Los Artistas y sus Musas: El Vino y la Absenta como Motivos de Representación Artística

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Los Artistas y sus Musas: El Vino y la Absenta como Motivos de Representación Artística

Resumen

Las diversas drogas y los artistas se encuentran estrechamente vinculados. Muchas obras que ahora disfrutamos fueron efecto de aquella relación y sospechamos que no pudieron haber surgido de otro modo. Un estudio iconográfico muy simple sobre el siglo XX nos ayudará a arrojar luz sobre aquella fructífera simbiosis que configura en mucha medida el mundo artístico como lo conocemos.

Las drogas como motivo de representación, en algunos artistas más marcadas que en otras. Por ejemplo, los movimientos modernos artísticos europeos no paraban de representar las bebidas más consumidas en su momento (a finales del siglo XIX y a principios del siglo XX), y esa necesidad de representación continuó hasta hoy, pasando por la explosión cultural de la marihuana y del LCD en la segunda mitad del siglo XX.

La ponencia se propone exponer algunas obras en donde las diversas formas de las drogas ocupan un merecido lugar dentro de los lienzos, las grabaciones, los espacios y los tiempos. Es decir, identificar a las drogas como motifs de representación donde alcanzan en muchos sentidos un grado similar al de musas. Las drogas pueden garantizar una inspiración inigualable ¿Por qué no reconocerlas?

Palabras clave: Dioniso, absenta, vanguardias, embriaguez.

 

Abstract

Several drugs and artists are closely connected. Lots of works that now we enjoy were effect of that relationship, and we suspect that they couldn’t have existed otherwise. A really simple iconographic study of XX century art will help us enlighten this fruitful symbiosis that shapes in great ways the artistic world as we know it.

Drugs as a representation motif, more clearly in some artists than others. For example, Modern Europe artistic movements did not stop representing the most consumed beverages in their time (last years of the XIX century and the beginning of the XXth), and this necessity of representation kept its motion until today, with the cultural explosion of marihuana and LSD in the second half of the twentieth century.

This proposal presents some works where diverse drugs have a well-deserved place in canvas, recordings, spaces and times. In other words, we’re attempting to identify drugs as motifs of representation that achieve, in many senses, a similar degree as Muses. Drugs can guaranty a matchless inspiration. Why not recognizing them?

Key words: Dionysus, absinthe, vanguard, drunkenness.

 

 

Las drogas, junto al sexo, son posiblemente los tabúes más imperantes que existen en nuestra cultura mexicana actual. Mucho se dice sobre la guerra contra las drogas (como si éstas tuvieran vida y voluntad propia): que si son peligrosas, que si no son deseables, que si destruyen vidas, etc.

A simple vista, aquellas advertencias son bastante convincentes si tomamos en cuenta los casos cliché en los que, efectivamente, diversas sustancias o, mejor dicho, la adicción a diversas sustancia llevan al consumidor a un estado de salud crítico que en muchos casos concluye con la muerte.

En efecto, es un hecho que las drogas, como muchas otras sustancias a las cuales no prestamos moderación, nos pueden provocar la muerte.

LOS POETAS MALDITOS

 

Sin embargo, ¿qué son esas cosas a las que denominamos, con amplitud intolerable, simplemente drogas? La RAE contiene las siguientes definiciones (existen más, pero nos interesaremos por estas):

  • f. Sustancia mineral, vegetal o animal, que se emplea en la medicina, en la industria o en las bellas artes.
  • f. Sustancia o preparado medicamentoso de efecto estimulante, deprimente, narcótico o alucinógeno.
  • f. Actividad o afición obsesiva.

A su vez, narcótico se define como:

  • Dicho de una sustancia: Que produce sopor, relajación muscular y embotamiento de la sensibilidad; p. ej., el cloroformo, el opio, la belladona, etc.
  • Perteneciente o relativo a la narcosis.

