Sobre la postpolítica y la violencia en la cultura

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Sobre la postpolítica y la violencia en la cultura

…Nuestra época merece quizás un particular interés justamente en relación con esto.
Hoy los seres humanos han llevado tan adelante su dominio sobre las fuerzas
de la naturaleza que con su auxilio les resultará fácil exterminarse unos a otros,
hasta el último hombre. Ellos lo saben; de ahí buena parte de la inquietud contemporánea,
de su infelicidad, de su talante angustiado. Y ahora cabe esperar que el otro de los
dos <>, el Eros eterno, haga un esfuerzo para afianzarse
en la lucha contra su enemigo igualmente inmortal. ¿Pero quién puede prever el desenlace?
Freud, 1930: 140.

Aida Makoto 

Introducción

El presente texto tiene la intención de presentar un bosquejo sobre el complejo problema de la postpolítica y la violencia en la sociedad, en la cultura y la subjetividad. La pregunta que orienta es: ¿Cómo se va erigiendo la cuestión de la llamada sociedad postpolítica y cuáles son los efectos que tiene en la cultura y en la subjetividad?

La sociedad y la cultura actual viven constantes reestructuraciones económicas, políticas, educativas, debido a la lógica de la globalización, del avance tecnológico y del desarrollo del mercado. Estos movimientos también se ven reflejados en las formas de vida, en la propia subjetividad, y en las prácticas que se ejercen. Freud señaló la gran relevancia de las pulsiones en la vida psíquica de los sujetos y es que “las pulsiones no se educan” y rebasan la conciencia. No por ello, la lectura y la crítica deben dejarse de lado ya que son necesarias para la deconstrucción de los sistemas que estructuran homogéneamente y gozosamente a la sociedad, a la cultura y a los sujetos. Ya que no estar advertidos de esta problemática los sujetos sociales y particulares estarán condenados a repetir infinitamente las mismas prácticas discursivas y por consiguiente permanecer en la misma posición subjetiva, la del exceso.

8.1

El linaje de la postpolítica.

Foucault en su curso de 1975-1976 comienza por plantear que la política y el poder tienen una estrecha relación con la economía, y se crea entre estos una red estrecha que ejecuta prescripciones sobre la vida de los sujetos sociales. La lógica del capitalismo y del mercado dentro de la relación política-poder-economía constituye una relación de fuerza sobre los sujetos que habitan el mundo y esto produce una guerra silenciosa de desigualdades económicas, culturales, sociales, corporales y subjetivas.   Sin embargo, va más allá… a la vida y a la muerte.

8.2

La vida y la muerte como cuestiones ontológicas son atrapadas y manipuladas en la triada política-poder-economía y son ubicadas en la dimensión de la biopolítica: “un dejar vivir o en un hacer morir”, según las necesidades del momento socioeconómico. La biopolítica surge de la idea de soberanía que produce la sociedad industrial la cual “funda el poder absoluto en el gasto absoluto del poder”, desde el análisis de Foucault esto produce no sujetos sino seres vivos a los que o se les hace vivir, o se les hace morir, o se les deja morir; esto radica en controlar y disciplinar los cuerpos, los deseos, las necesidades singulares, apoderándose de su vida y de su muerte y apagando la voluntad. “De hecho, soberanía y disciplina, legislación, derecho de la soberanía y mecánicas disciplinarias son dos elementos absolutamente constitutivos de los mecanismos generales del poder en nuestra sociedad…”[1]

Hay que apuntar que la sociedad industrial avanza en cuanto a la producción de saberes y tecnologías sofisticadas que disciplinan y controlan a los sujetos utilizando su cuerpo, el lenguaje, la vida y la muerte y funciona mediante la construcción de imaginarios sociales del “buen vivir” que regulan a los sujetos como especie humana y la condición ontológica de la vida-la muerte quedan en el abandono.

