Resumen
El surgimiento de la fotografía a inicios del siglo XIX ofreció a la filosofía un nuevo objeto de estudio. De manera contemporánea, se desarrollaron otras tecnologías de la imagen, como la radiografía, la autorradiografía, la fotomicrografía y el ultrasonido. Históricamente, la estética y la epistemología han centrado su atención en la fotografía; aunque trabajos recientes han buscado dar cuenta las tecnologías de la imagen ya mencionadas, cuyo uso ha sido predominantemente científico. Para ello, han propuesto el concepto de “imagen mecánicamente producida”, que abarca tanto a la fotografía como a esas otras tecnologías de la imagen. En este texto, elaboraremos en qué consisten las imágenes mecánicamente producidas.
Palabras clave: imágenes mecánicamente producidas, fotografía, radiografía, tecnología de la imagen, estética, epstemología.
Abstract: The development of photography in the early nineteenth century gave philosophy a new subject of study. At the same time, several other imaging technologies were emerging, such as the radiograph, the autoradiograph, the photomicrograph, and the ultrasound. Historically, aesthetics and epistemology have mainly focused on the study of photography; however, new research has begun to study these other imaging techniques, which have predominantly been used for scientific purposes. To do so, researchers have proposed the concept of mechanically produced images, which encompasses both photography and these other imaging techniques. Here, we will delve into what a mechanically produced image is.
Key words: mechanically produced images, photography, radiography, imaging tecnology, aesthetics, epistemology.
Introducción
El advenimiento de la fotografía a inicios del siglo XIX y su popularización a mediados y finales del siglo XX, le dieron a la filosofía un nuevo objeto para su reflexión. La filosofía de la fotografía se ha centrado en tres preguntas principales:
- ¿Cuál es la naturaleza de la fotografía?
- ¿Cuál es el valor epistémico de la fotografía?
- ¿Cuál es el rol de la fotografía en nuestras prácticas sociales?
Las respuestas a estas preguntas se han dado en diferentes tradiciones y han sido abordadas por los trabajos de Walter Benjamin [1], Susan Sontag [2], Vilém Flusser,[3] Kendall Walton,[4] Nelson Goodman[5] y Roger Scruton,[6] hasta llegar a reflexiones más recientes con Meskin y Cohen,[7] Axel Barceló[8] y Stabile, C.[9], entre otros.
Al mismo tiempo que la fotografía se desarrollaba con el daguerrotipo, el cianotipo (1842), el calotipo (1840), el colodión húmedo (1850), hasta llegar a las presentaciones y mecanismos más familiares como el rollo y la fotografía digital, otras tecnologías de la imagen como la radiografía, la autorradiografía, y el ultrasonido emergieron y se han ido perfeccionando. El uso de estas últimas se ha dado predominantemente en el contexto científico.
Uno de los retos para las epistemólogas y filósofas de la ciencia del siglo XXI que buscan estudiar estas últimas imágenes es la dificultad para encontrar investigación filosófica sobre ellas, ya que la información en los manuales elucida sus mecanismos de funcionamiento y contextos de uso, pero guarda silencio en cuanto a reflexiones filosóficas respecto a su naturaleza, contenido o papel en las prácticas sociales.
En este contexto se inserta la noción de “imagen mecánicamente producida”. Grosso modo, las imágenes mecánicamente producidas (IMPs) agrupan a aquellas tecnologías que generan una imagen mediante un proceso causal, automático y mecánico, en el que la subjetividad de la artista o científica no es relevante para la producción de la imagen. Este término se origina en las características de la fotografía, que comparte con otras tecnologías y, por analogía, permite extender las reflexiones sobre la fotografía otras imágenes.
La caracterización de las IMPs se dará en dos pasos: primero, se definirá en un sentido positivo, aludiendo a las características que le son propias; posteriormente, se hará una caracterización negativa, especificando qué no es una imagen mecánicamente producida y por qué.
Para llevar a cabo tanto la caracterización positiva como negativa de las IMPs, nos basaremos en el trabajo de Laura Perini, quien en 2012 acuñó formalmente el concepto de “imagen mecánicamente producida” (mechanically produced image) en su artículo “Bridging the Gap from Mechanically Produced Images to Representations”.[10] Complementaremos su trabajo con las reflexiones de Favaretto et al. en “On the Epistemic Status of Prenatal Ultrasound: Are Ultrasound Scans Photographic Pictures?”[11] y el de Flores: “Entre lo visto y lo no visto: el valor epistémico de las imágenes mecánicamente producidas (IMPs)”[12].
