La tecnología y sus repercusiones en las distintas revoluciones del capitalismo global

SOLIMÁN LÓPEZ, “THE RUNNER”

 

Resumen

El presente texto aborda la relación entre la tecnología y el capitalismo en sus cuatro revoluciones industriales las cuales han tenido transformaciones en la configuración del nomos donde se dan vida y trabajo. Para lo anterior se aborda en la introducción algunos elementos clave para entender el capitalismo; en un segundo momento se analizan las cuatro revoluciones industriales y las tecnologías que las han posibilitado. En la tercera parte se trata la revolución auspiciada por las tecnologías digitales y sus repercusiones en el espacio social, y se finaliza en una última parte con las consecuencias de la cuarta revolución industrial del capitalismo en el contexto mexicano.

Palabras clave: capitalismo, tecnología, crisis, revoluciones, nomos, transformación digital.

 

Abstract

The present text addresses the relationship between technology and capitalism in its four industrial revolutions which have had transformations in the configuration of the nomos where life and work are given. For the above, some key elements to understand capitalism are addressed in the introduction, in a second moment the four industrial revolutions and the technologies that have made it possible are analyzed.  The third part deals with the latest revolution sponsored by digital technologies and its repercussions in space and ends in a final part with the consequences that this fourth industrial revolution of capitalism in the Mexican context.

Keywords: capitalism, technology, crisis, revolutions, nomos, digital transformation.

 

El capitalismo es una ideología[1] que permanece inherente al expansionismo occidental en busca de poderío económico y que ha tenido diversas mutaciones que han estado en una estrecha relación con los diversos avances tecnológicos a través de su desarrollo histórico. Pues si bien es cierto que el ser humano es el único animal capaz de transformar su entorno por medio de la tecnología, ya que éste es un homo tecnologicus,[2] es propiamente en la fase industrial del capitalismo donde comienza la aceleración de las revoluciones surgidas como procesos de reconfiguración del espacio planetario. Lo anterior se dio a través de las tecnologías de vapor, el motor de combustión, la electricidad, el microchip, —sin lugar a duda habrá muchos etcéteras más— que han promovido vectores de dinamismo con consecuencias en la transformación geopolítica del planeta tierra.

 

En las diversas fases del capitalismo se han presentado cambios que repercuten directamente en la vida y el trabajo, dado que dicho sistema económico y político se encuentra ínsito en una axiomática que cohesiona los estratos más íntimos del ser humano, y que hoy en día va hacia una conquista de lo molecular y biológico. El capitalismo promueve en su ideología una gran maquinaria donde los recursos naturales, las personas, las empresas, las políticas públicas, los gobiernos, etc., se encaminan en conjunto a la producción enajenante del capital. Esto es un proceso de producción universal que cuando entra en crisis, —y para impedir que la economía se desplome— necesita reconfigurarse para seguir avanzado y funcionando. Por ello el presente texto pretende hacer un breve análisis de dichas crisis y su relación con las tecnologías tomando para ello ejemplos paradigmáticos de las distintas revoluciones industriales que han hecho cambiar las formas del capitalismo hasta hoy en día.

 

Las cuatro revoluciones industriales

 

El capitalismo desde sus orígenes ha presupuesto un nomos.[3] Este concepto es concebido en tanto ordenamiento y configuración de los espacios en los que se desarrollan dos actividades esenciales del ser humano dentro del escenario de la polis moderna: la vida y el trabajo. Estas últimas actividades han estado marcadas por la apropiación e integración de la tecnología como propulsora de cambios en la sociedad occidental y cuyos efectos han hecho, por ejemplo, que el capitalismo haya adoptado diversas transformaciones a lo largo de la historia y que pueden “[…] ser rastreadas al comienzo de la época industrial”.[4]

 

Dicho rastreo ha sido una tarea bastante trabajada por Marx, pero también por otros teóricos como Benjamín, Deleuze-Guattari, Sloterdijk, etc., que han estudiado la relación entre la tecnología y su repercusión en los cambios económicos, políticos y sociales. Algo esencial —dentro de dichos estudios sobre la tecnología y el capitalismo— descansa en el énfasis de la crisis como algo inherente al capitalismo desde sus inicios, lo cual ha dado pie a las diversas transformaciones de dicho sistema dentro del espacio geopolítico del nomos global y donde el constante cambio tecnológico ha jugado un papel central para el desarrollo histórico del capitalismo. Este fenómeno, que hoy se ha llamado innovación, es el medio que tiene dicho sistema económico para afrontar las crisis de su sistema y modificar su configuración en el mundo.

