenología del espíritu,[26] es esencialmente una doctrina de la autorreferencialidad de los estados mentales y de la intersubjetividad —el yo corporizado, construido en contacto con otros seres humanos, es un nosotros, una apertura comunicativa rostro-rostro en el sentido de la fenomenología contemporánea (si bien nunca sobra resaltar el arraigo de Hegel en el racionalismo, la Ilustración y el historicismo); finalmente, la psicología, que expone procesos mentales modernos y “superiores”[27] en sentido cognitivo, como la denominación, la abstracción, la teorización y libre voluntad.[28]

 

Es relevante que uno de los lugares donde el viejo Hegel retoma los misterios griegos, tenga que ver precisamente con la exposición de contenidos “mentales” inconscientes, primigenios o anómalos (incluso patológicos); como veremos al final de esta presentación, el Hegel de la dialéctica, tiene reservas de que se pueda obtener una revelación o intuición teórica, a efectos científicos, de un ritual mistérico como el eleusino, sobre el entendido de que el trabajo formativo (Bildung) del ser humano, en gran medida implica, precisamente, la emancipación teórico y práctica de la naturaleza, lo cual no puede lograrse, a partir de una experiencia extática, como la que puede hipotetizarse tenía lugar en Eleusis,[29] sino solamente a partir del arduo “trabajo del concepto”.[30]:

 

De los misterios se puede ciertamente decir, que contienen los remanentes de conocimientos anteriores; huellas de la razón que opera de manera instintiva, se encuentran en los tiempos más primitivos y crudos. Pero tales producciones instintivas que carecen de suficiente forma del pensamiento no pueden contar como pruebas de un conocimiento científico primitivo; son más bien, necesariamente algo no-científico, que pertenece más bien meramente a la sensación y la intuición, puesto que la ciencia no puede ser lo primero, sino solamente lo último.[31]

 

El historicismo de Hegel consiste en la tesis de que el ser humano llega a ser tal (logra su esencia, su “segunda naturaleza”)[32], solamente a partir de la transformación de la naturaleza exterior, por medio de herramientas varias, y por un largo proceso diacrónico y acumulativo en que ideas y prácticas se van depositando primero en mitos y luego en tratados filosóficos y científicos de todos los pueblos y latitudes; el historicismo en general (como en Vico, Boturini, Morgan, Marx y Engels) es un racionalismo, en el sentido de que algún concepto del ser humano, de sus capacidades y potencias, se obtiene al examinar su proceso genético de culturización por medio de su propia actividad, y en el sentido de que se defiende que es posible construir colectivamente instituciones que permitan, tendencialmente, el mismo grado de dignidad o libertad para todos. Como en Vico se defenderá, que la ciencia del hombre, y las ciencias en general, deben comenzar con el mito;[33] a efectos de la reconstrucción del proceso del desarrollo de la humanidad hacia la libertad, Eleusis es una estación clave entre otras para rastrear la emancipación del ser humano de su primera naturaleza y de la construcción autónoma de su esencia social.

 

En un sentido sistemático, la experiencia visionaria u oracular, cae dentro del rubro del “sonambulismo magnético (magnetischer Sonambulismus)”,[34] lo cual es la razón científica para hablar aquí de “enfermedad”; cabe adelantar, que en ese sentido, el “magnetismo animal”[35] como disciplina impulsada por Anton Mesmer,[36] Carl Schelling,[37] y otros, aborda fenómenos “milagrosos”, como la sanación con las manos o la sensación compartida a distancia entre allegados, en lo que tiene que ver con el mundo contemporáneo —aquí, si bien manifiesta Hegel reservas sobre posibles charlatanerías[38], establece que “Sin caer en partidismos, no podemos salir de aquí por la vía fácil declarando que estos fenómenos son figuraciones o cuentos.”—;[39] por otro lado, en la concepción histórica de Hegel el acudir a oráculos, en lugar de a la experiencia, la inteligencia y el saber científico, forma parte de etapas primitivas de la formación de la consciencia y la cultura humana:

 

