¿Hay un ethos en Twitter?

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El Ethos como existencia que comprende desde el temple de ánimo

Vayamos por partes y analicemos primero lo que podemos entender por ethos. Heidegger plantea ethos en el sentido de estancia, morada, lugar en donde habitar. Es “…el ámbito abierto en el cual mora el hombre.” (Heidegger 1991, 110). Juliana González (1996) por su parte, sintetiza los diversos sentidos de ethos de la siguiente manera. En primera instancia, el hablar de ethos remite al origen de la palabra ética y con ello se recoge la experiencia originaria implicada en ethos. Así ethos no es solamente el habitar o morar humano del cual nos habla Heidegger, sino que es el espacio en qué habitar, es un lugar de resguardo cubierto de la intemperie, es el lugar de la seguridad existencial. Como lugar en donde vivir, remite a la idea de lugar en donde se acostumbra habitar, con ello es uso, costumbre, forma habitual de comportamiento. En tanto costumbre o hábito implica la dimensión temporal de la continuidad y la reiteración de la acción, la persistencia temporal, la continuidad de la acción que parte de quien es perseverante en el tiempo. En su determinación temporal, ethos se vincula esencialmente con el modo de ser en tanto que indica la persistencia de las acciones que confieren los rasgos de cada quien, con lo que las acciones repetidas, los hábitos, las costumbres y el modo de vivir son determinantes del ser del ser humano.

Con ello ethos crea un nuevo orden con una nueva necesidad, un nuevo destino, un nuevo orden en donde desde la libertad abierta en el rebasamiento de la naturaleza se da el destino humano, un destino humano que tiene en la libertad su necesidad, su fatum (González 1996, 9-12).

Dice Heidegger que el sostén de todo comportamiento, de toda moral y costumbre es el habitar humano, la estancia humana, la morada en y desde la que existimos. Desde el habitar humano se desenvuelve la comprensión del mundo, la cual va acompañada indefectiblemente por algún temple de ánimo. Cuando el existente, es decir, cada uno de nosotros, comprende el mundo y se comprende a sí mismo, a tal comprensión le es inherente un estado de ánimo desde el cual y hacia el cual se abre a la interpretación que comprende el mundo y su estancia en él como existente. ethos implica entonces una forma de comprender el mundo y comprenderse como ser existente, y en tanto comprensión del sí mismo y del mundo supone, desde la perspectiva heideggeriana,  un estado de ánimo que interpreta el mundo.

Según Heidegger, el comprender y el encontrarse constituyen estructuras de lo humano. Heidegger plantea que cualquier “ser humano” como siempre se “encuentra de cierta forma”, siempre le va de alguna manera en cada momento. Con ello quiere decir que cotidianamente los seres humanos estamos desde cierto temple o estado de ánimo. Este estado de ánimo es más originario que cualquier saber teórico, puesto que es desde él que el ser humano se dispone a conocer. Así,

…las posibilidades de “abrir” de que dispone el conocimiento se quedan demasiado cortas frente al original “abrir” que es peculiar de los sentimientos, en los cuales el “ser ahí” es colocado ante su ser como “ahí. (Heidegger 1988, 151)

El encontrarse es posibilidad de la apertura y comprensión del mundo,  pero también “mero estado de ánimo” “cierra” al ser humano “…con más tenacidad, que todo no-percibir.” (Heidegger 1988, 154) Ello significa que desde el temple de ánimo en el que se encuentra el ser humano, es posible abrirse o cerrarse al mundo y, con ello, abrirse o cerrarse a cualquier comprensión de éste. El estado de ánimo propio del encontrarse no consiste en cierta clase de fenómenos psíquicos de los cuales la psicología tenga que dar cuenta (Heidegger 1988, 156), sino que se trata del temple de ánimo preconceptual, prerracional y preteorético que hace posible cualquier comprensión del mundo.

