El guión para cine documental

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Sobre El guión para cine documental, de Carlos Mendoza
Editado por el Departamento de Publicaciones del CUEC, El guión para cine documental transita por los terrenos de este tipo de producción cinematográfica de no ficción que muchas veces es olvidada por los grandes públicos.
En las primeras páginas de El guión para cine documental, Carlos Mendoza formula la pregunta obligada en este terreno. ¿Es necesario, o siquiera viable, producir guiones para cine documental?
Para responder a tal dilema, Mendoza nos remite a las palabras del realizador y teórico catalán Lorenzo Soler, quien señala: «guión puede ser texto escrito, pero puede no serlo. Puede ser texto escrito antes de la grabación, pero puede ser texto añadido a las imágenes ya montadas». De tal resolución podemos sacar en claro que, aún en el documental, la estructura del guión, de una u otra forma, está siempre presente.
A través de su experiencia como documentalista y docente del CUEC, Carlos Mendoza comparte en este volumen su visión respecto del oficio del documentalista. El texto de Mendoza es un esclarecedor recorrido al epicentro de la esencia del llamado cine de no ficción o documentary cinema, territorio del cine que representa una faceta importante del oficio —a momentos un tanto olvidada por los grandes públicos— de donde han surgido trascendentales figuras de la talla de Vertov, Flaherty e inclusive el popular Michael Moore. Carlos Mendoza pone al alcance del lector, en este volumen, su conocimiento y algunas vivencias en el terreno del cine documental.
En estos días en los que la tecnología beneficia a casi cualquiera para producir sus propios filmes independientes y concursar en certámenes, donde a la par también nos hemos visto rodeados de numerosos festivales para cine documental (que nacen, mueren y renacen); en estos tiempos donde un film de no ficción puede hacerse de tanta fama —tal vez por el ingenio del realizador, por lo polémico de su tema o por la buena manufactura— como cualquier film de ficción, Mendoza nos recuerda que dentro de este gran marco de posibilidades no debemos olvidar la importancia del guión. En este caso, el guión para cine documental.
A través de la retórica, la historia y el periodismo, de postulados platónicos y kantianos, el autor nos explica en su libro por qué el guionista de documentales, en la ardua lucha de perspectivas que representa este tipo de cine, debe buscar siempre el equilibrio entre vitalidad y belleza. En el capítulo VII de su libro, Mendoza encara la difícil tarea de proponer los lineamientos que podrían originar su propuesta de Poética del guión para cine documental. De tal modo, para este cineasta y profesor, el guión (elemento menoscabado en el terreno del documental) surge como la herramienta idónea, el medio a través del cual el creador fílmico podrá auxiliarse en la planificación de una película de no ficción. Y para facilitar la concepción de un guión de este tipo, Mendoza propone interesantes estrategias como una división taxonómica inspirada en la retórica y en otros métodos de investigación. Así, podríamos tener según la estructura: documental histórico, de crónica, de reportaje, ensayístico, etcétera. Por otro lado, el autor también expondrá a sus lectores los planteamientos de importantes teóricos del medio, a manera de contraste: «Nichols propone un orden a partir de cuatro grandes categorías: documental expositivo, de observación, interactivo y reflexivo».
Para Carlos Mendoza, parte del gran valor del guión en el cine documental consiste en el simple hecho de que, ya sea en la pre o postproducción, el escritor tiene que ayudar a adecuar y estructurar al espectador la experiencia de vida (la investigación) que nos mostrará un documental: «Así, se puede afirmar que cuando el guionista deja ver esa especie de concentrado de recursos y estilo al inicio de su documental, está facilitando al público el seguimiento del relato que empieza a ver y oír y, contribuye a que aquel pueda tener una visión más ordenada del mismo, puesto que la repetición de los recursos a utilizar, así como la unidad estilística del relato, contribuyen a una mejor comprensión del documental». Para el propio autor, el documental debe funcionar como un jazz; una seductora música que se configura sobre una base de reglas y formas pero que siempre deja espacio para la improvisación.
El guión para cine documental no sólo se enfoca en intentar formar a los futuros guionistas para cine documental sino que también funciona como un libro que nos introduce en la historia y en la teoría del cine de no ficción. El autor realiza en algunos pasajes del libro un ilustrativo recorrido por los diversos estilos de documental que existen, compartiendo didácticos ejemplos sobre las formas y cualidades de cada uno. De tal forma, encontramos en este libro un conjunto de apreciaciones sobre el cine de no ficción, en las que esta disciplina termina por aproximarse en ocasiones al oficio del reportero, el poeta, el simple observador, e inclusive del ensayista.
Como es bien sabido, el documental se debate constantemente entre su lealtad a la verdad y las modas estilísticas que imponen las nuevas tendencias. Ante tal escenario, Carlos Mendoza nos despliega las opiniones y posturas de realizadores contemporáneos de la talla de Lars von Trier, Michael Moore, Jean-Luc Godard, Chris Marker, entre otros, en torno al fenómeno del cine de no ficción, como puntos de referencia obligados para el aspirante a guionista.
Si descendemos más a fondo en el asunto de la escritura de documentales, podemos constatar que algunos documentalistas podrían llegar a ser considerados como una suerte de filósofos fílmicos que elaboran su obra a través de ese ojo-cámara vertoviano. No por nada destacados pensadores de los últimos años han contribuido a llevar sus teorías a la pantalla: tal es el caso de Slavoj Žižek, quien ha aparecido en múltiples documentales y ha fungido como guionista en otros tantos, como Slavoj Žižek: The Reality of the Virtual. Según nos comparte Mendoza, para el crítico inglés Paul Rotha, el documental es esa expresión del cine que se encuentra plenamente ligada al pensamiento. Por tal motivo, el orden en los cimientos será un elemento fundamental en pos del éxito de cualquier futuro documental.
Esta publicación ilustra con diferentes estructuras de guión para documental y también recomienda útiles ejercicios en la adopción de métodos de investigación para el futuro documentalista. Un texto que oscila entre lo teórico y lo didáctico, y que podría interesar a aquellos que, ya sea desde la creación cinematográfica o la crítica, pretendan gobernar el arte del documental desde la fase del guión y hasta la pantalla.
Carlos Mendoza ha realizado documentales desde 1978. A partir de 1980 enseña realización de documentales en el CUEC y ha impartido clases en varias otras universidades. Entre otros premios, ha obtenido dos veces el premio Ariel en la categoría de Mejor Documental. Ha publicado otros libros sobre el tema como El ojo con memoria, apuntes para un método de cine documental.
La edición del libro El guión para cine documental estuvo a cargo del Departamento de Publicaciones del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), y está disponible en librerías universitarias gracias a la Dirección General de Publicaciones y Fomento Editoral.

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