La figura de Felipe Calderón en la obra Añoranzas de Víctor Sánchez: el papel fundamental de la historia comparada para entender el Neoliberalismo

 

Víctor M. Sánchez, Añoranzas. Tomo II. Trabajo versus capital, Viceversa, México, 2022. 

 

La obra titulada Añoranzas (Tomo ll) es una continuidad de la obra con el mismo título escrita por Víctor Sánchez, misma que, a continuación, cito:

 

Estas son las Añoranzas que en otro tiempo escribiera Víctor M. Sánchez en el periódico El Nuevo Día, en forma de columnas, pero que parecieran hoy altamente vigentes. Su crítica dirigida hacia quienes detentaban el poder político, hacia los partidos y ciertos otros personajes, no puede ser más que un recordatorio de la necesidad de poner atención hacia la dicotómica relación entre la clase trabajadora y la élite político empresarial. Luchar con el arma de la pluma es siempre necesario en tanto existan las clases explotadas, el difícil acceso al alimento, las corruptelas de los partidos políticos y de las élites. Esta obra reúne pasajes de esa lucha continua en México.[1]

 

Sobre el autor encontré la siguiente información dentro de su misma obra:

 

Víctor M. Sánchez es sociólogo por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Desde 1972 se desempeñó como ayudante de profesor y en 1975 titulado. Autor de 8 libros, otros como coautor, y varios cuadernos de avances de investigación. Actualmente está a la espera de reanudar sus colaboraciones en La Jornada, Excélsior, El Día y la nueva versión del siglo XXI, El Nuevo Día. Tiene la columna Añoranzas, convertida para la revista Lux y Radio SME en Añoranzas de Electricistas, y se transmite como programa semanal a través de YouTube desde 2018.[2]

 

Esta obra está situada en el año 2009, durante el sexenio de Felipe Calderón, justamente el autor busca hacer una crítica acerca del gobierno de dicho presidente y su postura ante la crisis mundial que se vive en ese momento.  Víctor Sánchez escribe a partir de los datos duros que recopila de periódicos y otros textos de su época y, a partir de ello realiza un análisis, recurriendo también a la comparación con otras épocas históricas, tal como el Porfiriato. En todo momento el autor aterriza su análisis a partir del contexto neoliberal que se encuentra vigente en México desde años atrás y recurre a ciertos elementos del marxismo para interpretar la realidad que vivía nuestro país en aquel entonces.

 

“La duda es premisa de lo dicho, de lo visto, se duda para dar paso a la crítica. Lo superior es inexistente porque lo real se forja en lo social. El uno, el único, solo existe por los otros, no hay uno, solo nosotros”. [3] Así comienza la obra de Sánchez, planteándonos puntos teóricos sobre el origen social de las cosas, nos hace reflexionar acerca de cómo todo surge dentro de la sociedad, de la manera en la que el poder mismo es un constructo social que existe solo porque así lo hemos decidido y permitido, nos motiva incluso a preguntarnos si realmente esta relación de poder es lo que necesitamos y queremos para nosotros. Pues bien, nos dice Sánchez que el poder político dominante olvida el origen de donde viene  y se desvía de su destino, la gente solo vota y se va, deslindando las responsabilidades en sus representantes.[4] Esto es una crítica hacia la poca conciencia que tenemos como sociedad, es una crítica hacia la poca conciencia que se tiene acerca del funcionamiento de la democracia y el punto de origen del poder que tenemos como sociedad.

 

Víctor Sánchez nos plantea el ejemplo de la situación laboral de los mineros durante el sexenio de los Felipe Calderón “El pequeño” (manera en la que se refiere a este individuo a lo largo de toda su obra), nos explica como este sector vio afectadas sus condiciones laborales, como se les suprimió su poder mediante el control de sus sindicatos y principales líderes que, solo vieron por intereses particulares, siempre al servicio del Estado y no del trabajador[5]. Dicho ejemplo es solo uno de tantos que el autor nos muestra en su obra para permitirnos dimensionar la reducción de derechos laborales durante el gobierno panista de Calderón.