Por otra parte, Heidegger caracteriza al “comprender” como otra estructura ontológica del “ser-ahí” en tanto ser humano en la cual éste se asume como siendo en el mundo, es decir, en un entorno constituido de redes de sentido. No se trata de una explicación o comprensión teórica o racional del mundo, sino que la comprensión es la captación inmediata del sentido del cotidiano existir en el mundo.  Lo que se comprende en el comprender no es este o aquél ente, sino que el comprender abre o muestra que el “ser ahí”, como ser humano, es en el mundo, y siendo en él le va su ser (Heidegger 1988, 160-161).  Adicionalmente,  el comprender es igual de originario que el encontrarse, pues el encontrarse tiene su propia comprensión, o bien, determina la comprensión. Ello significa que el comprender es siempre afectivo, pues ambas estructuras posibilitan el “estado de abierto” del ser ahí (Heidegger 1988, 160). Así, en el comprender se desarrolla la interpretación, en la cual “…el comprender se apropia, comprendiendo, lo comprendido. “(Heidegger 1988, 166). Puede desprenderse de las ideas heideggerianas anteriores que la vida de los afectos, de las emociones, referidas al ontológico encontrarse, son propias del tiempo de la existencia, y están implicadas en las posibilidades humanas. No se trata de una caracterización externa de las emociones y la vida afectiva, sino que  Heidegger plantea como propiamente humana es la posibilidad de dirigirse al mundo siendo en él desde la afectividad y la interpretación del mundo.

El ethos en las redes sociales virtuales.

Retomando los aspectos enunciados por Juliana González sobre el ethos y ubicándolos desde la perspectiva de lo que es Twitter, cabe preguntar ¿en qué sentido Twitter ethos, es una morada, un espacio, un lugar en el cual habitar? Las redes sociales virtuales constituyen la antinomia entre el espacio y el no espacio, el lugar que es un no lugar. Los usuarios de Twitter, y de otras redes sociales virtuales, se constituyen como nodos[1] en el borde de la intersección entre el mundo virtual y el mundo “real”, lugar o espacio desde el que se desarrolla la interacción. El nodo es el lugar en que se intersectan el lugar de la existencia real y cotidiana, por un lado, y el no lugar de la interacción virtual con otros. Parcialmente hay deslocalización de los sujetos interactuantes en redes sociales virtuales, pero no ocurre del todo así, porque los sujetos se ubican en un lugar real, aunque no sea explícito en la interacción virtual. Mas bien hay hiperlocalización, al transponer el lugar de la existencia real con la ubicación virtual de las acciones dentro de las redes sociales virtuales.

Tal es el espacio desde el cual desenvuelven su acción, es decir, la costumbre de “entrar” a ese lugar que es el espacio de la interacción virtual. Ahora bien, en esa costumbre, esa acción que retorna constantemente de “entrar” a interactuar en redes sociales virtuales, se desenvuelve una temporalidad que es también un no tiempo. Es el no tiempo el poder acceder a lo escrito por otros en el pasado, es el no tiempo en cuanto que dentro de Twitter “el tiempo pasa volando”. Es el no tiempo pues es la exacerbación del mismo en la vertiginosa rapidez con que fluyen los mensajes.

¿Hasta qué punto la experiencia en las redes sociales virtuales incide en el modo de ser, digamos, en el carácter, de los sujetos? Es fácil caer en el lugar común que dice que los sujetos evaden su realidad en las redes sociales y ahí se inventan una realidad ficticia a modo, que les evita pensar en sí mismos. Sin embargo el asunto puede tener mayor profundidad porque ciertamente la interacción en  redes sociales  modifican la visión del mundo. Tal modificación de la visión del mundo tiene lugar gracias a la interacción con otros, pues la interacción con otros aporta perspectivas, posturas, datos y creencias que no nos dejan incólumes. Más bien habría que sorprendernos por el hecho de que la interacción con otro, por superficial, deslocalizada o hiperlocalizada que sea puede transformarnos (o no) de manera esencial. La exploración de las posibilidades de ser de cada quien se amplifica en el uso de las redes sociales virtuales, con la ventaja de que cuando dicha exploración se torna incómoda o amenzante, se puede apagar y volver a la “realidad” para ponerse a salvo de los encrucijadas espacio-temporales de la virtualidad (Flores 2010).

