Resumen
Esta investigación pretende abordar el estudio de las filosofías de los pueblos originarios a partir del análisis de radios comunitarias latinoamericanas, en concreto abordando dos casos, el de Radio Tsinaka ubicada en la Sierra Nororiental de Puebla en México y el de la Red de Comunicadores Indígenas del Perú. Pensamos que el estudio de filosofías distintas al pensamiento hegemónico occidental, como las de los pueblos originarios latinoamericanos, pueden aportar nuevas formas de reflexionar en busca de alternativas a la actual situación de crisis global. Elegimos la radio comunitaria como realidad concreta desde la que analizar dichas filosofías por tratarse de un medio cercano a las formas culturales y de organización de estos pueblos y en cuyos procesos de resistencia han estado presentes acompañándolos durante décadas.
Palabras clave: filosofía, radio, pueblos originarios, comunidad, neoliberalismo, Latinoamérica
Abstract:
Philosophies of indigenous peoples in Latin American community radio stations
This research aims to address the study of the philosophies of indigenous peoples from the analysis of Latin American community radio stations, specifically addressing two cases, the Radio Tsinaka located in the Northeastern Sierra of Puebla in Mexico and the Network of Indigenous Communicators of the Peru. We think that the study of philosophies different from Western hegemonic thought, such as those of Latin American indigenous peoples, can provide new ways of reflecting in search of alternatives to the current situation of global crisis. We chose community radio as a concrete reality from which to analyze these philosophies because it is a medium close to the cultural and organizational forms of these people and in whose resistance processes they have been present accompanying them for decades.
Keywords: philosophy, radio, native peoples, community, neoliberalism, Latin America
Introducción
Esta investigación busca respuestas a la situación actual de crisis global política, económica, migratoria y climática, generada por el sistema capitalista, entendiendo que igualmente existe una crisis filosófica o de pensamiento. Para ello nos proponemos abordar el estudio de las filosofías de los pueblos originarios latinoamericanos que, en comparación con la filosofía occidental, han sido poco estudiadas, generalmente clasificadas dentro de un orden secundario, a veces vistas como objeto cultural esencializado y no observadas como lo que son, formas epistemológicas que nos revelan diferentes modos de estar, vivir y comprender el mundo. Entendemos que la capacidad filosófica es un rasgo humano, que no se asienta en una determinada forma cultural, sino que se da en la diversidad de culturas que existen en nuestro planeta. Es por ello por lo que nos parece importante primar el estudio sobre los pensamientos filosóficos de los pueblos originarios con el fin de poder entablar diálogos y reflexiones interculturales que nos permitan configurar nuevas formas de pensamiento crítico, algo siempre necesario, más aún en la actual situación de crisis sistémica.
Elegimos la radio comunitaria como realidad concreta desde la que analizar las distintas filosofías de los pueblos originarios por su larga historia en Latinoamérica, por su acompañamiento continuo a los procesos de lucha y reivindicación de los movimientos sociales e indígenas, por su adecuación tecnológica a las formas en que la tradición oral de los pueblos transmiten su filosofía y su cultura y por su capacidad para conservar, transmitir y desarrollar los pensamientos filosóficos de los pueblos originarios.
Filosofía y Comunicación
En su trabajo ¿Existe una filosofía de Nuestra América?, el filósofo peruano Salazar Bondy se refiere a la filosofía como la forma en que se reflejan los valores culturales de un pueblo, esto es, su modo particular de entender el mundo y la vida. En este sentido, separándonos de la idea estrictamente académica de la filosofía como disciplina, podemos hablar de distintas filosofías, algo que nos interesa particularmente, ya que vamos a distinguir entre una filosofía hegemónica basada en la tradición occidental que sustenta el sistema de valores capitalista y otras filosofías, en concreto las de los pueblos originarios latinoamericanos que se encuentran, por la misma situación que genera dicho sistema, en una posición que a menudo podemos calificar como de resistencia.
Por otro lado, Bondy señala que la filosofía refiere también al pensamiento crítico, a la actividad de cuestionar, poner en duda y reflexionar sobre el estado actual de las cosas. En este sentido, el pensamiento crítico refiere a la posibilidad de que se puede vivir de otra manera, de que las cosas pueden funcionar de otro modo. Esta forma crítica de la filosofía nos interesa también en el presente trabajo, ya que, en una situación actual de crisis simultáneas, incluida una crisis de pensamiento, la búsqueda de alternativas es una de las motivaciones de la presente investigación. De este modo, vamos a entender fundamentalmente la idea de filosofía en su acepción como el conjunto de valores y formas en que las distintas culturas tienen de entender el mundo, pero sin abandonar el sentido de su forma práctica como pensamiento crítico.
Para poder realizar este estudio nos planteamos abordarlo desde la perspectiva concreta del ámbito de la comunicación. El lugar principal que los medios de comunicación y las nuevas tecnologías ocupan en nuestras sociedades los convierte en recursos esenciales, no sólo de acceso a la información o el entretenimiento, sino que también juegan un papel central como difusores de conocimiento, de diferentes formas de pensamiento y de determinadas maneras de entender el mundo y la vida. En este sentido, los medios de comunicación se han convertido en un factor clave a la hora de poder elaborar visiones del mundo y de la vida. En otras épocas instituciones como la escuela o la iglesia proporcionaban, sobre todo a nivel popular, una visión del mundo, una explicación del funcionamiento social y natural o una ética de comportamiento. Este papel lo cumplen en gran medida hoy los medios de comunicación, por ello podemos afirmar que son actualmente importantes transmisores y generadores de conocimiento y de valores culturales, en otras palabras, de filosofía.
Si nos centramos en el caso particular de los pueblos originarios y teniendo en cuenta la vinculación fundamental que existe entre lengua y filosofía, vemos cómo no han existido escuelas o academias que den respaldo al desarrollo y la preservación de estas lenguas y pensamientos filosóficos. En este sentido, ha sido la forma oral, incluso desde tiempos prehispánicos hasta día de hoy, la manera fundamental en que sus pensamientos y su cultura se han trasmitido, producido y conservado. Es por ello por lo que la radio, ha sido un medio de comunicación que se ha adaptado a las características de la tradición oral de los pueblos originarios latinoamericanos.
