Proyecto Lázaro

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Proyecto Lázaro

Iniciativa ciudadana por el rescate de la memoria arquitectónica y cultural de la ciudad

El proyecto Lázaro surge de la iniciativa de un grupo de personas conformado por Bettina Monti Colombani, Gabriela Escatell, Sergio Ortiz, Miguel Casillas y Ricardo Cárdenas. Éste tiene por objetivo el rescate del patrimonio cultural arquitectónico de la ciudad de Guadalajara, además de reflexionar en torno a cómo se vive y se apropian del espacio los individuos y a la vez abrir estas reflexiones más allá de los círculos académicos. Proyecto Lázaro busca ser un puente de diálogo entre los habitantes de los espacios públicos y el lugar en sí.

La iniciativa busca a través de los medios audiovisuales abrir un campo a la investigación y difusión del patrimonio cultural. Consideramos que el video documental es una opción alternativa que ayuda a comprender y difundir el por qué es importante preservar en la memoria de la sociedad jalisciense las construcciones de gran valor histórico y cultural que por el crecimiento vertiginoso han desaparecido del paisaje cotidiano; y visualizar cómo concierne y afecta de manera directa la vida de los habitantes de esta urbe. Esta propuesta reune el esfuerzo de los involucrados que están interesados en vincular el arte, los medios audiovisuales, la investigación social y la cultura con el ámbito social contemporáneo y pretende crear una simbiosis entre, el espacio histórico y la intervención a manera de diálogo por medio del cual el espacio cobre vida una vez más.

Ahora bien, el objetivo principal es preservar el patrimonio cultural material e inmaterial jalisciense. A través del registro audiovisual de las intervenciones e instalaciones que se llevarán a cabo cada quince días por artistas en espacios que consideramos son patrimonio cultural de la sociedad, como son:

  1. La explanada del edificio cultural y administrativo de la Universidad de Guadalajara, donde estuvo la Escuela de Música de la mencionada institución.
  2. El Cine del Bosque, lugar de culto para los amantes del cine de arte.
  3. Casa Maisterra que se encontraba en el cruce de las calles de Chapultepec y Vidrio.
  4. El parque Morelos, sometido en días recientes a una destrucción parcial.
  5. La casa Gleason, singular muestra arquitectónica, que también en últimas fechas ha sido modificada.

Dichas intervenciones tienen como finalidad revivir las actividades que se llevaban a cabo en estos lugares, así enriquecer la experiencia cotidiana de habitación en la ciudad; recuperando la memoria de quienes habitaron, laboraron o tuvieron alguna relación con estos lugares, a la vez de crear un diálogo con los asistentes a las intervenciones y recoger el testimonio de los participantes generando con esto la construcción del documental.

La ciudad de Guadalajara es un espacio donde millones de presentes se entrecruzan, multitud de historias individuales transcurren en sitios públicos y privados. Hombres y mujeres de distintas edades, con diversas creencias, variados intereses y gustos, que se empeñan en distintos oficios y/o profesiones, caminan por la banqueta de Juárez o Chapultepec, transitan en sus vehículos por Federalismo o R.Michel, salen a trabajar todos los días, llevan a sus hijos a la escuela, a los jardines públicos, al parque Revolución o a la Rotonda de Jaliscienses Ilustres, asisten a conciertos en el kiosco de la Plaza de Armas, en el teatro Degollado. Toman una cerveza en La Fuente, en El Rincón de la Doña o el Molachos, comen en algún restaurante o puesto de calle, van al mercado San Juan de Dios por frutas y verduras, al Mercado Alcalde por el pollo o la carne para la semana, asisten a centros comerciales, como Plaza del Sol, La Gran Plaza o Galerías por ropa, regalos, para ver una película. En fin, habitan la ciudad según sus necesidades, obligaciones, apetencias y posibilidades, todos son distintos, y por ende, diversa es también la ciudad en la que cada uno despierta en las mañanas.