El  ethos de Twitter

Si a partir de lo comentado sobre Heidegger estamos conscientes de que en todo comprender está siempre de manera paralela un estado de ánimo; y si a través de Internet hoy en día tomamos elementos para comprender mucho de nuestro mundo, entonces no podemos dudar de que la manera en que nos relacionamos con otros, desde la mediación creada por Internet, implica paralelamente el despliegue de una determinada comprensión del mundo y un temple de ánimo desde el cual comprendemos. Como ya se mencionó, la comprensión o interpretación del mundo y el estado de ánimo no son meramente accidentales en los sujetos, sino que son constitutivos de la estructura de ser del ser humano. Siendo las cosas de esta manera, en todos los ámbitos de la acción humana se halla implicado un ethos, que supone  una forma de comprender el mundo y un modo de encontarse, un temple de ánimo. Esto nos lleva a preguntar: ¿Desde qué estado de ánimo interactuamos en redes sociales, en este caso Twitter?

Recordemos que Twitter forma parte de esas nuevas formas de establecer contacto con otros seres humanos a distancia que se llaman redes sociales virtuales. La especificidad de Twitter respecto a otras redes sociales virtuales como Facebook, que es la más popular en este momento[2], es que en Twitter se cuenta con 140 caracteres para enviar mensajes a un grupo de usuarios denominados seguidores o followers que son receptores de los mensajes o tweets que envía algún usuario al que siguen. Los mensajes o tweets se generan en tiempo real y se acumulan durante algunos minutos o días en la Línea del tiempo o Time Line (TL), dependiendo de la menor o mayor cantidad de tweets enviados. Inicialmente, los tweets se generaban por los usuarios a partir de la pregunta ¿Qué estás haciendo?, misma que fue abandonada por la pregunta detonadora de tweets ¿Qué está pasando? Este cambio de enfoque quizá se debe en parte a que esta red social virtual se emplea cotidianamente para difundir información de situaciones que tienen lugar en el entorno de los usuarios. A pesar de esto, muchos de los tweets son opiniones, comentarios, saludos, chistes, reflexiones, píldoras de sabiduría que no necesariamente responden a la pregunta.

Evidentemente la necesaria e inevitable relación con el otro se modifica con la irrupción de las redes sociales virtuales, como ya antes se modificó por las mediaciones efectuadas con el chat, el e-mail, el telefóno celular, el teléfono, el correo y el telegrama. Tal vez cada una de tales mediaciones implicaba un determinado estado de ánimo. Hoy, con las transformaciones tecnológicas, en Twitter estamos más cerca del telegrama que de las cartas o de los e-mailes, su brevedad nos habla de la premura, de la urgencia de la que surgen; también de la rapidez de la generación de los tweets[3]. Pero ¿en qué sentido el Twitter como red social supone para su uso de un temple cierto de ánimo? ¿Qué buscan los usuarios de Twitter? Aquí el “buscar” tiene varias posibilidades, pues abarca el buscar como acción de localizar o ubicar algo; pero también contiene el sentido de una búsqueda que va más allá de un dato, un link. Buscamos en Twitter porque nos parece interesante, porque hay cosas ahí que nos llaman la atención, es decir, que rompen de momento la cotidianidad e irrumpen con un brillo prometedor como si algo estuviera por anunciarse de entre el flujo imparable y vertiginoso de tweets.  Hay una especie de expectativa, de empuje hacia adelante que mueve a los usuarios de Twitter. Así, comenta Inti Acevedo (@inti), un Ingeniero y blogger:

Todos tenemos algo que buscar y encontrar en Twitter, algunos lo tienen claro, otros lo van descubriendo poco a poco. Algunos participan activamente y otros se sientan como espectadores a esperar que pase el tweet mágico que los hará ser más sabios, o a soltar la mejor carcajada de sus vidas.

