Resumen
Reconceptualización en torno al rol de los psicodélicos en la cultura contemporánea, sugiriendo que estos compuestos pueden también ser vistos como psicotecnologías. Es decir, tecnologías para la exploración de habilidades mentales específicas. Este concepto va más allá de los modelos explicativos tradicionales provenientes de la antropología chamánica, la farmacología o la psicoterapia y nos proporciona una visión sistémica de la experiencia psicodélica. La psicotecnología es uno de los tres conceptos esenciales del paradigma multiestados propuesto por el Dr. Thomas B. Roberts. La función de las psicotecnologias dentro del modelo de Roberts es servir como un dispositivo amplificador perceptivo entre el investigador y su objeto de estudio.
Palabras Clave: psicotecnologías, paradigma multiestados, psiconáutica.
Abstract
A re-conceptualization of the role psychedelics have in contemporary society, suggesting those compounds may be seen also as psych-technologies. In other words, exploration technologies for specific mental abilities. This concept goes beyond traditional explanatory models coming from shamanic anthropology, pharmacology, or psychotherapy, and gives a systemic vision of psychedelic experience. Psych-technology is one of three essential concepts of the Multistate Paradigm proposed by Dr. Thomas B. Roberts. Psych-technologies purpose among Robert’s model is to serve as a perception amplifier between the investigator and its object of study.
Keywords: Psychotechnologies, multi-state paradigm, psychonautics
Actualmente gran parte de la psicología (y de la ciencia en general), excluye fenómenos e información proveniente de los estados alterados de conciencia. Bajo el razonamiento de psicólogos como Charles Tart, si hemos de contar con una ciencia de la mente completa, deberíamos integrar la mayor cantidad de información proveniente de todos los estados de consciencia, incluyendo al ordinario (vigilia) y otros no ordinarios (sueños, estados psicodélicos, experiencias místicas, fenómenos transpersonales).
El Dr. Thomas B. Roberts es una de las principales autoridades académicas en estudios psicodélicos. Roberts, además, se opone al reduccionismo científico ortodoxo en la psicología y la educación. Así que empleando el concepto de estado mente-cuerpo para referirse a los comúnmente llamados estados de consciencia, propone a los investigadores la ejercitación de procesos o técnicas que permitan alcanzar habilidades especificas en dichos estados, poniendo un especial énfasis en las plantas y sustancias psicodélicas, las cuales poseen la propiedad de facilitar la ejecución del principio metodológico de la experimentación, es decir, usarlas no requiere de los largos años de preparación que si requiere –por ejemplo, el aprender complejas asanas de yoga o dominar técnicas meditativas orientales–. De acuerdo con Roberts los psicodélicos no son mejores herramientas en la modificación y expansión de la consciencia que la meditación, sin embargo, si son un método más veloz.
Lo que propone Roberts con el paradigma multiestados es una inmersión directa entre el investigador y el objeto de estudio con que se trabaja; esta novedosa forma de investigación se encontraría mediada por complementos o tecnologías que provean de una percepción no ordinaria (o amplificada) de la consciencia. Esto, presumiblemente, conduciría a insospechados descubrimientos y avances en materia científica, humanista, artística, social y espiritual.
En el presente texto he decido abordar la utilidad de los compuestos psicodélicos como psicotecnologías, es decir, instrumentos de modificación perceptual para la exploración de las habilidades especificas (residentes) de los estados mente-cuerpo generados. Siendo estos los conceptos elementales del paradigma multiestados desarrollado por Roberts.
El estudio de estas sustancias tiene profundas implicaciones en el trabajo científico, ya que podría ayudarnos a:
1) completar las cartografías existentes de la mente humana al incluir el espectro total de estados mente-cuerpo.
2) Descubrir procesos cognitivos aún desconocidos.
3) Explorar tantos estados mente-cuerpo como sea posible, además de las habilidades residentes en dichos estados.
4) Desarrollar los estados y habilidades más prometedores.
5) Aprender a usar estas psicotecnologías mente-cuerpo como instrumentos de investigación.
6) Agregar las habilidades necesarias para el diseño de nuevos estados mente-cuerpo.