 

La primera distribución del nomos capitalista se basó en el arraigo a la tierra con el cual se crea el primer ordenamiento del mundo basado en las familias, castas, estirpes, “[…] pero también formas de poder y dominio se hacen aquí públicamente visibles”.[5] En este periodo pueden encontrarse tecnologías rudimentarias ancladas a la tierra y que perviven a una configuración que va del feudalismo hacia el comienzo de las fuerzas del capitalismo moderno. A través de ello es posible visualizar el nacimiento del primer ordenamiento global que tiene que ver con el nacimiento del estado nación moderno que funciona por el artificio teórico del contrato social. Ya que es imposible que existan transacciones e intercambios comerciales y su subsecuente acumulación de la riqueza de las naciones si antes no hay propiedad privada y poder que la legitime la autoridad del estado ante las demás naciones.

 

En un principio tal sistema económico se dio de una forma elemental. Es posible observar esto, en una forma temprana, en Inglaterra: consistió en un capitalismo comercial estructurado en la compra y venta de artículos donde el típico capitalista del siglo XVll era un hombre de negocios y, sobre todo, comerciante, ocupado en el tráfico con el extranjero. Sin embrago, el verdadero capitalismo industrial sólo pudo darse con la irrupción de las primeras máquinas que tuvieron el poder para desocultar nuevas fuerzas de la naturaleza,[6] que fueron capaces de producir transformaciones en el espacio ontológico cambiando el mundo (umwelt) de una manera acelerada.

 

El impulso de la primera revolución industrial —situada a finales del siglo XVlll— estuvo originado por la máquina de vapor que suscitó cambios abruptos en el nomos del mundo y posibilitó la creación de nuevas tecnologías con las que el germen del capitalismo pudo expandir un proyecto de universalización más allá de lo local y del arraigo a la tierra. Con ello, se pudo avanzar hacia una exteriorización marítima que pudiera trazar los nuevos horizontes colonizadores del capitalismo (América, India, África, etc.) con ayuda de los barcos movidos por las máquinas de vapor, pues “[…] con todo barco que se lanza al agua los capitales inician el movimiento característico de la «revolución» espacial de la Edad Moderna”.[7]

 

Esto último inauguró las bases de un sistema económico-político que se conoce como capitalismo global y que dio paso a un modo de producción a gran escala con nuevas “[…] actividades económicas y nuevos mercados”[8] que promovieron el traslado de los individuos hacia nuevas formas de organización de la vida y el trabajo en todo el mundo. Aparecieron estructuras de composición social como las ciudades industrializadas cercanas a las fábricas que crecieron de manera rápida, lo cual generó cambios demográficos considerables en los espacios de las nuevas ciudades modernas.

 

Con este hecho comienza un proceso histórico conocido como modernidad, la cual consiste en ser una época de constantes revoluciones industriales, ya que a partir de ese momento los cambios históricos se potencializaron por medio de vectores tecnológicos en que cada revolución industrial comenzó a estar vinculada a un sistema económico inmerso en crisis e innovaciones que permitieran franquear los límites que se imponía el propio sistema capitalista en sus contradicciones.

 

La segunda revolución industrial, acontecida a principios del siglo XlX, comienza con más fuerza este impulso de desarrollo tecnológico, ello debido a la invención del motor de combustión y la electricidad que en conjunto “[…] proporciona la base tecnológica que permitió aplicar (…) principios directivos y de organización del trabajo con base en un mecanismo automatizado: la línea de montaje”.[9] Esto último provocó el desarrollo de la industria automotriz y también las bases con los que iniciaría poco después la industria aeronáutica, y que tuvo un papel de gran importancia para la primera y segunda guerra mundial posibilitando de ese modo la conquista de un nuevo espacio que es el aéreo.

