Panorama general introductorio del problema académico- investigativo del campo de la danza en México
Hasta hace algunos años, los investigadores de la danza eran personas que dedicaban su vida a estudiar los aspectos históricos, estéticos o sociales del mundo de los bailarines y su expresión coreográfica. Algunos habían sido bailarines antes de iniciar su carrera como investigadores o críticos, dejando de lado la duela y los escenarios para dedicar su tiempo a la ardua tarea que conlleva investigar y publicar los resultados de dicha investigación. Las licenciaturas y posgrados relacionados directamente con la creación artística son relativamente jóvenes, por lo que, su especialización la realizaban en otros ámbitos más cercanos a la teoría que a la práctica, como la historia, la filosofía o la sociología. Tal es el caso de la periodista, crítica de danza e investigadora Patricia Cardona, quién inició su carrera como bailarina en la década de los sesentas, para posteriormente cursar la Licenciatura en Filosofía en la Universidad de Costa Rica, realizando estudios en la Escuela Internacional de Antropología Teatral en Francia e Italia, dedicándose primordialmente a la investigación de la danza.[1]
En México contamos con excelentes investigadores, a los cuales les debemos el tener documentos que aportan gran parte del conocimiento en lo relativo a nuestra profesión: César Delgado,[2] Alberto Dallal,[3] Margarita Tortajada,[4] Patricia Cardona,[5] por mencionar algunos. Sin embargo, la bibliografía existente y/o accesible no es suficiente tomando en cuenta la cantidad de bailarines, coreógrafos y maestros del país, y eso podemos constatarlo cuando nos enfrentamos a realizar ensayos, protocolos o tesis.
En las bibliotecas de las escuelas de arte encontramos algunos libros de danza, la mayoría sobre historia, o los más conocidos acerca de coreografía como los de: Rudolf Laban,[6] Doris Humphrey,[7] Bloom y Chaplin,[8] Lin Durán,[9] entre otros. En las librerías comerciales es casi nula la existencia de libros que aborden esta disciplina.
Es por eso que los tiempos actuales requieren de un mayor número de artistas investigadores que documenten su trabajo creativo y docente, el cual ha evolucionado en sus exigencias y desarrollos temáticos.
Conocimiento teórico y la Universidad
Existen en el país talleres, grupos de danza profesionales o aficionados, academias de baile, en los que las personas se entrenan y bailan, pero no tienen un acercamiento real y directo con conocimientos teóricos, ni de danza ni de artes. Aun teniendo como profesión la danza, muchos bailarines no conocen ni siquiera la historia de lo que hacen.
El conocimiento teórico en la danza (me refiero específicamente a la danza contemporánea que es mi especialidad) se proporciona principalmente al interior de las universidades, esto es, en Licenciaturas y últimamente en posgrados. Y es justo ahí donde por lo general el bailarín tiene contacto directo con materias conceptuales.
La Doctora Elka Fediuk, Investigadora de las Artes Escénicas en la Universidad Veracruzana expone que:
“Las universidades mexicanas, particularmente las públicas, son o tienen la posibilidad de convertirse en centros para el desarrollo de las artes a través de la educación formal y no formal, a través de la investigación generada del conocimiento y mediante la vinculación con la sociedad cumpliendo su tarea de “develar”, de mostrar el lado oculta de las cosas y relaciones, de cuestionar como lo hace la filosofía, pero mediante sus propios lenguajes re-ligando la téchne con la poiesis. Esta es su aportación al conocimiento: develar lo imposible, lo oculto, lo sorprendente, restaurar y alterar la mirada, la experiencia y el sentido”.[10]
En la Universidad de Guadalajara, contamos en nuestra escuela de Artes, con un departamento dedicado únicamente a atender las materias de teorías e historias, las cuales son impartidas por especialistas en su área (Estética, Teoría del Arte, Psicología del Arte, Metodología de la Investigación, Historia, entre otras), y cuyas cátedras se imparten a grupos mixtos que incluyen a las diferentes carreras de la División de Artes y Humanidades (pintura, fotografía, grabado, teatro, danza, música) lo cual propicia relaciones interdisciplinarias entre los alumnos, así como un conocimiento generalizado de todas las disciplinas que se ofertan.