El paradigma multiestados propone un modelo de estudio que integre todas las teorías, mapas y modelos de los diversos procesos y estados cognitivos disponibles para el humano. Dicho paradigma considera que producimos y utilizamos diferentes estados mente-cuerpo, al hacer este reconocimiento automáticamente el modelo de Roberts remueve la falacia del estado único, de aquel supuesto erróneo de que todas nuestras habilidades útiles residen únicamente en el estado mente-cuerpo ordinaria. Este paradigma también sostiene que al descubrirse nuevos estados mente-cuerpo con sus respectivas habilidades residentes, ocurrirán redefiniciones en procesos supeditados a la dialéctica posible/imposible, es decir, en los nuevos estados mente-cuerpo seria técnicamente posible realizar cosas catalogadas como “imposibles” en el estado ordinario de vigilia: precognición, curación, catarsis psicológica. Como sabemos, los psicodélicos también funcionan como una crítica ontológica del mundo institucionalizado como paradigma dominante, único y correcto. Roberts señala que esta modalidad de pensamiento llamada “la falacia del estado único”, se ve amenazada cuando las diferentes psicotecnologías muestran contundentemente que existen múltiples estados de consciencia, diferentes al estado de vigilia.
De acuerdo con Kuhn, la aparición de anomalías en el paradigma imperante –como las que se presentan en estos estados mente-cuerpo, corresponde a lo que dentro de la ciencia es uno de los periodos previos al surgimiento de una revolución científica. Toda acumulación de anomalías, o datos no concordantes con el sistema de creencias imperante, eventualmente resultará en un periodo de caos paradigmático, tras el cual se puede encontrar una transición hacia teorías más viables que posteriormente se convertirán en un nuevo paradigma. Kuhn menciona que para que todo nuevo paradigma se constituya como tal debe cumplir mínimamente tres requerimientos fundamentales: a) aportar soluciones donde fallaba el anterior paradigma, b) resolver los mismos problemas que su predecesor, y c) prever soluciones a problemas en nuevas áreas.
Desde una perspectiva interdisciplinar (neurofenomenológica) ha sido planteada la distinción entre las sociedades monofásicas y multifasicas. Siendo nuestro paradigma occidental y secular estrictamente monofásico; esto significa que la consciencia de vigilia es normal, los sueños son poco valorados y los estados modificados son considerados anormales o directamente patológicos. Esta perspectiva ubica que en cualquier sociedad existe un número finito de posibles fases concienciales declaradas “normales”, mientras que otras tantas son excluidas. Y es que gran parte de la investigación de los estados de consciencia parece indicar que el consumo de sustancias psicoactivas es una actividad normal y virtualmente universal en toda nuestra especie Esto se ve reforzado por investigaciones que comprueban la presencia especifica de prácticas con farmacología psicodélica hasta en un 90% de las culturas humanas, además de evidencia que ubica acciones similares por parte de muchos otros mamíferos, o que inclusive relaciona a los psicodélicos con el desarrollo de procesos evolutivos complejos.
Tras la declaración de la mayor parte de las sustancias psicodélicas como ilegales, el acceso a estas sustancias ha sido bloqueado, esto paralelamente daña la capacidad de producir experiencias profundamente importantes para el humano, ha definido al prohibicionismo como un experimento de ingeniería social cuyas leyes son inaplicables, ineficaces, insalubres, inmorales, antieconómicas, anticientíficas, y antiecológicas.
Actualmente se sabe que la mayoría de los accidentes relacionados al consumo de psicodélicos son consecuencia directa del estado prohibicionista, parte de estos involucran sobredosificaciones, sustancias contaminadas, entornos de consumo erróneos (setting), o una incorrecta configuración del programa emocional del consumidor (set). Cabe señalar que si se pudieran realizar pruebas de sustancias, o sesiones guiadas, estos accidentes podrían ser fácilmente evitados. Hay que recalcar que tanto chamanismo como psicoterapia indican que los tres factores más importantes en cualquier intervención farmacológica con psicodélicos son, precisamente, el programa, el entorno y la dosificación.
