Retomando la deconstrucción del cristianismo

Itervención de gráfica urbana, Museo de Arte de Querétaro, Qro. Artista desconocido.
Fotografiado por Magdalena Arvizu Lesser

Resumen

Hablar de la deconstrucción desde la filosofía de Jean-Luc Nancy podrá brindar una perspectiva diferente, además que se apoyará de ejemplos concretos como los que la arquitectura puede darnos. Lo principal será preguntarse y responder: ¿qué es la deconstrucción del cristianismo? Esta es una deconstrucción como una acción que tratará en desensamblar los elementos que conforman al cristianismo, hablando desde sus orígenes, lo de hoy en día y lo venidero.

Palabras clave: Jean-Luc Nancy, deconstrucción, cristianismo, construcción, estructura, filosofía

 

Abstract

Talking about the deconstruction from the philosophy of Jean-Luc Nancy will be able to offer a different perspective, in addition to being supported by concrete examples such as those that architecture can give us. The main thing will be to ask and answer: what is the deconstruction of Christianity? This is a deconstruction as an action that will try to disassemble the elements that make up Christianity, speaking from its origins, today and what is to come.

Keywords: Jean-Luc Nancy, deconstruction, Christianity, construction, structure, philosophy

 

El propósito de este trabajo será el desarrollar, detallar, incluso “desmenuzar” como un análisis, qué es lo que surge cuando se dice deconstrucción del cristianismo, como uno de los aportes que el filósofo francés Jean-Luc Nancy nos deja para poder dialogar ante los fenómenos contemporáneos que se viven hoy en día, incluso para decir que ya se veía venir el concepto de la deconstrucción desde tiempos remotos como lo es el origen de esta religión monoteísta. ¿Por qué? Es muy común que en nuestros días ver que la palabra deconstrucción se usa incluso en un sentido coloquial como si todo pudiese ser deconstruido, esto no significa que se haga crítica específicamente de esto último; pero, lo que sí se puede hacer es cuestionar y reflexionar lo que significa cuando decimos deconstrucción, y más para el escenario donde se está planteando como lo es en el cristianismo, que hasta por el simple hecho de escuchar ambas palabras podrían sonar como contradictorias, porque al vislumbra a la deconstrucción (desde un enfoque derrideano) se puede encaminar en un sinsentido.

 

Para fines entendibles de este texto, primero será necesario abordar lo que significa la construcción, entendiendo esto, habrá que pasar al siguiente concepto que es el de la deconstrucción; en seguida, entender lo que significa el cristianismo. Dicho esto, en consecuencia, será necesario conjuntar la deconstrucción con el cristianismo, de tal forma que así se podrá dar seguimiento a las líneas de este discurso, con el cual después proseguirán sus respectivas conclusiones.

 

¿Qué es la construcción?

 

En primera instancia, habrá que tratar de reflexionar la siguiente pregunta cuando decimos deconstrucción, recomiendo no dejar nada por sentado ni suponer definiciones al respecto, no obstante, se arroja la pregunta de ¿qué es la construcción? Se puede decir, por el momento, que es la acción de fabricar, unir, edificar y conjuntar varios elementos en uno solo.

 

¿Por qué decir esto? Al existir caos y desorden en el mundo, esta acción conforma una respuesta ante el alboroto y lo que no está conjuntado al alrededor. Por ejemplo, uno construye casas para habitar un lugar con el orden que sea adecuado para vivir, descansar, comer, recrearse, disfrutar, hacer sus necesidades, etc. Es así como, varios de los elementos que están en la naturaleza sufrirán ciertos cambios en su forma para poder ser desarrollados como materiales de construcción (el árbol pasará a ser tablas de madera y ser vigas, así se pueden enunciar más ejemplos parecidos).

 

Esto último puede ser cuestionado para las discusiones sobre lo que realmente se construye, si realmente ordena, o, cómo es que ordenan tanto la arquitectura y/o la ingeniería civil, pero ese no será punto en esta discusión ni de este escrito, pero no por ello será ajeno pensar que lo que se construya deberá atender a una funcionalidad y claridad para las personas, debe haber una estructura clave. Esta estructura, como concepto, será fundamental para el hilo de este tema.