La imagen mecánicamente producida
La definición de las IMPs como el resultado de una interacción causal, mecánica y automatizada entre el sujeto de la imagen y la tecnología de la imagen nos permite identificar un conjunto específico de tipos de imágenes que pueden ser analizadas. Esta descripción tiene su origen en la fotografía, ya que fue una de las primeras tecnologías en producir imágenes de manera mecánica y automática mediante la interacción causal de tres elementos: la cámara (la tecnología de la imagen), el material fotosensible (que, tras la interacción, da lugar a la imagen) y el objeto del que se hace la imagen.[13] Este concepto abstrae las características de la fotografía e identifica qué otras tecnologías de la imagen operan de manera análoga, entre ellas la radiografía, la autorradiografía, la fotomicrografía y el ultrasonido.
Gracias a que el mecanismo de producción de las IMPs es una abstracción del proceso de generación de una fotografía, podemos extrapolar las propiedades y las discusiones en filosofía de la fotografía a otras imágenes.[14]
Una de las primeras apariciones de este término se encuentra en el artículo de Lorraine Daston y Peter Galison: “The Image of Objectivity”,[15] en el que las IMPS son un tipo de imágenes a las que las científicas recurren para eliminar cualquier mediación o intervención subjetiva en aras de que su práctica científica sea mecánicamente objetiva.[16] Las fotografías son el caso emblemático de objetividad porque eliminan (aparentemente) la agencia humana y son no intervencionistas.
Laura Perini plantea que la característica principal de las IMPs: “[…] es el hecho de que son productos de técnicas automatizadas de generación de imágenes que involucran una interacción entre un espécimen y la tecnología de la imagen, esta produce un arreglo visible en segunda dimensión que puede ser impreso o proyectable en una pantalla o display.”[17]
Esto significa que, para que una imagen sea considerada una IMP, debe haber sido generada por una tecnología de imagen mecánica y automatizada. En otras palabras, la imagen debe ser el resultado de un aparato que, una vez puesto en marcha, produce la imagen sin la intervención activa de un sujeto. Es decir, la imagen surge de una relación causal entre el objeto retratado y la tecnología de la imagen.
Ahora bien, la relación causal entre el objeto retratado y la tecnología de la imagen que da lugar a la imagen es tal que, “si el sujeto frente a la cámara hubiera sido diferente de alguna manera (por ejemplo, en su forma, posición o características visuales), la fotografía también habría sido diferente.”[18]
Otro aspecto clave de esta relación causal es que la elaboración de la imagen depende principalmente de la interacción entre las propiedades ópticas, físicas y químicas del objeto retratado y aquellas a las que la tecnología es sensible. Esto contrasta con otros tipos de imágenes, en los que la artista es quien produce la imagen, y donde la producción está mediada por un sujeto con creencias, sesgos y prejuicios.[19]
Por esta razón, en las imágenes mecánicamente producidas, la interacción entre el objeto retratado y la tecnología es relativamente directa[20] y el esquema de producción de la imagen puede representarse de la siguiente manera:
Objeto retratado ↔ tecnología de la imagen y medio fotosensible →imagen (2D)
Cabe señalar que “Cada técnica de obtención de imágenes produce figuras cuya forma se genera en respuesta a ciertos tipos de fenómenos […] Como resultado, las imágenes mecánicamente producidas (IMPS) incorporan información sobre los tipos de fenómenos a los que la técnica es selectivamente sensible[…].”[21] En otras palabras, cada tecnología de imagen responde a diferentes fenómenos y propiedades ópticas y físicas. Por ejemplo, la fotografía es sensible a la luz visible, mientras que la radiografía y la autorradiografía están diseñadas para captar los rayos X. En estos casos, la apariencia de la imagen dependerá de la intensidad de los rayos X y de la densidad del tejido o espécimen: los tejidos más densos se verán blancos, mientras que los tejidos blandos aparecerán en escala de grises.
Las imágenes producidas por diferentes técnicas aportan información distinta porque cada técnica es sensible a fenómenos específicos. Pensemos en el caso de una fotografía de un tórax y una radiografía del mismo tórax: ambas representan el mismo objeto, pero nos muestran aspectos distintos.
La fotografía revela la apariencia externa del cuerpo, mostrando la piel, lunares, manchas, cicatrices, entre otros detalles visibles a simple vista. La radiografía, en cambio, muestra los huesos y la disposición de órganos internos como el corazón y los pulmones, información que no es accesible mediante la fotografía convencional.
