Entomofagia, la aversión detrás de un buen platillo de gusanos de seda

Tomada de Boletín UNAM

 

Resumen

Este artículo divulgación científica con carácter social busca dar a conocer que es la entomofagia (la ingesta de insectos comestibles), sus orígenes, la práctica que se ha tenido en México, saber cómo se produce, los múltiples beneficios que se desconocen, el temor y aversión que se le ha tenido y tratar de entender las razones por las cuales se le ha tenido a esta actividad o práctica como un tabú, como algo oculto, como una actividad con muchas barreras para llevarse a cabo a pesar de que la entomofagia como actividad y como hábito alimenticio tiene un impacto positivo económico, social, nutricional y ambiental.

Palabras clave: entomofagia, chapulín, tabú, krashut, etnoentomología, alimento.

  

Abstract

This scientific dissemination article with a social character seeks to make known what entomophagy is (the ingestion of edible insects), its origins, the practice that has been had in Mexico, to know how it is produced, the multiple benefits that are unknown, the fear and aversion that has been had and try to understand the reasons why this activity or practice has been considered as a taboo, as something hidden, as an activity with many barriers to be carried out despite the fact that entomophagy as an activity and as an eating habit it has a positive economic, social, nutritional and environmental impact.

Keywords: entomophagy, chapulin, taboo, krashut, ethnoenmology, food.

 

¿Qué es la entomofagia?

 

Se define a la entomofagia como la ingesta de insectos comestibles por los seres humanos. Esta práctica se encuentra presente en varios países del mundo, pero se destaca en regiones de Asia, África y América Latina con aproximadamente 2000 millones de personas consumidoras y con una fuente variada de insectos comestibles ya que son el grupo más abundante de especies de animales en el planeta siendo las tres cuartas partes de ellos. Sin embargo, en otras regiones del mundo esta práctica no es muy común o se considera un tabú o es rechazada. [1]

 

La entomofagia no es una práctica nueva

 

La práctica de la entomofagia no es nueva ni reciente, el consumo de insectos por parte del hombre es muy antigua. Se han realizado estudios en donde se demuestra que el hombre proviene de una línea evolutiva de insectívoros, estos son desde muchos ejemplos de simios que consumen insectos. Hay evidencia bíblica de la práctica entomófaga y un ejemplo claro de esto es el Antiguo Testamento en los libros del Levítico y el Éxodo donde se plasma el consumo de insectos como abejas, escarabajos y langostas.

 

Agregando a lo anterior históricamente en muchas partes del mundo se ha encontrado ejemplos de una dieta entomófaga tal es el caso de China dónde se comían crisálidas de gusanos de seda, cigarras, grillos, chinches, cucarachas y larvas de mosca.

Algunos escritos demuestran que los griegos comían insectos ya que es conocido que Aristóteles comía cigarras y también era sabido que los insectos eran comidos por los pobres de Atenas y en Roma se consumía una larva llamada cossus el cual era considerado exclusivo.

 

En el sur de Asia la población eran consumidores de bichos como las chinches acuáticas, escarabajos, grillos, saltamontes, termitas, cigarras, y otras especies, estos eran consumidos mayormente por clases bajas debido a que los insectos eran su fuente principal de alimento al conseguirse tan fácil.

 

En América en el Amazonas, Venezuela, Colombia y México son los países donde históricamente también se ha documentado la ingesta de insectos como fuente de grasas. A nivel global el mayor consumo de insectos es dirigido principalmente a estos insectos que son langostas, saltamontes, grillos, hormigas, termitas, mariposas y escarabajos.

 

La entomofagia en México sí existe

 

En la época prehispánica la dieta y gastronomía consistía esencialmente de cuatro elementos mesoamericanas que eran el maíz, frijol, chile y calabaza los cuales eran cocinados principalmente en forma de asado, hervido, secado y salado. Parte de estas costumbres se preservaron por indígenas en la actualidad, se transmitieron esas costumbres de forma oral y por medio de recetas ancestrales; también quedaron plasmadas en las crónicas de la Conquista y un claro ejemplo es en los escritos de Fray Bernardino de Sahagún en donde relata la ingesta de insectos.