El poder de los medios de comunicación de masas
En la caverna de Platón los prisioneros permanecen inmóviles, asumiendo que la realidad es la que se proyecta frente a ellos bajo esa especie de mecanismo de sombras chinescas que nos describe un escenario que podría ser un antecedente de las proyecciones cinematográficas o de nuestra propia cotidianidad frente a las pantallas. Son solo unos pocos sujetos dominantes, quienes se encargan de pasear imágenes prefabricadas frente a los prisioneros Así, estos particulares espectadores viven ignorando que la realidad no es la que se les muestra y que existe todo un mundo en el exterior de su cueva. Esta alegoría que describía Platón hace más de dos mil años, bien puede servirnos para entender el mundo de nuestros días.
Además de ser un sistema que se asienta sobre la violencia que generan actuaciones militares, paramilitares, políticas económicas abusivas y represivas, el capitalismo se afianza también por medio del convencimiento, la sugestión y la batalla ideológica y cultural que nacen de una filosofía concreta. David Harvey señala cómo, en este sentido, el neoliberalismo viene a representar la forma de pensamiento que acompaña al sistema dominante. Parece claro que, en la aceptación mayoritaria de esta cultura capitalista a través de la ideología neoliberal, una herramienta sin duda fundamental, la constituyen los grandes medios de comunicación de masas. Dichos medios no se limitan únicamente a informar y entretener, sino que han llegado a ser imprescindibles formadores de opinión, incluso creadores de deseos. La actual vigencia del neoliberalismo, una corriente filosófica hegemónica dentro del sistema capitalista ha tenido una gran difusión y aceptación a escala global. Esta filosofía no ha sido enseñada en las escuelas, sino que más bien ha sido difundida y explicada por parte de los grandes medios de comunicación a través de sus diversos contenidos. En este sentido, no es exagerado afirmar que los medios de comunicación son un potente medio de formación y educación, resultando ser generadores y difusores de determinados modos de entender e interpretar el mundo y la vida, de transmitir una filosofía concreta.
Si, tal y como recoge en su artículo 19 la Declaración de Derechos Humanos, la libertad de expresión y comunicación constituye un derecho universal, debería entenderse que los países democráticos protegen y promueven el ejercicio de este derecho. Sin embargo, si nos dedicamos a analizar el funcionamiento de los grandes medios de comunicación, vemos como la información se gestiona como una mera mercancía en cualquier otro negocio y que el control de los medios está en manos de monopolios corporativos, una situación que dista mucho de ofrecer un panorama democrático acerca del cumplimiento del citado derecho. En el caso concreto de América Latina vemos cómo hoy en día los medios de comunicación se aglutinan en pocas manos, principalmente en las de familias que forman parte de las élites políticas y económicas en cada país. Por ello es lógico pensar que la visión del mundo que elaboren y transmitan dichos medios será acorde a las lógicas de poder de dichas élites.
La palabra y la memoria
Si nos detenemos a analizar las formas que los pueblos indígenas latinoamericanos tienen para afrontar las políticas neoliberales, vemos como también en el ámbito cultural y filosófico existe una resistencia. La tradición oral de los pueblos originarios latinoamericanos constituye sin duda un auténtico patrimonio cultural. Podemos remontarnos a los tiempos de la Conquista, la Colonia o al de la constitución de las repúblicas, para entender cómo en diferentes momentos históricos, la oralidad supuso una herramienta de resistencia frente a la imposición de una lengua y de todo un sistema de pensamiento ajeno al de los pueblos latinoamericanos. Por ejemplo, es sabido que a pesar de la existencia de códices prehispánicos, muchos de ellos fueron quemados por los conquistadores, como el caso del obispo Diego de Landa, que en Yucatán ordenó quemar numerosos códices y pictogramas mayas, o el de Juan Zumárraga, primer obispo de la Nueva España, responsable de la quema de miles de códices aztecas ya que consideraba “que todo lo indio era obra de Satanás y por eso quemó códices, destruyó millares de ídolos y arrasó las pirámides de Tlatelolco y Tenochtitlán”[1]. En el mismo sentido, otra medida adoptada por las repúblicas dentro de los procesos de construcción de los nuevos estados-nación, fue la promoción de políticas educativas basadas en la enseñanza del castellano como única lengua. Aquellos pueblos a quienes se les negaba la escritura de sus lenguas y su cultura ¿cómo preservaban su memoria? ¿Cómo transmitían ese legado a las generaciones futuras? Les quedaba la palabra, la oralidad; ese ha sido su medio. Un medio efímero para cuya conservación la memoria es imprescindible y que hasta hace apenas un siglo no ha podido ser registrado, esto es grabado y comunicado más allá de la inmediatez. Por ello, durante los últimos 500 años la transmisión oral ha sido fundamental para preservar las lenguas y con ellas, las diferentes tradiciones culturales y filosóficas de los pueblos originarios.
La tradición oral nos muestra importantes características particulares. En ella, el orador se asume como el portador de la voz colectiva, comunitaria y anónima, de modo que quien la encarna está trayendo al presente las enseñanzas y las memorias heredadas de sus ancestros. La lengua en la que cada pueblo se expresa es otro de los factores a considerar a la hora de hablar de la transmisión oral de las filosofías de los pueblos originarios. Tal y como indica Lenkersdorf: “La reflexión filosófica está íntimamente ligada a las lenguas de cada civilización”[2]. Es por ello que cuando hablamos de tradición oral no podemos olvidar la diversidad de lenguas en que ésta se expresa y se manifiesta. Cada lengua encierra en sí misma su propia manera de entender el mundo, su propio sistema de pensamiento, siendo el lenguaje de un idioma la forma en que se ve reflejada su filosofía propia. El hecho de que las filosofías de los pueblos originarios se transmitan principalmente de forma oral, une de manera incuestionable sus conocimientos filosóficos a sus lenguas, lo que nos lleva a considerar la importancia de la preservación de éstas en un contexto mundial donde los lingüicidios o genocidios lingüísticos son una realidad cada vez mayor. Esta circunstancia favorece la consolidación de un pensamiento único, dado que, si desaparecen los hablantes de diferentes lenguas, el resultado es encontrarnos con menos lenguajes y por tanto, menos posibilidades de pensar e interpretar la vida de formas diferentes. Es por ello por lo que la enseñanza de las diferentes lenguas se presenta como una cuestión fundamental para preservar los pensamientos filosóficos de los pueblos originarios. Al respecto, Argentina Quiroga, líder espiritual del pueblo Huarpe en Argentina, concibe la importancia de la enseñanza y de las formas orales de transmisión como un verdadero patrimonio de la identidad de los pueblos originarios, con las que se preservan conocimientos que escapan a los modelos de educación uniformados de los estados-nación latinoamericanos:
“Cuando la cosmovisión de los pueblos originarios deja de tener vigencia y viene otra cosmovisión totalmente opuesta, porque ellos, invasores, traen otra cosmovisión, los colonizadores traen otra cosmovisión, y también la república, porque la República se funda con esos principios, la cosmovisión occidental, esa cosmovisión extraña, y por eso surge un país, mirando afuera, y no mirando adentro[3].”