Por último, alucinógeno:

  • Dicho especialmente de algunas drogas: Que producen alucinación.

La RAE también distingue entre Droga Blanca y Droga Dura, que hacen referencia a la intensidad de adicción a las diversas sustancias. Droga de Diseño se utiliza para hacer mención de las drogas modificadas químicamente para obtener otro tipo de efectos.

Es interesante que la primera definición haga alusión a sustancias que se emplean en las bellas artes ¿se refiere a ciertos pigmentos en algunas pinturas? No lo sé. Por puro pretexto tomaremos esa línea para dar paso al tema central de esta ponencia: la relación entre las drogas y el arte.

Historia

El desconocimiento acerca de la historia de las drogas podría sugerirnos que estas son un fenómeno moderno nuevo, y que las “guerras” contra ellas no surgieron sino hasta hace muy poco tiempo. La realidad es otra, muchas sustancias y sus respectivos usos son mucho más antiguos de lo que podríamos creer.

Esta relación entre el hombre y las sustancias ha pasado por diversos órdenes, desde los medicinales hasta los rituales, y ha sido de vital importancia para muchas culturas. Ahora lo continúan siendo para diversos sectores sociales y seguramente lo seguirán siendo para los individuos que las consuman en algún futuro, añadiendo posiblemente nuevas futuras drogas (creadas, de diseño, o descubiertas) que sean determinadas como tal por los siempre reguladores estudios científicos.

Comencemos, pues, con un brevísimo recorrido por la historia, en la que el vino y la absenta formaron objetos dignos de representación artística, dignos de gasto de recursos, de energía y de talento. Algunos artistas eran consumidores de estas bebidas, otros tan sólo las observaban en su cotidianidad. De este modo, las drogas han sido musas para los productores del arte, han sido cantadas, disfrutadas, pintadas y esculpidas, no hay por qué no darles su lugar en la historia del arte.

And life is wine…

Para comenzar, remontémonos a la cultura grecoromana y su relación con el vino: todos sabemos que Dioniso[1] (Baco para los romanos) fue el dios de la fiesta, para decirlo en otros términos. Esta divinidad está íntimamente relacionada con el frenesí, el descontrol y la pérdida-de-sí, abusando conscientemente del anacronismo que representa esta última palabra-compuesta. En el orden de lo divino se representan, en cierta medida, los placeres que produce el vino. Característico de este dios son también las bacanales, festividades orgiásticas donde el desenfreno, es decir, el efecto de embriaguez, acontece sin restricción. La mancuerda Dionisio-vino es, pues, constante.

Praxíteles- Hermes y Dionisio, 330 a.C.[2]

Hermes y Dioniso (330 ac), escultura del arte griego clásico, es una obra de Praxíteles (- 320ac) en la que hay una representación de la divinidad encargada de la embriaguez. Se cree que en el brazo de Hermes se encontraba un racimo de uvas, con el que atraía al pequeño Dioniso, el cual se está postrando hacia aquella dirección.  Esta escultura es una de las obras más antigua donde aparece el vino, o alguna característica relacionada a él, como elemento de configuración artística.

Este embriagante ha sido, a lo largo de la historia, una de las bebidas más aristócratas. Fue y es consumida por incontables, por  lo que figura como elemento constante en la experiencia de diversos artistas. También es una de las bebidas alcohólicas más antiguas, como lo podemos constatar con la escultura griega.

Mucho después del escultor griego, alrededor del siglo XVII europeo, y con sus inevitables e incesantes alusiones al mundo clásico, el vino también fue motivo de representación: ya sea para pintar a Dioniso/Baco, ya sea para inmortalizar cualquier escena propia de la configuración visual del artista que ponga sus ojos en momentos relacionados con el fermentado de uva.