 

¿Qué es deconstrucción?

 

Ahora, se avecina la siguiente pregunta, ¿qué es, entonces, la deconstrucción? Otro filósofo francés de origen argelino, Jacques Derrida dirá, en su “Carta a un amigo japonés”, que se trata de la acción de des-construir, además de desarreglar la construcción, un desensamblar las partes de un todo a algo[1]. Si le preguntásemos a los conocedores de la arquitectura, dirán que se trata, efectivamente, de un separar en partes las formas como también la estructura para ver el edificio con una forma diferente a lo común, puesto que también incluirá el enfoque disruptivo; además, se trabaja con lo que se tiene para mostrar algo que todavía no está presente: al separar y acomodar en otras formas, generará una imagen distinta que tal vez, por el momento, no se había visto y que la deconstrucción posibilitó ver. Un ejemplo claro para entender la deconstrucción son las obras del arquitecto canadiense Frank Gehry, específicamente la casa que se encuentra en California, en la que se nota todo un trabajo de desensamblar las partes de un todo, sigue tiendo estructura, pero con otra forma: jugando con las paredes, techos, ventajas que no tienen las formas convencionales, en fin, el juego de la deconstrucción abre las puertas a muchas posibilidades.

 

Jalando un poco de lo mencionado sobre la construcción para seguir respondiendo a esta pregunta, no se puede deconstruir si no hay algo que tenga que atender o que tenga que sufrir dicho cambio, es pertinente y necesario algo construido, establecido, cimentado y fundamentado: no se puede deconstruir desde la nada, debe haber algo que esté con forma para después cambiarla. Bien lo dice Mark Wigley en su texto de “Arquitectura deconstructivista” que “Como las formas no salen de la nada, sino que están, inevitablemente relacionadas con formas preexistentes”,[2] para los arquitectos lo roto, retorcido, inquietante, misterioso y dislocado, estos son ejemplos de lo que la deconstrucción mostrará como algo nuevo dentro de lo que ya estaba, incluso hasta lo oculto.

 

Otra vez, la mencionada casa, se le aplican la mezcla de otros elementos de lámina con tabiques, madera y otros materiales. Hasta este instante se preguntarán, ¿dónde está el pensamiento filosófico de Jean-Luc Nancy? Como se dice coloquialmente, sin comer ansias, es aquí donde entra a discusión nuestro sujeto principal. Él definirá a la deconstrucción diciendo que se trata de un “[…] desmontar, desensamblar, proporcionar juego al conjunto para dejar de jugar entre las piezas de este conjunto una posibilidad desde la cual éste procede, pero en tanto que conjunto, éste recubre”.[3]

 

Me haré el uso del juguete de los bloques de madera para explicar esta anterior idea. Dichos bloques vendrán con un manual para armar algunas figuras ya prestablecidas y es seguir el juego ya hecho y esperado, no obstante, el desmontar esas figuras y generar algo diferente mostrará entonces nuevos proyectos imaginativos que no se habían visto antes pero que pueden estar ahí en otro orden gracias a su concretización, incluso podría aceptar que otros materiales se agreguen a los bloques como papel, cartón, plástico, popotes, ramas, juguetes, tela, etc., para así hablar de la potencialidad que poseen las cosas desde la deconstrucción. En pocas palabras, no se habla de una destrucción ni demolición, no se trata de romper el bloque o juguete, sino que se tratará de hacer evidente las posibilidades existentes que surgen desde este enfoque, desde lo que se tiene, o lo que hay a la mano, al alcance.

 

¿Qué es el cristianismo?