Preservar la memoria colectiva resulta fundamental para la supervivencia de estos pueblos. Sin embargo, si realizamos la comparación con el modelo filosófico occidental vigente en las actuales sociedades capitalistas, donde prevalece la idea de progreso y en las que el pasado es aquello que quedó atrás, mientras que el futuro es lo que se persigue de forma constante, nos encontramos con que todo se sacrifica en pos del progreso y el desarrollo económico. La misma concepción del tiempo en esta filosofía dominante, implica el sacrificio de aquellos que quedan atrás, fuera del sistema, a quienes Reyes Mate se refiere como “víctimas”. Así explica esta condición, parafraseando de forma crítica el modelo filosófico hegeliano: “Las víctimas son el precio del progreso y, como este es indiscutible, las víctimas son insignificantes. ¡Qué le vamos a hacer! La marcha del progreso aplasta a su paso muchas flores inocentes”[4].
Siguiendo con esta lógica, vemos cómo aquellos que detentan el poder tienen la posibilidad no sólo de escribir la historia y de establecer qué es lo que debe ser recordado, sino también de borrar la memoria de los vencidos en un ejercicio de dominación. De este modo, aquello que no se recuerda, se olvida. Es por ello que la memoria cobra un valor fundamental a la hora de configurar la dignidad de un pueblo o de una nación. Se trata de una cuestión que no refiere únicamente a los vencidos, sino que implica a toda la sociedad, ya que la memoria colectiva es aquello que nos permite asentarnos en el mundo, tener presente el pasado y mantener viva la llama de las reivindicaciones de aquellos que nos precedieron. No se trata de rescatar una memoria sentimental y dramática sino de analizar el sufrimiento de las víctimas para poder reconfigurar el futuro social. Así pues, bajo el convencimiento de que sin memoria no hay justicia, la recuperación y la transmisión de la memoria se convierte en una responsabilidad de la generación presente con las anteriores. Se trata de una cuestión de dignidad y de supervivencia, los vencidos de la historia no lo son sólo militarmente sino también simbólicamente, es por ello que a lo largo de más de 500 años de resistencia la memoria ha sido el motor y la fuerza en la lucha por la justicia de los pueblos originarios en América Latina.
La radio comunitaria y el derecho a la libertad de expresión
Una vez analizada la importancia de la tradición oral para la preservación y transmisión de la memoria y la configuración del sentido comunitario, entendemos que la radio supone una herramienta de comunicación que se adapta, de forma evidente, a las formas culturales de estos pueblos, como lo pone de manifiesto el gran número de emisoras comunitarias e indígenas que pueden encontrarse a lo largo de todo el continente latinoamericano. La adecuación de la radio como medio de comunicación, así como su gran aceptación por parte de las comunidades indígenas a lo largo de América Latina, se debe en parte a las características propias de este medio. Hablamos de un medio que resulta accesible y cercano a la gran mayoría por sus mismas propiedades y por su facilidad de manejo y aprendizaje. A diferencia de otros medios de comunicación como pueden ser la prensa escrita o el audiovisual, la radio no requiere de una capacidad discursiva tan exigente como la redacción escrita, ni de medios técnicos tan costosos económicamente como los audiovisuales. El mismo lenguaje radiofónico trabaja principalmente con la voz, además de toda la gama de recursos que aporta la música. La importancia de la voz, que es un elemento esencial de la comunicación humana, personal, intransferible y característica de cada persona, resulta además cercano y directo para el oyente.
Actualmente, a menudo sin un reconocimiento legal y en muchos casos todavía en situaciones precarias, la radio comunitaria aparece como uno de los elementos principales de la red de medios y formas alternativas de comunicación. Como señalaba el filósofo Luis Villoro: “Afortunadamente, con la tecnología moderna, han surgido alternativas que están cambiando dicha realidad: desde las redes sociales hasta las radios comunitarias, comprometidas en sacar a la luz lo silenciado y manipulado por los medios masivos, lo cual promete la recuperación del pensamiento crítico que hoy parece relegado a un estado de excepción”[5].
Información y conocimiento son conceptos que están íntimamente ligados en la conformación de un pensamiento propio y en la capacidad de elegir y actuar, en otras palabras, en la fundamentación de la libertad de las personas. En este sentido, el derecho a la libertad de expresión, reconocido internacionalmente, se muestra como garantía de la libertad de pensamiento y acción. Cabe señalar que la libertad de expresión se entiende coloquialmente como la simple opción de poder expresar una opinión, sin embargo, si entendemos este derecho tal como se define en artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, vemos cómo engloba a su vez otros derechos igualmente importantes: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y de recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”[6].
Entendemos pues, que son igualmente derechos reconocidos el poder investigar, recibir y difundir, sin limitaciones, no sólo opiniones, sino también información veraz. Se trata entonces, de un derecho central, que encierra en sí mismo la posibilidad de que puedan llevarse a cabo el cumplimiento de otros, como el de libertad de pensamiento o de asociación. Ya hemos explicado la situación de poder que tienen los grandes medios de comunicación, su posicionamiento parcial e interesado, favorable a los intereses del gran capital, que se encuentra enmarcado dentro de los parámetros de una filosofía hegemónica. Por tanto, dada esta situación podemos decir que, si el acceso a la información veraz es restringido, si los medios de comunicación no son transparentes, el conocimiento que podamos adquirir será falso o estará sesgado y por tanto, nuestra libertad de expresión, nuestra capacidad crítica y de elaborar un discurso propio capaz de transmitir nuestros deseos y necesidades, será inútil o estará vacío.
El fenómeno de la globalización, impulsado por las políticas neoliberales, vino también acompañado de una auténtica transformación en el ámbito de las comunicaciones, con la generalización del uso de Internet, la proliferación de satélites y otras tecnologías que facilitaron la difusión de información a escala global. Este nuevo contexto provocó que las posibilidades de adquirir conocimiento se hayan multiplicado y en cierto sentido, se puede también afirmar que el acceso a la información se ha democratizado, llegando cada vez a mayor número de personas. En este contexto, proliferaron también los medios llamados libres o alternativos, que se fueron formando para configurar nuevas herramientas comunicativas con la que manejar toda esta nueva información y para hacer frente al poder de los medios de masas.