Guido Reni- Baco bebiendo, 1623, óleo sobre lienzo, 56 x 72 cm.[3]

Una obra famosa sobre estas alusiones al pasado fue Baco Bebiendo (1623) de Guido Reni (1575- 1642). La pintura representa a un obeso dios bebiendo vino al mismo tiempo en que aquél orina. La barrica despilfarra su contenido sobre un contenedor. Toda la escena gira alrededor de estos motivos: una planta de uva corona al infante y adorna aquel paisaje.

Otro ejemplo de una mirada puesta sobre el vino fue Jan Steen (1629- 1679), un pintor holandés proveniente de una familia que poseía una taberna y cuyas obras giraban en torno a la vida cotidiana, donde naturalmente la bebida formaba parte de su día a día. Mujer Tomada nos muestra a un par de mujeres embriagadas de vino, y digo que es tal por las barricas presentes, en un ambiente de fiesta donde un músico armoniza el momento. En un extremo derecho fueron pintadas algunas mujeres haciendo mofa de las borrachas que reflejan su pérdida de recato al tener casi al descubierto sus senos. Una de ellas, más que sentir pena por sí misma debido a su comportamiento, arroja sin más una profunda carcajada que satiriza la pintura.

Jan Steen, El vino es escarnecedor, 1670, 87 x 105 cm.[4]

El Vino es Escarnecedor (1670) del mismo Steen nos muestra, en un cuadro más cercano, a una mujer vencida por la bebida cuyo cuerpo fue claramente poseído por la intempestiva fuerza de Dioniso. Parece que la mujer fue transportada por una carreta de madera. La burla, el señalamiento y la habladuría, tan perfectamente retratadas, nos resultan familiares porque desafortunadamente no hemos podido superar tales reacciones frente a espectáculos similares.

Jan Steen, En la Taberna, 1660, óleo sobre lienzo, 63 x 69.5 cm. [5]

Resulta evidente la despectiva forma en la que se miraba a las mujeres que consumían alcohol y que terminaban en estado de ebriedad. En este sentido, el abuso que podían sufrir por aquellos bebedores tampoco es pasado por alto en la obra La Taberna (1660), del mismo pintor, donde un sujeto, seguramente ebrio, intenta abusar de una mujer; acaso una trabajadora del lugar. Otro aspecto que nos resulta terriblemente vigente. Resultaría absurdo culpar a las drogas, al menos a algunas de ellas, por el comportamiento violento de sus consumidores, pero es cierto que ambos elementos se encuentran muy relacionados en ciertas circunstancias.

Misoginia y drogas no deberían de conjugarse juntos, pero el problema comienza desde el primer término. Ciertas drogas potencian simplemente lo que reprimimos, no necesariamente nos crean filias.

Andre Derain, El Baile de Baco, 1906, Acuarela y papel, 64 x 49 cm. [6]

Una mirada más contemporánea a Dioniso es formulada por el francés André Derain (1880- 1954). En su Baile de Baco de (1906),  plasmado con una acuarela de trazos cortos y a veces con profunda intensidad, el pintor nos permite vislumbrar una figura humanoide de color rojo (¿una alusión al vino?) dando la impresión de movimiento debido a la curva de su cadera y al amaneramiento de los brazos. En la parte inferior dos figuras femeninas, formadas por suaves líneas y por la ausencia de color, parecen representar a las bacantes, adoradoras del dios y participantes de sus ritos, de sus fiestas.

Esta pintura, cristalización del baile dionisiaco, nos recuerda, además, que los motivos clásicos, aunque ya no sean tan frecuentes, no desaparecen del todo en las obras de arte. El pasado se encuentra siempre al servicio del presente, y esto es una lección que no podemos olvidar.

El contraste entre los colores cálidos y los fríos es propio de los experimentos visuales de los fauvistas, que entre otras cosas buscaban impactar a la mirada del espectador. Esta obra es también reflejo de la versatilidad del pintor, pues su educación formal y conocimiento universal lo dotaron de un gran talento para dibujar. Sin embargo, aquí podemos constatar la intención de producir la forma a partir del color mismo, de su fuerza, más que por una correcta definición de líneas, que las hay pero que no funcionan de manera protagonista.