… La población aparece, pues, más que como la potencia del soberano, como el fin y el instrumento del gobierno. La población va a parecer como sujeto de necesidades, de aspiraciones, pero también como objeto entre las manos del gobierno, consciente frente al gobierno de lo que quiere, e inconsciente también de lo que se le hace hacer…[2].

Cabe destacar que esas aspiraciones y necesidades son del orden de lo global, del mercado y son conscientes debido a las ideas de progreso, de mejora, del bien. Y de las ideas, que por la vía del poder absoluto y del gasto absoluto acontecen “todo está permitido” y “no hay límites”, es decir, la idea del exceso; que operan como una normalización en la población. Esto trae como consecuencia el exceso de autoritarismo que recae en un racismo que es legitimado como un derecho a matar, un derecho a excluir, un derecho a expulsar, el derecho al rechazo y extinción de lo que no se incorpore a las cuestiones de la biopolitica.

La lógica de la biopolítica es la administración de la población mediante el mecanismo del exceso, una construcción que se extiende por los imaginarios sociales, culturales, educativos, económicos y políticos; pero sobre todo subjetivos ya que el ser vivo no solo es racista con los otros sino hasta consigo mismo, rechaza su pertenencia, su conciencia de clase, su lugar en la Ley que lo inscibe como sujeto de lenguaje.

Este recorrido que Foucault nos esboza antecede a la construcción de la postpolítica. Y si Foucault propone “defender la sociedad”; en la biopolítica; Zizek propone “en defensa de la intolerancia”, ya que la idea de tolerancia en las sociedades actuales aparece como un fundamentalismo que desde un discurso de poder y economía absoluta constituye racismo, exclusión, desaparición de las voces diversas: una violencia desmedida.

Zizek (2010), menciona que la postpolítica es un modelo de negociación económico-tecnológico-empresarial que crea las condiciones para una violencia desmedida e irracional. Destruye todo intento de construcción política que reconoce las diferencias, las particularidades y el cumplimiento de las necesidades sociales, culturales, educativas, económicas que dignifican socio-culturalmente a los sujetos.

… En la postpolitica el conflicto entre las visiones ideológicas globales, encarnadas por los distintos partidos que compiten por el poder, queda sustituido por la colaboración entre los tecnócratas ilustrados (economistas, expertos en opinión pública…) y los liberales multiculturalistas: mediante la negociación de los intereses se alcanza un acuerdo que adquiere la forma del consenso más o menos universal.[3]

La postpolítica es un modelo de negociación del funcionamiento de la ganancia capitalista que modifica contextos sociales, educativos, culturales y subjetivos. De esto que, más que sea un proyecto universal es un proyecto global que pretende que cada cultura, contexto, territorio ocupe el lugar que se le asigne.

8.3

… Conviene aquí contraponer globalización a universalización. La <> (no sólo en cuanto capitalismo global o mercado planetario, sino también en cuanto afirmación de la <> como referente global de los derechos humanos en nombre de la cual se legitiman violaciones de la soberanía estatal, intervenciones policiales, restricciones comerciales o agresiones militares directas ahí donde no se respetan los derechos humanos globales) es, precisamente, la palabra que define esa emergente lógica postpolítica que poco a poco elimina la dimensión de universalidad que aparece con la verdadera politización. La paradoja está en que no existe ningún verdadero universal sin conflicto político, sin una <>, sin una entidad desconectada que se presente/se manifieste como representante del universal.[4]

La globalización tiene dos características, la primera por ser un modelo que no excluye, es decir, remite a pura inclusión a modelos determinados y lo que llega en determinado momento a eliminar lo que se resiste a incluirse. Siendo así, lo que caracteriza a la globalización es el exceso que es puro Goce. La segunda; negar, clausurar la universalización ya que en esta hay un elemento que se excluye y eso da lugar a un vacío que posibilita movimientos de resistencia, o de diferencias; y al juego del sujeto con su goce y su deseo –que en terminología lacaniana se puede decir que es lugar del no-todo, de reconocimiento de límites y de la Le y del sujeto del deseo-.