 

La dieta de las civilizaciones prehispánicas se adaptaba conforme a los recursos y de los conocimientos que adquirían de su entorno. En Mesoamérica no había caballos, carneros, puercos que son fuente de proteína es por eso por lo que la pesca, la caza y recolección de frutos fueron pieza clave en la alimentación prehispánica además de una gran variedad de insectos incluidos los ahuatles, xamoes, chapulines, chinicuiles, escamoles y cupiches que fueron los sustitutos perfectos para proteína en una alimentación sana. Igualmente, el comer insectos en la época prehispánica era parte de la espiritualidad y religión, antes se pensaba que el alma de los fallecidos reencarnaba en los insectos y que al comerlos se adquiría la esencia de la persona muerta y a la vez su experiencia y sabiduría.

 

Se puede ver una gran importancia espiritual hacia los insectos como es en el caso del templo en Taxco, Guerrero en homenaje a ellos. [2]

 

El comer insectos se sigue observando hoy en día en especial en grupos indígenas en distintos estados de México, tal es el caso de Oaxaca donde se encuentran tzeltales, lacandones y otomíes, mixtecos, nahuas, mazatecos, chochos, chinantecas, chontales, huaves, zoques, triques, zapotecos y amuchcas; en el caso de Puebla donde se encuentran a los mazatecas, popolacas, nahuas, totonacas y otomíes; en Ciudad de México están los tlapanecas y nahuas, en el estado de Guerrero e Hidalgo vemos a los otomíes, los tarascos y purépechas; en Michoacán y en el estado de México se encuentran a los nahuas, otomíes y mazahuas. Todos los grupos antes mencionados conservan la práctica entomofagia y muchas recetas de insectos comestibles.

 

Por qué tomar en cuenta la entomofagia para reflexión

 

México ha sido reconocido por su extensa gastronomía que incluso la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura UNESCO en 2010 declaró que era Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

 

Desde la época prehispánica el consumo de insectos tuvo cabida en las culturas mexica, maya, mixteca y zapoteca, tenían una dieta donde incluían una variada ingesta de insectos. En la época actual se mantiene aún la ingesta de insectos como platillo principalmente en diecinueve estados del país, pero el consumo ha disminuido.

 

El motivo por el cual se ha disminuido el consumo de insectos comestibles pese a que éste se ha practicado desde antes de la conquista española es porque se desconoce la fuente de nutrientes que los insectos aportan, la fácil producción que estos representan, lo amigable que es su producción con el medio ambiente, además porque el público no tiene fácil acceso para su consumo por elevados precios.

 

Actualmente los insectos comestibles se encuentran en el mercado mexicano de forma escasa y con precios altos, se venden de forma exclusiva tanto en mercados como en restaurantes exóticos. Esto es debido a que no se fomenta la producción y a menor producción más caro es el bien. Un consumo entomófago traería consigo múltiples beneficios en varios aspectos como el económico-social, ambiental y de salud.[3]

 

Referente a beneficios económico-sociales el primero de sus beneficios es que con esta práctica se puede producir alimento sustentable tanto para humanos como para animales y esto no es solo en forma de insectos comestibles, sino que también pueden presentarse como producto alimenticio de variadas formas por ejemplo en forma seca al estilo de botanas, en forma de harina, en forma de ingrediente, en forma molida en una crema y demás formas. Sus costos de producción son muy bajos y son menores los recursos requeridos para producir un kilogramo de insectos comestibles a comparación de la ganadería. En el caso de los insectos requieren dos kilogramos de alimento para obtener un kilogramo de insectos comestibles a diferencia de un kilogramo de carne bovina que se requieren ocho kilogramos de alimento. Asimismo, el alimento para los insectos son residuos alimentarios, es decir los alimentos que se echan a perder lo que significa que no se necesita producir una fuente de alimento para los insectos. Sumado a lo anterior son necesarios únicamente cien metros cuadrados para el montaje de las granjas de insectos.