Esta diferencia en el contenido de la imagen no se debe al mecanismo general de producción, que sigue el mismo esquema básico; sino que se debe a las propiedades ópticas, físicas y químicas a las que es sensible cada tecnología de la imagen.
Ahora bien, alguien podría objetar que la producción de imágenes mecánicamente producidas (IMP) depende de “la intervención humana, ya que es el fotógrafo quien elige qué representar y cómo representarlo. Sin embargo, después de la intervención del fotógrafo, el proceso de producción de la imagen es completamente automatizado, tanto en la fotografía analógica como en la digital”.[22] Por lo tanto, aunque hay cierta intervención humana en la captura de la imagen, esta es mínima e irrelevante por dos razones: la primera es que esta intervención sólo posibilita que la tecnología de la imagen opere adecuadamente. La segunda razón es que por sí sola la intervención humana no es el elemento crucial para la producción de la imagen, el elemento relevante es la interacción mecánica, automática y causal entre el objeto y la tecnología que da como resultado la imagen en 2D; la información visual proviene directamente de la interacción el objeto y la tecnología de la imagen.
Así, una vez que se ajustan los parámetros, se realiza el encuadre y se pone en marcha la tecnología, la imagen se genera con independencia de las creencias, deseos, prejuicios o intenciones de la fotógrafa o radióloga y la información contenida en la imagen no proviene de su percepción o interpretación, sino del objeto mismo.[23]
Además, los mecanismos de producción de las IMP no pueden ser completamente manipulados o alterados para mostrar cualquier cosa a voluntad. Siempre habrá aspectos de la imagen que escapan al control del sujeto, a menos que se altere la propia naturaleza de la imagen o se comprometa su valor epistémico. Por esta razón, “contienen información que no está mediada por la subjetividad y cuyo contenido no es intencional”.[24]
¿Qué no es una imagen mecánicamente producida?
En la sección anterior establecimos que una imagen mecánicamente producida (IMP) es el resultado de un proceso mecánico, automático y causal que explota las propiedades ópticas, físicas y químicas del objeto retratado, en función de las características a las que es sensible la tecnología de la imagen. Sin embargo, para caracterizar adecuadamente este tipo de imágenes, es importante diferenciarlas de otros tipos de representaciones visuales.
Existen dos tipos de imágenes de los cuales se diferencia la IMP, lo que nos permite elucidar mejor su condición como una categoría separada. Por un lado, están las imágenes manugráficas y, por otro, las imágenes altamente matematizadas.
Según Laura Perini las “[r]epresentaciones visuales que no califican como IMPS incluyen a los dibujos, los diagramas y las gráficas que carecen de esa conexión automática entre espécimen y figura”.[25] A este tipo de imágenes les llamaremos de ahora en adelante imágenes manugráficas, en estas, la producción de la imagen depende directamente de la intervención humana, quien decide qué elementos incluir, cómo representarlos y con qué nivel de detalle.
Las imágenes manugráficas no son imágenes mecánicamente producidas porque, para su creación, es necesaria la participación activa de un agente (quien dibuja, pinta, ilustra, etc.). En este tipo de imágenes, la intervención del sujeto es crucial, ya que de ella dependen el tamaño, la disposición, el color y la composición. Además, implica la selección intencional de las características que estarán presentes en la imagen, de modo que todos los elementos aparecen de manera deliberada. En otras palabras, cada una de las características presentes en estas imágenes es el resultado de decisiones explícitas o implícitas del agente que las elaboró.
Dentro de esta categoría, podemos encontrar ilustraciones botánicas, imágenes de atlases anatómicos y litografías. Estas imágenes requieren que el artista lleve a cabo un proceso de comprensión, abstracción y selección de los rasgos relevantes del objeto a representar antes de crear la imagen. En este proceso, el elemento causal fundamental es el artista o ilustrador, quien es el responsable directo de la producción de la imagen. Aunque en estas imágenes también existe una relación causal, esta es diferente a la que genera a una IMP.
