Foucault: con-texto, texto y pre-texto (Juegos, escenarios y subjetividades)

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El tiempo es un problema para nosotros,

un tembloroso y exigente problema,

acaso el más vital de la metafísica.

Jorge Luis Borges, Historia de la Eternidad.

 

París es simplemente un escenario artificial, un escenario

giratorio que permite al espectador contemplar todas

las fases del conflicto. Por sí mismo, París,

no inicia dramas. Se inician en otro lugar. París es

simplemente un instrumento obstétrico que arranca al

embrión vivo de la matriz y lo coloca en la

incubadora […] Nos han corroído el alma y

no somos sino una cosa muerta como la luna.

Henry Miller, Trópico de Cáncer.

 

No supe cómo decirte: que

el cuerpo está en el alma.

Joaquín Sabina

 

 

Con-texto en el borde

(a modo de introducción)

Los epígrafes de índole introductoria me exigen pre-venir al escucha de mi intención de bordear los textos del filósofo francés Michel Foucault y, a su vez, bordar y tejer un pre-texto desde mi paralaje. Habiéndose señalado lo anterior mi propósito general en este ensayo será llevar a cabo un tránsito de fronteras interpretativas con la finalidad de traer a escena de forma lúdica, esto es, poner en juego la red de relaciones que la propia experiencia del texto me permita llevar a cabo. Podríamos decir entonces, en palabras del propio Foucault que <>.

 

Poco habría que matizar esto último, si bien es cierto que todo texto está envuelto en una <> en cuyos procedimientos propios se da la producción de un decir, de un nombrar  y, a su vez, se forma  el cuerpo y la palabra enunciadora; sin embargo, es lícito observar que esta propia operatividad discursiva desemboca también en un callar, en un levantar e instaurar fronteras, en hacer cortes y omisiones en dónde el silencio juega la función de límite. Pese a lo cual deslizarse subrepticiamente en este <>

como bien lo menciona Foucault, es acto temerario; puesto que, este orden del discurso muestra ya de suyo la compleja malla que le subyace y la red de relaciones que no cesa de modificarse, compensarse y con-formar un espacio-escenario, si me es lícito nombrarlo así, por lo que, y por medio de lo cual se ejercen de manera privilegiada las formas múltiples y divergentes del poder. Es decir, lugares dónde se producen efectos globales de dominación que traspasan el espesor de los cuerpos.

 

Pre-texto bordeando y bordando

(un ejercicio de recreación interpretativa)

Detengámonos un momento y crucemos otra frontera, cambiemos de escenario; deslicémonos hacia la escena del habla, ya situados en este lugar es fácil percibir que cuando se habla o se escribe, se intenta llamar a escena a un <> y a veces a pesar del otro. Es por ello que este texto ensaya pre-textar.  Conforme a esto podemos decir que existen textos habitables y de éstos no se sale sino a través de los pequeños intersticios y las delgadas y borrosas líneas de fuga con la lectura de otro texto como pre-texto del primero, o, si se quiere, un texto de paso que Strindberg llamó domus transitio. Es en este sentido como intentaré bordar y desbordar las fronteras que se han impuesto predominantemente en las lecturas a que ha sido sometido el pensamiento de Michel Foucault.

Ahora bien, es conveniente observar que en su diagnóstico del presente, es decir, en su tarea filosófica, Foucault muestra cierto interés por los espacios, así podremos decir, que no se puede realizar un diagnóstico del presente sin apelar a la noción de <> tanto en su forma singular como plural. Recordemos que para Borges el <> es el problema más vital de la filosofía y no sólo Borges, nótese que toda la filosofía idealista, por decir lo menos, presupone la construcción de cierta subjetividad que encierra en sí misma como formas de la sensibilidad de esta propia estructura, al tiempo y al espacio, en donde la esencia simple del tiempo, tiene en esta igualdad consigo misma la figura compacta del espacio. Entonces vale la pena cuestionarnos sobre el quehacer filosófico del presente. Puesto que para Foucault la época actual es la época del espacio, de lo simultáneo, de los lugares en dónde se forman los saberes disciplinarios y se conforman subjetividades envueltas en juegos que pueden localizarse en y vincularse con;  probablemente sea este el punto más esclarecedor de la estrategia metodológica usada por Foucault para desmontar el andamiaje de ésta llamada <> y desplazarla a la denominada <>.

En cierto sentido esta cuestión exige hacer explícita la llamada <> pero no sin antes señalar que cuando usamos la palabra <> no denotamos el uso corriente de este término, en la tradición y los usos que de éste se hicieron. Con la expresión <> pretendemos traer a escena  a los cuerpos que están investidos por fuerzas, luchas y juegos de poder. Con esta red de redes, con esta lógica espacio-temporal se inaugura ésta llamada filosofía-teatro o filosofía de la diferencia que se opone a la filosofía dialéctica, y es pertinente observar que la estrategia de desmantelamiento del andamiaje que subyace a esa lógica dialéctica tiene su relevancia no sólo por deslizarse del modelo hegeliano que admite dentro del cuerpo del sistema las contrariedades que además produce, contiene y supera las contradicciones en el interior de su propia <>. Sino porque con este desplazamiento o tránsito de fronteras se nos muestran las escenas y los personajes. Filosofía-teatro que permite a Foucault salirse del modelo lineal de la palabra, de la escritura y a su vez introducir la actualidad dentro del orden de los pensamientos. Cabe recordar que en los textos de Michel Foucault encontramos escenografías o si se prefiere escenarios que atraviesan el espesor de los personajes. La filosofía-teatro no tiene como propósito quedarse en el análisis de las instituciones de encierro, como es sabido, Foucault mediante ciertas dramatizaciones y no entendiendo éstas como re-presentaciones, muestra cómo es que a partir de ciertas fuerzas y diferencias, el poder ha actuado sobre los cuerpos, los deseos y las acciones, dicho de otro modo como ha producido, conformado y efectuado las denominadas subjetividades.