 

El segundo de sus beneficios económicos-sociales es que producir alimento entomófago es un modelo exitoso que promete crecer y dar ganancias, tal es el caso de países como Bélgica, Holanda y Canadá. El bajo coste de producción que tienen las granjas de insectos comestibles permite una alta rentabilidad y esto a su vez atrae la atención de inversionistas que buscan proyectos con un retorno sobre la inversión con sus siglas en inglés (ROI) positivo. Esto anterior nos indica que el proyecto de creación de granjas de insectos tendría ofertas de financiamiento.

 

El tercer y último beneficio del tipo económico-social de la entomofagia es la creación de empleos como granjeros de insectos debido a que la productividad de ésta iría en aumento. Se considera en muchas ocasiones que el trabajo de granjero es una actividad sin importancia y debido a los avances tecnológicos ha disminuido, pero el trabajo de granjero es una actividad fundamental, es creadora de alimentos.

 

En cuanto a beneficios ambientales que la entomofagia traería consigo, se pueden destacar dos, el primero de ellos es que la entomofagia es amigable con la actividad primaria de la agricultura debido a que no es necesario utilizar grandes extensiones de terrenos ni es necesaria la utilización de varios litros de agua para las granjas de insectos comestibles a diferencia de la ganadería que requiere de varias extensiones de pastizales y más de quince mil litros para obtener un kilogramo de carne de res. Esto demuestra que la entomofagia además de ser una fuente nueva de alimentos es una gran aliada para otra fuente de alimentación que es la agricultura; cabe resaltar que la agricultura es la segunda actividad principal económica del estado de Michoacán que trae consigo la mayor parte de los ingresos del PIB.[4]

 

El segundo beneficio ambiental ocasionado por la entomofagia es la reducción de emisión de gases invernadero. El efecto invernadero hace referencia a un fenómeno en el cual la atmósfera de la Tierra se calienta como resultado de gases que se concentran en ella y los gases principales que se acumulan en la atmósfera son el dióxido de carbono, vapor de agua y óxido nitroso. Los gases que causan el efecto invernadero tienen tanto origen natural como origen por causa humana y la ganadería sorprendentemente genera el 65% del óxido nitroso y este 65% proviene del estiércol de los rumiantes; añadiendo a esto la ganadería utiliza el 33% de la superficie que podría servir para cultivos y se desforestan bosques para hacer pastizales para los animales ganaderos y eso provoca aún más efecto invernadero. Esto significa que sería posible con la práctica entomófaga reducir los rayos solares que penetran a la tierra.

 

Respecto a los beneficios para la salud, la entomofagia simboliza una nueva gama de platillos por su gran versatilidad, dentro de la dieta entomófaga se encuentran 1900 especies de insectos comestibles y todos ellos pueden ser cocinados de diferentes formas: cocidos, guisados, hervidos o asados. Con esta nueva entrada de platillos a la dieta viene consigo un paquete saludable de ventajas los cuales son que los insectos no trasmiten enfermedades al ser comidos. Una dieta entomófaga sobre todo es benéfica para niño en desarrollo debido a su alto contenido de nutrientes ya que complementan una nutrición deficiente.

 

Y cerrando la pertinencia de este artículo científico, se ha dejado de lado el aspecto del desarrollo sustentable en el sentido ético y solo se ha retomado el principio ecológico, es decir este artículo científico muestra una alternativa sostenible de alimento para que los recursos naturales y el medio ambiente no estén en peligro además de proporcionar nutrientes necesarios con esta alternativa de la entomofagia pero al mismo tiempo busca sacar en la sociedad la solidaridad y empatía ya que la generación actual no se preocupa por las generaciones venideras y por su bienestar y aquí es donde también aparece la opción de cuidar la Tierra y los recursos naturales para la población venidera.

 

Producir insectos comestibles es fácil o complicado

 

Los requisitos necesarios para tener una granja de insectos comestibles grosso modo son los siguientes, para comenzar se necesitan 500 metros cuadrados y una inversión aproximadamente de $2,000,000 o $3,000,000.00 para tener las herramientas tecnológicas y se necesita un aproximado de $1,000,000.00 para la mano de obra. Los insumos para poder producir a los insectos no son muy costosos debido a que los insectos se alimentan de alfalfa, hojas, hierba, pasto y residuos alimenticios.