 

Gracias a esta nueva invención de los hermanos Wright, el nomos de la Tierra se transformaría, de manera paulatina, en una estación de tráfico de un sinfín de mercancías, turistas, dinero, etc., que circularían a través de todo el planeta. No obstante, esto último no hubiera sido posible sin la ayuda del combustible fósil que dio fuerza a dichas máquinas de la segunda revolución industrial y con ello ayudó a crear el acoplamiento necesario para que la globalización pudiera consolidarse a través de una reconversión de la infraestructura del planeta basada en una economía del petróleo.

 

A este capitalismo global se han agregado elementos que han hecho que ya entrado el siglo XX haya acaecido una tercera revolución industrial, la cual tiene como soporte la electrónica y las computadoras, las cuales han ayudado a la construcción de un nuevo espacio que es el virtual. Esto marcó un punto de quiebre con las tecnologías mecánicas hasta ese momento imperiosas, además de cambiar las reglas del juego a través de un esquema digital que ha propuesto un nomos diferente donde domina una globalización electrónica. Aconteció un modo de producción social que ha devenido en un complejo sistema interconectado, una sociedad global de paredes permeables en que todo es la exterioridad de “[…] una tupida malla de movimientos circulatorios y rutinas telecomunicativas”[10] que han permitido la reinvención de un capitalismo global y financiero.

 

En pleno siglo XXl el capitalismo global se encuentra inmerso en la articulación de un nomos configurado en la ley de los algoritmos que se ha desarrollado en un mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo (VICA) que es en donde se sitúa lo que se llama cuarta revolución industrial que mezcla lo físico, digital y biológico. Pues, si bien es cierto que el elemento digital ha promovido una revolución que se encuentra supeditada, por una parte, a la evolución del Internet 3.0 con la web semántica y tecnologías como blockchain, y por otra, a la Inteligencia Artificial (IA), sin embargo, en esta interdependencia de lo físico, lo digital y lo biológico, es a través de esto último donde la verdadera aceleración de dicha revolución ha venido. Pues es consecuencia de una crisis biológica que se ha activado el proceso de cambio de los modos de producción social y la cual no aconteció desde el umbral tecnológico propiamente, (aunque si lo tiene como referente en su infraestructura), sino fue originada por el virus Sars-Cov-2 o mejor conocido como Covid-19.

 

Esta crisis ha producido la precipitación de la cuarta revolución industrial a través de un cambio radical del paradigma moderno hacia uno hipermoderno, el cual se caracteriza por un mundo de pantallas liquidas cuya coyuntura se encuentra en la digitalización casi total de la vida a través de plataformas virtuales. Porque si bien esto último se veía venir en un horizonte de aplicación en un plazo de aproximadamente cuatro años, la crisis sanitaria ocasionada por el Covid-19 ha obligado a hacer un punto de inflexión que trajo consigo una transformación abrupta sobre la sociedad global. Esto lo han visto los poderosos como una oportunidad, el gran “reinicio”,[11] sin embargo, los llamados desarraigados o marginales del sistema y que son una gran mayoría en el planeta, lo están experimentando como un sometimiento mucho más atroz que los llevará, en un corto plazo, hacia una precarización en la vida y el trabajo dentro de esta cuarta revolución del capitalismo global.

 

La digitalización y el poder de los algoritmos

 

En esta última fase del capitalismo las condiciones tecnológicas están dadas para la creación de un mundo teledirigido en que la vida y el trabajo se encontraran inmiscuidos en programas de sujeción que aprovechan las circunstancias actuales para imponer un nuevo ordenamiento mundial: nomos. En esta transformación digital aparecen diversas preguntas acerca del porvenir de los avances de un capitalismo de la optimización y de las aplicaciones digitales que erigen su bandera de triunfo por medio de un sistema donde las nuevas coordenadas están dadas en la encrucijada de la información, el conocimiento y el control tecnológico.

