LA VOZ ABIERTA.
Cartografías Constitutivas.
Nací en México DF, último hijo con tres hermanos, una mujer y dos hombres más, desde que recuerdo mi familia ha vivido por el rumbo por donde ahora me encuentro que es Iztapalapa. Esta zona se ha caracterizado por la violencia, el poco porvenir, el medio hostil y las altas probabilidades que los jóvenes que ahí habitan se conviertan en delincuentes han sido siempre distintivos de esta parte de la Ciudad. A pesar de las carencias mis padres nos sacaron adelante, hubo muchas privaciones que yo por ser el más chico de los hermanos no sufrí, la unión familiar, el hambre y el trabajo hicieron que mis padres se esforzaran el doble para que obtuviéramos una clase media. El lugar donde habitábamos resultó estar en los primeros peldaños en el índice de delincuencia, la forma de vivir era el robo y el narcomenudeo, esto, nunca fue tentación para mis hermanos, ellos se condujeron siempre con honestidad en sus trabajos; la mayor logró, luego de muchos años, una plaza y mis padres nunca abandonaron sus deberes. Yo tenía todo, el estudio fue lo único que se me exigió, voy a ser sincero: nunca fue mi pasión la escuela pero agradezco que se me haya obligado asistir a ella; distraído desde siempre, alegre y carismático, terminé la carrera de Derecho lo que generó gran satisfacción para mi familia. Soy amante de la música, el cine y hace poco aficionado a la lectura, parrandero y amistoso; fui victima de la desobediencia, ignoré las experiencias y regaños de mis padres. Anduve en el fuego y me quemé, mi ser indomable hoy sucumbe, creo que esta vez veo la realidad y con el pasar de los años veo lo que le ha pasado a mi vida, trato de eliminar vicios y tropiezos, descubro día a día lo que lo que he dejando escapar, cuento con 29 años de edad y en los dos años que llevo encerrado aquí me doy cuenta que no he realizado absolutamente nada comparado con otras personas de mi edad, todas mis reflexiones no surgen porque el sistema de “readaptación” sirva para algo, toda la violencia y las humillaciones que aquí se viven no son el mecanismo para que los que estamos presos recapacitemos, el sistema de justicia mexicano es un infierno a conveniencia de unos cuantos, pero, no pierdo nada con imaginar cómo será mi vida cuando recupere mi libertad.
México D.F, Iztapalapa. Reclusorio Preventivo Varonil Oriente
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