 

En específico el acondicionamiento de la granja requiere una serie de pasos. El primer paso es tener las instalaciones que van a resguardar a los insectos y para ello se necesitan recipientes de cristal con medidas de metro cúbico que tengas las condiciones óptimas para que se desarrollen los insectos que son la temperatura, luminosidad y la ventilación. Los parámetros para las condiciones óptimas de los cristales donde se producirán los insectos son.

  • Temperaturas entre 25° y 30° C.
  • Que los animales no están expuestos directamente a la luz solar y con poca luz artificial ya que son animales nocturnos.
  • Ventilación suficiente.

 

Para la alimentación de los insectos a producir son dos los elementos fundamentales el agua y la comida.

  • Para la alimentación de los insectos como se ha mencionado anteriormente puede ser alfalfa, cualquier tipo de cereal, hierva, pasto residuos orgánicos.
  • En cuánto el agua, para el insecto es suficiente tener una fuente de humedad como hojas de lechuga, hojas de eucalipto, pedazos de zanahoria o manzana.

 

Además, es necesario para el cuidado de los insectos se debe tener un calendario para atenderlo.

  • Revisar el alimento de los contenedores: De forma semanal.
  • Revisar la fuente de humedad: De forma semanal.
  • Mover a los insectos maduros a otro contenedor separándolos de los pequeños: De forma mensual.
  • Revisar que no haya hongos en los contenedores: De forma trimestral
  • Cambiar sustrato: De manera trimestral.[5]

 

Hábitos, práctica y costumbres alimenticias y por qué se arraigan

 

Los hábitos, prácticas y costumbres alimenticias han sido modificados por el hombre al paso de los años debido a la tecnología, la sociedad, economía, ética y religión. Tal es el caso de la aparición de electrodomésticos en cuanto a tecnología se refiere, los electrodomésticos y los artefactos de cocinas como balanzas, ollas, sartenes facilitaron la cocina e hicieron más fácil el obtener los platillos y no solo la tecnología ha venido para fines específicos de cocina también los avances de la iluminación se hizo parte de las costumbres en cuánto a decoración y estética a la hora de comer.

 

La sociedad también influye en los hábitos, prácticas y costumbres. Por ejemplo, en estos días hay un ritmo de vida muy acelerado en el que las personas prefieren comida rápida y de bajo costo, aunque no necesariamente sea muy saludable para ellos. En nuestra sociedad la familia y amistades también influye en sobre la alimentación; hay estudios que concluyeron que cuando se come con un conjunto de personas con las que se está a gusto, la alimentación está más llena de grasas y calorías totales, que cuando uno come solo. Sumando a lo anterior cuando hay un evento o reunión social por ejemplo una fiesta, una celebración, reunión para ver un juego deportivo y más, lo principal del evento es la comida y dependiendo del tipo de evento varían los platillos que van a ser servidos. Sin embargo, el alimento que más presencia tiene en las reuniones sociales es el alcohol que a pesar de que no es benéfico a la salud, el factor social influye en el consumo de éste.

 

En las investigaciones sobre el contexto económico como afecta los hábitos y costumbres alimenticias revelan que hay una incoherencia en los precios de los alimentos ya que los alimentos nutritivos y energéticos son más costosos que los alimentos que no son nutritivos y eso en ciertas ocasiones provoca que la gente no se alimente adecuadamente y no por gusto sino por un ajuste en el presupuesto en alimentos. La manera en la que las personas se alimentan se asocia directamente con los insumos con los que se cuentan ya sea en productos o en dinero.

 

La ética y las posiciones morales influyen también mucho en la forma en la que la población se alimenta. Hay casos en los que las personas no comen carne porque creen en los derechos de los animales y deciden ser vegetarianas como un acto de no-violencia.