La radio comunitaria, con una tradición en América Latina que se remonta a la década de los años sesenta del pasado siglo, se enmarca en estas propuestas alternativas de comunicación, proporcionando un medio desde el cual es posible la defensa de la libertad de expresión y posibilitando el acceso a ejercer este derecho para quienes se les dificulta hacerlo. En este sentido, destacamos la importancia que un medio de comunicación como la radio comunitaria tiene, no sólo para la difusión cultural o filosófica de un pensamiento propio, sino también para la defensa de la identidad, de las luchas para la protección de los territorios y de las reivindicaciones por los derechos de los pueblos originarios. En un contexto de agresión y violencia contra estos pueblos, que se deriva en muchos casos de las políticas económicas neoliberales que implementan diferentes estados del continente latinoamericano, el acceso a los medios de comunicación es una cuestión clave en la conformación de su resistencia.
Breve comparativa entre Radio Tsinaka y la Red de Comunicadores Indígenas del Perú
Radio Tsinaka se encuentra ubicada en la comunidad de San Miguel Tzinacapan, en la Sierra Nororiental del estado de Puebla. El 18 de noviembre de 2022, Radio Tsinaka cumplió diez años de emisión. El lema con el que se celebró la fiesta de su aniversario resume en una sola frase el trabajo y la filosofía con las que esta radio comunitaria lleva funcionando durante una década: “Diez años fortaleciendo la palabra de los pueblos nahuas y totonacos en la Sierra Nororiental de Puebla”. El nacimiento de Radio Tsinaka surge en un contexto en el que comienzan a aparecer proyectos extractivos en su región, con el principal objetivo de organizarse para informar a las comunidades que podían verse afectadas por dichos proyectos. Este proyecto radiofónico fue presentado en la asamblea de su propia comunidad donde se acordó que Radio Tsinaka sería considerada como radio comunitaria de San Miguel Tzinacapan. La toma de decisiones dentro de Radio Tsinaka se produce de manera asamblearia. Entre sus políticas está la negativa a hacer proselitismo de partidos políticos o colaborar con proyectos extractivos; sus objetivos son la preservación y difusión de las formas de vida y pensamiento de los pueblos de su región y la defensa de sus territorios. Así lo explican con sus propias palabras en su web:
“A través de los medios de comunicación comunitaria, reivindicar y fortalecer la identidad indígena de San Miguel Tzinacapan y otras comunidades de la Sierra Nororiental, ofreciendo información que contribuya a la mejor toma de decisiones personales y colectivas, así mismo reconocer nuestra cosmovisión, valorar la historia local y defender nuestros derechos y territorios para crear cohesión comunitaria y contribuir a la lucha por una vida digna”[7].
Por su parte, la Red de Comunicadores Indígenas del Perú se constituyó el 24 de marzo de 2006 con el propósito principal de articular el trabajo de los comunicadores y comunicadoras indígenas y defender y promover el derecho a la comunicación de los pueblos originarios peruanos. Esta red es un medio para fortalecer la lucha por el reconocimiento a la diversidad lingüística, las demandas al Estado peruano para poder consolidar medios de comunicación propios, la defensa de los territorios amenazados por el extractivismo y la denuncia de la persecución contra comunicadores indígenas y defensores ambientales. Durante estos más de tres lustros de funcionamiento la REDCIP ha tenido continuidad si bien sus encuentros nacionales se realizan de manera puntual.
Así, Wilman Caichihua, comunicador quechua originario de Abancay, explica el trabajo de la red:
“El contacto suele ser esporádico, sólo cuando surgen temas como defensa de territorio, protesta social o manifestaciones, entonces nos ponemos en contacto con los compañeros y hermanos de otras regiones. En estos casos es cuando ponemos en común el trabajo que cada uno realiza en su propia región. La mayoría de los comunicadores sociales tenemos contactos y corresponsales en las provincias no sólo con las cabeceras sino también en comunidades para tratar de estar al corriente de todo lo que sucede en cada lugar. Desde la red también se realizan algunos encuentros para conocernos y mantener el contacto, por ejemplo, antes de la pandemia tuvimos un congreso de comunicadores a nivel nacional en Cusco” [8].
Esta red de comunicación supone una herramienta para articular y poner en común el trabajo que cada comunicador realiza en sus propias regiones. Dicho trabajo a menudo se realiza desde situaciones de gran precariedad debido a las dificultades legales y políticas que existen en el país para poder disponer de medios comunitarios propios.
A la hora de realizar la comparación de estos dos proyectos de comunicación comunitaria queremos analizar tanto las diferencias que existen entre los casos propuestos como las semejanzas que hemos encontrado en nuestro análisis. La principal diferencia que hemos encontrado a la hora de estudiar los casos de Radio Tsinaka y la REDCIP, es que mientras que en el primero se trata de una radio comunitaria indígena ubicada en una comunidad concreta, el segundo es una red nacional mucho más amplia y variada. Esta diferencia resulta fundamental, ya que a la hora de realizar nuestra investigación las características de Radio Tsinaka se adecuaban en gran medida a nuestros objetivos de estudio, lo que nos ha facilitado mucho nuestro análisis. Por contra, hemos tenido muchas más dificultades en el caso peruano al no poder encontrar una radio comunitaria como objeto principal de estudio. Como ya hemos señalado, las circunstancias legales y políticas del país dificultan sobremanera la existencia de este tipo de medios de comunicación. Dadas estas circunstancias, optamos por elegir la REDCIP para poder llevar a cabo nuestro trabajo, aun cuando sus características han hecho que su estudio resultara más complejo.
Como mencionamos, el hecho de que la RECIP abarque diferentes geografías y culturas indígenas peruanas ha complicado el focalizar nuestro estudio en un caso concreto. Del mismo modo, al observar cómo el trabajo de los comunicadores de la red se realiza a través de programas individuales en radios comerciales, hemos podido comprobar que en esta situación no se tiene el alcance y la dimensión que pueden encontrarse en la transmisión de una programación completa dentro de una emisora comunitaria como es el caso de Radio Tsinaka. La posibilidad de trabajar con una programación íntegra permite distribuir las temáticas a tratar, profundizar y especializarse en ellas a través de cada programa concreto y generar una coherencia global como emisora a la hora de transmitir los contenidos. De igual manera contar con una emisora propia permite llevar a cabo un trabajo comunitario acorde con su filosofía basado en labores diarias y continuadas, así como poder participar de manera directa en los asuntos relacionados con la comunidad a la que pertenecen y de la que forman parte. Del mismo modo, esta circunstancia permite en el caso de RadioTsinaka, poder contar con una red de apoyo basada principalmente en la misma población en la que se ubican y que constituye además su principal audiencia. En este sentido, los comunicadores de la REDCIP no cuentan con un apoyo tan directo y si bien es cierto que mantienen relaciones con las comunidades a las que pertenecen y con las audiencias que les escuchan, éstas resultan más dispersas y puntuales dadas sus circunstancias.