Jacques Rancière

Jacques Rancière

Desde las tesis de Rancière y Balibar, Zizek apunta que la globalización y su postpolítica representa la crueldad

[…] cuyas manifestaciones van desde las masacres del fundamentalismo racista y religioso a las explosiones de violencia <> protagonizadas por los adolescentes y marginados de nuestras megalópolis: una violencia que cabría calificar como Id-Evil, el mal básico-fisiológico, una violencia sin motivación utilitarista o ideológica.[5]

solo es funcionalista en cuanto a intereses económicos es un reflejo de puro odio destructivo.

Arendt (2008), menciona que la violencia necesita de las herramientas tecnológicas y que alberga en ella el elemento de arbitrariedad, de destrucción, de autoritarismo, de agresividad. Un acto de violencia es la tiranía tecnológica por eso la violencia descansa en sus instrumentos. “la violencia funciona como el último recurso del poder contra los delincuentes o rebeldes.”

… los que se oponen a la violencia con el simple poder pronto descubrirán que se enfrentan no con hombres sino con artefactos de los hombres, cuya inhumanidad y eficacia destructiva aumenta en proporción a la distancia a la que separa a los oponentes. La violencia puede siempre destruir al poder;…[6]

El poder como voluntad es la condición que permite pensar y actuar en términos de grupos, comunidades y lazo social; el poder corresponde a lo humano y la violencia a lo tecnológico: en cuanto el poder desaparece o se aligera la violencia entra en juego.   Lo que se juega con la violencia es la destrucción de todo el poder y cuando esto sucede el terror aparece como un modelo de control. “… El terror no es lo mismo que la violencia; es, más bien, la forma de Gobierno que llega a existir cuando la violencia, tras haber destruido todo el poder, no abdica sino que, por el contrario, sigue ejerciendo un completo control…”[7] La dominación basada en el terror y la violencia se vuelve en contra de todo de enemigos y amigos, esto hace que un territorio bajo está lógica se paralice.

A los grupos de violencia desmedida y crueldad, Zizek les denomina skinhead violento <>, en este lugar se encuentran partidarios del multiculturalismo y de los derechos humanos, ilustrados, investigadores, y sujetos tolerantes que les interesa comprender las expresiones de la violencia excesiva, y por lo general logran decir que estos jóvenes violentos son trágicas victimas del sistema, de las crisis y de la disfuncionalidad familiar.   Desde estas premisas se muestra una metástasis del Goce, donde el sujeto queda atrapado en las fantasmagorías que producen tanto el discurso del capitalismo, como el discurso de las tecnologías y el discurso de la cientificidad. Cuestiones que se trabajaran más adelante.

… Lo que la postpolítica trata de impedir es, precisamente, esta universalización metafórica de las reivindicaciones particulares. La postpolítica moviliza todo el aparato de expertos, trabajadores sociales, etc. Para asegurarse que la puntual reivindicación (la queja) de un determinado grupo se quede en eso: en una reivindicación puntual. No sorprende entonces que este cierre sofocante acabe generando explosiones de violencia <>: son la única vía que queda para expresar esa dimensión que excede lo particular.[8]

La postpolítica es la negociación del mercado con lo bélico, con la farmacéutica, con los saberes cientificistas y tecnológicos, con la competición de la producción. La postpolítica es un tejido que excluye la dimensión simbólica: Ley-lenguaje-deseo. Ante esto Koren (2013), delinea que el mito constituido por Freud titulado “Tótem y tabú”; aún en pleno siglo XXI sigue trazando el entendimiento de la constitución cultural, social y subjetiva. Y la pregunta que plantea el autor y que para fines de esta reflexión es significativa rescatar es: “¿qué relación mantienen los sujetos con sus semejantes, con sus objetos, con sus deseos y con sus goces?”; intentar responder es reconocer que la cultura postpolítica, de mercado, tecnológica y de una exacerbada violencia, crueldad y desigualdad necesita ser cuestionada desde el campo de las humanidades, de las ciencias sociales y desde el psicoanálisis.