 

La religión otro factor influyente en lo que se come. Tal es el caso de la religión católica, en dónde no hay una restricción de un alimento como tal en la vida cotidiana, pero sí hay ciertos patrones a seguir dependiendo de la fiesta que se celebre y el ejemplo más ilustre es el de la cuaresma, en dónde se simboliza los 40 días anteriores a la muerte y resurrección de Jesucristo, en este periodo de cuaresma los católicos evitan comer carne roja y su consumo primordial son los pescados y mariscos; esta práctica no es una imposición si no que los católicos lo siguen por creencias y fe. Otro ejemplo sobresaliente de la religión como influyente en la alimentación es en el judaísmo en dónde la dieta judía se basa en el conjunto de preceptos llamado Kashrut que en hebreo significa apropiado. En el Kashrut se estipuló que está correcto comer y que no lo está para la dieta de los practicantes del judaísmo, los alimentos que no se consideran correctos se les denomina taref. Los alimentos prohibidos según el taref son ciertos alimentos y combinaciones por ejemplo comer al mismo tiempo carne y lácteos no está permitido al igual lo está el cerdo y todos sus derivados; más específicamente los animales que sí están permitidos son aquellos que tienen pezuñas como las vacas, los venados, cabras y ovejas. El judaísmo es caracterizado por tener una dieta muy restrictiva.[6]

 

Aceptación de los alimentos, un análisis más profundo

 

Es relevante saber que está detrás de la aceptación de los alimentos por parte de las personas, hay variadas formas de cocinar, de conseguir, de presentar los alimentos. Cada sector de la población tiene su estilo alimenticio diferente, pero hay factores en común que hacen que se acepten o se rechacen ciertos alimentos. Hay diferentes factores que influyen en la aceptación de los alimentos, el primero y el más influyente es que tanto se interactúa con el alimento es decir que tan presente está en tu cotidianidad, que tan accesible es. Esto representa que se aprende a aceptar los alimentos cuando los ves en tu día a día y cuando se pueda tener acceso a ellos tanto en tener un lugar donde encontrarlo (ya sea mercados, supermercados, tiendas, en internet), tanto como en el precio que éste tenga y no sea muy costoso, al igual que no sea un platillo muy complicado de cocinar. Mientras más accesible es el alimento es más fácil, más cómodo y menos engorroso para una persona poder consumirlo.

 

El segundo factor va de la mano con el primero que son las características del entorno del alimento que son las características del entorno del alimento. Influyen varias cosas como los hábitos familiares, la religión, la educación, la tendencia, la moda, el uso del alimento, etcétera.  El tercer factor sorprende que no sea el factor más importante para aceptar un alimento es la estimulación gustativa que experimenta la persona que está comiendo, es el sabor que se obtiene. El cuarto factor que interviene en la aceptación de los alimentos es como éste está constituido características nutritivas, químicas y genéticas. En casos no muy comunes a pesar de que un alimento tiene todos los factores de los párrafos anteriores a su favor, aun así, la población parece no aceptarlos ya que en casos no tan comunes un alimento se rechaza sin siquiera haber sido probado.

 

Aceptación de comer insectos, barreras a las que se ha tenido que enfrentar

 

En la actualidad hay mucha gente que opina que el consumo de insectos comestibles es algo extraño, inaceptable incluso repugnante, sin embargo, hay investigaciones que demuestran que una gran parte de la gente que tienen las opiniones anteriores se dan a pesar de que son consumidores de éstos, pero prefieren no admitirlo por una cuestión de estatus social. Hay algunas razones por las cuales los insectos no han sido aceptados como una dieta de rutina, a continuación, se presentan con su respectiva solución y o negación de aquella razón con hechos científicos y comprobados.

 

Una de las razones por las cual se ha dificultado el consumo de insectos en diferentes sectores de la población es debido a que cuando piensan en comer un insecto es inevitable que piensen en comer patas, alas y aguijones; pero una solución a evitar pensar eso es que se pueden comer los insectos cuando no han madurado ya sea en forma de huevos, larvas o pulpas donde todavía no se han desarrollado las patas ni las alas.

 

La segunda razón que la gente ha dado para evitar consumir insectos es porque aseguran que son animales sucios, con falta de higiene ya que son rastreros o reptan; esto que mencionan no es totalmente cierto debido a que muchas especies de insectos están al aire libre y lejos de la urbanización donde se encuentra mucha contaminación, son limpios y encima son herbívoros. Se ha clasificado erróneamente a los insectos como comedores de basura, pero en realidad se alimentan de se alimentan de hojas, hierba y corteza de árbol. Muchos de los alimentos considerados gourmet tipo camarones, ostiones, mejillones, caracoles y otras especies marinas se alimentan de carroña y son considerados manjares; lo mismo sucede con animales de granja que no son tan limpios y sin embargo son parte de una dieta rutinaria como en el caso de los bovinos.