De entrada la expectativa de encontrar, el empuje de buscar. ¿De buscar qué? La sabiduría, la diversión, el reto. Parecería que las personas se mantienen en Twitter en esa tensión entre el buscar y el encontrar, que como tensión sostiene a los usuarios de esta red con la sensación de que hay algo mágico en todo ello, algo impactante, emocionante que puede surgir en cualquier momento. Así, por ejemplo, en una encuesta informal realizada a través de Twitter a partir de las preguntas: ¿Qué te gusta leer en Twitter? ¿Qué tipo de tweets o mensajes son tus preferidos?, los usuarios respondieron que buscan noticias, enlaces interesantes que señalen alguna información que valga la pena conocer; opiniones de otros usuarios sobre temas de actualidad, chistes y buen humor; frases célebres, de carácter motivacional con un mensaje “positivo”; cobertura o narración de eventos en tiempo real (Acevedo 2010). Parecería que se buscan tweets que hagan reír, pensar o tener una actitud optimista en la vida. Nuevas ideas y perspectivas se buscan en la conversación virtual.

Sin embargo eso que se busca, eso que se desea encontrar tal vez llegue al Time Line (TL), o tal vez no, pero para constatar que llegue el usuario tiene que estar literalmente pegado todo el tiempo a Twitter, y ello se explica porque el microblogging en esta red social virtual corre de manera vertiginosa, los comentarios o tweets de los usuarios pasan uno tras otro, se suceden imparablemente lo que imposibilita verlos después de breve tiempo. Todo ello genera además un nuevo fenómeno del cual se ha estudiado poco: la adicción a las redes sociales. Tal vez algún seguidor (follower) o alguien a quien se sigue (following) pueda reenviar algún mensaje o tweet que pueda ser relevante; o pueden marcarse los tweets como “Favoritos” si se corre con suerte de leer algo que parezca realmente importante. Pero esto no sucede siempre, por lo que la dinámica en Twitter es vertiginosa, un constante fluir de tweets. La velocidad de esta red social ubica al usuario en una dinámica frenética que genera una suerte de avidez por leer la mayor cantidad de tweets que sea posible. Así como se da la hiperlocalización, tiene lugar una sobretemporación, en la que los tiempos de lectura de tweets se van ampliando progresivamente y la interacción en redes sociales absorbe mayor tiempo de los usuarios, mismo que con los dispositivos móviles, se sobrepone a los ámbitos de la acción cotidiana de los usuarios. De esta manera, puede tuitearse mientras se hace fila de espera, mientras se va por el transporte público, en esos tiempos muertos de transición entre ámbitos cotidianos.

Así, vemos que estados de ánimo propios del Twiter pasan por la búsqueda, el estar a la expectativa, la avidez por encontrar y la prisa; pero no podemos olvidar  que hay otro ámbito del estado de ánimo, y es el que se desenvuelve en la privacidad del usuario de Twitter. Parecería común la participación en Twitter desde el aislamiento y la soledad, ya que escribir mensajes y leerlos es una práctica que no puede realizarse mientras se interactúa realmente con otras personas. Es decir, si el usuario está físicamente y personalmente con otros, es menor la posibilidad de que Twitter capte su atención del todo, y su desempeño en esta red social será menor, dando como resultado una menor interacción virtual dada la menor escritura y lectura de tweets. Así, es posible que la condición indispensable para un buen desempeño del usuario de Twitter sea el aislamiento de la presencia real de los otros. Ahora bien, ese aislamiento de las relaciones reales con otros, ¿es consecuencia o es resultado de ser usuario de Twitter? ¿Hasta qué punto el usuario de Twitter es alguien con poca interacción real con otros? Este es un problema sobre el que la sociología tendría que arrojar luz, pero contentémonos simplemente con plantear que el buen desempeño como usuario de Twitter supone un cierto aislamiento, retiro o distancia ante las relaciones reales con otros. Curiosamente, el retiro de relaciones reales parece ser sobrecompensado con la construcción de la imagen personal por parte de los usuarios de Twitter. Es relevante para la cuestión de cuál es el ethos en Twitter la construcción de la imagen personal y la comprensión de sí mismo que el usuario proyecta hacia otros usuarios. La ampliación de las relaciones humanas a las relaciones en redes virtuales supone la construcción de una imagen personal a través de la información del perfil y de las imágenes de los avatares que identifican a los usuarios.  Las identidades pueden ser discordantes o concordantes hasta cierto grado con la identidad personal “real” que ocurre fuera de las redes sociales. En todo caso, la construcción de la identidad de los usuarios tal vez proviene de un intento de sentirse en Twitter como en casa, como en una morada que resguarda parte del propio ser. Si ethos es lugar de resguardo, cubierto de la intemperie, es el lugar de la seguridad existencial; entonces podría ser que Twitter y las redes sociales en general sean precisamente un resguardo, un lugar–no lugar en el cual sentirse en casa. Si es así, ¿qué pasa entonces con nuestras moradas reales? Acaso las redes sociales irrumpen como un nuevo orden desde la libertad que abre a los usuarios posibilidades de habitar distintas a las conocidas hasta ahora.