Considero que es un gran acierto de nuestra casa de estudios, ya que los alumnos reciben el conocimiento de maestros especializados, lo cual les abre un panorama intelectual y de análisis muy amplio. Sin embargo, no existe una vinculación real con la actividad dancística, esto es, impacta al alumno en su percepción y conocimientos del arte, pero no lo aplican en el desarrollo de sus actividades prácticas. Las materias teóricas por lo general se explican desde las artes visuales, esto debido a diversos factores, siendo los principales el carácter permanente de las obras gráficas y la escasa bibliografía de dichas materias en relación a las artes escénicas, en especial la danza.
En sus materias prácticas los alumnos aprenden técnicas artísticas y creativas, directamente relacionadas con la creación coreográfica o los movimientos dancísticos históricos. Ahora bien, es necesario comenzar a aplicar conscientemente el conocimiento adquirido en sus materias teóricas en la práctica creativa.
Propongo dos acciones que pueden contribuir a que el alumno aplique ese conocimiento a su actividad artística:
- Propiciar la reflexión en los alumnos para que éstos relacionen y vinculen el material teórico con la práctica de la danza. Siendo necesario también que los profesores de teorías e historias se familiaricen con las características específicas de nuestra disciplina. Buscando un mejor aprovechamiento del conocimiento.
- Vincular los profesores de danza los conocimientos teóricos a partir de la reflexión de nuestra propia experiencia artística, propiciando a su vez la reflexión y aplicación del conocimiento en nuestros alumnos. Por ejemplo, en lo referente a la coreografía, al abordar los procesos creativos, el concientizar al alumno de que la aplicación del conocimiento teórico en la fase de la investigación, ayuda a profundizar el desarrollo temático y fomenta la creatividad.
La obra coreográfica como producto de investigación
A finales del siglo XX se potencializó la profesionalización de las artes, y actualmente la mayoría de las universidades públicas del país incluyen en su oferta académica Licenciaturas en Artes con especialización en danza contemporánea.
La Facultad de Danza de la Universidad Veracruzana, informa en su página web, consultada el 6 de julio de 2016:
“A mediados de los setenta inicia un movimiento más fuerte de profesionalización de la danza desde los ámbitos de la educación superior. Y es en los ochenta y noventa que se expresa con más fuerza esta tendencia. […] La Universidad Veracruzana fue la primera institución de educación superior en 1975 la Facultad de Danza, en el marco de la creación del Área de Artes”.[11]
En el año 1995 la División de Artes y Humanidades de la Universidad de Guadalajara, inicia la primera generación de Licenciados en artes con orientación en Danza Contemporánea.
En los últimos años, ha aumentado considerablemente el número de posgrados relacionados con el Arte, incrementándose día con día la cantidad de creadores-intérpretes de danza que deciden continuar con su formación académica, en búsqueda de una relación directa del conocimiento teórico con su desarrollo escénico y artístico. Es por eso que considero que está cambiando constantemente nuestra visión de la danza, y que es necesario involucrarnos en estas nuevas maneras de abordar el conocimiento.
Actualmente existe un movimiento dentro del arte que propone que la obra artística sea considerada como producto de una investigación formal, teniendo el valor académico de una publicación. Un ejemplo de esta manera de abordar el arte es la obra coreográfica “Niños: Juego cruzado”,[12] que la Maestra Larisa González estrenó en el año 2013, la cual fue creada a partir de una investigación profunda que la coreógrafa realizó: “Acerca de cómo los niños ven la violencia de la guerra contra el narcotráfico en México, a través del juego”.[13]
Aplicación del conocimiento teórico en la práctica dancística
Estudié la Maestría en Educación y Expresión para las Artes en la Universidad de Guadalajara. El proyecto de investigación que realicé consistió en la creación de una obra coreográfica, la cual fue sustentada en un documento formal.
Al desarrollar el proyecto me enfrenté principalmente con dos dificultades:
- La falta de costumbre de analizar y documentar el proceso creativo.
- La aplicación y sustentación de las teorías y conceptos, durante cada uno de los pasos del proceso para la realización del montaje coreográfico.