Además de la influencia de otros individuos, también hay medicamentos que pueden provocar estos estados. Las personas a las que se llaman brujas y que también a sí mismas se llamaban así, disponían de tales medios para alejarse de sí mismas utilizando ungüentos de hierbas. Los chamanes, sacerdotes de un pueblo mongol, se ponen en este estado cuando tienen que hacer profecías. Hay también muchas manifestaciones en la religión de los antiguos, los oráculos del Apolo délfico y muchos oráculos hindúes que se basan en estos estados. El Dr. Valeia de Paris, un brahmán hindú, habla también de que los sacerdotes hindúes se sirven de esas personas que se meten en estos estados para dar decretos al pueblo mediante intuiciones interiores. Lo principal es que todos estos estados, tanto si surgen por sí mismos como si son inducidos por la voluntad de los individuos, son estados anormales de enfermedad.[40]

 

Es interesante que Hegel ensaye explicaciones fisiológicas y fisicalistas, a los misterios y los oráculos de los antiguos griegos;[41] en lo que tiene que ver con la ingesta de las pociones de las brujas, de los chamanes, de los vapores de Delfos o la inducción “narcótica” del estado magnético; en el marco de la fisiología de punta de su época,[42] adelantó la hipótesis de una alteración en el funcionamiento del cerebro y el sistema nervioso, como parte de las alteraciones cognitivas producidas por ciertas hierbas o sustancias “narcóticas”:

 

Así pues, es la reproducción donde el alma, la conciencia, ha sido rebajada. Habiendo caído así el alma al sistema de la reproducción, la actividad recae en el sistema reproductivo, en el nexo de los ganglios del bajo vientre, los nervios del bajo vientre. El nervio simpatético es el enlace, el anudamiento de los nervios necesarios para la reproducción. La boca del estómago está conectada con eso. Los ganglios son el cerebro del sistema reproductivo. Hellmund ha suscitado en si estas sensaciones untándose de hierba, unas hierbas narcóticas. Cuando esto comenzó a surtir efecto le pareció como si su conciencia de la actividad se le cayera del cerebro y la actividad del cerebro la tuviera ahora en el estómago. El brahmán de París considera que todo el estado de sonambulismo depende de la sangre, de su espesura.[43]

 

Las alteraciones en el pensamiento y en la emoción en las investigaciones de von Helmont son producidas por sustancias que modifican la función del sistema nervioso, las cuales, a su vez,  podrían estar relacionadas con las implicadas en los misterios griegos; en el giro histórico a la Modernidad (junto con su dialéctica),[44] las pociones de brujas y chamanes se convierten en materia de investigación fisiológica y filosófica, y la iniciación de los sujetos en los ciclos de creación y destrucción de la naturaleza y su perenne dinamismo se da a partir de diversas disciplinas científicas:

 

Los misterios eran más bien antiguos cultos divinos, y es tanto ahistórico como disparatado, querer encontrar ahí filosofemas profundos, puesto que, por el contrario, solamente eran su contenido ideas de la naturaleza, representaciones rudimentarias de la transformación universal en la naturaleza y de la viveza universal de su contenido. Si se junta todo lo histórico que cae aquí, así será el resultado necesariamente, que los misterios no constituían un sistema de doctrinas, sino que eran usos y representaciones sensibles, que solamente consistían en símbolos de las operaciones universales de la naturaleza.[45]

 