Old green fairy, what you’ve done to me? I see Lucy in the sky, telling me I’m high…

El vino tiene un espacioso lugar dentro de los motivos del arte; es una bebida con actualidad y que permanece en el marco de la legalidad. Sin embargo, no ha sido la única bebida embriagante predilecta por los hombres. A finales del siglo XIX se popularizó en Francia, principalmente, el consumo de absenta, un licor extraído de la maceración del ajenjo que posteriormente se mezcla con hinojo y anís. Una bebida menos vinculada con lo religioso pero no por eso menos mágica. Hada verde fue el mote que adoptó la mezcla durante los años de su popularidad y se le relacionó a la producción de alucinaciones que presuntamente sumergían en la inspiración, razón por la que muchísimos artistas se sintieron atraídos por ella

Uno de los casos más escandalosos relacionados con el también llamado diablo verde fue la automutilación de Vincent Van Gogh (1853- 1890), pues se cuenta que el pintor se encontraba bajo el efecto de la bebida, aunado a una fuerte discusión que tuvo con Paul Gauguin (1848- 1903), cuando cortó su propia oreja; acaso uno de los episodios más famosos de la historia del arte que podría caer en lo meramente ficcional.

Él tuvo la fortuna de pintar su mundo: Bebedores (1890) muestra a 3 hombres y a un joven bebiendo, desfigurados por el característico tratamiento del pintor, propio de su imprescindible modernidad. El rojizo color del vaso nos podría sugerir que se trata de vino. La bebida, como es sabido, formó parte de la actividad vital del holandés.

Vincent Van Gogh, Bebedores, 1890, 73.4 x 59.4 cm.[7]

Otro europeo que fijó su mirada en las bebidas embriagantes fue Pablo Picasso (1881- 1973). El español tuvo a bien retratar a su amigo Ángel Fernández de Soto al cual, durante su periodo azul, inmortalizó. Sabemos que la bebida es la absenta por el nombre de la pintura (Bebedor de Absenta (retrato de Ángel Fernández de Soto) 1903)  y porque la misma obra lo revela: el pintor incrustó en la escena una copa con lo que parece ser una cuchara sostenida por Soto. La cuchara era utilizada para diluir un terrón de azúcar sobre el ajenjo y así endulzarlo, pues aquél elixir era demasiado amargo.

Una pintura similar del mismo periodo azul, denominado tal por el uso constante de este color y que comienza con el suicidio de Carlos Casagemas, amigo de Picasso, es Bebedora de Absenta (1901). A diferencia del cuadro anterior, en esta pintura hayamos a un personaje más anónimo, por decirlo de algún modo. Su vestuario sugiere la excentricidad de su figura, que en una ordinaria escena se dispone a beber el ajenjo. Su imagen andrógina y su oscura representación reafirma la aproximación que tuvo el pintor al expresionismo, pues aún se encontraba lejano del cubismo que lo caracterizaría a la postre.

Leon Spilliaert, Bebedora de Absenta, 1907.[8]

Es con Leon Spilliaert (1881- 1994), sin embargo, donde se expresa con mayor claridad la idea de que la absenta es una bebida estimulante y poseyente, pues en Bebedora de Absenta (1907)  el pintor nos transmite una sensación de opacidad y oscuridad, una mirada perdida e inquietante que remite a la pérdida-de-sí a la que ya hemos hecho alusión. El expresionismo, una vez más, dirige la escena. ¿Habría otra forma de representar el efecto de la bebida o, mejor dicho, la posesión que producía el hada verde sobre sus consumidores? Esta obra muestra, como una radiografía fiel, el rostro proyectado hacia ningún lugar, o hacia cualquiera, que tenía como efecto el consumo del ajenjo. No pasemos por alto el tenebroso pero inquietante uso de oscuros alrededor de los ojos que, aunado a la sombra que proyecta el sombrero, hacen lucir a la mujer aún más inquietante. Tenemos frente a nosotros un testimonio, igual de válido que cualquiera de la literatura, de una experiencia producida por el consumo de absenta.