 

Vale la pena analizar este ejemplo que nos plantea Sánchez acerca de los mineros y su control por parte del gobierno de Felipe Calderón, pues de la misma manera que se operó dicho dominio, se ejecuta el control de otros gremios laborales sindicalizados dentro del país. En ese sentido, la obra de Sánchez nos hace una invitación a crear una empatía con la clase trabajadora, pues el día de hoy fue el turno de los mineros, el día de mañana no sabemos a qué sector trabajador le va a tocar. La manera en la que escribe Sánchez, nos permite visualizar un puente de comprensión entre los diferentes trabajadores, nos plantea situaciones generales que ocurren de manera general entre capitalistas y asalariados.

 

Otro ejemplo que nos menciona Víctor Sánchez es sobre el caso de la privatización de Pemex, ya que este caso nos muestra cómo se agotan los recursos naturales de nuestro país y por si fuera poco Felipe Calderón crea nuevas modalidades de impuestos para afectar al pueblo mexicano, cito: “Omisión de estos procesos, donde surgen por la miseria, la injusticia y la visión corta de esas autoridades”[6].  Podemos visualizar con esto, que la crítica de Víctor Sánchez es hacia el gobierno mexicano en términos generales, más allá de importarle la crisis mundial, lo que en realidad le preocupa es la manera en la que el gobierno mexicano busca hacerle frente, pues solo busca soluciones inmediatas y no tiene visión a mediano y largo plazo. Dicha postura se reafirma cuando el autor nos habla de cómo en países europeos como España o Finlandia se hace frente a la crisis de una manera más inteligente que en México (según el punto de vista de Víctor Sánchez).[7]

 

Es aquí donde Víctor Sánchez hace una comparación histórica entre Felipe Calderón y Porfirio Díaz, pues menciona que existe una apertura en el mercado extranjero para solucionar las demandas nacionales, como en los tiempos porfirianos, ya que se conceden más licitaciones y permisos de empresas extranjeras para que vengan a utilizar los recursos del territorio nacional.[8]

 

Bajo este argumento comparativo, me parece muy importante destacar que el autor de la obra tiene una visión nacionalista de la historia, está muy arraigado a la visión del villano Porfirio Díaz que nos plantea la historiografía oficial. Esto sin mencionar que debemos tener mucho cuidado al hacer historia comparada de dos etapas históricas con horizontes historiográficos completamente diferentes, no es lo mismo el contexto de Porfirio Díaz bajo un régimen liberal del siglo XIX a un contexto neoliberal de Felipe Calderón del siglo XXI. El uso de la Historia como herramienta para las ciencias sociales, nos puede aportar mucho en la elaboración de discursos, pero puede llegar a ser contraproducente si no se usa la metodología adecuada.

 

Víctor Sánchez recurre constantemente a esta comparación entre Felipe Calderón y Porfirio Díaz a lo largo de toda su obra, y esto sirve para crear un discurso convincente para el público que se ha educado bajo una premisa de historiografía oficial donde Porfirio Díaz prácticamente le vendió el país a las potencias extranjeras. En ese sentido el escrito de este autor es muy funcional al momento de buscar justificar sus argumentos ante un público no especializado en historia, se logra el objetivo de llegar al grueso de la población. Sin embargo, el problema llega cuando este tipo de escritos son revisados por historiadores de formación.