Por vestigios y documentos, no es posible saber del todo que ocurría dentro de los muros de Eleusis;[46] lo que es claro, es que en el camino de la Historia Universal la función social de Eleusis es desplazada por otros imaginarios e instituciones, que dan cuenta de la relación del hombre con la naturaleza y con su propio destino. En la ciencia hegeliana o viquiana se trata de la exposición del sentido formativo humano en los vestigios históricos; por ejemplo, en las lecciones sobre filosofía de la religión, alrededor de los “misterios eleusinos (Eleusinischen Mysterien)”[47] se establece: “Estas intuiciones místicas corresponden, entonces, a las intuiciones de la vida divina, cuyo proceso se expone en la tragedia y la comedia. El temor, la participación, el dolor en la tragedia, estas situaciones en las que la autoconsciencia es desgarrada, son una manera de purificación”.[48] Resaltando el elemento sensible del imaginario Eleusis, se podría apuntar a un concepto de “catarsis material”, lo cual correspondería con los estudios fisiológicos de van Helmont y con la investigación psicodélica contemporánea;[49] en ese mismo sentido, Hegel adelanta una interesante intuición histórico-psicológica en torno a los ritos eleusinos:  “Este culto consiste en renunciar a todo Yo, en el cual el espíritu por medio de la renuncia a todo lo finito, se mantiene y goza de la certeza indestructible de sí mismo”.[50] Sobre el imaginario teológico-natural, alrededor de deidades agrarias y de la ebriedad sagrada, el filósofo alemán apunta: “En los misterios, el contenido, lo que aparece, es esencialmente simbólico; sobre todo se trataba de Ceres, Deméter, Baco y sus secretos”.[51] Finalmente, sobre la razón misma, de que para insertar al ser humano en el cosmos y la polis, y educarlo en los cambios, regularidades y posibilidades existenciales de la realidad, no sea viable más Eleusis: “Todos los atenienses estaban iniciados en los misterios, y solamente Sócrates no se dejó iniciar, pues supo bien, que la ciencia (Wissenschaft) y el arte, no surgen de los misterios, y que nunca yace la sabiduría en el secreto. La verdadera ciencia se da, más bien, en el campo abierto de la consciencia (Bewusstseins)”.[52] Una filosofía heredera del luteranismo, la Ilustración y la Revolución Francesa, no podía sino apostar, a su vez, por un campo público, democrático y abierto de comunicación, donde argumentos y pruebas materiales tengan que ser adelantados alrededor de un conocimiento siempre en constante transformación y desarrollo.

 

Finalmente, el viejo Hegel, más que lamentar la desaparición de Eleusis, o de anhelar el Renacimiento de misterios antiguos en el seno de una sociedad capitalista, todavía en desarrollo de fase industrial en Alemania y Europa, aboga por la construcción de una ciencia sistemática de la naturaleza y del hombre, donde el movimiento, el dinamismo, la historicidad y la libertad sean un principio rector y por el diseño de instituciones políticas, donde no se trate de la mera repetición de la obediencia a la autoridad por mor de la obediencia misma, sino de amplios terrenos de desarrollo material y espiritual para todos. Es evidente que un contexto legal e institucional racional y democrático de política de drogas, en oposición a uno prohibicionista y punitivo, es necesario para orientar la praxis científica y estética en un sentido democrático y emancipatorio.

 

A manera de conclusión, citamos dos fragmentos del viejo Hegel que pueden fungir como una orientación contemporánea para el concepto de libertad cognitiva, de política de drogas y de exploración filosófico-estética de la consciencia, por la mediación de sustancias psicoactivas:

 

Ciertamente se puede uno liberar de tales necesidades (como, por ejemplo, ahora una cierta clase de hombres en Inglaterra se abstienen de la cerveza y cosas similares), y uno puede tener razones morales o económicas para ello. Esto es asunto de los individuos.[53]

 

Se dice que el genio artístico se coloca en una situación de inspiración tal, por medio de la agitación provocada por un objeto, o también se puede colocar a sí mismo, de manera voluntaria en tal estado, para lo cual el buen servicio de la botella de champaña no se olvida.[54]

 

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  43. Vico, Giambattista. Principios de Ciencia Nueva, En torno a la naturaleza común de las naciones en esta tercera edición corregida, aclarada y notablemente ampliada por el mismo autor, Volumen I, Folio, Barcelona. 1999.
  44. Wagner, Carlos. “Sobre inciensos, trances y (algunas) diosas. Una perspectiva etnobotánica.” Revista de Ciencias de las Religiones, pp. 15,91-103. 2010.
  45. Wasson, Gordon, Hofmann, Albert y Ruck, Carl. El camino a Eleusis. Fondo de cultura económica, México, D.F, 1978.

