Resumen
Se pretende hacer un análisis del libro de Jean Luc Nancy, “La Comunidad inoperante”. Descubrir por qué es inoperante es el objetivo. No trasciende porque no está ligada a Dios es la hipótesis. Para comprender a Nancy o explicarlo hemos recurrido a René Girard, a Arnold Toynbee, a Friedrich Nietzsche, entre otros. Este es el marco teórico. Se recurrió a la metodología de dividirlo en lo social, lo económico, lo político, lo cultural. Se habló de las religiones como la piedra de toque para los cambios sociales, no es la economía como decía Marx. Se concluye que a la comunidad le falta la adoración de Dios, por eso no trasciende, no busca fines superiores, que el motor es la envidia y que por esas razones se pudre.
Palabras clave: Nancy, comunidad inoperante, adoración de Dios, trascendencia, ateísmo, envidia.
Abstract
It is intended to make an analysis of the book by Jean Luc Nancy, “The inoperative community”. Finding out why it is inoperative is the objective. It does not transcend because it is not linked to God is the hypothesis. To understand Nancy or explain him, we have turned to René Girard, Arnold Toynbee, Friedrich Nietzsche, among others. This is the theoretical framework. The methodology of dividing it into the social, the economic, the political, the cultural was used. Religions are spoken of as the touchstone for social changes, it is not the economy as Marx said. It is concluded that the community lacks the adoration of God, that is why it does not transcend, it does not seek higher ends, that the motor is envy and that for these reasons it rots.
Keywords: Nancy, inoperative community, adoration of God, transcendence, atheism, envy.
Ojalá que Nancy estuviera vivo para preguntarle por qué no recurre a la historia o a las culturas de pueblos lejanos, por lo menos en este texto. Le preguntaría si cree que para que uno pueda ser libre uno necesita conocer otras culturas o si no, nuestra mente está muy limitada, nuestra imaginación no alcanza a percibir una realidad distinta. Si cree que hay dos formas de conocer realidades distintas y una es irse muy atrás en la historia, incluso a la historia antigua y otra es irse a países muy lejanos, bueno, no tiene que ser hasta la India o China, a veces basta con mirar las culturas del cercano Oriente. Se puede recordar un libro que se titula Cinco sociólogos occidentales en torno a la sociedad india: Marx, Weber, Spencer, Durkheim y Pareto.[1]
Nancy en La comunidad inoperante hace cuestionamientos muy pertinentes. De esta forma está delimitando el problema, comienza a definirlo. Pero el inconveniente es que busca encontrar las respuestas en un cadáver, ese cadáver es la sociedad actual. Esta idea puede ser inspirada por El fin de la ciudad de Moreno Romo.[2]
Se pregunta Nancy si fue el comunismo la sociedad ideal, el “[…] lugar donde la comunidad se ha encontrado o reencontrado”,[3] si lo fue la comunidad basada en la religión católica. Se pregunta cómo se construyen las relaciones entre las personas, o cómo son, cómo se da la comunicación entre los individuos; algunas de ellas son las de atracción sexual, otras de indiferencia, por dar dos ejemplos. Varios de sus pensamientos se clarifican en la plática entre Nancy y Moreno Romo sobre las experiencias en un vagón del metro, o sobre algunas canciones.[4]
En algún momento Nancy se interroga acerca de las tribus, pero decide que allí no está la respuesta a sus cuestionamientos. Se problematiza sobre cómo se relaciona la política con la comunidad inoperante, los líderes. ¿Cómo se relacionan estos fenómenos con la religión? También en algún momento entra al tema de “las comunidades académicas o literarias”, y cómo las sociedades expresan “su éxtasis”,[5] ¿a través del arte? También se pregunta si el uso de los conceptos de comunidad, sujeto o individuo son los acertados. Por su parte crea otros o los relaciona con el tema como los de inmanencia, trascendencia, soberanía. Aquí no se profundizará en los términos, pero sí se hará buen uso de los cuestionamientos que aporta Jean Luc Nancy.