 

La consolidación de la cuarta revolución industrial trae consigo aristas que, dada su rápida implementación durante el 2020 han hecho que en el mercado laboral apenas pueda ver los efectos de dichas transformaciones, donde los trabajadores con poca o nula oportunidad de capacitación puedan adaptarse a los nuevos trabajos del siglo XXl. Además de lo anterior, se hace evidente una gran una desigualdad social basada en la brecha digital que tanto se promueve en la cuarta revolución industrial, donde los países y las personas más pobres están sufriendo tales consecuencias del engranaje capitalista al reconfigurarse, prueba de ello es que en un corto plazo ha habido una desaparición de miles trabajos que están siendo automatizados por robots.

 

Cuando se habla de robots no sólo habrá que tener en mente los brazos mecánicos usados en el ensamblado de automóviles que son tan comunes, por ejemplo, en gran parte de la frontera de México-USA. Los robots ya están desde hace un tiempo en el entramado social, desde las bolsas de valores con el trading de alta frecuencia (HTF) que usa robots (algoritmos) para realizar grandes volúmenes de transacciones financieras en milésimas de segundos,[12] hasta algoritmos programados para conocer una analítica del rendimiento laboral, análisis de recursos humanos, codificación de emociones, identificación de lugar por medio de GPS, control de datos biométricos, o bien, en los me gusta de Facebook y demás redes sociales que leen los gustos de los individuos.

 

Todo ello abre una problemática en el contexto global sobre el manejo de datos sensibles extraídos de las plataformas digitales y que pueden ser convertidos en información, y cuyo uso aún no queda del todo claro sobre cuáles son los objetivos finales de su uso y a dónde van a parar dichos datos. Pues sin lugar a duda hay un mercado hambriento y que la falta regulación legislativa, no sólo en nuestro país, sino en muchas partes del globo, promueven la obtención de esos datos que se comercializan sin ningún tipo de recato en la Deep Web.

 

Detrás de ese manejo de datos, que son el nuevo oro del siglo XXl, se encuentra a su vez la estrategia de un orden psicopolítico donde los poderes establecidos los utilizan para ejercer un control sobre los cuerpos y las mentes de los individuos. Piénsese un poco en la analítica de emociones que hace Facebook o el historial de trayectorias que guarda Google Maps que son sólo algunos de los ejemplos de lo que se vive en cualquier parte del planeta. Todo ello precipita a la constante trazabilidad de los datos que los usuarios van dejando en el nomos virtual y que los algoritmos leen para fines particulares de las grandes empresas.

 

La actualización (update)[13] de esta cuarta revolución industrial promete la consolidación de una economía inmaterial estructurada por el lenguaje de programación donde el código se establece como eminente representante de un paradigma social dominado por el poder de la algocracia[14]o poder de los algoritmos. En este nuevo nomos resaltan dos elementos clave: 1) los datos como elemento coyuntural de esta nueva fase del capitalismo, y 2) la relación de este primer elemento con las plataformas digitales las cuales establecen un poder apto para la recopilación, extracción, uso y análisis de grandes cantidades de datos.

 

Tan sólo este incremento del uso de plataformas digitales concentra a nivel global 4.6 billones de usuarios en el 2022[15] y que en su incursión dentro del espacio digital van dejando huella de sus gustos, sus deseos, sus necesidades, etc., con lo cual se obtiene una cadena de valor derivada de los datos de usuarios que acceden a dichas plataformas, y que son el producto más preciado de esta nueva economía que se monetiza y comercializa grandes ganancias a través de los que se conoce hoy como people analytics.[16]

 

Esto último es un ejemplo de los diversos usos del Big Data que combina estadística y programación para transformar los datos en un conocimiento operativo que busca diversos patrones de conducta con los cuales crear modelos predictivos a través de un proceso que comprende cinco elementos clave:1) recolección de datos, 2) preparación de los datos, 3) minería de datos, 4) interpretación de los datos, 5) actuar dependiendo del conocimiento obtenido por los datos.

 

La cuarta revolución industrial en el contexto mexicano

 

A pesar de que el mundo entero se encuentra en una gran crisis global el sector que más está creciendo es el del mundo digital. Las plataformas se han vuelto la piedra nodal de esta cuarta revolución industrial en el que intervienen dos factores claves para que ello sea posible, una de ellas es conectar a los usuarios a través de un efecto red que ofrecen las plataformas, y la otra es la capacidad para analizar la gran cantidad de datos en un tiempo muy breve.