 

Notas

[1] Abarcamos aquí bajo la denominación del joven Hegel el periodo de producción textual de Hegel anterior a Jena. Desde este momento, Hegel defenderá la contradicción como principio de lo viviente, la evolución y desarrollo en toda realidad lógica, natural y social, la confianza en la razón como dictum epistemológico-político y la Idea de libertad como principio rector de todo ejercicio filosófico y político.

[2] La filosofía del espíritu subjetivo de Hegel se divide en antropología (exposición del alma o el espíritu-natural), fenomenología del espíritu (exposición de la consciencia y la autoconsciencia) y psicología (exposición del espíritu teorético y práctico individual). El vocablo mentis fue empleado por Hegel como caracterización, en un curso completo en Jena en 1803/04 sobre un sistema de filosofía especulativa, mismo que contendría tres partes, la lógica y metafísica o idealismo trascendental –Logicam et Metaphysicam/Logik und Metaphysik-; la filosofía de la naturaleza – philophiam naturae/Naturphilosophie -; y la filosofía del espíritu –philosophiam mentis/Seelenlehre. (Kimmerle 1969, 54)

[3] En Hegel, el terreno de la psicología apunta a instancias como la denominación, la descripción, la cogitación y la volición, en diferenciación de la fenomenología – con la autorreferencialidad, la corporeidad y la Otredad como tema fundamental -, y la antropología – con la encarnación de sensaciones y la apropiación del propio cuerpo como fundamento de reflexión y exposición. Cfr. G.W.F. Hegel, Lecciones sobre la filosofía del espíritu subjetivo, ed. cit.

[4] Véase Lukács, El joven Hegel y los problemas de la sociedad capitalista, ed. cit. y Fernando Huesca, Economía política clásica en Hegel: valor, capital y eticidad.ed. cit.

[5] “Ilustración significa el abandono por parte del hombre de una minoría de edad cuyo responsable es él mismo. Esta minoría de edad significa la incapacidad para servirse de su entendimiento sin verse guiado por algún otro. Uno mismo es el culpable de dicha minoría de edad cuando su causa no reside en la falta de entendimiento, sino en la falta de resolución y valor para servirse del suyo propio sin la guía del de algún otro. Sapere aude! ¡Ten valor para servirte de tu propio entendimiento! Tal es el lema de la Ilustración” Immanuel Kant, ¿Qué es la ilustración? y otros escritos de ética, política, filosofía de la historia, ed. cit. p. 83.

[6] Véase Terry Pinkard, Hegel, una biografía, ed. cit.

[7] G. W. F. Hegel, escritos de juventud, ed. cit., p.174

[8] “En los Estados de la época moderna la seguridad de la propiedad es el pivote alrededor del cual se mueve toda la legislación, al cual se refiere la mayor parte de los derechos de los ciudadanos […] Tal vez se ha cometido una injusticia contra el sistema del sansculottisme en Francia, al hacer que la fuente de mayor igualdad por él buscada fuera sólo la rapiña.” Ibid., p. 175.

[9] Cfr. Norberto Bobbio, Sociedad y Estado en la Filosofía Moderna. ed. cit.)

[10] G.W.F. Hegel, Vorlesungen über die Wissenschaft der Logik, Nachschriften zu den Kollegien 1828, 1829, 1831, Gesammelte Werke Band 23,2, herausgegeben von Annette Sell , ed. cit. p. 585)

[11] G. W. F., Hegel Die Philosophie der Geschichte, Vorlesungsmitschrift Heimann (Winter 1830/1831) ed. cit., p. 37.

[12] “Además se dice que los gremios tienen un monopolio (Monopol), pero esto tiene lugar en la libertad de empresa todavía de modo mucho más agudo. En Inglaterra oprimen así los grandes capitalistas (Kapitalisten) a los otros; de esta manera viene una rama de empresa en las manos de pocos, ellos no tienen ningún monopolio legitimado, pero lo tienen por medio de su gran capital (Kapital) y esto es el más malo de todos los monopolios.” G.W.F. Hegel Friedrich, Vorlesungen über Rechtsphilosophie (1818-1831, Philosophie des Rechts nach der Vorlesungsnachschrift K.G. v. Griesheims 1824/25 Vol. IV, ed. cit., p. 627.