Diana Reed Slattery ha sugerido el término de Ciencia Psicodélica para nombrar a las disciplinas encargadas de compatibilizar datos entre reportes directos de experiencias psicodélicas en primera persona, con observaciones objetivas en tercera persona, por ejemplo, medición de signos vitales, escaneos de actividad cerebral, análisis químicos, etc; Slattery, también retoma el termino psiconauta (neologismo creado por Ernst Jünger), para referirse a aquella persona que investiga la psique humana a través de una forzosa metodología en primera persona. Así pues, la práctica psiconáutica sería el primer eslabón en la generación de una verdadera ciencia psicodélica. De acuerdo a Slattery, la psiconáutica puede considerarse una micro-ciencia en función de la siguiente metodología básica: 1) Ajustar la química de la consciencia mediante una sustancia psicodélica; 2) observar los cambios en la consciencia; 3) reportar lo ocurrido.
En términos de esta ciencia psicodélica, propuesta por Slattery, podemos identificar tres fases, algunos autores han llamado a la conjunción de tales fases, “la moderna revolución psicodélica” o simplemente el “renacer psicodélico”. En cualquier caso, estamos hablando de un reavivamiento científico, cultural y espiritual en torno a los compuestos psicodélicos.
Las fases en cuestión son:
- Desde el descubrimiento de la LSD-25 por parte de Albert Hofmann en 1943 hasta el final de la década de los cincuenta con el filósofo e intelectual Aldous Huxley como figura central.
- La era contracultural psicodélica de la década de los sesenta hasta 1976 (auge del prohibicionismo), con el Dr. Timothy Leary en el centro.
- El desarrollo de la cultura rave desde mediados de la década de los ochenta, los principales representantes de esta fase son el químico Alexander Shulgin (inventor de más de 230 sustancias psicoactivas, muchas de ellas probadas en él mismo), el reconocido etnobotánico Terence McKenna (psiconauta, escritor y divulgador), el Dr. Rick Strassman (psiquiatra cuya investigación reavivó el interés del público por las experiencias psicodélicas en el último siglo) y el artista Alex Grey (cuya campaña de 2013 para la edificación de un mausoleo psicodélico se convirtió en uno de los proyectos que más dinero ha recaudado en plataformas digitales).
Es a partir de la década de los noventa, también llamada la década del cerebro, que encontramos un interés renovado en el estudio científico de los efectos de estas sustancias por parte de la neurociencia cognitiva y la psicofarmacología, el resultado más visible de este creciente interés fue la reapertura de la investigación psicodélica con el trabajo de Strassman con NN-DMT en la Universidad de Nuevo México. Más recientemente los estudios realizados con psilocibina en la Universidad Johns Hopkins, además del trabajo de investigación psicoterapéutica de MAPS (Asociación Multidisciplinaria para Estudios Psicodélicos) con MDMA y las investigaciones con Ayahuasca del Instituto Hefter o la Fundación Beckley también pueden servir de ejemplo.
Roberts ha propuesto un modelo de cuatro etapas para entender a mayor profundidad las implicaciones de este renacimiento en la investigación psicodélica, cubriendo importantes áreas como la ciencia, la espiritualidad, el arte y la propia mente humana. Esto se logra estableciendo un modelo no secuencial, i.e. una teoría donde una nueva etapa no sustituye a otra, sino que se construye naturalmente a partir de las anteriores. Las cuatro etapas evolutivas ubicadas son las siguientes:
- La etapa medica-neurocientífica
- La etapa espiritual-religiosa (enteogénica)
- La etapa intelectual-artística (ideogénica)
- La etapa de aplicaciones mentales (psicotecnologíca)
La etapa medica-neurocientífica predomina en la actualidad y se encuentra caracterizada por avances científicos en las escuelas de medicina, clínicas y laboratorios de biología; dentro de esta etapa las experiencias místicas o transpersonales sirven como la principal variable de investigación para la curación y/o el cambio de actitudes. El éxito de las experiencias de consciencia unitiva puede verse reflejado en los estudios para el tratamiento de la ansiedad, depresión, diferentes tipos de adicciones, psicosis, neurosis, autismo o el trastorno de estrés postraumático (TEPT), que conduce a una aceptación social de estas experiencias, las cuales han sido históricamente objeto de hostilidad por parte de la psicología y la psiquiatría ortodoxa. Por ejemplo, recientemente la neurociencia ha demostrado que psicodélicos como la psilocibina, administrados en un adecuado entorno (setting), pueden incrementar los niveles endógenos de glutamato extracelular, generando así un aumento en el factor neurotrófico cerebral, uno de los elementos clave para la neurogenesis, por ejemplo, mejoramiento de la plasticidad cerebral.