 

Este nuevo nomos del capitalismo global exige de un análisis riguroso de las bases políticas y económicas que subyacen detrás de dicho proyecto, ya que, en conjunto con la pandemia ha agudizado las fallas estructurales de los países más pobres o en vías de desarrollo como el caso de México. El retraso tecnológico llevará, en esta cuarta revolución industrial, a muchos a la exclusión de los beneficios y oportunidades que ofrece dicha transformación hacia la economía digital. Esto último por la falta de la infraestructura básica que permita la conectividad en lugares de difícil acceso, el conocimiento del funcionamiento de nuevas tecnologías y con ello la adquisición de habilidades (skills) que permitan la interacción con este mundo digital que será cada vez más cambiante.

 

De ahí, la necesidad de pensar regulaciones globales del mundo digital que afecta de manera ínsita la vida y el trabajo, ya que, por ejemplo, en este último rubro llevará hacia trabajos precarios sin ningún tipo de seguridad social. En esta economía de plataformas puede verse como trabajadores de reparto como Uber, Didi, Rappi, etc., están viviendo dicha realidad, pero también otros sectores como el teletrabajo que realizan “actividades sombras”,[17] sin ningún tipo de protección ante un despido injustificado, pues dentro de dicho horizonte de la cuarta revolución industrial los algoritmos están tomando un papel muy importante para el seguimiento y evaluación de los trabajadores. El caso de Amazon[18] es uno de ellos, en donde si no se cumple con el estándar de productividad que es medido por algoritmos, simplemente el trabajador es despedido sin una explicación razonable, pero no sólo es ahí, sino que dicha función la están acoplando muchas empresas para medir el rendimiento de sus trabajadores en el contexto mexicano.

 

Dentro de esta disyuntiva es necesario conocer los diversos marcos regulatorios que existen en México sobre qué base política se estipulan, es decir, cuáles son los alcances que tiene en la protección de los trabajadores, ya que debido a un rápido incremento en la adopción de dichas plataformas aún existen demasiados huecos en cuanto a la legislación mexicana. Pues si bien es cierto, que la incorporación de esta economía de plataformas podría tener muchas ventajas en la inserción laboral de un sector que carece de una fuente de ingresos fijos, también crea desventajas de gran peligro como las antes mencionadas en un país como el mexicano dominado por la economía informal.

 

Las diversas revoluciones industriales han tenido un impacto directo en la vida y el trabajo a lo largo de la historia, dicho impacto es también evidente en esta última fase de transformación digital, pues ha creado sectores vulnerables de la población global, lo cual incluye a nuestro país. Lo anterior remite, por ejemplo, no a la simple pregunta de cuántos usarán dichas plataformas digitales y cuántos no. Lo importante se centra en la búsqueda de estrategias de cómo se subsumirá la brecha digital en contextos como la precarización laboral para crear espacios de equidad y una mejor distribución de la riqueza, así como también crear mecanismos legislativos contra el robo de información, respeto a la privacidad, regulación sobre el control de las métricas que van apareciendo en el espacio virtual. Y, en fin, la cuarta revolución del capitalismo global presenta un gran reto en el que todos estamos, como diría Sloterdijk, en el mismo barco.

 