Una visión más sobre el efecto de la absenta, pues no parece peligroso deducir tal afirmación a partir de la expresividad de las pinturas, es del húngaro Laszlo Mednyanszky (1852- 1919) formulada en su Bebedor de Absenta de 1898. Al igual que en la pintura anterior, apreciamos la misma mirada perdida. Se trata de un hombre maduro que se encuentra sentado frente a su copa pero fuera-de-sí. Veo en aquellos ojos la mágica posesión de la que sus consumidores se jactaban. Imposible pasar por alto la paleta obscura que configura la escena.

Se decía que uno de los efectos de la absenta era un tipo de estado de locura, diríamos hoy: de viaje, por lo que no es raro que aquellas miradas bajo la embriaguez fueran atractivas para algunos pintores. Defiendo, del mismo modo, que aquellos rostros encontraron en el expresionismo un ideal canal de manifestación, pues aquel “estilo” justamente tenía por tarea buscar las diversas expresiones y gestos del cuerpo; aquellas, bajo el efecto de las drogas, no tendría menos dignidad que las otras en estado de sobriedad.

Estos gestos, que en otros tiempos fueron llamados estados del alma por el divino Leonardo Da Vinci, manifiestan las posibilidades del cuerpo bajo el efecto de los estimulantes, en este caso de la absenta. El cuerpo en drogas es una experiencia potencial de nuestro ser, no hay porqué negarla tan sólo por prejuicios. Digo cuerpo-en-drogas tan sólo para diferir del cuerpo-en-estado-habitual, pues no creo que exista este mismo, el cuerpo, abstraído de toda vertiginosa atracción del exterior que todo el tiempo lo sacude fuera de su tan sólo idealizada estabilidad, tranquilidad y claridad.

En contraste, y para volver con las obras de arte, también hubo quienes retomaron la escena del consumo de la absenta pero con mayor moderación. Tenemos a Edouard Monet (1840-1926) como ejemplo en los primeros años en que se popularizó la bebida. Su pintura Bebedor de Absenta de 1859  retrata la natural pose de un hombre consumidor de ajenjo, que por el casco tirado en el suelo, podría darnos la impresión de estar alcoholizado. Su apariencia carece de estragos resultantes del elixir, pues la copa casi llena nos indica que apenas se preparaba para emprender el viaje. Misma bebida, pero con distintas y diversas representaciones.

Para 1915 fue prohibido el consumo de absenta en Francia. Coincide con el final de la Belle Époque, que inició casi 40 años atrás. Durante este periodo fructífero para las artes europeas, concentradas por mucho tiempo en París, el ajenjo recibió múltiples y opuestas críticas. Por un lado los consumidores, muchos de ellos artistas, defendían sus efectos pues lo relacionaban con la inspiración; veían en su consumo un ritual fructífero que expandiría sus posibilidades creativas. Es imposible pensar algunas de las obras que hemos presentado sin aquellos que fungían como espectadores del mundo del ajenjo y sin aquellos quienes lo vivían, que la bebían. La bebida fue “símbolo de modernidad y de pertenencia a un grupo rebelde, que abraza una nueva estética, de fondo francés y, sobre todo, parisino”[9]. Por el otro lado se encontraba la crítica, la publicidad negativa y la restricción, aunque nada impidió que nos fueran heredados estos trabajos producto de una experiencia condenada y reprimida.