Consideremos el caso de un esqueleto presentado en un atlas anatómico. Aunque esta imagen representa la misma anatomía que una radiografía, los elementos presentes en cada una y la información que transmiten son diferentes, ya que se elaboran de manera distinta. Las imágenes manugráficas utilizadas en contextos científicos no se crean en el vacío, sino en colaboración con las científicas que las emplean y están elaboradas a consciencia para esos fines. La imagen del esqueleto en el atlas muestra una versión idealizada, cuyas características han sido seleccionadas tanto por el artista como por la comunidad científica que trabaja con este tipo de imágenes para representar al esqueleto ideal. Si viéramos la radiografía de un esqueleto, si hay un hueso roto va a ser retratado[26]
Por otro lado, las imágenes mecánicamente producidas se diferencian de las imágenes altamente matematizadas en su método de producción, aunque comparten algunas similitudes, entre las imágenes altamente matematizadas se incluyen las resonancias magnéticas, las ecografías en 3D y las tomografías computarizadas. Estas últimas comparten con las IMP el hecho de que ambas requieren una interacción causal, automática y mecánica entre el objeto retratado y la tecnología de la imagen. Sin embargo, la diferencia crucial entre ambas radica en que, mientras que las imágenes mecánicamente producidas resultan directamente de dicha interacción, las imágenes altamente matematizadas generan conjuntos de información numérica que luego son procesados algorítmicamente para formar la imagen final.[27]
Por lo tanto, el mecanismo de producción de la imagen en estos dos tipos es diferente. Aunque ambas explotan principios físicos, ópticos y químicos, las imágenes altamente matematizadas requieren un procesamiento matemático adicional, lo que introduce una capa extra de complejidad y las distingue de las IMPS.
Conclusiones
Las IMP se caracterizan por ser el resultado de un proceso mecánico, automático y causal que depende de las propiedades ópticas, físicas y químicas del objeto y la tecnología de la imagen. Esta interacción causal es clave para definir su naturaleza y diferenciarlas de otras representaciones visuales.
Las imágenes manugráficas, como dibujos y diagramas, requieren la intervención activa de un agente humano. La producción de estas imágenes depende de elecciones deliberadas del artista, quienes determinan el tamaño, la disposición, el color y la composición de la imagen. En estos casos, la relación causal no es automática ni mecánica, lo que hace a las IMPS una categoría distinta.
Aunque las IMP y las imágenes altamente matematizadas comparten la interacción causal y mecánica entre el objeto y la tecnología, se distinguen en su método de producción. Las IMP resultan directamente de esta interacción, mientras que las imágenes altamente matematizadas generan datos numéricos que, posteriormente, son procesados mediante algoritmos para formar la imagen final. Este procesamiento introduce una capa adicional de complejidad.
La analogía entre la fotografía y otras imágenes en virtud de sus mecanismos de producción es la que ha facilitado que se acuñara el término “imagen mecánicamente producida”, y como consecuencia ha permitido que los debates y propuestas que se han dado en filosofía de la fotografía puedan igualmente ser utilizados en el estudio de este otro tipo de imágenes, lo cual proporciona un puente entre las nociones tradicionales de la fotografía y las representaciones más complejas en campos como la medicina, la ciencia y la tecnología.
Las IMPs permiten cuestionar y ampliar las discusiones sobre la objetividad, la autenticidad y la relación entre el sujeto y la imagen. Estas imágenes no solo son herramientas valiosas en el ámbito científico y técnico, sino que también ofrecen una manera de abordar cómo las imágenes mecánicas pueden, al igual que la fotografía, comunicar información, cuál es el tipo de información que transmiten y por qué son valiosas para la construcción de conocimiento.
Con la digitalización de tecnologías como la fotografía, los rayos X y los ultrasonidos, surge un área de estudio en la que estas imágenes parecen situarse en un limbo entre las IMP y las imágenes altamente matematizadas. Esto señala la necesidad de continuar explorando y adaptando nuestras categorías para incluir las nuevas tecnologías de imagen, especialmente las generadas por inteligencia artificial.
Bibliografía
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- Daston, Lorraine, y Galison, Peter, “The Image of Objectivity” en Representations, Vol. 40, número especial, 1992, pp. 81-128. https://doi.org/10.2307/2928741
- Daston, Lorraine, y Galison, Peter, Objectivity, Zone Books, Brooklyn, 2007.
- Favaretto, Maddalena, et al. “On the Epistemic Status of Prenatal Ultrasound: Are Ultrasound Scans Photographic Pictures?” en The Journal of medicine and philosophy, Vol. 45, No. 2, 2020, pp. 231-250. https://doi.org/10.1093/jmp/jhz039
- Flores Ramírez, Cristina Isabel, Entre lo visto y lo no visto: el valor epistémico de las imágenes mecánicamente producidas (IMPS), México, 2022, Tesis, UNAM, Facultad de Filosofía y Letras, 91 pp.