Otra diferencia significativa que hemos observado en esta comparación es la diferencia generacional que existe entre los comunicadores y radialistas de ambos casos. Mientras que en Radio Tsinaka la media de edad está entre los 25 y los 35 años, en el caso de la REDCIP oscila entre los 45 y los 60. Esta circunstancia muestra, por un lado, la consolidación de un proyecto joven en el caso de Radio Tsinaka que trabaja también en la formación de futuros radialistas con sus programas dedicados a espacios infantiles y juveniles. Por otro lado, en el caso peruano nos encontramos con comunicadores de larga trayectoria y una aparente falta de relevo generacional. Un rasgo común que comparten tanto las radialistas de Radio Tisnaka como los comunicadores de la REDCIP es su condición de bilingües, siendo que además del castellano, todos tienen como materna alguna lengua originaria.
En referencia a la relación de estos medios con las filosóficas de los pueblos originarios que les son propias, en el caso de Radio Tsinaka, se puede apreciar, a través de los distintos contenidos de su programación, la presencia del pensamiento filosófico del pueblo nahua maseual heredado de su propia tradición cultural y desarrollado en función de sus necesidades y formas de vida actuales. Hemos comprobado cómo a través de los contenidos que se difunden se ponen de relieve las formas propias de su cultura y pensamiento, al tiempo que se debate y se reflexiona desde una tradición cultural propia para afrontar problemáticas actuales (como en el caso de la defensa del territorio o la conservación de la lengua propia) y poder reconfigurar la identidad y las formas de organización social (como en el caso del papel de las mujeres). Con estos ejemplos queremos destacar cómo desde este tipo de emisoras se impulsa también una filosofía práctica que no se queda en la pura teoría, ya que promueve una reflexión que lleva a la acción. De este modo, dentro de un contexto global donde la influencia del capitalismo se hace presente en sus diferentes formas políticas, económicas, culturales y filosóficas, a nuestro juicio, Radio Tsinaka constituye, a partir de su trabajo de comunicación comunitaria, un elemento de resistencia y puesta en valor del pensamiento filosófico de los pueblos originarios nahuas maseual y totonacos de la Sierra Nororiental de Puebla.
Por su parte en el caso de la RECIP, hemos visto el esfuerzo por llevar a cabo estos mismos objetivos en un contexto muy precario y de gran adversidad, donde las repetidas demandas para poder desarrollar dichos propósitos a través de radios comunitarias propias ponen de relevancia la importancia misma del medio. Hemos comprobado además cómo la ausencia de medios comunitarios propios limita, aunque no impide, el trabajo por difundir, dignificar y desarrollar las filosofías de los pueblos originarios peruanos. Con relación a dichas filosofías que encontramos en esta red comunitaria, elegimos el estudio del pensamiento quechua como filosofía a analizar de entre la variedad de pensamientos originarios que presenta la REDCIP por corresponderse con una de las lenguas mayoritarias en Perú, así como estar presentes en varios países latinoamericanos. Sin embargo, no hemos podido profundizar en el pensamiento filosófico quechua del mismo modo que sí pudimos hacer con un mayor análisis acerca del pensamiento filosófico náhuatl a través de los contenidos radiofónicos de Radio Tsinaka. Esta circunstancia también sirve para poner de manifiesto la importancia de la radio comunitaria como elemento transmisor de las filosofías de los pueblos. Pone también sobre la mesa el poder de control de los grandes medios de comunicación de masas. La carencia de medios comunitarios, como vemos en el caso de Perú, dificulta el aprendizaje, la transmisión, incluso la supervivencia de un pensamiento filosófico indígena propio. Se pone de relevancia como las leyes de comunicación peruanas, así como las prácticas políticas de represión y manipulación, dificultan el desarrollo y la supervivencia de las lenguas y filosofías de sus pueblos originarios.
Por ello, el caso de Perú nos sirve como ejemplo práctico para señalar al papel que juegan los medios de comunicación de masas para el cumplimiento de las políticas neoliberales. Durante la crisis peruana de principios de 2023, periodo en el que se realizó esta investigación, pudimos encontrar multitud de denuncias sobre la imposición de una única realidad centrada en Lima, así como una invisibilización del resto del país. Los grandes medios difundieron un discurso racista marcado por acusaciones de terrorismo con relación a las protestas populares. Estos discursos han favorecido los intereses del poder en el desarrollo de políticas neoliberales extractivas que enriquecen a las élites del país, especialmente con la minería. De este modo, se ve reflejado cómo los grandes medios de comunicación son una importante herramienta para la proyección y la consolidación de un pensamiento político, económico y filosófico de carácter neoliberal.
Esto nos lleva a concluir que en el caso de Radio Tsinaka, el hecho de haber sido capaces de crear una radio propia y mantenerla en el tiempo supone una importante ventaja a la hora de poder emplearla para difundir, preservar, desarrollar y dignificar los pensamientos filosóficos y las tradiciones culturales que les son propias. La posibilidad de hacer realidad este proyecto comunicativo, demuestra el fuerte sentido comunitario, así como la identificación con los valores y la tradición de pueblo originario que encontramos en el caso del contexto de Radio Tsinaka. Por otro lado, a pesar de las dificultades tanto estructurales, políticas y legales, con las que se enfrentan los comunicadores de la REDCIP, entendemos que el trabajo que realizan resulta fundamental para la conservación, difusión y desarrollo de los pensamientos filosóficos de los pueblos originarios en Perú. Se trata de una labor de comunicación que acerca a las audiencias la posibilidad de conocer mejor sus derechos como pueblos originarios, de dar valor a sus tradiciones y formas de organización y de hacer presente las lenguas originarias a través de sus contenidos, afirmando su identidad indígena y el orgullo por la misma. Estos programas se presentan como espacios para la reivindicación, la visibilización y la reflexión en torno a las problemáticas y situaciones que viven los pueblos originarios peruanos en la actualidad. Es por ello que su labor comunicativa mantiene la perspectiva de lucha por poder hacer realidad la creación de medios de comunicación comunitarios propios y ampliar la capacidad de fortalecer sus intereses como pueblos originarios.