Lo social
¿Qué es lo social? Se puede considerar que es todo, todo lo que pasa en la sociedad es social: lo económico, lo político, lo ideológico o cultural. Aquí se hace la división que también se acostumbra de que lo social se refiere a familia, clan tribu, clases sociales. Las colectividades empiezan físicamente por una pareja, si una pareja no tiene hijos no hay gentes. Se quiere romper eso y volver al individuo, ese ser delimitado por su piel, y ni siquiera se habla de que salió de otro cuerpo y que es el resultado, antes de salir de una relación sexual amorosa o no amorosa, que fue fruto de la comunicación entre dos personas de sexos opuestos. Entre los individuos puede haber una relación que se plantea, como se sugiere en el vagón del metro, como de indiferencia, o existe en las canciones, como amor. Esto en el texto que comparten Nancy y Moreno.[6] En una de esas canciones se entroniza el amor, el enamorado convierte el amor de pareja en un dios.
Es la historia de un amor
Como no hay otro igual
Que me hizo comprender
todo el bien todo el mal.
Siempre fuiste la razón de mi existir
Adorarte para mí fue religión
La atracción de los sexos sería la más fácil de explicar, pero es la condición previa para la reproducción de las personas en cualquier contexto social, comunidad, clan o tribu.
Para Nancy la comunidad primitiva, o la tribu, se puede interpretar por otras referencias en su texto, es sólo “una ideología nostálgica”.[7] Para Occidente las tribus son cosa del pasado, está por encima de eso. El colonialismo europeo y estadounidense se define como “[…] la superioridad del Occidente sobre los pueblos atrasados”.[8] Esta situación se expresa en el cuento de Joseph Conrad, Una avanzada del progreso.[9] En el cuento dos hombres de clase media europeos que comercian con marfil están convencidos de ser superiores a las gentes de una tribu en África. Incapaces de sobrevivir sin la ayuda de las tribus, sus existencias terminan en asesinato y en suicidio. Esa es la vida ejemplar que se quiere enseñar a los naturales. En su prólogo a Occidentes del sentido/Sentidos de Occidente, Moreno Romo afirma con Jean Luc Nancy que “el triunfal Occidente de las revoluciones científicas, política, industrial y societal <ya no cree —el mismo— en su propia civilización>”.[10]
En otro momento en La comunidad inoperante se plantea Nancy lo que es el amor apasionado y “[…] su inmanencia, su no trascendencia”.[11] Así dice que el matrimonio, la pareja no puede dedicarse a sí misma, lo inmanente, excluyendo a los otros porque entonces no son felices y la comunidad que se dedica a la comunidad tampoco es feliz. Sólo son felices cuando la comunidad o el matrimonio están ligados a Dios, sólo entonces existe la trascendencia.
Nancy habla del amor, como puede ser el amor de pareja, que no trasciende, dice que es el amor que no tiene a Dios como meta u objetivo. Es el amor a Dios el que permite que exista el verdadero amor de pareja o el amor en general. Como dice el Corán, el amor a Dios es la marca del hombre. Cuando esto se omite el amor lleva a la muerte, como ejemplifica la literatura, en Romeo y Julieta y Tristán e Isolda
Aquí se puede aplicar lo que dice René Girard de que el motor de las sociedades o de las gentes es la envidia y cómo ésta acaba en el vacío, si la inspiración de los actos no viene de Dios, de “[…] una trascendencia vertical” dice literalmente.[12] Lo analiza a través de la literatura una de las obras es En busca del tiempo perdido de Marcel Proust cuando el personaje se llega a manifestar como un snob; o a través de Madame Bovary, de las novelas románticas que lee el personaje y sus amoríos desabridos; o a través de Don Quijote, sus novelas caballerescas y sus ridículos actos heroicos. A los tres les falta la adoración de Dios o la trascendencia vertical que sería la que los hiciera verdaderos héroes o diosas del amor; en el caso de Proust un artista sabio, que finalmente, sí lo es. Escribe Al Farabi que “la felicidad es la percepción del Ser primero” y que “[…] la sociedad en que todos se ayudan para obtener la felicidad es la Sociedad Modelo”.[13]
El triángulo de Girard va así. Un vértice es el ideal, o la persona envidiada, otro es el actor o el que envidia, y el otro es la realidad de la situación que triunfa sobre el actor.
