ALEKOS KONTOPOULOS, “LEAVE ALL HOPE” (1973)[1] Resumen Ningún animal se suicida. Probablemente porque carecen de un “sí mismo” responsable (moral) de sus actos. No es que no “quieran” matarse, sino que no existe el agente de esa violencia ejercida contra sus propias vidas. Pueden sufrir horrores, o desesperar, pero no llegan nunca a quitarse...