De este modo, entendemos que ya sea por su presencia y consolidación como en el caso de Radio Tsinaka o por su generalizada ausencia y situación de precariedad en el caso de la REDCIP, la radio comunitaria es un elemento importante para la conservación, difusión, desarrollo y dignificación de los pensamientos filosóficos de los pueblos originarios en América Latina.
La radio comunitaria y las filosofías de los pueblos originarios
En la introducción de la presente investigación, poniendo en contexto las motivaciones que nos llevaban a realizar este trabajo, hablábamos de la actual crisis global, refiriéndonos a una situación próxima al colapso, motivada principalmente por los problemas medioambientales, el cambio climático y la escasez por sobreexplotación de los recursos del planeta. Entendemos que esta situación se deriva de la expansión de las políticas neoliberales y de la hegemonía del sistema capitalista, el cual tiene sus bases y principios en la filosofía occidental. En este sentido, buscábamos en los pensamientos filosóficos de los pueblos originarios latinoamericanos, otras maneras de entender el mundo y concebir la vida que nos permitieran encontrar alternativas a las formas del pensamiento único que se deriva del sistema capitalista actual. Para realizar tal tarea nos centramos en el estudio de la radio comunitaria por entender que es un espacio donde, a través de la oralidad y la escucha, pueden conocerse y se ponen en práctica las diversas filosofías de los pueblos originarios latinoamericanos. Del mismo modo, encontramos que la radio comunitaria es una herramienta de resistencia y crítica al pensamiento dominante basado en la tradición filosófica occidental, base del sistema capitalista, y se constituye como un medio de comunicación alternativo frente a los intereses capitalistas que se difunden a través de los medios de comunicación de masas.
A lo largo de la investigación y en concreto a través del estudio de los pensamientos filosóficos de los pueblos originarios nahuas y quechuas, hemos podido entender algunas características y rasgos comunes que comparten estos pueblos con la gran mayoría de los pueblos indígenas latinoamericanos en sus formas de pensamiento y sus filosofías. Así mismo, este estudio ha supuesto poder colocar un espejo frente al sistema capitalista y la filosofía que lo sustenta, nos ha situado ante al funcionamiento de dicho sistema, permitiéndonos cuestionarlo por comparación con el pensamiento indígena, una situación a la que resulta difícil acceder por la condición de normalización y naturalización que tiene el pensamiento hegemónico.
En este sentido y en términos generales, podemos hablar de que los pueblos originarios latinoamericanos comparten el hecho de que sus pensamientos filosóficos se basan en conocer el funcionamiento de la naturaleza, sus leyes, su orden, incluso a nivel cósmico, para después reflejar tales leyes naturales en sus formas de vida. De este modo, su organización política, social, económica, productiva, busca replicar las formas en que la naturaleza funciona y así lo reproducen en sus rituales, sus asambleas, su trabajo comunitario, sus ciclos y formas de cultivo, su justicia y ética comunitaria, etc. Todas estas prácticas se fundamentan en el entendimiento de que existe una relación de dependencia y reciprocidad entre todas las formas de vida, siendo el respeto entre ellas y la búsqueda de equilibrio, las necesidades básicas para permitir y mantener el desarrollo y la reproducción de la vida misma.
Con relación a esta idea y en la actual situación de crisis ambiental, de agresiones al territorio y de extractivismo, destaca la concepción que se tiene del territorio por parte de los pueblos originarios como lugar al que se pertenece. En este sentido, la noción de territorio parece destacar en la actualidad por ser una herramienta para su defensa y por su relevancia como posible alternativa al sistema de pensamiento hegemónico actual. No en vano, esta concepción ha sido ensayada en algunas constituciones de países latinoamericanos, como Ecuador o Bolivia, entendiendo la naturaleza como un ser vivo con derechos. La noción de territorio expresada por los pueblos originarios entiende éste como un espacio sagrado con el que existe un vínculo espiritual que debe ser cuidado y protegido.
A este respecto, es frecuente la crítica occidental o incluso la mirada condescendiente de la academia a este tipo de concepciones en que lo sagrado, más en un sentido espiritual que religioso, se presenta con relación al territorio y a la tierra entendida como madre. Tal concepción lleva consigo en la práctica el que los pueblos realicen rituales de agradecimiento o de petición en determinadas épocas del año y en momentos concretos de las tareas agrícolas. Este tipo de tradiciones se corresponde según la crítica a concepciones premodernas, donde lo espiritual y mítico priman sobre la razón en sentido peyorativo. Se consideran a menudo como rasgos primitivos de culturas no desarrolladas, ajenas a la ciencia y el progreso. Sin embargo, más allá de esta clase de juicios, fijándonos en la práctica, podemos observar cómo estas tradiciones, estos pensamientos filosóficos y estas formas de relación con la naturaleza, contribuyen a mantener un cierto equilibrio biológico y a preservar la vida. Por otro lado, la aplicación de la razón práctica instrumental, el desarrollo de la ciencia y su “desencanto del mundo”[9] han llevado a un modelo de producción y consumo generador de una descontrolada crisis climática y ambiental y a una destrucción progresiva de las condiciones de vida en el planeta, lo cual debería hacernos cuestionar la inteligencia pretendidamente superior de este modelo capitalista y de su filosofía.
En este sentido, vemos cómo dentro del sistema capitalista la filosofía y la ciencia están puestas al servicio de políticas económicas que utilizan el conocimiento sobre la naturaleza, no para replicar sus formas, como mencionamos en relación con los pueblos originarios, sino para extraer de ella un beneficio. El conocimiento se utiliza como un elemento de dominación, no se pretende convivir con el mundo natural, sino someterlo, explotarlo, extraer el máximo provecho con el mínimo esfuerzo y coste posibles. No hay, por tanto, lugar para nociones como respeto o equilibrio, a la naturaleza se la fuerza; no se entiende que exista una reciprocidad y mucho menos una pertenencia, la lógica es que el ser humano es primero y está por encima de todo lo demás. Tal filosofía desvinculada de lo natural ha llevado a prácticas de construcción de total artificialidad, de convivencia en grandes centros urbanos donde la naturaleza está alejada y se concibe sólo como fuente de recursos para sustentarlos. Como decimos, en el capitalismo la noción de equilibrio no existe, al contrario, el sistema genera un desequilibrio abismal entre la población mundial provocando enormes contrastes, con picos entre la opulencia desmedida y la miseria absoluta. Esta misma lógica de funcionamiento ha generado tales niveles de contaminación y cantidades de basura que se ha llegado a modificar el clima y alterar los ciclos naturales del planeta. Las grandes migraciones fruto de las guerras, la pobreza y el desequilibrio ambiental son también otra de las consecuencias que se derivan de este sistema. El capitalismo que abandera el progreso, el crecimiento continuo y la generación de riqueza, mantiene una filosofía que se revela en la práctica como altamente destructora.
