Cuerpos curvos y rectos, a veces lánguidos y otras eufóricos que se entrelazan, se acoplan en movimiento de vaivén suave, fuerte, lento, rápido; piel seca y rígida ahora húmeda y palpitante; rostros que se buscan y se evaden, que entre suspiros, miradas, bajos jadeos y arrebatos sonríen y reclaman en anhelo que pronto se convierte...