Como vemos, hay incidencia de la interacción en Twitter sobre los sujetos, desde el punto de vista de los elementos constitutivos del ethos. Está por verse aún el impacto de las redes virtuales sobre la construcción del ser del ser humano. Es indispensable también, reflexionar en torno a las redes sociales como síntomas de nuestra época, su masificación, su irrupción como concreción de la racionalidad instrumental calculadora, su empuje nihilista hacia la velocidad; su alcance como medio de normalización y construcción de los sujetos a través de la seducción. Pero eso tendrá que ser en otra ocasión.

* Profesora del Tec de Monterrey, Campus Ciudad de México

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Citas Bibliográficas

[1] “Nodo: Espacio real o abstracto en el que confluyen parte de las conexiones de otros espacios reales o abstractos que comparten sus mismas características y que a su vez también son nodos. Todos estos nodos se interrelacionan entre sí de una manera no jerárquica y conforman lo que en términos sociológicos o matemáticos se llama red.” Tomado de “Nodo” en Wikipedia, disponible en http://es.wikipedia.org/wiki/Nodo, recuperado el 25-nov-2010

2 Según datos recientes, hay 5 usuarios de Facebook por cada usuario de Twitter. Según César Pérez (2010, 2) Carvallada  el 83% de los usuarios de Internet conocen Facebook y el 51% tiene un perfil en esa red social.  Sin embargo hay otras cifras.

3 La rapidez y la velocidad, por otra parte, necesitan un análisis ulterior que no se acopla con los límites de este ensayo, ya que podemos identificar en ellas al nihilismo de nuestra época tecnificada en la que domina la racionalidad instrumental y lo cuantitativo por encima de lo cualitativo.

 

 

 

 

 

 

Referencias

Acevedo, I. “¿Qué información quiere leer la gente en Twitter?” en ALT1040. La guía del geek, Destacadas, Internet, Productividad, Tecnología, 28 de Octubre de 2010. Disponible en http://alt1040.com/2010/10/que-informacion-quiere-leer-la-gente-en-twitter , recuperado 20-nov-2010

Flores, P. “El curioso caso de Aleks Syntek (o de la realidad como un refugio)”, en en ALT1040. La guía del geek, Internet, Mundo Real, 20 de Agosto de 2010. Disponible en http://alt1040.com/2010/08/el-curioso-caso-de-aleks-syntek-o-de-la-realidad-como-un-refugio, recuperado el 28-ago-2010

González, J. (1996). El ethos, destino del hombre. México: UNAM-FCE. (Col. Sección de Obras de Filosofía).

Heidegger, M. (1991). Carta sobre el humanismo.  México: Hermen Ediciones.

Heidegger, M. (1988). El Ser y el Tiempo, FCE, México.

Pérez Carvallada, C. (2010) “Las razones del éxito de Facebook” (en) La Publiteca. Disponible en http://marketisimo.blogspot.com/2010/10/facebook-las-verdaderas-razones-de-su_08.html , recuperado 20-nov-2010

WIKIPEDIA. “Nodo” en Wikipedia, disponible en http://es.wikipedia.org/wiki/Nodo, recuperado el 25-nov-2010