[13] “Así es también enteramente adecuado a fines el que el poder gubernamental impulse supervisión sobre la salud del ganado; en tiempos modernos enteras áreas se han envenenado por la venta de carne de ganado enfermo.” Ibid., ed. cit., p. 596.

[14] “Envidia y odio surgen así en los pobres contra los que tienen algo […] Como ahora, por un lado, le subyace a la pobreza la populachidad (Pöbelhaftigkeit), el no reconocimiento del derecho así aparece por el otro lado en la riqueza igualmente la convicción de la populachidad. El rico considera todo como comprable para sí, puesto que él se sabe cómo el poder de la particularidad de la autoconsciencia. La riqueza puede así llevar al mismo escarnio y desvergüenza, a la que va el populacho pobre” G.W.F. Hegel Philosophie des Rechts, Die Vorlesung von 1819/20 in einer Nachschrift, ed. cit., p. 196.

[15] Cfr. G. W. F. Hegel, Friedrich, Vorlesungen über Rechtsphilosophie (1818-1831, Philosophie des Rechts nach der Vorlesungsnachschrift K.G. v. Griesheims 1824/25 Vol. IV, ed. cit., p. 625.

[16] Véase Lorenzo Boturini, Historia General de la América Septentrional, ed. cit.

[17] Por ejemplo, en el continente muchas fábricas han sido aniquiladas por las máquinas inglesas. Los ingleses importan el algodón crudo de la India, pero la fabricación de las mercancías de algodón ha aumentado tanto, que estas mercancías se exportan a su vez de regreso a la India, y así, la fabricación en la India, en la que se ocupan millones de hombres es perturbada.” G. W. F. Hegel, Op. Cit., 1974, p. 601.

[18] Hegel, 1987, p. 122.

[19] G.W. F. Hegel Dissertatio Philosophica De Orbitis Planetarum (Las órbitas de los planetas), ed. cit., p. 162.

[20] Hegel es ejemplar en la resignificación de viejos vocablos, para indicar nuevos conceptos. Por ejemplo Sittlicheit – eticidad, en su obra de madurez, implica una totalidad social e histórica, un modo material y espiritual de reproducir y vivir en la cotidianeidad: “Cuando Hegel declara [en el ensayo sobre derecho natural de juventud de Jena] al imperativo categórico como principio de la no-eticidad (Princip der Unsittlichkeit), así emplea él ‘eticidad’ no en el sentido normal desde finales del siglo XVIII (y vigente hasta ahora) […] ‘Eticidad’ es aquí, más bien, el ‘todo ético’ de un pueblo, con lo cual los individuos de la época correspondiente, son plenamente uno.” (Ilting 1983, 244)

[21] Véase Georg, Lukács, El asalto a la razón, ed. cit.

[22] “Mas, con ello, se erige en verdad absoluta todo el contenido dogmático del sistema de Hegel, en contradicción con su método dialéctico, que destruye todo lo dogmático […]” Federico Engels, Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana, ed. cit., p. 11.

[23] G.W.F. Hegel, op. cit. 1983, p. 172.

[24] “El mayor consumidor de este tipo es el Estado. El Estado consume mucho, sin que él produzca algo del tipo: por ejemplo, se dispara la pólvora, es un consumo último.” G.W.F. Hegel Vorlesungen über die Philosophie des Rechts, Berlin 1819/1820, Nachgeschrieben von Johann Rudolf Ringier, ed. cit., p. 122.

[25] La filosofía del espíritu objetivo es igualmente una filosofía del derecho, entonces, una doctrina sobre la acción humana colectiva: propiedad, contratos, deliberaciones morales, formación de familias, modos de producción de satisfactores de necesidades materiales y espirituales, instituciones del Estado moderno, la Historia Universal, etc.