Ben Goossens

Ben Goossens

Para Koren, la sociedad actual vive cambios sobre la función del padre en el espacio social y subjetivo, esta función paterna tiene su importancia ya que hace escisión entre el hijo(a) y la madre, es una función de corte o de castración para que advenga un sujeto y como función de prohibición para que devenga el deseo. Sin embargo, en la actualidad se va rechazando la función del padre.

Tommy Ingberg

Esta decadencia conllevaría efectos en cascada cuyo impacto subjetivo sería catastrófico. Al dejar de operar la ley del Edipo, los sujetos contemporáneos serían sujetos en desherencia, perversos o psicóticos “ordinarios”, con déficit en la subjetivación. El padre, al ya no sostener la ley, al ya no erigir barreras a la madre, al ya no introducir a la dialéctica de la castración (aquella que traduce y simboliza un cierto número de imposibles), haría que los “nuevos sujetos” se viesen entregados a una relación inédita y problemática con el deseo y el goce. Esta relación sería, así, la resultante de un doble mecanismo: una instancia paterna inoperante, y una relación particular con los objetos suscitados por el capitalismo avanzado de nuestras sociedades postindustriales que ofrecerían o propondrían objetos de satisfacción “ready-made”. De modo tal que, en lugar de un sujeto deseante confrontado a la prohibición y a la falta, estaríamos ante un sujeto no-subjetivado que podríamos idealmente “satisfacer” “todos sus deseos” en este mundo del supermercado globalizado.[9]

Desde esta condición postpolítica y de violencia lo que asedia al psicoanálisis es que la economía psíquica del sujeto obedece al goce y la conformación de síntomas más sólidos. Psíquicamente y socialmente marca al sujeto en sus relaciones con los otros, con los objetos, con la palabra, con el lenguaje y con su actuar. Creando multiplicidad de síntomas, insatisfacciones, e identidades cerradas y homogéneas a las cuales les es impensable cuestionar-se.

Los objetos del mercado en la cultura actual pretenden tapar la falta, en esto reside la relevancia y significatividad de condicionar las prácticas consumistas: la importancia de la oferta y la demanda de objetos que “satisfacen” al consumidor. Cabe destacar que desde Freud y Lacan no se hablaría de un objeto fetiche sino de un objeto de goce, ya que el objeto fetiche estaría en el lugar de lo psíquico, de lo primitivo y es inmanente al sujeto y de este objeto fetiche sólo y sólo si se sabe por el trabajo analítico y estaría en el orden del caso por caso. Los objetos goce condicionan a una gran mayoría de los sujetos sociales y el objeto fetiche es un representante de la representación. ¿A saber, cuál es el objeto fetiche de cada sujeto? Quizá de esto depende que la postpolítica no logre en todos los sujetos todo el ejercicio del consumismo, ya que el objeto de deseo falta y siempre.

…, los modos de acceder al goce hoy, reflejados, organizados e instrumentalizados por el discurso capitalista, parecen corresponder a esta organización pulsional polimorfa que encontraría un semblante de satisfacción en la multiplicación al infinito de objetos de consumo… la dificultad del deseo para organizarse en función del asalto permanente de objetos “fetiches”, fetiches en el sentido en que se presentan como remedios sustitutivos de la falta. Se puede (y , si se puede, se debe) gozar de todo e inmediatamente. No se trata de una verdadera perversión (término que es necesario precisar y matizar) sino una regresión al juego infantil de la “perversión polimorfa”…[10]

Recuperando el planteamiento de Koren sobre la cultura y el Edipo es importante señalar que “…, el Edipo y la cultura se sitúan en una relación de continuidad moebiana. El Edipo genera la cultura, la cual mediante la institución de la familia en sus distintas modalidades instaura el Edipo, el cual no es más que una historieta si no sirve de andamio a aquello… Castración que define justamente la posición del padre como imponiendo un límite al goce, en primer lugar al de la madre (en el sentido objetivo y subjetivo). Limitación del goce que abre la vía al deseo.[11] La instauración del Edipo en la constitución psíquica vía la cultura inscribe al sujeto en la Ley del Padre que como efecto de bisagra prohíbe y a la vez pone a desear. La postpolitica y sus mecanismos como una Ley dominan, controlan, disciplinan a los seres vivos en un exceso, en un Goce sin deseo; en un Goce de las industrias y del capitalismo.