La neuroplasticidad ligada a los estados psicodélicos puede también ser entendida como resultado de lo que Michael Winkelman, denomina psicointegración. El concepto sugiere que al ser análogos de la serotonina, los psicodélicos modulan no sólo un proceso cerebral específico, sino varias actividades de diferentes neurotransmisores. Esto produce una integración entre la estructura cerebral del tálamo, que regula el flujo de información del sistema nervioso, y el córtex, que interpreta emocionalmente dicha información. Cabe señalar que tanto el tálamo como el córtex hacen uso de los circuitos serotoninérgicos, lo cual hace sugerir a Winkelman, que las experiencias de este tipo, al estimular estos circuitos, mejoran en términos generales los procesos de comunicación cerebral.
La serotonina es uno de los neurotransmisores más básicos para cualquier vertebrado; encargándose del procesamiento de funciones relacionadas con el metabolismo, estado de ánimo, temperatura corporal, reposo nocturno y concentración. La serotonina y el LSD, junto al medicamento antipsicótico Thorazine (clorpromazina), son considerados el trípode científico sobre el cual se sostiene la moderna psiquiatría biológica, el actual modelo para el estudio científico del funcionamiento mental.
Como hemos visto, las sustancias psicodélicas guardan una importancia enorme en el desarrollo de procesos psíquicos de sanación, sin embargo, enfocarnos sólo en los descubrimientos y abordajes modernos trabajados por la psicoterapia nos hace perder de vista otra cosa importante: las experiencias psicodélicas también nos informan sobre qué significa ser una persona y qué es la cultura humana. Es por ello que la segunda etapa (enteogénica) involucra el uso de contextos religiosos para el estudio experimental de la espiritualidad.
Dentro de estos contextos, los psicodélicos suelen recibir el nombre de enteógenos, un término propuesto por un grupo de reconocidos académicos Ruck, Staples, Ott y Wasson. Este neologismo de raíces griegas significa “generando la divinidad interior”, y hace referencia al uso de psicodélicos en circunstancias donde el individuo posee un sentido de lo sagrado, o bien, un modelo de interpretación espiritual para las experiencias producidas por las citadas sustancias. Actualmente esta etapa se encuentra en un lento pero firme periodo de gestación, evidencia de ello puede ser encontrada en: (1) el incremento en el número de iglesias que usan legalmente compuestos psicodélicos de forma enteogénica, como lo son la Iglesia del Santo Daime, União do Vegetal, Iglesia Nativa Americana. (2) La popularización cultural de la consciencia unitiva por parte de la psicoterapia psicodélica, y (3) la rápida propagación de diferentes tipos de publicaciones sobre el uso enteogénico de los psicodélicos, gracias en parte, a internet.
En términos de la tercera etapa (intelectual-artística), se han identificado al menos tres poténciales usos o aplicaciones para estos compuestos:
1) Los psicodélicos permiten trabajar nuevas líneas de investigación en las ciencias sociales y humanidades desde una perspectiva experimental, inspirando al mismo tiempo nuevas formas de desarrollo artístico, y la popularización del arte visionario (el cual es una forma de arte psicodélico).
2) Las nuevas ideas provenientes de diversas experiencias psicodélicas pueden enriquecer importantes disciplinas actuales, como la cartografía expandida de la mente humana encontrada en el modelo psicológico de Grof provee una integración de diferentes elementos provenientes de la teoría psicodinámica de Freud, la teoría del trauma del nacimiento de Rank y el inconsciente colectivo de Jung.
3) Otra línea de aplicación menos desarrollada de esta etapa consiste en usar estos compuestos como herramientas para generar nuevos conocimientos e ideas, e.g. teorías, algoritmos, paradigmas o metodologías novedosas.
