Añoranzas. Trabajo versus capital. Tomo III

 

Víctor M. Sánchez, Añoranzas. Tomo lll. Trabajo versus capital, Viceversa, México, 2022. 

 

Si la democracia es destino, la práctica sindical es precisa.

Víctor Sánchez

 

Añoranzas es una compilación de las columnas que Víctor Sánchez escribió para el periódico El Nuevo Día. En esta tercera entrega se reúnen las colaboraciones relativas a la política nacional, específicamente las que versan sobre el tema del trabajo. Estas añoranzas fueron, en su momento de primera publicación, el análisis de los acontecimientos políticos del momento. Hoy son un valioso contexto histórico que intimida por su actualidad.

 

Estos artículos son, antes que nada, críticas. Crítica entendida como propuesta y acción. Así, no se puede hablar de análisis crítico si no hay propuesta de movilización. No se puede esperar a que algo suceda por sí mismo, no se puede ser pasivo. Hay que actuar. Entonces, ante esta necesidad de movimiento, la exasperación ante lo inmóvil se hace evidente. Las actividades políticas y sociales de la época parecen girar entorno a un par de ejes: primero, que si algo cambió fue para que todo siguiera igual y, segundo, que nada cambia y nada sucede. Por ejemplo, el cambió del régimen político, en el año 2000, prometía una transformación radical en las estructuras políticas y sociales del país. 10 años después, en el segundo periodo presidencial del PAN, Víctor Sánchez denuncia que los viejos hábitos, de la clase política dominante, siguen siendo los mismos (dedazos, impunidad, olvido de la clase obrera, pactos con el capital, poder concentrado en la figura del presidente y un largo etcétera).

 

De esta forma se entiende ese ahogo de quietud. La exasperación de que lo único que cambia son los colores. ¿Qué es lo que ocasiona esto? ¿Por qué parece que todo sigue igual? Víctor Sánchez nos invita a reflexionar sobre las posibles causas. Se insinúa la falta de memoria histórica, de conciencia de clase y de solidaridad. Pero no se acusa ni recrimina. En cambio, hay una especie de esperanza. Mejor dicho: hay una convicción palpable. Si no la hubiera, no se escribiría. Por eso es que la costumbre ante las mañas políticas exaspera en un doble sentido: por su descaro y por la certeza de que otro modo de actuar es posible.

 

Este otro modo de actuar está, también, contenido en los artículos. Ante la crítica superficial que se mueve sólo para conseguir amasar poder (viene a la mente la campaña de cambio de régimen del PAN), Víctor Sánchez se esmera en la crítica sustancial y capaz de movilizar. En el modo de actuar ya está la posición política. Entonces, ahora (espero) es claro el epígrafe que corona a este texto. La crítica rasga las propuestas, comentarios y acciones de la élite política con el objetivo de participar: iluminar las mentiras y verdades a medias en aras de mostrar opciones para la clase trabajadora. Todo para exigir lo justo: “no más, pero tampoco menos”, dirá hasta el cansancio Víctor Sánchez en sus columnas. Esta exigencia es, también, una crítica. Es decir, hace ver lo mucho que cuesta exigir lo mínimo indispensable: seguro médico, pensiones, condiciones dignas para llevar a cabo su trabajo. Qué poco se pide y cuánto cuesta. Hace tan sólo unas semanas Andrés Manuel López Obrador, presidente de la república, decretó el pago de “compensaciones vitalicias” para ex trabajadores de Luz y Fuerza del Centro. Doce años después de la huelga. ¿Se pide tanto?

 

La desintegración de LyFC por parte del Estado marcó la “derrota contemporánea más fuerte que la burguesía asesta a la clase obrera”, en palabras de Víctor Sánchez. Tomemos esto como una invitación más a la movilización y preguntémonos: ¿nos hemos recuperado? ¿Cuál es el estado de la organización obrera en México? ¿Cómo luchamos hoy?

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