Lo económico
Dice Nancy que el comunismo prometió una relación “ideal”[14] entre las personas de la comunidad. Marx decía que una economía justa u ordenada la lograría. En la práctica en la URSS esto se veía así: la producción ordenada, los planes quinquenales, en los que se produce todo lo que se consume y se racionaliza la economía que ya no es el asunto de la mano invisible o el laissez-faire, laissez-passer. Las largas filas para comprar las botas de invierno en la Unión Soviética, esta situación respecto a los productos en general era sumamente criticada en los países capitalistas. Pero en ellos la riqueza es solamente de aparador, si toda la gente tuviera para comprar los productos, se agotarían. Y sin embargo, todo esto, que llevaron a cabo los gobiernos socialistas, no es suficiente para que la comunidad trascienda, tiende a morir, “es comunidad de muerte” dice Nancy.[15]
Lo político
Respecto a lo político, se pregunta Nancy cómo surgen los líderes, los héroes, los dictadores, la democracia. Tenemos decenios de estar ensayando con la democracia y creo que tanta experiencia ya nos ha dado a entender que la democracia, como decía Marx, sirve como instrumento del capital, para que el capital gobierne. Como se dice en el Siglo del yo[16], la democracia tranquilamente puede ser regida como se gobierna el mercado, la publicidad, manipulando la libido de los pueblos.
Finalmente, la pregunta que se hace Nancy, de cómo sería el líder de la comunidad global mundial, universal es una pregunta difícil, acaso se debe equiparar a Dios. Se pregunta Nancy, junto con Bataille ¿qué pasaría “si el conjunto de hombres- o más simplemente, su existencia integral- se encarnara en un solo ser”?[17], ¿qué forma de gobierno sería la ideal? Una que, de tranquilidad, paz, diríamos, pero cuáles son las condiciones para que esto ocurra. Consideramos que son: los grandes grupos, el cultivo de su propio alimento en las tierras comunales y promover la oportunidad de adorar a Allah y de así llegar al éxtasis. Depende de estas tres condiciones, más que del líder. En todo caso el líder surge en un grupo que busca estas características no es un individuo aislado. Si un líder surge de una tribu, todos lo conocen, no es como el diputado, si pertenece a una tribu y no actúa con honestidad puede tener un duro castigo por parte de esa comunidad.
Lo cultural
Cuando Nancy dice: “la escisión de la comunidad (que es aquí la de la religión)”[18] afirma la importancia de la fe, también para la autora, la religión es lo más importante. Así como Marx pensaba que el factor de cambio, la piedra de toque es la economía[19], la autora piensa que es la religión. Veamos cómo funciona en la historia de México.
El Modo de Producción Asiático (MPA) es un modelo teórico; la cultura náhuatl más o menos llena los requisitos que tiene esa estructura social. Generalmente en el MPA, la religión es muy fuerte, efectivamente en el mundo náhuatl era muy fuerte. Por supuesto es una religión en la etapa primera, de acuerdo a la evolución de las religiones que plantea Toynbee, que adora lo elementos de la naturaleza [20] personificados en los yins. Fray Diego Durán dice que los mexica para comer, vender, sembrar, usaban frases, invocaciones, el nombre de un dios. En el MPA las grandes construcciones de las culturas clásicas hindú, griega, musulmana son templos, en el islam son las mezquitas, en el México antiguo las pirámides. Así acaso las comunidades se acercaron al arte, se acercaron al éxtasis[21]. Para que en el arte se pueda contemplar la esencia[22] de este mundo, que es Dios. Esa esencia deja fuera lo fútil, las palabras vacías, que confunden.