 

Otro de los temas importantes que aborda Víctor Sánchez es el tema de los electricistas de luz y fuerza, a continuación hablo acerca de lo que nos dice el autor:
La cosa no tendría nada llamativa, pero salió de sus causes estatutarios; una amplia y profunda campaña de anónimos injuriosos sin pruebas, impresos o por Internet, colmó el ambiente. La desató la Naranja. El 15 un día antes del inicio de las votaciones un desplegado de plana entera, firmado por el diputado Pacheco, enjuicia tosca y torpemente al candidato Esparza, le indica sus 7 pecados capitales. Religión y partido para indiciar al oponente. Es jubilado y fue varios años del mismo comité central que el acusado; con derechos obreros para criticar con fundamento, los desechó. Prefirió firmar como diputado del PRD. Se menciona una carta al presidente, denostada gracias a la PGR. El mismo día y al siguiente 16 de junio, dos desplegados más, sobre los asuntos electorales, del propio comité central y de varios grupos políticos de jubilados. Complicó la cuestión. Al salir de los causes del SME se invita a la intromisión de agentes externos en las elecciones. Partidos, PGR, medios y todos aquellos neoliberales, siempre deseosos de penetrar en el emblemático decano organismo obrero. Autonomía y democracia sindicales electricista tensadas y tentadas por quienes siempre les ha molestado una organización como lo es el SME. Los enemigos asechan y se les invitaba.[9]

 

Este ejemplo del que nos habla el autor, nos permite reflexionar una vez más sobre como la clase trabajadora, esta vez en el gremio de electricistas, comienza a ser corrompido por el sistema neoliberal dirigido desde la presidencia, esto para sacar provecho tanto político como económico mediante la privatización y recortes presupuestales en materia de electricidad. El caso de Luz y Fuerza del Centro es otro ejemplo claro de las políticas neoliberales de Felipe Calderón durante su gobierno.

 

Algo que me parece importante destacar de la obra de Víctor Sánchez es que, pareciera que para este autor, todos los problemas ocurridos durante el sexenio de panista, fue culpa únicamente del presidente, como si este individuo fuera por sí mismo lo suficientemente poderoso como para controlar todo un país y no hubiera poder humano para hacerle contrapeso. De nueva cuenta permea la imagen de historia oficial nacionalista que tiene el autor sobre personajes como Porfirio Díaz, a quien también lo concibe como un sujeto malvado que por sí solo pudo destruir a toda una nación.

 

La visión de una historia maniquea del autor, permea todo el discurso que nos muestra en su obra. Aquí existen entonces dos opciones: La primera es que el autor realmente solo conoce una historia nacionalista de buenos contra malos y de allí se deriva su enfoque tan marcado hacia la figura de Felipe Calderón. O la segunda: el autor solo busca aprovechar las ventajas de una historia nacionalista que evoca a las emociones, para que el lector tenga una reacción efusiva ante lo que lee sobre Felipe Calderón; en lo personal me inclino más por esta segunda opción.

 

A modo de conclusión puedo decir que valdría la pena analizar este texto de Víctor Sánchez bajo el contexto actual que vivimos en pleno 2022, bajo la presidencia de Andrés Manuel López Obrador. Ya que sería interesante hacer un balance para discernir hasta qué punto las acciones de Felipe Calderón dependían completamente de él y no del horizonte histórico neoliberal en el que se encontró inserto. Lo mismo pasa con el presidente actual de nuestro país, debemos entenderlo como un personaje de nuestro tiempo bajo sus condiciones históricas ya determinadas. Claro está que más allá de que en ambos casos nos encontramos en un sistema neoliberal, es importante visibilizar la toma de decisiones particulares de cada gobierno mexicano.

 

Notas
[1] Sánchez, Víctor M., Añoranzas Tomo l, en Viceversa, 2022, recuperado de: https://herder.com.mx/es/libros-books/anoranzas-tomo-i/victor-m-sanchez/viceversa
[2] Víctor Sánchez, Añoranzas Tomo ll, Viceversa, Centro de estudios sociológicos, México, 2022.
[3] Ibidem, p. 2.
[4] Ibidem, p. 4.
[5] Ibidem, pp. 12-13.
[6] Ibidem, p. 21.
[7] Ibidem, p. 32.
[8] Ibidem, p. 43.
[9] Ibidem, p. 92.

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