 

Texto hilvanando

(un ejercicio de lectura, acción de pasar la aguja a través del texto)

Ahora nos sale al encuentro el texto mismo, nos enfrentamos a una yuxtaposición de planos, es momento de unir con hilvanes lo que se ha de coser después, hay pues que tratar al texto en el juego de su instancia. Cada agujero que hemos hecho a nuestro texto-tela, ha ido tejiendo a su vez nuestro propio texto-tejido.

Vigilar y Castigar es un texto duro desde sus primeras páginas, la obertura de éste nos ex-pone al espectáculo del teatro terror de la <>. Sus primeras escenas nos muestran como el cuerpo era el espacio atravesado y castigado, era el lugar donde se inscribían y se anudan las relaciones; las prácticas, los saberes y las redes de poder. Foucault es explicito a este respecto, el cuerpo era el espacio con una cierta dimensión tricollage y en un cierto sistema de relación en cual se le ejercía el poder político, económico y religioso. De este modo Foucault a través del análisis del cuerpo nos muestra en escena la historia de los cuerpos; de sus conformaciones, transformaciones, concepciones y construcciones. Sin embargo, el texto nos conduce, por una parte, al punto de flexión en donde se advierte el cambio en las formas y modos de castigar, esto es, el desplazamiento del suplicio al castigo moderno y, por otra parte, nos muestra la genuflexión de la ya antes mencionada lógica especio-temporal que entendida ya sea como malla o red atraviesa los cuerpos en tanto espacios y superficies individuales alcanza en su movimiento de doble flexión, la expansión de su propia distribución espacial, ya no sólo contiene cuerpos,  poderes y fuerzas microscópicos que se ejercen sobre ellos. En los cruces de ejes se da una serie de superposición de planos,  emplazamientos y  yuxtaposición de espacios que fijan tanto a los cuerpos como al ordenamiento <> del espacio, además del control estricto del tiempo.

Crucemos otra frontera, suspendamos por un momento esa costura del texto, dejemos formar en el telar, la tela con la trama y la urdimbre. Es momento de destejer, es decir, mudar de resolución en lo emprendido, haciendo y deshaciendo un mismo texto. Enhebremos el hilo en la aguja: Si ya no se castiga al cuerpo, ¿qué es lo que se pretende herir? Pues cabe recordar que nada es más material, físico y corpóreo que el ejercicio del poder y éste en tanto estrategia siempre se está ejerciendo. Volvamos nuestro rostro al teatro-escena al sitio o espacio en dónde se desarrollan las prácticas, los personajes: cuerpo, alma, sociedad aparecen envueltos y organizados en esta red de distribución espacio-temporal, que los fija, ordena, aliena, adiestra y forma a partir de ciertas técnicas disciplinarias, o dicho de otro modo, se les aplican ciertas tecnologías del poder (moderno) y se les  inscriben dentro de una serie de procedimientos.

Ahora bien, dado lo anterior regresemos a nuestro telar asumiendo su doble significación, por un lado, i) como máquina de tejer y fábrica de tejidos y, por otro lado, ii) como la parte superior del escenario de donde bajan o a donde suben los telones, bambalinas y otros elementos móviles del decorado. Analicemos los emplazamientos y yuxtaposición de espacios en dónde se produce con un hilo muy tenue está lógica espacio-temporal, la pregunta inmediata sería ¿por qué se piensa como una red espacio-temporal? Y la respuesta nos lleva de nuevo a bordear el texto, <espacio […]  la disciplina organiza un espacio analítico [de cuadros vivos y multiplicidades ordenadas] El espacio disciplinario tiende a dividirse en tantas parcelas como cuerpos o elementos que repartir hay […] el poder disciplinario tiene como correlato una individualidad […] analítica y celular, el cuerpo se constituye como pieza de una máquina multisegmentaria>>.

 

Podríamos decir entonces,  que la disciplina en tanto mecanismo de poder intenta controlar y organizar al cuerpo, en tanto cuerpo social y político como en sus elementos más tenues, los individuos. Los somete a entablar una relación de docilidad, obediencia y utilidad. Es por ello que, <fabrica individuos>>.

Los individuos son en tanto objetos los  instrumentos de su ejercicio. El poder es más anónimo y más funcional. Para Foucault, <>.

 

 

De otro modo

(Un habla entre el cruce de fronteras)

Para concluir con esta lectura, tomo prestada la voz de Eugenio Trías, y pongo en escena  al <>.

 

 

Bibliografía

Foucault, Michel, Vigilar y Castigar, nacimiento de la prisión, Siglo XXI editores, México, 2008.

Foucault, Michel, El orden del discurso, Tusquets editores, Barcelona, 2002.

Foucault, Michel, La arqueología del saber, Siglo Veintiuno editores, México, 1999.

Deleuze, Gilles, Foucault, Prólogo de Miguel Morey, Paidós, Barcelona-Buenos Aires-México, 1987.

Trías, Gilles, Filosofía y Carnaval y otros textos afines, Editorial Anagrama, Barcelona, 1984.

Trías, Eugenio, Drama e Identidad, Ediciones Destino, Colección Destino libro, Segunda edición, España, Mayo 2002.