Algunas de las mejores obras de arte que se encuentran en México, son las de la Colonia y son precisamente iglesias y conventos. La religión católica se convirtió para los indios de la Nueva España en un refugio. Un refugio contra los conquistadores, contra la encomienda, contra los hacendados. Y en ese refugio expresó su éxtasis. Pero no sólo eso, algunos de los frailes evangelizadores al principio y en los tres siglos que duró la Colonia fueron verdaderos amigos de los indios como fray Bernardino de Sahagún, Las Casas, Vasco de Quiroga y otros. Las misiones jesuitas intentaron construir utopías. Incluso los monarcas de España para ayudar a los indios prohibían la venta de las tierras comunales porque las consideraban indispensables para la sobrevivencia de los pueblos de la Nueva España. Exactamente lo contrario hicieron los liberales en el siglo XIX con las compañías deslindadoras. Todo esto es para explicar que el hilo de la religión es muy importante en el desarrollo de la historia
En el siglo XIX se empezó a atacar el catolicismo por la masonería que se disfraza de religión para sus adeptos y oculta su calidad de religión para el gran público. Lo que quiere es una derrota de Dios. Así para el siglo XX también, por esa derrota de Dios, de la religión, la comunidad pierde coherencia, como toda cuestión que está bajo el mando de Shaitan y su desdén por la humanidad, de acuerdo al Corán.[23] En vez de ser coherente tiene una apariencia de coherencia; la mentira acompañada de cierta verdad, si no, nadie se la cree. Caóticas y autodestructivas, así son nuestras sociedades actuales, como dice Nancy[24] no tienen trascendencia.
La adoración de Dios que es el elemento que está detrás de la obra de Averroes, Al Farabi o Ibn Tufail o incluso Ibn Jaldún (o de la de Nietzsche, aunque en forma mucho más oculta, pero que se transparenta en el nombre de su obra, Así hablaba Zaratustra), y que está presente en la obra de Bacon, Moro y Campanella, está absolutamente excluida de la academia en la actualidad, no solo de la de los marxistas. Muy pocos autores contemporáneos se atreven a mencionarla explícitamente entre ellos el mexicano Juan Carlos Moreno y los franceses, Jean Luc Nancy y René Girard. Regis Debray, en Dios un itinerario habla de las “bases neuronales del delirio místico” registrados por los neurólogos en personas perfectamente sanas.[25]
¿Qué permitió que Occidente se volviera ateo, por qué el cristianismo quedó en medio? Se pueden aducir varias razones. Es una realidad que las gentes se olvidan de las enseñanzas de las religiones, en el Corán se dice que por eso es necesario enviar nuevos profetas. Jesucristo lo fue para el judaísmo.[26] También es verdad que las acciones de la iglesia católica durante la inquisición que duró varios siglos (o la leyenda negra que se elaboró en relación a eso) han producido rechazo en las generaciones posteriores. Por supuesto cualquier acción destructiva que haya sido ejercida por ciertos grupos no le quita ni un ápice de verdad a la religión católica. Es cierto que las guerras religiosas entre católicos y protestantes en el siglo XVII hicieron a las gentes de las naciones europeas, los líderes de opinión, desconfiar de la religión y confiar en la tecnología[27] Para Juan Carlos Moreno, lo decisivo, es la construcción de Estados no católicos. Primero protestantes, cada uno con su propia religión o iglesia, y al final aconfesionales.
Efectivamente, consideramos, que los protestantes protestan contra Dios, pero ¿cómo? si aparentemente lo adoran, pues sí, aparentemente porque al parecer lo consideran dinero, ¿no dicen que el amor de Dios se manifiesta en darles riquezas? Por otra parte, aman más a su ego que a Dios, no decía Lutero que el hombre no podía corregir sus vicios y que los 10 mandamientos sólo se nos habían dado para que nos sintiéramos humillados y que la muerte de Jesús, servía para que los hombres pudieran pecar a diestra y siniestra, al fin que el Cristo ya había pagado por todo. Todo esto para seguir un desarrollo de la historia a través de la religión.