 

La tercera razón que se da para no comer insectos es un temor que se tiene a que los insectos comestibles puedan transmitir enfermedades, esta afirmación no se puede negar por completo ya que los insectos pueden albergar y transmitir hongos, virus, bacterias y protozoarios que perjudican la salud del ser humano que los consume pero es el mismo caso que sucede con los animales de granja que se consumen a diario como el cerdo, la vaca, los pollos, las ovejas, las cabras y otros más; pero este problema que es el mismo tanto para los insectos comestibles como para los animales de granja que ya se mencionaron. La solución para evitar que estos alimentos transmitan enfermedades es la misma que se ha aplicado que es eliminar todo lo dañino por medio del método de preparación (freír, tostar, hervir).

 

La cuarta razón por la que mucha gente evita comer insectos es por los prejuicios arraigados de que los insectos son el alimento de los pobres e ignorantes. La gente razona que al comer insectos estaría en un estatus social bajo e inculto. A esto anterior se suma que la cultura occidental es la más renuente a aceptar la entomofagia, han sobresalido la neofobia, el asco y la falta de familiaridad entre las causas predominantes a la no aceptación de la entomofagia en la sociedad occidental.

 

Antecedentes, ya se ha escrito sobre la entomofagia

 

Un primer trabajo que habló sobre la entomofagia es el de La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura en esta investigación hace una presentación sobre los insectos, presenta los beneficios ecológicos de su crianza, exponen los beneficios a la salud que tienen y los efectos vitamínicos que traerían estos, desmienten los supuestos peligros para el ser humano que podría traer la ingesta de insectos y por último comentan la importancia de dar a conocer la entomofagia y hacer hábito alimenticio para la humanidad.[7]

 

El segundo trabajo que ha tratado el tema de la entomofagia es el de La British Broadcasting BBC donde da a conocer el informe de la Organización de las Naciones Unidas ONU sobre la entomofagia. Al igual que el trabajo anterior resaltan los beneficios ecológicos y nutritivos que esto traería, pero aquí agrega que un factor importante en el no éxito de propagar una dieta entomófaga es la repulsión que las personas han adoptado por el consumo de insectos. También expresa que los insectos no han sido explotados debidamente ya que son subutilizados como alimento para animales.[8]

 

Un tercer trabajo que ha escrito sobre entomofagia es el artículo La etnoentomología en la alimentación, la medicina y el reciclaje y presenta la importancia de los insectos en el consumo humano, describe a los insectos no solo como alimento sino en su composición como seres vivos, indica la manera de obtener insectos comestibles y como cocinarlos, exponen la diversidad de insectos en especie y como menú, señala como están distribuidos los insectos geográficamente en todo el mundo, hace énfasis de la entomofagia mexicana, presenta gráficas del valor nutritivo de los insectos, introduce a la etnoentomomedicina que es utilizar a los insectos como cura y por último se muestra a los insectos como futuro reciclaje.[9]

 

Después de conocer más sobre la entomofagia, ¿Hay alguna propuesta para fomentar su práctica?

 

Una posible propuesta para incentivar la aceptación de los insectos comestibles es la siguiente, el chapulín es un insecto que se considera una plaga latente en los cultivos sobre todo en los estados de Chihuahua, Durango, Zacatecas, San Luis Potosí, Aguascalientes, Hidalgo, México, Michoacán, Puebla, Tlaxcala y Guanajuato así que por qué no se propone que al chapulín se le recolecte y se utilice como alimento y así además de combatir una plaga, se está ofreciendo un alimento nutritivo y se pueden generar empleos. Se estima que aproximadamente hasta 500 mil toneladas anuales de chapulín que invaden los estados anteriormente mencionados pueden ser extraídos de los cultivos y esto representa la creación de empleos para las personas que pudieran encargarse de recolectar a los insectos. Por si fuera poco, además de dar a conocer esta propuesta que genera empleos también puede incentivar la aceptación de los insectos comestibles ya que al recolectar a los chapulines y no considerarlos plaga se está evitando que se utilicen en los cultivos los pesticidas exterminadores que dañan no solo al cultivo sino también a nuestro organismo al consumirlo. [10]