 

Pasando a la siguiente cuestión, para así poder responderla, hay que mencionar como un gran antecedente que, principalmente, “No se trata de salvar la religión, y menos aún de retornar a ella”,[4] pero lo interesante es que el Occidente no se puede pensar fuera del cristianismo porque gran parte de la producción occidental parte desde esa concepción. ¿A qué se quiere llegar? Incluso, Nancy menciona que hubo filósofos griegos y judíos, como un conjunto en el que están en contacto por los fenómenos culturales que surgieron en su respectiva época. Y el salvarla es frente a los proyectos modernos que piden la búsqueda de la verdad, y que no está dada, de forma que es hablar de un estado de crisis en el que se tiene que hacer deconstrucción, cuando no es así, sino que se verá en todo lo contrario.

 

Es así, como concluirá que es semejante decir, en algunos casos, que se trata de filósofos cristianos, pero que también van de la mano con el pensamiento helénico y latino: un ejemplo muy interesante es la obra de Filón de Alejandría, quien al ser un egipcio de religión judía, y al conocer la tradición griega, dará como fruto un pensamiento que conjuntó ambas tradiciones, no se hizo cristiano oficialmente, pero sus ideas germinaron con mucha más facilidad en el pensamiento cristiano; o con otros casos en los que los aportes de la época helénica se conjuntan con muchos filósofos, literatos, filólogos, hermeneutas, y otras profesiones, de tradición cristiana. Es hablar de los perfiles filosóficos que hubo en cierta época y que no están alejados a lo nuestro, sino que han presentado ciertos cambios.

 

Nancy comentará que fueron tres fases por las que pasó el cristiano en su historia como 1) un cristianismo judío, 2) un cristianismo griego, y 3) un cristianismo latino. Esto será el proyecto de tensión interna, algo que se formó y, que hoy en día se sigue formando. Además, que se da una conjunción de dos sentidos: 1) el sentido en cuanto tensión (de conformación), y 2) como una dirección hacía el acontecimiento del sentido como contenido. No fue de la noche a la mañana que surgió un pensamiento de esta índole, sino que caminó por bastantes años, se replanteó consideraciones internas como los dogmas de la fe. Así que, para Nancy, el cristianismo está presente para poder abordar las ideas y pensamiento, incluso históricos, de los personajes y textos relevantes.

 

El cristianismo estará sublimado en nuestra cultura popular, eso es innegable, de forma que “Lo que importa es por el contrario que el cristianismo está presente allí mismo […] donde ya no es posible conocerlo”,[5] es así que todos aquellos frutos que son cristianos y no nos damos cuenta de ello con facilidad. Sin dejar de lado que se trata de una religión monoteísta, que da sentido y forma a las personas con cierta carga tradicional de forma consciente o inconsciente.

 

¿Qué es la deconstrucción del cristianismo?

 

Hasta este punto, Nancy dirá que se trata de una “[…] operación de desmontaje en vista del origen o en vista del sentido de la deconstrucción”.[6] Eso sí, no se tratará de un desmontar por desmontar, sino que localiza algo que sufrirá algún cambio estructural por medio del cuestionamiento. Lo deja muy en claro con el constante preguntar de “¿qué es un cristiano?”.

 

No diremos que el cristianismo está roto ni nada por el estilo, no aún hasta donde tengo conocimiento de ello, porque de esa forma diríamos que todo cristiano está roto: si hablamos de ruptura habría que referirnos a los Concilios y el cisma surgido desde la Edad Media. Lo que sí se pone en esta mesa a discusión es la “Superación, autosuperación, [que] no significa que el cristianismo deje de estar vivo. [Sino que] Se encuentra vivo, y aún por largo tiempo, pero en el fondo, si está vivo, ha cesado de hacer vivir”.[7] Esto significa que la superación no significa que hay algo descontinuado, sino que el cristianismo necesita, necesitó, reflexionar y poner a pensar ¿qué es lo que lo hace ser cristiano? Tal vez cambiará la imagen del cristiano, pero su esencia tiene que ser mostrada.