- Perini, Laura, “Image interpretation: Bridging the gap from mechanically produced image to representation” en International Studies in the Philosophy of Science, No. 26, Vol. 2, 2012, pp. 153–170. https://doi.org/10.1080/02698595.2012.703478
- Scruton, Roger “Photography and Representation”, en The aesthetic understanding: essays in the philosophy of art and culture. St. Augustine’s Press, Indiana, 1983, pp. 102-127.
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- Walton, Kendall, “Transparent Pictures: On the Nature of Photographic Realism” en Critical Inquiry, Vol. 11, No. 2, 1984, pp. 14-49. https://doi.org/10.2307/1343394
Notas
[1] Walter Benjamin, “Pequeña historia de la fotografía” en Discursos interrumpidos I, ed. cit., pp. 62-85.
[2] Susan Sontag, Sobre la fotografía, Trad. Carlos Gardini, ed. cit., s/p.
[3] Vilém Flusser, Hacia una filosofía de la fotografía, Trad. Andreas Müler-Pohle, ed. cit., s/p.
[4] Walton Kendall, “Transparent Pictures: On the Nature of Photographic Realism”, ed.cit., pp. 14-49.
[5] Nelson Goodman, “Languages of Art. An Approach to a Theory of Symbols”, ed. cit., s/p.
[6] Roger Scruton, “Photography and Representation”, ed.cit., pp. 102-127.
[7] Aaron Meskin, et. al., “On the Epistemic Value of Photographs”, ed.cit., pp. 197-210.
[8] Axel Barceló, “Las imágenes como herramientas epistémicas”, ed.cit., pp. 45-63.
[9] Carol Stabile, “Shooting the Mother. Fetal Photography and the Politics of Dissapearance”, ed.cit., pp. 171-197.
[10] Perini, Laura, “Image interpretation: Bridging the gap from mechanically produced image to representation”, ed.cit., pp. 153–170. En este texto la autora busca explicar cómo es que cierto conjunto de representaciones visuales puede funcionar como evidencias en la práctica científica.
[11] Maddalena Favaretto, et al. “On the Epistemic Status of Prenatal Ultrasound: Are Ultrasound Scans Photographic Pictures?”, ed.cit., pp. 231-250.
[12] Cristina Isabel Flores Ramírez, Entre lo visto y lo no visto: el valor epistémico de las imágenes mecánicamente producidas (IMPS), ed.cit., pp. 91.
[13] Ibid., p. 17.
[14] Ibid., p.18.
[15] Daston, Lorraine, y Galison, Peter, “The Image of Objectivity”, ed.cit., pp. 81-128.
[16] Ibid., pp. 81-82.
[17] Laura Perini, ed. cit., p. 154: “whose key feature is the fact that they are the products of automated imaging techniques involving an interaction between a specimen and imaging technology, which produces a two-dimensional visible array that is printed or screendisplayed.” La traducción es propia.
[18] Maddalena Favaretto, ed. cit., p. 234 “Had the subject in front of the camera been different in any way (such as shape, position, or visual characteristics) the photograph would have also been different.” La traducción es propia.
[19] Cristina Isabel Flores Ramírez, ed. cit., p.11, p.13; y Maddalena Favaretto, ed. cit., p. 234.
[20] Maddalena , ed. cit., p. 234.
[21] Perini, Laura, op. cit., pp. 160-161. “Each imaging technique produces figures that have a form created by a response to particular kinds of things. […] As a result, MPIs embody information about the kinds of things the technique is selectively sensitive to […].” La traducción es propia.
[22] Maddalena Favaretto, ed. cit., p. 234. “It could be argued that the photographic process is based on human intervention, in that it is the photographer who chooses what to depict and how to depict it. However, after the photographer’s input, the process of production of the image is entirely automated, both in analogic and in digital photography.” La traducción es propia.
[23] Idem.
[24] Cristina Isabel Flores Ramírez, ed. cit., p.21
[25] Laura Perini, ed. cit., p.154. “Visual representations that do notqualify as MPIs include drawings, diagrams, and graphs that lack the automated connection between specimen and figure.” La traducción es propia.
[26] Esto suponiendo que estamos utilizando la tecnología adecuada, y que, de hecho, es lo suficientemente sensible. Por otro lado, que esté retratado no quiere decir que quién ve la imagen pueda “ver” o distinguir los elementos en ella.
[27] Ibid. p. 155.