8.7

Las industrias postpolíticas. Y los efectos culturales y psíquicos.

Lo que a continuación se presenta es un recorte de las pretensiones que tienen las industrias farmacéutica, productos del consumo y tecnológica. Con la intención de realizar una articulación con las reflexiones teóricas de los autores ya citados y a la consolidación de ritos que tienen efectos culturales y psíquicos.

La farmaceútica es una industria capitalista con mayor auge en el mundo, es esta un eslabón de la biopolítica y un sector de negociación con la postpolítica.

En 1946 bajo la Ley de Cámaras y Organismos Empresariales, la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (CANIFARMA) es quien ejerce la representación institucional de esta Industria en México ante las autoridades.
En su origen, se fundó con el nombre de Cámara Nacional de Laboratorios Químico Farmacéuticos, y estaba integrada por 87 compañías fabricantes de medicamentos de uso humano. Al paso de los años cambió de nombre al actual y fue ganando prestigio y afiliados, tanto que hoy en día cuenta con 186 miembros.[12]

Tiene tres objetivos: la regulación sanitaria, la investigación científica y el desarrollo económico-político industrial y en México la industria farmacéutica tiene como finalidad lo siguiente:

La investigación científica es la búsqueda intencionada de conocimientos o de soluciones a problemas que enfrentan las sociedades humanas; de manera específica la investigación farmacéutica se refiere al cuerpo de conocimientos que tiene como propósito el descubrimiento y la producción de medicamentos, insumo esencial para la preservación de la salud, y el desarrollo científico consiste en analizar a detalle el padecimiento identificar sustancias activas que sean de ayuda, sintetizar compuestos químicos, investigar in vitro y en animales de experimentación, posteriormente probar la eficacia en humanos y finalmente la comercialización del producto.

La Industria Farmacéutica no sólo se constituye como fuente de bienes clave para el cuidado de la salud, sino lo hace también como área estratégica para la generación de conocimiento, pues se encuentra vinculada esencialmente con la innovación, con el hallazgo de nuevas entidades químicas y biotecnológicas, y con la implementación de nuevas tecnologías que generan avances en la ciencia médica.
Gracias a la investigación farmacéutica, continuamente se incorporan diversos productos de la investigación al arsenal terapéutico disponible, curando y aumentando tanto la calidad como la esperanza de vida de millones de personas, alrededor del mundo.

Sin embargo, la Industria enfrenta hoy un desafío de grandes proporciones, que implica desarrollar procesos de innovación más sofisticados y por ende más costosos, como son la biotecnología aplicada a la medicina y la medicina genómica, que combinadas con la transición demográfica y la irrupción de enfermedades, entre ellas la hipertensión, la diabetes y los padecimientos crónico-degenerativos de cada vez mayor prevalencia, hace indispensable contar con herramientas y espacios que faciliten estos desarrollos a la Industria Farmacéutica en su comprometida tarea de atender el presente y construir el futuro para una población más demandante[13]

 

 

La industria de productos del consumo pretende lo siguiente:

Para buscar un balance entre las presiones a los proveedores y las prácticas de un mercado libre, se firmó, entre las cadenas detallistas y sus proveedores, el “Convenio para Mejores Prácticas Comerciales y Fomento a las Pymes”, el cual será supervisado por la Secretaría de Economía.