Se puede agregar que la masonería y su poder político causaron grandes estragos a la Iglesia Católica, es evidente cuando se estudia el siglo XIX en México. Pero todas estas razones no le bastan a Jean Luc Nancy, son externas. Se pregunta cuál es la esencia del cristianismo que le hace padecer esa debacle, puesto que hablar de Occidente es hablar de cristianismo. Concluye que es la apertura del catolicismo la que la causó “la esencia del cristianismo en cuanto apertura”.[28] Ahora, se quedó sin culto, se quedó sin rito, “no nos queda ni culto ni oración”[29], sin embargo, sigue en el pensamiento. Desde mi visión, el que no tenga rito o culto es dañino para los que están fuera, no tienen cómo entrar. Sólo los que ya tienen la fe están asegurados. De este mismo tema Moreno Romo en su Hambre de Dios dice: “Si la cultura occidental salió perdiendo en su abandono del cristianismo hasta convertirse en una “cultura” [con comillas, sí, y] sin sentido, sin una meta valiosa hacia la cual crecer, el cristianismo, la iglesia de Cristo, no salió inmune de tan terrible divorcio”. [30]
Podríamos concluir que la comunidad ideal es la que trasciende, la que va hacia Dios. Podría ser la católica, como decía Bacon. Por eso la pregunta de Nancy sobre por qué se perdió es parte del tema. Entonces para que una sociedad sea perfecta se pueden proponer muchas cosas en lo económico, lo político, lo social y lo cultural, pero sin la adoración de Dios no hay nada, no existe la trascendencia dice Nancy, sólo existe la envidia dice Girard, y todo se pierde en el caos en el sinsentido. Y si a lo largo de la última historia de Occidente se ha perdido esa adoración no podemos esperar una sociedad perfecta. Como decía Nietzsche, han cortado el cordón umbilical que los unía a Dios, ¿no empiezan a oler la podredumbre?[31]
Bibliografía
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Notas
[1] Madan, Gurmukh, Cinco sociólogos occidentales en torno a la sociedad India: Marx, Spencer, Weber, Durkheim, Pareto, ed. cit.
[2]Moreno Romo, Juan Carlos, El fin de la ciudad, ed. cit.
[3] Nancy, Jean Luc, La comunidad inoperante, ed. cit., p 13.
[4] Nancy, Jean Luc y Moreno Romo, Juan Carlos, “El sentido y la distancia” ed. cit.
[5] Nancy, Jean Luc, La Comunidad inoperante, ed. cit., pp. 18-20
[6] Nancy, Jean Luc, y Moreno Romo, J. C.,” El sentido y la distancia”, ed. cit.
[7] Nancy, Jean Luc, La Comunidad inoperante, ed. cit., p. 87.
[8] Garaudy, Roger, Los integrismos. Ensayo sobre los fundamentalismos en el mundo, ed. cit., p. 22.
[9] Conrad, Joseph, Una avanzada del progreso, ed. cit.
[10] Nancy, Jean Luc, & Moreno Romo, J. C., Occidentes del sentido/Sentidos de Occidente, ed. cit., p. 15.
[11] Nancy, Jean Luc, La Comunidad inoperante, ed. cit., p 47-51.
[12] Girard, René, Mentira romántica y verdad novelesca, ed. cit., p. 280.
[13]Al-Farabi, La ciudad ideal, ed. cit.
[14] Nancy, Jean Luc, La Comunidad inoperante, ed. cit., pp. 13-14.
[15] Ibidem, p. 24.
[16] Curtis, Adam, El siglo del yo, ed. cit.
[17] Nancy, Jean Luc, La Comunidad inoperante, ed. cit., p.16.
[18] Ibidem, p. 21
[19] Marx, Carlos y Engels, Federico, La ideología alemana, ed. cit.
[20] Toynbee, Arnold, An Historian’s approach to Religion, ed. cit.
[21] Nancy, Jean Luc, La Comunidad inoperante, ed. cit., p. 19.
[22] Marcos Carretero, Mar, Silencio y visualidad. Representaciones del silencio en el arte contemporáneo (1990-2010), ed. cit.
[23] El noble Corán y su traducción, ed. cit.
[24] Nancy, Jean Luc, La Comunidad inoperante, ed. cit.
[25] Debray, Régis, Dios un itinerario. Materiales para la historia del Eterno en Occidente, ed. cit., p. 33.
[26] Toynbee, Arnold, An Historian’s approach to Religion, ed. cit., p. 133.
[27] Idem.
[28] Nancy, Jean Luc, “La deconstrucción del cristianismo”, ed. cit., p. 7.
[29] Ibidem, p. 19.
[30] Moreno Romo, Juan Carlos, Hambre de Dios. Entre la filosofía, el cristianismo y nuestra difícil y frágil laicidad, ed. cit., p. 27.
[31] Nietzsche, Friedrich Wihem, De la gaya ciencia, ed. cit.
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