La absenta fue una droga vinculante entre los círculos bohemios del París de los siglos XIX y XX. Su encanto afectó a cientos de artistas y sus obras lo reflejan parcialmente. Y digo parcialmente porque una experiencia similar es inconmensurable y por lo tanto incomunicable en su totalidad. A pesar de todo, la prohibición del hada verde no logró terminar con su magia ya que hasta el día de hoy se continúa consumiendo.

C’est la vie…

Hemos hablado escueta y someramente de apenas un puñado de obras heterogéneas que encuentran sentido dentro de la historia del vino y la absenta como leitmotivs de representación artística. No se ha dicho nada del amplio mar de relevancias al respecto de estas bebidas, de estas drogas: su especificidad, su composición, sus posibles efectos y mucho menos sus posibles riesgos. No hablé, tampoco, de otro tipo de sustancias, tan diferentes entre sí. Porque las drogas se dicen de muchos modos, y cada una requiere de análisis específicos.

Ben, A Veces Tomo para Olvidar el Arte, 1984.[10]

La intención de zanjar prejuicios haciendo historia busca subsanar un lamentable desconocimiento sobre las drogas y lo que han significado a lo largo de nuestra existencia. Ellas configuran, más allá de lo que podríamos pensar, gran parte de nuestro entorno social. Más de uno de nuestros conocidos consume drogas regularmente, legales o ilegales. Uno de nuestros mayores problemas a nivel nacional, también,  es la lucha contra los cárteles de drogas.

No podemos obviar la discusión y simplemente pasar de largo cuando la urgencia de nuestro hoy nos exige replantearnos los problemas que nos lanzan las drogas, su producción, su distribución y, sobre todo, su mercado ilícito.

Las drogas, además, tienen la función de proveernos de nuestro legítimo derecho al olvido, de posibilitarnos nuestra saludable pérdida de la apabullante conciencia que muchas veces funge como lapidario de los placeres a los que hemos dado la espalda gracias a nuestra aún medular cultura ascética. ¿Por qué no olvidarnos de todo, incluso del arte mismo? Cerremos este atrevimiento con un poema de Baudelaire, que nos resuena tan vigente y tan atemporal, tan cercano a la condición humana, que no parece olvidarse entre las oscuras grietas de la historia, a veces tan injustas. Luchemos, pues, por nuestro legítimo derecho al hedonismo, al olvido y, sobre todo, a la fiesta.

 

Embriagaos, Charles Baudelaire

Hay que estar siempre borracho. Todo consiste en eso: es la única cuestión. Para no sentir la carga horrible del Tiempo, que os rompe los hombros y os inclina hacia el suelo, tenéis que embriagaros sin tregua. Pero ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud, de lo que queráis. Pero embriagaos. Y si alguna vez, en las gradas de un palacio, sobre la hierba verde de un foso, en la tristona soledad de vuestro cuarto, os despertáis, disminuida ya o disipada la embriaguez, preguntad al viento, a la ola, a la estrella, al ave, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que rueda, a todo lo que canta, a todo lo que habla, preguntadle la hora que es; y el viento, la ola, la estrella, el ave, el reloj; os contestarán: “¡Es hora de emborracharse! Para no ser esclavos y mártires del Tiempo, embriagaos, embriagaos sin cesar. De vino, de poesía o de virtud; a su gusto.”

 

Fuentes Electrónicas

  1. ______. “Absenta”. Wikipedia. En https://es.wikipedia.org/wiki/Absenta. (Consultado el día 5 de octubre del 2016).
  2. ______. “Dioniso”. Wikipedia. En https://es.wikipedia.org/wiki/Dioniso. (Consultado el día 5 de octubre del 2016).
  3. _____. “Historia del vino”. Wikipedia. En https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_del_vino. (Consultado el día 5 de octubre del 2016).
  4. _____. “Droga”. RAE. En http://dle.rae.es/?id=ECdTcOk. (Consultado el día 5 de octubre del 2016).
  5. ______. [Varios]. Wikiart. En https://www.wikiart.org/. (Consultado el día 12 de Junio del 2017).
  6. Berti, Eduardo. “Absenta: el hada verde”. LETRAS LIBRES. En http://www.letraslibres.com/mexico-espana/absenta-el-hada-verde. (Consultado el día 1 de octubre del 2016).
  7. Palenque, Marta. “El <> en la poesía modernista. Algunos ejemplos españoles”. BIBLIOTECA VIRTUAL MIGUEL DE CERVANTES. En http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/el-hada-verde-en-la-poesia-modernista-algunos-ejemplos-espanoles/html/300f88aa-87d0-4921-ac10-6a46afedb68e_4.html. (Consultado el día 1 de octubre del 2016).