La actividad económica de los establecimientos comerciales de venta de productos al menudeo (detallistas) forma parte de la división de comercio, restaurantes y hoteles, división que representa aproximadamente 20% del Producto Interno Bruto nacional. Por lo que respecta al entorno actual en el que se desarrolla la industria de productos de consumo es altamente dinámico, lo que ha propiciado que una gran cantidad de compañías estén integrando alianzas y sociedades con el fin de fortalecer sus estrategias de mercado y posicionar sus marcas en el consumidor. El crecimiento de esta industria requiere del adecuado involucramiento de especialistas en diferentes disciplinas para hacerla realmente competitiva.

Entender lo que pasa en el mercado de productos de consumo permitirá diseñar una estrategia adecuada para enfrentar los retos actuales de un mercado globalizado. Los expertos de PwC entienden las necesidades de la industria en el contexto nacional, al tiempo que conocen las estrategias más innovadoras de servicios profesionales en la práctica global. Es por eso que nuestro marco de acción abarca todas las etapas de los procesos de abastecimiento de materiales, producción, distribución y consumo de los bienes finales, para beneficio de su empresa, de sus proveedores, distribuidores y clientes.

Los profesionales dedicados a la industria de productos de consumo son especialistas coordinados en equipos interdisciplinarios, con el objetivo de apoyar a nuestros clientes para diseñar, decidir o ajustar la mejor estrategia y modelo de negocio para su empresa, así como maximizar o transformar las capacidades competitivas que reflejen la creación de valor para sus accionistas.

Jose Fenoli Martin Cobos

Jose Fenoli Martin Cobos

Retos: Gobierno Corporativo, Globalización y consolidación, La influencia de las nuevas tecnologías, Combate a la piratería, comercio informal, contrabando y robo “hormiga”, Administración y protección de marcas, Administración de Riesgos Empresariales y la Eficacia de la mercadotecnia

El enfoque estratégico del sector está cambiando a las economías en desarrollo y los mercados de productos de consumo en expansión como los de Asia, Europa Central y Oriental, especialmente China e India, los cuales ofrecen nuevas oportunidades de crecimiento gracias a la disposición de recursos globales, las operaciones transnacionales y la modernización de las actividades de las empresas detallistas.[14]

En México la industria tecnológica: entretenimiento y medios plantea lo siguiente: La evolución tecnológica y las nuevas realidades de la competencia global están cambiando el mundo en que vivimos. Algunos ven esto como una amenaza, nosotros lo vemos como oportunidades para preparar a nuestros clientes y armarlos para el nuevo milenio. Trabajando in-situm con los clientes a lo largo de todos los sectores de esta industria del entretenimiento y medios nos permite identificar tendencias y actuar en consecuencia. Enfocamos nuestra energía y experiencia en los mayores retos que enfrentan nuestros clientes en el negocio electrónico, administración de clientes, valor accionario y globalización.

Los profundos conocimientos y recursos globales de PwC en la industria del entretenimiento y comunicaciones nos proveen de una perspectiva única desde adentro, para ver cómo la convergencia entre los negocios de telecomunicaciones y tecnología impacta el sector. Ello nos da, y le da, una perspectiva sin barreras a una era de distribución, contenidos y transacciones electrónicas. A través de nuestras oficinas en 152 países en América, Europa, Asia y África, su empresa se puede beneficiar de nuestros servicios de implantación, que entienden la dinámica del mercado local, la tendencia de la industria nacional y le ofrece la posibilidad de un alcance global.
Retos: Nueva Ley del Mercado de Valores,, Consolidación fiscal y operaciones financieras derivadas y la Ley Federal de Radio y Televisión.[15] De lo anterior se rescata que la industria farmacéutica como la de los productos de consumo y las tecnológicas realizan investigación científica, buscan seguir desarrollando un mercado libre donde las marcas puedan circular libremente para el consumo realizando administración y protección de las corporaciones y sus marcas; mediante la propaganda, los medios de comunicación y la mercadotecnia. El reto de las industrias es crear nuevos productos para los padecimientos y sufrimientos humanos y prolongar la fantasmagoría de “una buena y perfecta vida”.