En la composición de la obra coreográfica, apliqué directamente algunas teorías que incluí en la fase de la investigación, esto es, no solamente aportaron conocimiento al desarrollo temático, sino que también influyeron significativamente en el desarrollo de la dramaturgia, el diseño del espacio, el vestuario, la utilería, la estructura coreográfica, la propuesta de movimiento y la interpretación dancística.
Una de las teorías en las que apoyé mi investigación fue el psicoanálisis del arte:
“En busca de una mayor profundidad de análisis de las características específicas de los personajes identificados, para ser transformados en una apropiación personal, recurrí a diferentes teóricos de la psicología, encontrando que el psicoanálisis del arte era el adecuado para este proceso, específicamente en lo referente a la teoría de la sublimación”.[14]
Muchas de esas teorías las había aplicado en mi quehacer dancístico, pero no tenía conciencia que lo estaba haciendo. Las relacionaba más con el análisis de obras existentes, que con el desarrollo de un proceso creativo. También constaté, a través de algunas entrevistas a otros coreógrafos, que utilizaban algunas de estas teorías en sus procesos, pero, al igual que yo, no habían reflexionado sobre lo que estaban aplicando.
El componer una obra como parte de mi proyecto de investigación en un posgrado, fue una experiencia sumamente enriquecedora, que me ayudó a comprender y a aplicar el conocimiento en mi quehacer creativo. Mi pensamiento se modificó, y aunque sigo apostando por la danza orgánica y emotiva, el haber realizado una investigación profunda del tema que desarrollé me hizo crecer como creadora y como docente.
El conocimiento que sustenté en el documento “Proceso creativo de la obra coreográfica ‘Muerte del alma’”,[15] además de algunos artículos que he publicado a raíz de esa experiencia (“Proceso creativo de una coreografía de danza contemporánea: Buscando el amor ideal”[16] y “De la imagen fotográfica al germen de movimiento”[17]), lo he aplicado directamente en mi trabajo como profesora de coreografía del Departamento de Artes Escénicas en la Universidad de Guadalajara. Incorporé teorías específicas a las materias que ya impartía, para ampliar el conocimiento compartido con mis alumnos, propiciando su aplicación en su trabajo dancístico.
Compartir el conocimiento
La investigación en la danza es un trabajo que algunos creativos han realizado de manera empírica para la creación de sus obras; considero necesario qué a través de la reflexión se documenten metódica y sistemáticamente, tanto los procesos creativos como el análisis del producto final (coreografía, técnicas de enseñanza, entre otros).
Si los artistas llevan a cabo estas acciones, podrán compartir sus experiencias en publicaciones, seminarios o ponencias, animando tanto a la comunidad universitaria como a la dancística en general, a lograr una mejor interrelación del conocimiento teórico con la práctica. Esto también repercutirá significativamente en el incremento de la bibliografía acerca del arte del movimiento.
Una medida podría ser formar y potenciar en las Universidades aquellas instancias que se aboquen a la investigación formal para la danza, y desde ahí llevar a cabo esta labor.
En conclusión, la aplicación del conocimiento de las áreas teóricas relacionadas con la disciplina artística recae directamente en los artistas, quienes a través de documentar sus prácticas e investigaciones generan más conocimiento que a su vez podrá aportar reflexiones que permitan crear nuevas experiencias prácticas.
Bibliografía
- Blom, Lynne Anne, L. Tarin Chaplin, El acto íntimo de la coreografía, Serie Investigación y Documentación de las artes Segunda época, México, 1996.
- Cardona, Patricia. Dramaturgia del bailarín. Cazador de mariposas, Escenología, A. C, México, 2000.
- Dallal, Alberto, El dancing mexicano, Editorial Oasis, México, 1982.
- Delgado, César, Guillermina Bravo. Historia oral, INBA-CENIDI-DANZA, México, 1994.
- Delgado, César, Diccionario biográfico de la danza mexicana, Dirección general de publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, México, 2009.
- Durán, Lin. Manual del coreógrafo, Serie de investigación y Documentación de las artes, Segunda época, México, 1993.
- Fediuk, Elka, “Artes: conocimiento, currículo y calidad educativa”, en Visiones transdisciplinarias de ámbitos creativos: arquitectura, arte y ciudad, coordinadores Verónica Díaz y Hugo Gil, 214-215, Universidad de Guadalajara, Guadalajara, 2012.