[26] Sobra la diferencia y lugar de la Fenomenología del espíritu en la fenomenología del espíritu del sistema enciclopédico: “Para Hegel mismo, así como para la investigación actual, constituye la Fenomenología [de Jena], por el contrario, el fruto del desarrollo del sistema de los años de Jena. Sin embargo, posee una posición peculiar en la historia de desarrollo de la filosofía hegeliana en general: ella es algo así como un “bloque errático”, que no se deja integrar como momento en el desarrollo lineal del sistema. Se puede reconstruir el desarrollo del pensamiento hegeliano – de la lógica como de la filosofía de la naturaleza y la filosofía del espíritu -, en la transición de Jena hacia Bamberg y Nürnberg, sin siquiera mencionar la Fenomenología. No obstante, esto no la hace superflua: subraya mas bien su peculiaridad y su rango extraordinario Walter, Jaeschke, Hegel-Handbuch, Leben – Werk – Schule, ed. cit., p. 175.

[27] En el sentido “superior” de la tradición neuropsicológica de Alexander Luria, esto es, en un sentido de ubicación cortical en la arquitectónica del cerebro, y en una implicación de integración de redes neuronales e información varia para dar cuenta de los niveles más complejos y articulados socialmente de la conducta humana. Véase, Luria, Alexander Románovich, Las funciones corticales superiores del hombre, ed. cit.

[28] La concepción de la libre voluntad en Hegel, relacionada con la concepción y realizacion de fines, y así con la coordinación continuada y planeada de la conducta con el medio ambiente, es análoga a la discusión del neurólogo Antonio Damasio alrededor de la función ejecutiva. Véase Antonio Damasio. El error de Descartes, ed. cit.

[29] Véase por ejemplo la vinculación de la investigación etnobotánica de Wasson y Hofmann, que partía del entendido de un contenido alucinógeno, análogo al del recién sintetizado LSD, dentro de la flora adyacente a Eleusis y como parte integral de sus rituales: “Por causa de la poción [kikeon] iban gradualmente entrando en éxtasis. Debemos recordar que este brebaje enteógeno, en el lugar y bajo las circunstancias adecuadas, altera el oído interno del hombre y propicia sorprendentes efectos de ventriloquía. Podemos tener la seguridad de que el hierofante, con una experiencia de generaciones, conocía todos los secretos para hacer favorables el lugar y las circunstancias. Estoy seguro de que había música,tal vez tanto vocal como isntrumental; no muy intensa pero sí clara, interior y exterior, procedente ahora de las profundidades de la tierra y después de la superficie; ahora un mero susurro que se filtraba por los oídos, cambiando de lugar constantemente.” Wasson, Hofmann, Ruck El camino a Eleusis, ed. cit., p. 77.

[30] G.W.F. Hegel Phänomenologie des Geistes, ed. cit., p. 56.

[31] G. W. F. Hegel, Enzyklopädie der philosophischen Wissenschaften III, ed. cit., p. 129.

[32] G. W. F. Hegel Vorlesungen über die Philosophie des Rechts, Berlin 1819/1820, ed. cit., p. 88.

[33] “Y (de esto se deduce) que la primera ciencia que debe conocerse es la mitología, o sea, la interpretación de las leyendas (puesto que como se verá, todas las historias gentiles tienen sus orígenes legendarios), y puesto que los mitos constituyeron las primeras historias de las naciones gentiles. Con este método (se han de) descubrir los orígenes tanto de las naciones como de las ciencias, las cuales han surgido de esas naciones y no de ninguna otra parte: como se demostrará en toda esta obra, las ciencias tienen sus comenzamientos en la necesidad o utilidad públicas, y se han perfeccionado después por la aplicación de la reflexión de hombres particulares sutiles. La historia universal, que todos los doctos dicen estar en precario en sus orígenes, debe partir de aquí.” Vico, Giambattista. Principios de Ciencia Nueva, En torno a la naturaleza común de las naciones en esta tercera edición corregida, aclarada y notablemente ampliada por el mismo autor, Volumen I, ed. cit., p. 74.