Si nos detenemos a profundizar en las causas que llevan a configurar esta filosofía, podemos encontrar su origen en el protagonismo racionalista e idealista que caracteriza la tradición filosófica occidental. Según dicha tradición, la razón es la creadora de ideas, entendiéndose éstas como la base misma de la civilización. El mundo occidental se rige por ideales como justicia, amor, libertad, y por grandes palabras como historia, progreso, economía; todos estos conceptos parecen estar en importancia por encima de la misma realidad y de la vida concreta de las personas. En un pensamiento filosófico donde las ideas son predominantes, la concepción y el entendimiento de la realidad se basa en la abstracción, esto es, la separación y la toma de distancia del mundo real. Así esta filosofía no se adapta al mundo, sino que crea su propia realidad, idealiza. Las ideas se caracterizan, como decía Platón, porque son perfectas y eternas; la realidad, en cambio, es imperfecta, corruptible, finita.
En las sociedades capitalistas se reproduce esta lógica donde lo finito se desprecia, se consume y las aspiraciones individuales se basan en poder acercarse y parecerse a los ideales generalmente aceptados. Podemos entender esta situación con un claro ejemplo, el del ideal social de ser joven y famoso. En una sociedad donde la niñez, por inmadura y la vejez, por decrépita, están en un segundo plano de importancia, la ilusión y los esfuerzos parecen dirigirse a tratar de detener la vida en su punto más alto, en la juventud. El otro gran logro es alcanzar la fama para pasar a la posteridad y poder trascender el olvido y la muerte. Podemos resumir estos ideales como una aspiración a la idea platónica, ser joven y famoso, es decir, perfecto y eterno. Esto que pudiera parecer exagerado por irracional, refleja un pensamiento que subyace en la filosofía que transmite y desarrolla el sistema capitalista. En consecuencia, podemos decir que en esta concepción la muerte no forma parte de la vida social, no está presente, se la margina, no hay lugar para pensarla, tampoco hay espacio para el duelo. Sobre esta lógica de negación, la artista mexicana Odette Fajardo expone:
“La muerte es uno de los sucesos que más rompe los esquemas de la vida capitalista y se revela contra sus lógicas por ello se puede afirmar que el ritual de muerte es una práctica de resistencia ante el capitalismo exacerbado. Dado que los rituales funerarios implican la construcción de un tiempo sagrado, la mecánica productivista tiene que detenerse y el olvido es espantado por la memoria” [10]
En este sentido, podemos concluir que el capitalismo, con su apariencia y publicidad vitalista y su filosofía de progreso y desarrollo continuo, ensalza la vida y niega la muerte. Paradójicamente, al negar la muerte, menosprecia la vida, reproduciendo una capacidad de generar destrucción y miseria, tanto natural como humana, a una escala nunca vista en la historia.
Por el contrario, los pensamientos filosóficos de los pueblos originarios latinoamericanos se caracterizan, como hemos podido comprobar a lo largo de la presente investigación, por una concepción más práctica y sujeta a la realidad, donde lo ideal y abstracto no tienen tanto peso, un tipo de pensamiento que los antiguos nahuas llamaban de “lo visible y lo palpable”. Dentro de sus costumbres y tradiciones encontramos también cómo lo espiritual está presente y forma parte de su cotidianidad, los ancestros y los muertos son constantemente recordados, también el duelo tiene su lugar, su importancia y su valor. En este sentido, vida y muerte se entienden como parte de un mismo proceso que permite el equilibrio y la sucesión de los ciclos naturales, son, por tanto, indivisibles, asumir la muerte es entender la vida. De este modo, al contrario que sucede con la filosofía del sistema capitalista, en las filosofías de los pueblos originarios, al aceptar y valorar la muerte se protege la reproducción de la vida. Por todo ello, no es extraño que, particularmente en México, la expresión “proyectos de muerte” se haya popularizado en referencia a la proliferación del modelo extractivista, del mismo modo que defensores medioambientales y de derechos humanos hablen de su labor como una “defensa de la vida.”
Esta contraposición entre dos tipos de pensamientos, el de la filosofía que sostiene el sistema capitalista y los pensamientos filosóficos de los pueblos originarios, ha sido necesaria para visualizar diferencias que consideramos importantes. Debemos explicar que entendemos el capitalismo como un desarrollo particular y extremo de la filosofía occidental, no el único posible, sino el hegemónico y más problemático hoy en día. En este sentido, no pretendemos hacer un juicio valorativo determinando que un pensamiento filosófico es superior o inferior al otro, ni diferenciar de forma simplista entre bueno y malo. Nuestro objetivo ha sido, como ya se ha explicado, el de buscar alternativas al pensamiento hegemónico. Hemos pensado que existen posibilidades de encontrar estas alternativas dialogando con las filosofías de los pueblos originarios latinoamericanos. En este sentido, retomamos las palabras de la doctora Fabiola Escárzaga cuando afirma:
“Desde la óptica de los campesinos, sobre todo desde los indígenas, se piensan las cosas desde una perspectiva propia y diferente de la idea del desarrollo. De esta idea del desarrollo que pretende que mientras más productos minerales se exporte, más rico es el país (…) lo único que se le contrapone es la cosmovisión indígena, la cual plantea la prioridad de la vida por sobre la acumulación de riqueza por los capitalistas. Mientras más capaces seamos de entender de qué van las cosmovisiones indígenas y cómo nos incluye porque nosotros nos alimentamos de lo que producen ellos, habrá más posibilidades de construir un proyecto común que no se subordine a la lógica del desarrollo y de la acumulación de capital”[11]
Entendemos que la filosofía, como pensamiento crítico, debe emplearse para cuestionar y reflexionar, para hacer preguntas y proponer nuevos caminos de pensamiento que experimentar. Con este trabajo hemos querido hacer nuestra aportación en este sentido. Tales conclusiones acerca de la filosofía de los pueblos originarios han podido ser extraídas principalmente gracias a la programación y al trabajo de los y las comunicadoras de las radios comunitarias que hemos estudiado en esta investigación. La radio nos permitió acercarnos directamente a los contenidos que se elaboran y difunden desde las propias comunidades de manera constante y actualizada. En este sentido, pensamos que existen muchos estudios sobre la filosofía de los pueblos originarios que se limitan exclusivamente a la revisión de cosmovisiones, mitos y leyendas ancestrales o prehispánicas algo que en ocasiones puede contribuir, aunque sea de manera involuntaria, a crear una visión esencialista sobre la filosofía de estos pueblos. Si bien dichas cosmovisiones y mitologías antiguas están en la raíz misma del pensamiento filosófico y la cultura de los pueblos originarios, entendemos que, además de su estudio, es importante fortalecer la visión de contemporaneidad de dichos pueblos. Por ello, a nuestro entender, el trabajo de las radios comunitarias resulta un modo útil y eficaz para conocer cómo se expresan, difunden y desarrollan los pensamientos filosóficos de los pueblos originarios a día de hoy.