 

Bibliografía

  1. Arzate, Ambrosio, La recolección de escamoles en el corredor gastronómico del Municipio de Teotihuacan, en tesis de la Universidad Autónoma del Estado de México, 2013.
  2. Calleja, Alicia, Modificación de los hábitos alimentarios del almuerzo en una población escolar, Nutrición Hospitalaria, 2011.
  3. De la Tejera, Beatriz, Procesos agroalimentarios en las relaciones rur-urbanas: un caso en el municipio de Morelia Michoacán, CAMBIO, 2015.
  4. Ramos-Elorduy, Julieta, Ausencia de una reglamentación y normalización de la explotación y comercialización de insectos comestibles en México, Folia Entomológica Mexicana, 2006.
  5. Gallegos, Fausto, (2019). Contribución de los de los insectos comestibles a la seguridad alimentaria. Editora Adjunta Revista, 2019, Vol. 1, p. 6. Consultado el 11 de octubre de 2022.
  6. Halloran, Afton, La contribución de los insectos a la seguridad alimentaria, los medios de vida y el medio ambiente, FAO, 2013.
  7. Gerretsen Isabelle, Por qué hay tanto rechazo a comer insectos si son considerados “superalimentos”, BBC Future, 2021.
  8. Quirós-Blanco, Ana María, Retos y oportunidades de los insectos comestibles como fuente de proteína sostenible en Costa Rica, Universidad de Costa Rica, 2019.
  9. Ramos-Elorduy, Julieta, Los insectos como alimento humano: Breve ensayo sobre la entomofagia, con especial referencia a México. Boletín Real Sociedad Española de Historia Natural, 2007.
  10. Viesca González, Felipe Carlos, La entomofagia en México: Algunos aspectos culturales, El periplo sustentable, 2009.

 

Notas
[1] Viesca González, Felipe Carlos, La entomofagia en México: Algunos aspectos culturales, El periplo    sustentable, 2009, pp. 57-83. Consultado el 12 de octubre de 2022.
[2] Arzate, Ambrosio, La recolección de escamoles en el corredor gastronómico del Municipio de Teotihuacan, en tesis de la Universidad Autónoma del Estado de México, 2013, pp. 26-27. Consultado el 10 de octubre de 2022.
[3] Ramos-Elorduy, Julieta, Ausencia de una reglamentación y normalización de la explotación y comercialización de insectos comestibles en México, Folia Entomológica Mexicana, 2006, pp. 291-318. Consultado el 11 de octubre de 2022.
[4] Gallegos, Fausto, (2019). Contribución de los de los insectos comestibles a la seguridad alimentaria. Editora Adjunta Revista, 2019, Vol. 1, p. 6. Consultado el 11 de octubre de 2022.
[5] Quirós-Blanco, Ana María, Retos y oportunidades de los insectos comestibles como fuente de proteína sostenible en Costa Rica, Universidad de Costa Rica, 2019. Consultado el 12 de octubre de 2022.
[6] Calleja, Alicia, Modificación de los hábitos alimentarios del almuerzo en una población escolar, Nutrición Hospitalaria, 2011, pp. 560-565. Consultado el 10 de octubre de 2022.
[7] Halloran, Afton, La contribución de los insectos a la seguridad alimentaria, los medios de vida y el medio ambiente, FAO, 2013.
[8] Gerretsen Isabelle, Por qué hay tanto rechazo a comer insectos si son considerados “superalimentos”, BBC Future, 2021.
[9] Ramos-Elorduy, Julieta, Los insectos como alimento humano: Breve ensayo sobre la entomofagia, con especial referencia a México. Boletín Real Sociedad Española de Historia Natural, 2007, pp. 61-84. Consultado el 12 de octubre de 2022.
[10] De la Tejera, Beatriz, Procesos agroalimentarios en las relaciones rur-urbanas: un caso en el municipio de Morelia Michoacán, CAMBIO, 2015, pp. 55. Consultado el 10 de octubre de 2022.

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