Siendo así la población pertenece a la red de la postpolítica y se va haciendo cada vez más dependiente de sus productos que prometen perfección, felicidad, juventud; su fantasmagoría es un no al sufrimiento que como ya anunció Freud en 1930, el sufrimiento es una constitución subjetiva, un sentimiento humano y una huella mnémica (mítica) “… desde tres lados amenaza el sufrimiento; desde el cuerpo propio, que, destinado a la ruina y la disolución, no puede prescindir del dolor y de la angustia como señales de alarma; desde el mundo exterior, que puede abatir sus furias sobre nosotros con fuerzas hiperpotentes, despiadadas, destructoras; por fin, desde los vínculos con otros seres humanos…”[16] La sociedad postpolítica rechaza toda moción de sufrimiento y educa a la población (las masas) en el rechazo y silencio de la moción de sufrimiento mediante los productos de las tres industrias: intoxicación, individualismo, entretenimiento y el exceso de estos. Esto hace la operación de menosprecio de los verdaderos valores de la vida: la erótica, el deseo, el ser-para-la-muerte.

Kevin Corrado

Kevin Corrado

Las industrias trabajan en conjunto en la sociedad biopolítica y postpolítica consolidando rituales que florecen en deseo de supervivencia y trascendencia, y crecen dentro-fuera de las mediaciones culturales y políticas que moldean a la población, a los grupos e instituciones que reproducen el sistema económico, político y tecnológico.

Los rituales son representaciones de un comportamiento, conducta y actuación de los sujetos. Los rituales por un lado, constituyen la reproducción de una determinada ideologización y de los comportamientos requeridos por la postpolítica, influyendo en el papel que desempeñan las instituciones educativas y sus actores. La forma en que se ritualiza la vida cotidiana crea estilos, comportamientos, conducta y cultura somatizada. Se podría decir que un ritual postpolítico es aquella acción que se actúa, se repite constantemente hasta encarnarse y volverse parte de los hábitos, costumbres y valores del sujeto o de los sujetos. Estas acciones son las del exceso, las del goce.

…, El rito no es una forma de hablar, sino una forma de actuar… y su dimensión es comportamiento colectivo…   Por eso, el predominio del rito esté especialmente extendido en el ámbito religioso, donde todo concuerda… Pero todas las acciones culturales tienen como rasgo común que no es el individuo en cuanto a individuo el que realiza su <>   y las palabras que utiliza tampoco son suyas…[17]

El rito está en relación al tabú y sus prácticas están en el orden de la repetición y de la obsesión.

… el tabú en verdad sigue existiendo entre nosotros; aunque en versión negativa y dirigido a contenidos diferentes, no es otra cosa, por su naturaleza psicológica, que el <> de Kant, que pretende regir de una manera compulsiva y desautoriza cualquier motivación conciente. El totemismo, en cambio, es una institución religiosa y social enajenada de nuestro sentir actual, en realidad hace mucho tiempo caducada y sustituida por formas más nuevas; y si en la vida de los actuales pueblos de cultura ha dejado apenas ínfimas huellas en su religión, sus usos y costumbres, también debe de haber experimentado grandes mudanzas en los mismos pueblos que en nuestros días la profesan. El progreso social y técnico de la historia humana ha socavado mucho menos al tabú que al tótem.[18]

En el presente, el tótem como un lazo que trenza a todos los sujetos de la misma cultura, aunque también es un objeto de goce que tiene la finalidad de condicionar, controlar y establecer algo del orden del tabú. El tabú es un imperativo: “debes de…”, que se articula con la sugestión y lo sagrado y al lazo con el objeto de goce. Pero también el tabú está en el orden de la tradición, la costumbre y la ley. Por ejemplo, si el objeto de goce está fundado por los objetos del mercado y de la tecnología, el tabú (sugestión) sería: las prácticas consumistas. Este proceso es reforzado por los rituales mercantiles, propagandísticos, culturales, escolares.