Roberts ha propuesto que uno de los principales campos donde estas nuevas metodologías podrían ser aplicadas es en el ámbito educativo, por ejemplo, al estudiar el concepto de inteligencia. En este sentido, la inteligencia puede ser vista como una habilidad de auto gestión la capacidad para generar estados mente-cuerpo, y poder seleccionar el estado más conveniente de acuerdo a lo que plantee la situación. En esta línea es destacable el trabajo de Kenneth Tupper, quien ha sugerido un posible modelo de cognición cultural, específicamente a través del concepto de inteligencia existencial de Gardner. La inteligencia existencial forma parte de la teoría de las inteligencias múltiples y engloba las distintas capacidades de apreciación y atención a los enigmas cosmológicos que definen la condición humana, así como la consciencia de los misterios metafísicos, ontológicos (sobre la naturaleza de la realidad) y epistemológicos (sobre la naturaleza de lo conocido y nuestra capacidad para conocer la realidad) que han formado parte del núcleo filosófico de diferentes culturas.
En este contexto de la tercera etapa, Roberts denomina a los psicodélicos ideogénos (generadores de ideas), y sugiere que específicamente este último uso puede servir como un puente hacia el cuarto escenario evolutivo: la etapa de las aplicaciones mentales o psicotecnologias.
Además del estado mente-cuerpo (termino preferido por Roberts) ordinario, los humanos tenemos la capacidad de acceder muchos otros estados, cada uno con sus particulares habilidades residentes. Mediante mindapps (psicotecnologías), podemos instalar dichos estados o habilidades en nuestras mentes. En estos estados, el ser humano al explorar su consciencia se encontraría cada vez más consciente de sí mismo, de su modo de operar, y por lo consiguiente, estaría avanzando hacia una modalidad de comportamiento donde la inteligencia estudia a la inteligencia, es decir, el sistema nervioso estudia al propio sistema nervioso.
Hay que recordar que fue Alan Watts, filósofo y uno de los principales divulgadores del budismo zen en occidente, quien sugirió en su momento que los compuestos psicodélicos pueden considerarse como complementos perceptivos semejantes al telescopio, o al microscopio, sólo que en el caso de estas sustancias, el complemento no se encuentra enfocado en el mundo externo, sino en estados internos del sistema nervioso.
Grof, Osmond y McKenna, también han sugerido que estas sustancias representan para la psicología, un valor potencial al aportado por el microscopio a la biología, o el telescopio a la astronomía, McKenna, inclusive señaló que si alguien no está dispuesto a observar por un telescopio no puede considerarse así mismo un astrónomo, y por tanto, si alguien no se encuentra en la disposición de aprender de los compuestos psicodélicos, entonces cualquier técnica o forma de psicoterapia que aplique en su mente será limitada. Para McKenna, el tener una experiencia psicodélica no sólo es el derecho de una persona, sino una urgencia vital de la mente, de la misma manera que el sexo es una necesidad fisiológica del cuerpo.
Roberts sugiere que tal y como podemos programar e instalar un número indefinido de aplicaciones dentro de nuestros dispositivos electrónicos, de igual manera podemos instalar dentro nuestro estados mente-cuerpo específicos. Bajo esta premisa, resulta esencial el recalcar nuestro derecho a la libertad cognitiva para desinstalar o rediseñar los programas o aplicaciones almacenados en nuestro cerebro. De esta manera, los psicodélicos formarían parte de una familia concreta de psicotecnologías, esto abre el tema hacia la identificación y el estudio de otras tecnologías de la mente como lo puede ser la meditación, el yoga, técnicas de respiración (como la respiración holotrópica), la hipnosis, ciertos cantos, los sueños lucidos, la privación sensorial y diversas formas de estimulación cerebral como el biofeedback. Solo hasta secuenciar y combinar estas aplicaciones de maneras creativas y novedosas, aparece la posibilidad real de experimentar al máximo una avanzada etapa de diseño mental.
Como hemos visto a lo largo de este trabajo, en estados mente-cuerpo diferente al ordinario también pueden existir procesos cognitivos valiosos en términos terapéuticos, científicos, espirituales y de desarrollo humano. Es por ello que el paradigma multiestados parte de la premisa de reconocer que una de las habilidades más significativas del ser humano es la habilidad de producir y utilizar una amplia variedad de estados mente-cuerpo. En este sentido, el paradigma multiestados posee tres conceptos fundamentales: estados mente-cuerpo, psicotecnologías y habilidades residentes.