[34] G.W.F. Hegel, Op. cit., 1991, p. 332.

[35] G.W.F. Hegel, Op. cit., 1986, p. 13.

[36] “Mésmer tuvo que sufrir una dura historia en Viena. Cf. Su Historia (1781) donde narra el vergonzoso suceso.” Q. W. F. Hegel, Op. cit., 2015, p. 424.

[37] “Carl Schelling, hermano del filósofo, también dio a conocer sus experimentos, y asimismo se relatan muchos casos en los diarios del magnetismo, pero en ellos ya no viene nada nuevo. Gracias al magnetismo, en muchas historias que usualmente se habían rechazado se muestra el punto en el que ellas enlazan con algo racional.” Ibid., p. 148.

[38] Ibid., p. 147.

[39] Ibid., p. 276.

[40] Ibid., p. 145, y prosigue más adelante “Las brujas han usado de pócimas mágicas o se han untado con ungüentos. Estos están hechos en su mayor parte de Hyoscyamus niger [beleño negro o hierba loca] o de Digitalis [Dedaleras]. Helmont ha hecho el experimento consigo mismo. En unas comidas de Aconitum napellus le parecía a él como que sus imágenes, etc., estaban en la zona de su estómago, y de un modo más nítido de lo acostumbrado. La suscitación de las imágenes estaba también conectadacon sensación de deleite.” Ibid., p.420.

[41] Por ejemplo, el editor Boumann de la Enciclopedia de las primeras obras completas de Hegel de parte de la Unión de los amigos del eternizado agrega la siguiente nota, que se corresponde con los contenidos de los manuscritos de clase: “De ello ya tienen conocimiento los chamanes de los mongoles; cuando quieren profetizar secolocan en el estado magnético, por medio de ciertas pócimas. Lo mismo ocurre con el mismo fin todavía en los hindús. Algo simiar ha tenido lugar, probablemente, también en el oráculo de Delfos, donde la sacertodisa, colocada sobre un trípode, sobre una gruta, entraba en un éxtasis, a menudo suave, pero también vehemente […]” G. W. F. Hegel, Op. cit., 1986, p. 152. Actualmente la investigación multidisciplinar, encuentra plausible que gases como metano, butano, propano y etileno, hayan podido ser responsable de los estadios visionarios y extáticos reportados en la literatura sobre Delfos. Véase De Boer, J.Z. y Hale, J.R. “The geological origins of the oracle at Delphi, Greece”, Geological Ctasthropes, ed. cit.

[42] Véase Fernando Huesca, “Sistema nervioso y especulación: filosofía de la mente en Hegel” en Elguera,Yared et.al. Hegel. Actualidad de su Lógica y su Sistema. ed. cit.

[43] G. W. F. Hegel, Op. cit., 2015, p. 148. Apenas a finales del siglo XX se ha llegado a “avances notables” (Goyal, 1996, p. 1106) en el entendimiento del “sistema nervioso entérico”, una red neuronal que se corresponde con el “cerebro del abdomen” (Hegel 1986d, 445) mentado en la filosofía de la naturaleza de Hegel; cabe resaltar, que este entendimiento organicista, holista y orientado hacia la totalidad, se encuentra detrás del proyecto microbioma humano y sus implicaciones a efectos del funcionamiento del cuerpo y la cognición humana. El historicismo de Hegel y su incesante interés por las ciencias empíricas lo llevaron a intuir una relación entre las sustancias psicoactivas y el sistema nervioso entérico, una relación que actualmente es materia de investigación ´biomédica. Véase Cryan, John, Dinan, Timothy. 2012. Mind-altering microorganisms: the impact of the gut microbiota on brain and behaviour. Nature Reviews Neuroscience, ed. cit. y Kuypers, K.P.C., “Psychedelic medicine: The biology underlyign the persisting psychedelic effects”. Medical Hypothèses, ed. cit.

[44] G.W. F: Hegel, Op. cit. 1974, p. 612.