 

Fuentes Impresas

  1. Davenport-Hines, Richard. La búsqueda del olvido. Historia global de las drogas, 1500-2000. CDMX: Fondo de Cultura Económica, 2003.
  2. Grimal, Pierre. Diccionario de Mitología Griega y Romana. Madrid: Ediciones Paidos, 2010.
  3. Hughes, James. Altered States. Creativity Under the Influence. NY: Watson- Guptill Publications, 1999.
  4. Nietzsche, Friedrich. La genealogía de la moral. Un escrito polémico. Madrid: Alianza Editorial, 2011.
  5. Serres, Michel. Variaciones sobre el cuerpo. CDMX: Fondo de Cultura Económica, 2011.

 

Notas

[1] Pierre Grimal, Diccionario de Mitología Griega y Romana (Madrid: Ediciones Paidos, 2010), 139.
[2] Praxíteles, Hermes y Dionisio, hecho en mármol, 2.15 m. de alto, lugar de origen: Olimpia, Grecia, 330 a.C, ubicación actual: Museo de Arqueología de la antigua Olimpia, Grecia, disponible: https://en.wikipedia.org/wiki/Praxiteles#/media/File:Hermes_di_Prassitele,_at_Olimpia,_front_2.jpg, consultado: 12/junio/2017.
[3] Guido Reni- Baco bebiendo, 1623, óleo sobre lienzo, 56 x 72 cm, disponible: https://www.wikiart.org/en/Search/guido%20reni, consultado: 12/junio/2017.
[4] Jan Steen, El vino es escarnecedor, 1670, 87 x 105 cm., disponible: https://www.wikiart.org/en/jan-steen/wine-is-a-mocker-1670, consultado: 12/junio/207.
[5] Jan Steen, En la Taberna, 1660, óleo sobre lienzo, 63 x 69.5 cm., disponible: https://www.wikiart.org/en/Search/In%20the%20tavern, consultado: 12/junio/2017.
[6]Andre Derain, El Baile de Baco, 1906, Acuarela y papel, 64 x 49 cm., disponible: https://www.wikiart.org/en/andre-derain/bacchus-dance-1906, consultado: 12/junio/2017.
[7] Vincent Van Gogh, Bebedores, 1890, 73.4 x 59.4 cm., disponible: https://www.wikiart.org/en/vincent-van-gogh/the-drinkers-after-daumier-1890, consultado: 12/junio/2017.
[8] Leon Spilliaert, Bebedora de Absenta, 1907, disponible:  https://www.wikiart.org/en/leon-spilliaert/the-absinthe-drinker-1907, consultado: 12/junio/2017.
[9] Marta Palenque, El “Hada verde”  en la poesía modernista. Algunos ejemplos españoles, BIBLIOTECA VIRTUAL MIGUEL DE CERVANTES en http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/el-hada-verde-en-la-poesia-modernista-algunos-ejemplos-espanoles/html/300f88aa-87d0-4921-ac10-6a46afedb68e_4.html,  (Consultado el día 1 de octubre del 2016).
[10] Ben, A Veces Tomo para Olvidar el Arte, 1984, disponible: https://www.wikiart.org/en/ben/sometimes-i-drink-to-forget-art-1984, consultado: 12/junio/2017. 

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