 

En el texto de “La declosión (Deconstrucción del cristianismo, 1)” la deconstrucción es abordada de la siguiente manera:

 

Llamaré “deconstrucción del monoteísmo” a la operación que consiste en desarmar los elementos que lo constituyen, a fin de intentar discernir, entre ellos y como detrás de ellos, en retirada de la construcción, lo que hizo posible su armado, y que nos resta aún quizás, paradójicamente, por descubrir y pensar como el más allá del monoteísmo en tanto que él mismo está mundializado y ateizado.[8]

 

Es, a su vez, un proyecto ambicioso que tiene tareas primordiales como el ver hacia el pasado, conocerlo, dar cuenta de los orígenes, para así hablar de la esperanza, de una que sea futura pero que también está presente entre su pueblo, y más si es dentro de un mundo modernizado. Para ello hay que dar cuenta de lo que posibilitó el armado, el ensamble, que servirá entonces para ser aplicado en la deconstrucción.

 

Otro de los puntos clave para este texto de Nancy es que “[…] la cuestión es saber si nosotros podemos, volviéndonos sobre nuestra procedencia cristiana, designar desde el seno del cristianismo una procedencia del cristianismo más profunda que el cristianismo mismo”,[9] en otras palabras, que nuestra tradición Occidental está ahí presente, como un movimiento que facilitará su tensión y distención, relacionado con su origen, caminar y estado de apertura. Además, se mencionó líneas arriba que Occidente tiene una carga cristiana de trasfondo, como un cimiento muy importante para la cultura. Entonces, ¿qué es lo que el cristianismo desmontará, o desensamblará desde esta perspectiva? Las reflexiones no surgen de la nada, sino que parten desde la tradición que tiene fundamentos, está cimentada puesto que Occidente duró así por bastantes años. Estos serán los síntomas para poder inducir que “[…] el cristianismo es por sí mismo, en sí mismo, una deconstrucción o una autodeconstrucción”,[10] algo que seguirá en constante cambio partiendo desde sus orígenes, y no se debe olvidar para nada.

 

Un ejemplo, hace unos días, exactamente en un 28 de agosto del presente año,[11] visité el Museo de Arte de Querétaro, que está en la calle de Allende, entre la iglesia de San Agustín y el SAT. Lo importante de los hechos radica en que en el patio principal había una ficha informativa que explica, cuenta la historia y significados de los íconos e imágenes de dicho espacio, tanto así que el patio retoma elementos religiosos del cristianismo: santos agustinos, misioneros, papas, etc., esto lo comparto para decirles que incluso se lee textualmente que dicho patio es una Summa Theologica concretizada en la arquitectura, a piedra y cantera. Hasta el momento todo marcha bien, sin embargo, en la misma entrada del lugar se llega a ver una obra que abarca un fragmento de la fachada del patio, y en afán de mostrar creatividad realizaron trazos de grafiti en la fachada: turquesa, azul, verde, naranja, amarillo, blanco, negro y dorado serán los colores nuevos en la imagen. El problema es que los símbolos religiosos fueron transgredidos en el que un santo está presentado como un “cholo” y el cuerpo de Cristo con un “ojo alusivo a los Iluminati”, todo dentro de una intervención de gráfica urbana.

 

¿A qué quiero llegar? Podemos entender que la búsqueda de nuevos sentidos, separando las cosas en diferentes partes, puede conducir a un problema que destruye el significado de la imagen, o, mejor dicho, lo transgrede cuando se desconoce la tradición, y en este caso de la Occidental (tratándose de la que le es propia al haber crecido en esta que compartimos), incluso queda de sobra la pregunta de ¿qué es ser cristiano en esos espacios? Es así que la deconstrucción de Nancy puede hacer crítica y reflexión a este tipo de situaciones porque de algo construido, de lo que tiene base, cimientos, fundamentos, no fueron tomados en cuenta para la producción misma de esta obra.