Por otro lado, también queremos señalar que la radio comunitaria indígena no es un espacio libre de influencias filosóficas occidentales, algo que resultaría absurdo pensar, igual que tampoco se da esta supuesta “pureza” en las comunidades a las que pertenecen. La realidad de los pueblos originarios y su capacidad de resistencia ha pasado por la adaptabilidad y el sincretismo, En este sentido, la propia radio como medio de comunicación es un ejemplo de esto. Hemos podido comprobar cómo el uso que de la radio comunitaria hacen los pueblos originarios, la convierten en un espacio apropiado para conservar, difundir y desarrollar sus cultura y filosofía. Por tanto, dadas todas estas características, pensamos que la realidad de la radio comunitaria es fruto del continuo proceso de resistencia, evolución y reinvención de los pueblos. Es por ello, que las radios comunitarias y el trabajo de los comunicadores indígenas se encuentran inmersos en las situaciones de resistencia y lucha por sus derechos que atraviesan hoy la realidad de muchos pueblos originarios en América Latina. En este sentido, constituyen un espacio donde además de conservar y difundir sus culturas, sus identidades, sus lenguas y sus pensamientos filosóficos, se produce también un pensamiento crítico desarrollado a partir de la propia tradición y puesto al servicio de las necesidades de los pueblos, pensando que es posible vivir de otra manera. De este modo, las radios comunitarias son un lugar desde donde cuestionar el poder y el pensamiento hegemónicos a quienes no interesa por razones obvias un cambio de sistema.
Nos gustaría concluir señalando la importancia de cómo la radio comunitaria y el trabajo de los comunicadores indígenas muestra el valor que estos medios tienen no sólo hacia sus propias comunidades sino también hacia fuera de ellas. Como medio de comunicación la radio comunitaria está abierta a una audiencia plural, más aún, cuando la gran mayoría comparten el castellano como lengua común en Latinoamérica. De este modo, cualquier persona puede escuchar y conocer su palabra, sus inquietudes, su cultura, sus problemas, sus tradiciones y sus luchas. No son, pues, lugares cerrados y replegados en sí mismos, sino más bien al contrario, espacios desde los que abrirse al mundo. En este sentido, las radios comunitarias se revelan como lugares fundamentales para poder entablar diálogos con otras poblaciones originarias y no originarias, para compartir e intercambiar reflexiones y conocimientos, para traspasar fronteras y tender puentes de cooperación, apoyo y trabajo; son, en definitiva, espacios para encontrarse, conocerse y medios con los que comunicarse.
Bibliografía
- Benítez, Fernando. El peso de la noche, Ediciones Era, México, 1996.
- Bolom, Manuel, A’iel snopel Un ensayo sobre el lenguaje y la filosofía de los pueblos, Centro Regional de Formación Docente e Investigación Educativa, Chiapas, 2020.
- Bondy, Salazar, ¿Existe una filosofía de nuestra América? Siglo XXI, México, 1969.
- Ecárzaga, Fabiola; Gunther, Griselda, Experiencias de construcción y defensa del territorio en México y América Latina, Universidad Autónoma Metropolitana, México, 2021
- Escárzaga, Fabiola, Entrevista a la Dra. Nicté Fabiola Escárzaga: “Bicentenario del Perú y reflexiones sobre el movimiento campesino y su relación en la lucha armada”, Revista Espiral, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, 2020.
- Fajardo, Odette, Performance por la lejana muerte de mi padre: Autoetnografía artística y descolonial desde mi cuerpo migrante. Universidad Politécnica de Valencia, Valencia, 2019
- González Pazos, Jesús, Medios de comunicación, ¿al servicio de quién? Icaria, Barcelona, 2019.
- Harvey, David, Breve historia del Neoliberalismo, Akal, México, 2005.
- Lenkersdorf, Carlos, Filosofar en clave tojolabal, Porrúa, México, 2005
- León-Portilla, Miguel,Filosofía Náhuatl estudiada en sus fuentes, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2006
- Magallón, Mario, Los caminos del pensar: la radicalidad de nuestra América, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2020.
- Mate, Reyes, La piedra desechada, Trotta, Madrid, 2013.
Lugares Web
- Radio Tsinaka https://www.org
- Redcip; http://www.redcip.org.pe/
Notas
[1] Fernando Benítez, “El peso de la noche” ed. cit., pp. 84-85
[2] Carlos Lenkersdorf, “Filosofar en clave tojolabal”, ed. cit., pp. 153
[3]Argentina Quiroga, referente de la Comunidad Huarpe “Territorio del Cuyum”, entrevistada por Francisco Ceballos, San Juan, Argentina 2009
[4] Reyes Mate, “La piedra desechada” ed. cit., pp. 164
[5]«Una lección y una esperanza» (Intercambio Epistolar sobre Ética y Política: carta de Luis Villoro al sup Marcos, (feb.2011)
[6] Artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos
[7] Web radiotsinaka.org (25-10-2022)
[8] Entrevista Wilman Caichihua en 12-01-2023
[9] Concepto acuñado por Max Weber con el que describía la sociedad moderna occidental donde el pensamiento racional y científico había desplazado a la creencia
[10] Odette Fajardo, “Performance por la lejana muerte de mi padre: Autoetnografía artística y descolonial desde mi cuerpo migrante” ed. cit., pp. 268
[11] Fabiola Escárzaga, “Bicentenario del Perú y reflexiones sobre el movimiento campesino y su relación en la lucha armada” ed. cit., pp. 57-58