Bibliografía

  1. Aneesh, A. “Technologically Coded Authority: The Post-Industrial Decline in Bureaucratic Hierarchies” Stanford University, UK. 2002. https://ictlogy.net/bibliography/reports/projects.php?idp=3263(Consultado 13 marzo 2022)
  2. Bodie, Matthew, et. al, “The Law and Policy of People Analytics” en Saint Louis U. Legal Studies Research Paper 2016-6, Available at SSRN: https://ssrn.com/abstract=2769980
  3. Delueze, Gilles y Guattari, Felix, “Mille Plateux, capitalisme et schizoprenie 2”, Minuit, Paris, 2009.
  4. Gomber Peter, Arndt Björn. et al, “High Trading Frecuency”, Deustche Börse Group, Frankfurt, 2011.
  5. Kyon, Chun Wendi, “Updating to remain the same”, Mit Press, USA, 2016.
  6. Marx, Karl, “La lucha de clases en Francia 1848-1850”, Progreso, Moscú, 1975.
  7. Moore, Phoebe, Upchurch, Martin, et. al, “Humans and machines at work. Surveillance and automatitation in contemporary capitalism”, Palgrave Macmillan, London, 2018.
  8. OIT, “Panorama laboral 2020. Covid-19 deja un rastro de alta desocupación, inactividad y precariedad en el empleo en América Latina y el caribe”. https://www.ilo.org/americas/publicaciones/WCMS_764630/lang–es/index.htm (Consultado 13 marzo 2022)
  9. Schmitt, Carl, “El nomos de la Tierra en el Derecho de Gentes del Jus publicum europaeum”, Dora Schilling, Editorial Struhart & Cía., Argentina, 2002.
  10. Schwab, Klaus, “Ahora es momento de un gran re-inicio”, World Economic Forum. https://es.weforum.org/agenda/2020/06/ahora-es-el-momento-de-un-gran-reinicio/ (Consultado 13 marzo 2022)
  11. Sloterdijk, Peter, “El mundo interior del capital, para una teoría filosófica de la globalización, trad. Isidoro Reguera, Siruela, 2da edición, España, 2010.
  12. Smith, Adam, “La riqueza de las naciones”, Gabriel Franco, 2da edición, Fondo de Cultura Económica, México, 2017.

 

Notas

[1] Cfr. Carlos Marx, “La lucha de clases en Francia de 1848 a 1850”, p. 61.
[2] Cfr. Peter Sloterdijk, “El mundo interior del capital”.
[3] La palabra griega para la primera medición en la que se basan todas las mediciones ulteriores, para la primera toma de la tierra como primera partición y división del espacio, para la partición y distribución primitiva es: nomos. Cf. Schmitt, “El nomos de la tierra”, p.21.
[4] Phoebe Moore, et. al, “Humans and machine at work. Monitoring, surveillance and automatitation in contemporary capitalism”, p. 1.
[5] Carl Schmitt, Op. cit., p. 21
[6] Cfr. Martín Heidegger, La pregunta por la técnica, p. 60
[7] Peter Sloterdijk, Op. cit., p. 108
[8] Adam Smith, La riqueza de las naciones, p. 21
[9] Sergio Ordoñez, La nueva fase de desarrollo y el capitalismo del conocimiento: elementos teóricos, p.6
[10] Peter Sloterdijk, Op. cit., p.169
[11] Cfr. Klaus, Schwab, Ahora es momento del gran reinicio”.  https://es.weforum.org/agenda/2020/06/ahora-es-el-momento-de-un-gran-reinicio/ (Consultado 13 marzo 2022)
[12] El trading de alta frecuencia recientemente ha tomado gran atención del público por el crash el 6 junio del 2010 en U.S.A. Cf. Gomber, Arndt et al, “High Trading Frecuency”, p. 6.
[13] Cfr. Wendy Hui Kyong Chun, “Updating to remain the same. Habitual New Media.”
[14] Cfr. Aneesh, “Technologically Coded Authority: The Post-Industrial Decline in Bureaucratic Hierarchies.”
[15] Cfr. Hootsuite, “Digital report 2022: el informe sobre las tendencias digitales, redes sociales y mobile” https://wearesocial.com/es/blog/2022/01/digital-report-2022-el-informe-sobre-las-tendencias-digitales-redes-sociales-y-mobile/ (Consultado 13 marzo 2022)
[16] Matthew T., et. al, “The law and policy of people analytics”, p.1
[17] OIT, “Panorama laboral 2020. Covid-19 deja un rastro de alta desocupación, inactividad y precariedad en el empleo en América Latina y el caribe”, https://www.ilo.org/americas/publicaciones/WCMS_764630/lang–es/index.htm (Consultado 13 marzo 2022)
[18] Phoebe Moore, Op. cit., p.24

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