 

Aunque se desmonten las cosas, los cimientos siguen presentes, las estructuras continúan, son aquellos orígenes que ayudarán a mantener el edificio llamado Occidente, servirán para mostrar aquello que no se veía pero que se posibilita ahora. En suma, la deconstrucción de Nancy no estará caminando en las sendas del sinsentido, sino es un caminar para encontrar el punto importante del origen de esta tradición que está presente de forma evidente o subliminal. Siendo este caso, hay elementos cristianos en la intervención, lo que ahí no se trata de deconstrucción, sino una intervención de “destrucción”, puesto que cambiaron los fines a los cuales estaban como una Summa Theologica. Pudieron haber sido mostrados de otra forma las figuras religiosas, pero son todo menos religiosas, muy semejante a lo que el movimiento moderno ha estado trabajando constantemente.

 

Deconstruir parte desde la tradición cristiana, no hay que asumirla siempre a la de Derrida siempre; así como un patio que contiene una gran carga de significado religioso, posee fundamentos, lo interesante será en pensar al cristiano que desmonte, que reflexione y tenga presente, ¿qué es ser cristiano? Escribir y retomar la arquitectura deconstructivista no significa que la filosofía reflexionó después de la arquitectura este concepto, sino que la arquitectura se sirvió de dicha palabra para poder concretizarla, de la abstracción a lo concreto. Sírvase en ese caso como un recurso para explicar algunas cosas que pueden sonar algo confusas.

 

La deconstrucción del cristianismo es un modelo para poder analizar y entender las cosas que se dan en la cultura Occidental, hablando de lo que fue, es y está por venir como aquellos proyectos que se están desarrollando sin olvidar la búsqueda constante del origen como algo que se tiene que reafirmar constantemente. No es olvido, sino desarmar lo construido y suscitar desde el origen lo nuevo que está dado, no de algo que se debe descubrir en medio del sinsentido, sino de algo que habrá que dar cuenta, siendo cautelosos para evitar la destrucción de los elementos culturales. La cultura Occidental es un edificio que constantemente se ha visto en constante deconstrucción por su esencia cristiana que hay de base, ¿qué tipo de edificio tocará ver, usar, residir? Eso es algo que constantemente se va vislumbrando, sigue desensamblándose para ese proyecto futuro.

 

Bibliografía

  1. Johnson, Phillip; Wigley, Mark. Arquitectura deconstructivista (Trad. A. González; Ma. L. Aguado). Editorial Gustavo Gili, Barcelona, 1988, pp. 7-20.
  2. Nancy, Jean-Luc. La declosión (Deconstrucción del cristianismo, 1) (Trad. G. Lucero). Ediciones La Cebra, Buenos Aires, 2008.
  3. Nancy, Jean-Luc “La deconstrucción del cristianismo” en El cuerpo como objeto de un nuevo pensamiento filosófico y político (Trad. A. Madrid Zan). Revista Anthropos: huellas del conocimiento, no. 205, 2004, México, pp. 49-62.

 

Notas
[1] Cfr. Jacques Derrida. “Carta a un amigo japonés” en El tiempo de una tesis: Deconstrucción e implicaciones conceptuales (Trad. de Cristina de Peretti). Proyecto A Ediciones, Barcelona, 1997, pp. 23-27.
[2] Mark Wigley en el Prefacio a su texto de Arquitectura deconstructivista, p. 7.
[3] Jean-Luc Nancy. “La deconstrucción del cristianismo” en El cuerpo como objeto de un nuevo pensamiento filosófico y político (Trad. A. Madrid Zan). Revista Anthropos: huellas del conocimiento, no. 205, 2004, México, p. 56.
[4] Jean-Luc Nancy, La declosión (Deconstrucción del cristianismo, 1) (Trad. G. Lucero). Ediciones La Cebra, Buenos Aires, 2008, p. 7.
[5] Ibid., p. 57.
[6] Op. Cit., “La deconstrucción del cristianismo”, p. 56.
[7] Op. Cit., La declosión (Deconstrucción del cristianismo, 1), p. 51.
[8] Ibid., p. 55.
[9] Ibid. p. 52.
[10] Ibid., p. 59.
[11] 2022

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