- González, Larisa, El modelo icónico en la danza. Tesis para obtener el grado de maestría,, Universidad de Guadalajara, Guadalajara, 2013.
- Hickman, Martha, Proceso creativo de la obra coreográfica Muerte del alma. Tesis para obtener el grado de maestría, Universidad de Guadalajara, Guadalajara, 2013.
- ______________, “Proceso creativo de una coreografía de danza contemporánea: Buscando el amor ideal”, en Visiones transdisciplinarias de ámbitos creativos: arquitectura, arte y ciudad, coordinadores Verónica Díaz y Hugo Gil, 311-318, Universidad de Guadalajara, Guadalajara, 2012.
- ______________, “De la imagen fotográfica al germen de movimiento”, en Arte y ciencia. Convergencia creativa, coordinadores Verónica Díaz y Hugo Gil, 105-120, Universidad de Guadalajara, Guadalajara, 2015.
- Humphrey, Doris, The art of making dances, Grove Press, USA, 1959.
- Laban, Rudolf, El dominio del movimiento, Editorial Fundamentos, España, 1987.
- Tortajada, Margarita. Danza y género, Colegio de bachilleres del estado de Sinaloa, México, 2001.
- “Facultad de Danza-Xalapa”, consultada el 6 de julio de 2016, en: https://www.uv.mx/danza/quienes-somos/historia/
Notas
[1] Delgado, C. 2009. Diccionario biográfico de la danza mexicana. México: Dirección general de publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
[2] v. Delgado, César, Guillermina Bravo. Historia oral, INBA-CENIDI-DANZA, México, 1994.
[3] v. Dallal, Alberto, El dancing mexicano, Editorial Oasis, México, 1982.
[4] v. Tortajada, Margarita. Danza y género, Colegio de bachilleres del estado de Sinaloa, México, 2001.
[5] v. Cardona, Patricia. Dramaturgia del bailarín. Cazador de mariposas, Escenología, A. C, México, 2000.
[6] v. Laban, Rudolf, El dominio del movimiento, Editorial Fundamentos, España, 1987.
[7] v. Humphrey, Doris, The art of making dances, Grove Press, USA, 1959.
[8] v. Blom, Lynne Anne, L. Tarin Chaplin, El acto íntimo de la coreografía, Serie Investigación y Documentación de las artes Segunda época, México, 1996.
[9] v. Durán, Lin. Manual del coreógrafo, Serie de investigación y Documentación de las artes, Segunda época, México, 1993.
[10] Fediuk, E. 2012, “Artes: conocimiento, currículo y calidad educativa”, en Visiones transdisciplinarias de ámbitos creativos: arquitectura, arte y ciudad, coordinadores Verónica Díaz y Hugo Gil, 214-215. Guadalajara: Universidad de Guadalajara.
[11] “Facultad de Danza-Xalapa”, consultada el 6 de julio de 2016 en https://www.uv.mx/danza/quienes-somos/historia/
[12] v. González, Larisa, El modelo icónico en la danza. Tesis para obtener el grado de maestría,, Universidad de Guadalajara, Guadalajara, 2013.
[13] Larisa González, en charla con el autor, julio de 2016.
[14] Hickman, M. 2013. “Proceso creativo de la obra coreográfica Muerte del alma.” Tesis de Maestría, Universidad de Guadalajara.
[15] v. Hickman, Martha, “De la imagen fotográfica al germen de movimiento”, en Arte y ciencia. Convergencia creativa, coordinadores Verónica Díaz y Hugo Gil, 105-120, Universidad de Guadalajara, Guadalajara, 2015.
[16] v. Hickman, Martha, “Proceso creativo de una coreografía de danza contemporánea: Buscando el amor ideal”, en Visiones transdisciplinarias de ámbitos creativos: arquitectura, arte y ciudad, coordinadores Verónica Díaz y Hugo Gil, 311-318, Universidad de Guadalajara, Guadalajara, 2012.
[17] v. Hickman, Martha, “De la imagen fotográfica al germen de movimiento”, en Arte y ciencia. Convergencia creativa, coordinadores Verónica Díaz y Hugo Gil, 105-120, Universidad de Guadalajara, Guadalajara, 2015.
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