[45] G. W. F. Hegel Vorlesungen über die Philosophie der Geschichte, ed. cit., p. 303.

[46] El imaginario y contexto geográfico griego, como el nahua, está lleno de instancias alteradoras de la consciencia: “En un conocido conjunto de papiros griegos sobre magia, podemos encontrar la presencia de diversas platas psicoactivas como el beleño y una variedad de vicia, sativa o tal vez erbilia, que resulta venenosa, pero que en pequeñas dosis produce alteraciones de la consciencia, en fórmulas en las que están asociadas con sus efectos, pero cuyo uso no produciría ninguno de ellos.” Carlos Wagner, “Sobre inciensos, trances y (algunas) diosas. Una perspectiva etnobotánica.” Ilu. Revista de Ciencias de las Religiones, ed. cit. p, 97. A la fecha se sigue ensayando una interpretación geológico-simbólica de Eleusis: “Al igual que otras tradiciones mistéricas, los misterios eleusinos inicialmente se relacionaban con ritos agrarios y el bienestar de una comunidad específica, en este caso la de Eleusis, situada aproximadamente [a] 25 kilómetros de Atenas. Los festivales se vinculaban a las etapas en el cultivo del trigo y reflejaban el tiempo que pasaba Perséfone o Kore con su madre Démeter y con Hades. Kore y Démeter son diosas agrarias que representan las encarnaciones del viejo y nuevo trigo. Hades o Plutón, el dios subterráneo, se une en matrimonio con Kore, no tanto como dios de la muerte, sino como dador de los frutos de la tierra.” (Masis 2012,  4); “Hay varias reconstrucciones teoréticas de la naturaleza exacta de los eventos míticos dramatizados para los ojos de los mistai, pero, esencialmente, pueden ser resumidos como sigue: podemos asumir o bien con estudiosos como Nicholas J. Richardson que los sufrimientos de Démeter eran sencillamente narrados a los iniciados en algún estadio durante los ritos sagrados, y que incluso si había algún tipo de representación de los eventos míticos, ésta habría sido más de una naturaleza formal y simbólica; o podemos ver a otros investigadores de los misteria eleusinos, como Burket, Clinton, Mylonas y Sourvinou-Inwood, quienes mantienen que la representación de los sufrimientos divinos era de una naturaleza mimética, y que tanto el personal sacerdotal como los iniciados participaban en aquel ritual mimético.” Petridou Georgia, “Blesed Is He, Who Has Seen’: The Power of Ritual Viewing and Ritual Framing in Eleusis”, Helios, ed. cit., p. 328.

[47] G. W. F. Hegel,Vorlesungen über die Philosophie der Religion, ed. cit., p. 149.

[48] Ibid.

[49]“Actividad disminuida de la red neuronal default (DMN – Default Mode Network) se ha encontrado también en la meditación y en el estado psicodélico. Hay creciente evidencia de que el funcionamiento de la red neuronal default está relacionado con el sentimiento del yo, o el ego, y la ‘disolución del ego’ se describe a menudo en la meditación y en el estado psicodélico.” Carhart-Harris, Robert. “Functional Connectivity Measures After Psilocybin Inform a Novel Hypothesis of Early Psychosis”, Schizophrenia Bulletin, ed. cit., p. 135. Para los usos terapéuticos contemporáneos de las sustancias alucinógenas o psicodélicas en la clínica, véase Chris Letheby, Philosophy of Psychedelics, ed. cit.

  1. W. F. Hegel, Op. cit., 1986, p. 151 Hegel ofrece un interesante contraste entre los misterios eleusinos y los misterios cristianos: “Si bien, en este culto [eleusino], empero, si bien parte de una oposición determinada, la jovialidad (Heiterkeit) permanece como el fundamento.” Ibid., p. 150.

[51] Idem.

[52] G. W. F. Hegel, Op. cit. 1986, p. 293.

[53] G. W. F, Hegel, Op. cit., 1983, p. 154.

[54] G. W. F. Hegel, Op. cit., 1986, p. 46.

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