La marca de las industrias instaura una Ley absoluta de Goce sobre la población, mediante la publicidad y las instituciones que regulan vía el conocimiento transmitido mediante los “actos de buena fe”. Si el sufrimiento es la marca en el sujeto que obsequia (el don) la Ley del padre, entonces rechazarla y silenciarla, implicaría la negación de las posibilidades de desear, de construir otras formas de existencia, de crear lazos sociales menos raciales, menos crueles.

A manera de cierre: la pregunta, el problematizarnos como sujetos dentro de las sociedades postpolíticas permite reconocer los binarismos, las analogías, y por tanto los antagonismos que permiten construir la posibilidad de las resistencias políticas, culturales, educativas, económicas, sociales. Salir del lugar de reproducción de la violencia postpolítica, llevaría a “analizar aquello que la lógica omnicomprensiva/tolerante de lo postpolítico sigue excluyendo, y convertir la dimensión de lo excluido en una nueva modalidad de la subjetivación política”.[19]

Se trataría de restar goce, el exceso, la desmedida, dando lugar a la ley, al poder, a los límites, a la palabra, a la producción artística de sí mismo, es decir transformando la subjetividad en otra (sublimación y diferencia).

Devolverle su lugar y la palabra a la Ley del Padre, a la historicidad, a los antagonismos, a la universalidad, es un arma contra la Ley absoluta de la postpolítica.

Tomar la palabra y hacerla circular como libre economía psíquica constituye un sujeto y será el arma contra el individualismo, la crueldad y la violencia desmedida.

El darle un lugar al diálogo de las diferencias, el hacer de la escucha una acción política: escuchar y hacer-se escuchar, una voluntad de poder en el territorio de la palabra.

 

 

Bibliografía.

  1. Aredt, Hannah, Sobre la violencia, Alianza España,. 2008
  2. Foucault, Michel, Defender la sociedad, F.C.E., México, 2002
  3. Freud, Sigmund, “Tótem y tabú”, en Obras completas. Tomo XIII, Amorrortu, Buenos Aires, 2006
  4. ———2006. “El malestar en la cultura”, en Op cit., Tomo XXI, Amorrortu,Buenos Aires,
  5. Gadamer, Hans-Georg, Mito y razón, Paidós, Barcelona, 1997
  6. Giorgi y Rodríguez, Ensayos sobre biopolítica. Excesos de vida, Paidós, Argentina, 2007.
  7. Koren, Daniel, “Destinos del padre”, en Braunstein Néstor, et.,al. (Coord.) Freud: a cien años de tótem y tabú (1913-2013), Siglo XXI, México. 2013.
  8. Mclaren, Peter, La escuela como un performance ritual. Hacia un economía política de los símbolos y gestos educativos. México, Siglo XXI. 1995
  9. Zizek, Slavoj. 2010. En defensa de la intolerancia. S/L. Diario Público.
  10. www.canifarma.org.mx
  11. www.pwc.com

Notas

[1] Foucault, M.   Defender la sociedad. P. 46.
[2] Giorgí y Rodríguez. (Comps.) Ensayos sobre biopolítica.   Excesos de vida. P. 209.
[3] Zizek, S.   En defensa de la intolerancia. P. 33.
[4] Ibíd. P. 36.
[5] Ibíd. P. 37.
[6] Arendt, H. Sobre la violencia. P. 33.
[7] Ibíd. P. 75.
[8] Zizek, S. En defensa de la intolerancia. Pp. 44-45.
[9] Koren, D. “Destinos del padre”. Pp. 57-58.
[10] Ibíd. P. 65.
[11] Ibíd. P. 69.
[12] Ver: www.canifarma.org.mx
[13] Ibíd.
[14] Ver: www.pwc.com
[15] Ibíd.
[16] Freud, S.   “El malestar en la cultura”. Pp. 76-77.
[17] Gadamer, H-G. Mito y razón. P.91.
[18] Freud, S. “Tótem y Tabú”. P.8.
[19] Zizek, S. En defensa de la intolerancia. P. 43.

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