Guadalajara es un fenómeno que se dibuja de manera incesante, que se borra y aparece, donde somos felices y sufrimos, donde aprendemos y contemplamos, es el espacio donde sucede nuestra vida y donde transcurrió la existencia de nuestros ancestros, a donde llegaron nuestros abuelos para establecer un hogar. Por eso también Guadalajara se transforma, se abren calles, se construyen puentes, se siembran árboles. Viejas casonas construidas por afamados arquitectos, albergan hoy centros culturales. Donde antes hubo una escuela de música, ahora existe un moderno edificio de varios pisos. Afortunada o funesta, deseada o imprevista, la mutación incesante de la metrópoli es inevitable. Los cambios en los inmuebles pronto se vuelven rutina, en el devenir cotidiano se olvidan los sentidos que tuvieron determinados lugares para los tapatíos, en el tiempo se pierde la memoria de las funciones que personas como nosotros llevaban a cabo en ellos.

Proyecto Lázaro es una iniciativa dirigida justamente a recuperar trozos de memoria para enriquecer la experiencia cotidiana de la ciudad. Se trata de realizar escenificaciones en algunos espacios de Guadalajara para recrear lo que se hacía en ellos. Devolverles por una noche algunos de los diversos elementos que los distinguía. Representar la vida de entonces con toda su riqueza intrínseca. Presentar como piezas de museo las rutinas que ocurrían en esos sitios. Performances ejecutados por actores profesionales.

Es importante mencionar que es una iniciativa completamente ciudadana, sin fines de lucro y que no cuenta con el apoyo de ninguna institución pública ni privada; sino a la cual se han sumado colectivos y artistas de diferentes disciplinas. Lo que esta propuesta busca es abrir puertas en el tiempo por medio del arte dramático, la música y los propios espacios para mostrar imágenes nítidas del pasado que incumben directamente a los ciudadanos de este presente concreto, simulacros de otros tiempos que acaso les ayuden a apreciar mejor y revalorizar su patrimonio cultural así como su memoria.

En dichos espacios igual se construyen nociones de realidad a partir de lo observado, que realidades imaginadas a partir de lo deseado. Los espacios lúdicos ofrecieron la posibilidad de crear alternativas a la realidad cotidiana que viven los actores sociales. Es por lo tanto importante señalar que: 1.- Se analiza a una sociedad cambiante, móvil, con múltiples forma de conceptualizar: a) el espacio, b) lo moderno, c) la tradición, d) la realidad. Por lo tanto el espacio lo entendemos como un lugar en el que el ser humano se permite un escape momentáneo de la realidad, del estrés y de la rutina cotidiana. Es decir, una vía de acceso a la imaginación, en la que la subjetividad de los participantes se entrelaza con la simbología, la iconicidad y la apropiación de códigos de lenguaje. Así mismo se convierte en un espacio experimental, un espacio vívido, en el que se rebasa la frontera entre la imaginación y la realidad cotidiana.1 Proyecto Lázaro, metafóricamente revive en los participantes el recuerdo, la nostalgia y la alegría, creando un puente entre el pasado y el presente de su efímera resurreción.

Ahora comienza el silencio, el momento para guardar recuerdos, coleccionar imágenes, guardar sonidos, almacenar olores, sabores, rostros, risas, emociones, llanto. Guardar en el baúl de los recuerdos, para que el ser no olvide. Entonces el silencio y la nada. El silencio mortífero de la nada, el hecho de pasar desapercibido. Elocuencia de imágenes colectivas que remiten al pasado. Lázaro irrumpe en el silencio a través del ruido provocado por el recuerdo. Proyecto Lázaro es una invitación al recuerdo, a evocar tiempos y espacios de un mundo que está aquí, pero también existió en el ayer.

1Edward Soja. El tercer espacio. Ampliando el horizonte de la imaginación geográfica. En “Geographikós territorios de redefinción, lugar y mundo en América Latina,” Buenos Aires, Argentina, número 8, segundo semestre de 1997, pp. 74-76.

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