Los estados mente-cuerpo funcionan de manera similar al software de las computadoras. Los estados mente-cuerpo son para la mente lo que los programas son para las computadoras. Esta analogía no quiere decir que nuestros cerebros son meras computadoras, sino que implica la existencia de tantos estados mente-cuerpo como posibles programas informáticos instalados en un equipo. Como hemos visto, hay estados que pueden ser enfocados en la sanación, en la resolución de problemas, y en el desarrollo espiritual. Los estados mente-cuerpo, al igual que los programas, poseen distintos campos de aplicación. Solo un estudio a profundidad de dichos estados podrá permitirnos identificar las funciones de cada uno de ellos.
Las psicotecnologías son, actualmente, una clase no reconocida de biotecnologías. El paradigma multiestados entiende a estas tecnologías (técnicas, instrumentos o métodos) como instaladores de estados mente-cuerpo, los cuales, como ya vimos, pueden afectar cognición, percepción, emoción y otros procesos psico-biológicos. Entre las principales familias de psicotecnologías tenemos la meditación, los psicodélicos, técnicas de yoga y artes marciales, privación sensorial, cantos, sueños, técnicas de respiración, tamboreos y biofeedback. Este paradigma recalca que un mapa completo de la mente humana necesita forzosamente incluir todos los estados mente-cuerpo, sus habilidades correspondientes (llamadas residentes), y las psicotecnologías que los activan.
El tercer concepto principal del paradigma multiestados es residencia. Nuestras capacidades físicas y mentales residen dentro de estados mente-cuerpo; lo cual equivale a decir que dichas habilidades son expresiones (outputs) de la información que proviene del estado en cuestión. Para acceder a estas habilidades primero es necesario alcanzar el estado mente-cuerpo que las contiene. A medida que nos desplazamos de un estado a otro, podemos notar que algunos de nuestros procesos cognitivos y otras habilidades se vuelven más fuertes, mientras que otras son más débiles, podríamos entonces concluir que procesos análogos para el estado ordinario residen en otros estados mente-cuerpo.
Finalmente, y como conclusión, tras haber expuesto la columna vertebral del modelo propuesto por Roberts, realizaremos un contraste entre la información expuesta y los fundamentos paradigmáticos de Kuhn, el objetivo será detectar si la teoría multiestados cumple en verdad todos los requisitos señalados por Kuhn para su establecimiento como un paradigma viable:
1) Incluye fenómenos previamente excluidos: el paradigma multiestados incluye observaciones sobre la fenomenología asociada a otros estados mente-cuerpo, como en el chamanismo o las alucinaciones.
2) Postula nuevas relaciones entre estos fenómenos: el paradigma multiestados sostiene que las habilidades del estado de vigilia tienen análogos en otros estados, además de habilidades y procesos cognitivos adicionales en esos otros estados.
3) Introduce conceptos útiles: el paradigma multiestados introduce los conceptos de “estado mente-cuerpo”, “psicotecnologías”, y “residencia”.
4) Acepta y ayuda a explicar anomalías: el paradigma multiestados ayuda a explicar estados transpersonales, incluyendo fenómenos catalogados como raros o inusuales porque residen en otros estados mente-cuerpo.
5) Estimula nuevas preguntas de investigación: el paradigma multiestados extiende su investigación al preguntar “¿Cómo varia x habilidad de un estado mente cuerpo a otro?”. Al hacer esta pregunta el paradigma promueve la exploración y desarrollo total de los estados mente-cuerpo, más la construcción de estados aun no conocidos.
6) Proporciona nuevas variables, tratamientos y metodologías: el paradigma multiestados ubica a las psicotecnologías como tratamientos de investigación y a los estados mente-cuerpo como variables dependientes e independientes.
7) Fortalece la preparación profesional: el paradigma multiestados propone fortalecer la educación profesional a nivel cognitivo al incluir el estudio del espectro completo de procesos cognitivos y al proponer la experimentación en estudios religiosos, artísticos y otras disciplinas.
8) Incluye un grupo de profesionales que usan este paradigma: A lo largo de esta investigación se ha hablado de diversos autores e investigadores en el campo de la ciencia psicodélica, la psicología transpersonal y las ciencias sistémicas, además, también se han mencionado organismos como MAPS, los cuales trabajan con profesionales en diversas áreas especializados en el uso e investigación de sustancias psicodélicas.
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