Oraciones islámicas y prácticas gnomónicas. Parte segunda

Figura 1.02. Relación del humano moderno con el sol y la sombra. Imagen del autor.

 

 

Relación del humano moderno con el Sol y la sombra

 

Todas las oraciones islámicas se orientan hacia el este y para orar, se evitan los instantes de la salida y puesta del sol, como así también, los momentos en que el Sol se ubica en su punto más alto del día. Estos son considerados “haram”, es decir, ilegales o prohibidos por el islam,[1] razón por la cual, las oraciones en esos momentos están prohibidas. El momento de inicio de la oración es llamado “zawal” y comienza cuando el sol se aleja de su meridiano central y no debe confundirse con el instante en que el Astro se encuentra intersecando el meridiano.

 

Para el inicio y finalización de cada una de las oraciones en relación con la salida, puesta y tránsito del Sol, lo hacemos respetando el tiempo prohibido de entre 3 y 5 minutos, haram y ante cualquier omisión involuntaria o de redacción poco explícita en la que podamos incurrir, apelamos a la colaboración del lector y se lo interprete siempre, respetando la jurisprudencia del Radd al-Muhtar.[2]

 

Oraciones musulmanas [3]

 

Las oraciones musulmanas diarias y obligatorias son cinco y se suceden una tras otra, conforme la posición del Sol y el respeto y observación de los tiempos prohibidos por la jurisprudencia.

 

  1. Oración del amanecer crepuscular:

La primera oración islámica del día es “`Fajr” (1). El período de tiempo diario para `Fajr, comienza con el crepúsculo y finaliza poco antes de que el sol asome por el horizonte. En términos astronómicos, comienza con el crepúsculo de la mañana y finaliza unos minutos antes del orto solar. `Fajr consta de dos rak’ah (unidades de oración) obligatorias.

 

  1. Oración del mediodía solar:

La segunda Salah u oración del día es “`Dhuhr” o “`Zuhr” (2). El Zawal es el momento en que comienza ´Zuhr y sigue inmediatamente al tiempo prohibido. El período de tiempo diario para para ofrecer el Salah de `Zuhr o `Dhuhr, comienza poco después de que el sol pasa por el punto más alto del lugar, es decir, después del mediodía solar verdadero y se produce el -mínimum de sombra diaria-; en términos astronómicos, es unos minutos después del tránsito del Sol. En consecuencia y en términos gnomónicos, los musulmanes evitan orar durante la sombra mínima diaria que se produce cuando el Sol interseca con el meridiano del lugar. Consta de cuatro rak’ah (unidades de oración) obligatorias. Originariamente, el período de tiempo para el `Dhuhr termina por la tarde, poco antes de que la sombra propia sea igual a la estatura del orador y que simultáneamente, la altura de todos los objetos en el mismo lugar, lleguen a igualarse con su propia sombra.

 

Como digresión y en relación a este tema en otras culturas, digamos que en el preciso momento, de igualdad “sombra=altura”, el rayo solar incidente, hace de hipotenusa que da lugar a la generación de dos ángulos de 45º y respectivas tangentes unitarias, formando un particular triángulo rectángulo de dos lados unitarios y otro raìz de 2 que, remite al factor gnomónico platónico (fgp) y a los muy interesantes trabajos gnomónicos que viene desarrollando el arqueo-astrónomo Dr. Raúl Pérez Enríquez.[4]

 

Recordemos también, que este recurso basado en la igualdad de sombras por unidad[5], es muy antiguo y según algunos autores, ha sido el que le habría permitido a Tales de Mileto (624-546 A.C.), medir la altura de la pirámide de Giza, quien según lo presenta Heródoto (484-425 A.C.), era un “fenicio práctico” y eficaz,[6] por lo que debió saber de la correspondencia entre el ángulo de 45° y la igualdad entre sombra y altura, como parte de los conocimientos gnomónicos heredados de los babilonios.[7] En tal sentido, Justo es recordar entonces que, además de esta aplicación emblemática de la metodología gnomónica, al talentoso milesio de origen fenicio también se le atribuye haber escrito una obra sobre solsticios y equinoccios y, aunque hay muchos autores que ponen en duda si alguna vez Tales salió de Grecia y se nutrió en directo del saber egipcio, Aecio (s. II A.C.) y Flavio Josefo (37-100 D.C.). Sin embargo, aseguran su paso y estadía en Egipto.[8]

 

  1. Oración de la tarde:

El tercer tiempo de oración es “`Asr”, (3) comienza poco después de la igualdad entre la altura del objeto y su sombra, cuando la altura del objeto ya no es exactamente igual a su altura, pero sí, apenas mayor y seguido inmediatamente después del mediodía solar.

La oración ‘Asr consta de cuatro rak’ah (unidades de oración) obligatorias.

 

La duración del período de tiempo diario de oración ‘Asr, no es igual para todo día del año ni lugar, ya que las longitudes de las sombras del mediodía solar dependen de la latitud geográfica y de la estación del año.

 

En algunos sitios el ‘Asr comienza con un ángulo apenas mayor de 45º, que podemos redondear en unos 45,4º y culmina con otro menor a las dos altura propias, aproximadamente 63º si para tal fin, tenemos en cuenta que 2, como el doble de la unidad altura humana, es la tangente del ángulo de 63,4349º. Es decir que, a la sombra propia hay que afectarla por el factor 1 para las escuelas Shafiti, Malikite y Hanbalite, factor 2 para las escuelas Imame Abu Hanifa y factor 4/7 para la escuela Chiaa.

 

Según aclara Gianni Ferrari, “los seguidores de las escuelas Maliki, Shafi y Hanbali coinciden en mantener que el período para la oración de Asr comienza cuando la longitud de la sombra de un objeto excede la longitud del objeto mismo incrementada por la longitud de su sombra al mediodía y termina cuando la longitud de la sombra excede el doble de la longitud del propio objeto. Por el contrario, la escuela Hanifa, fija el instante del comienzo de la oración en el instante del segundo ´Asr arriba definido y finaliza en el momento inmediato antes de la puesta del sol”.

 

Para evitar confusiones, cabe señalar que el ritual oratorio no requiere de conocimiento alguno de la geometría descripta y es totalmente prescindente de estas medidas de ángulos, de modo que las mismas, solo son nuestras observaciones teóricas, recogidas con el claro propósito de relacionarlas a otras prácticas antropo-gnomónicas y los ángulos correspondientes, como  por ejemplo, con los diez pies romanos conocidos como decempedalis o el stoicheion griego[9] pues, teniendo en cuanta que el pie es la séptima parte  de la estatura[10], la sombra solar proyectada a nuestros pies, nos está hablando en este caso, de un ángulo de incidencia solar de 55º.

 

Por las razones expuestas y referidas a las longitudes de las sombras del mediodía solar, habría zonas donde el Àsr comenzaría más tarde y con el doble de sombra, lo que supone un ángulo de incidencia solar cercano a los 63,43494882º, extendiéndose luego, “hasta que el cielo se tiñe de rojo”; esta forma puede estar vinculada con regiones subtropicales en las que el mediodía solar de invierno, presenta sombras de longitudes superiores a una altura y en consecuencia, la suma de la latitud más la máxima declinación solar, superan los 45º requeridos. Ante esto, en algunas mezquitas, los musulmanes habrían contado con particularísimos relojes solares que, con un especial y estético trazado de veneros curvos y paralelos, separados entre sí por 20 minutos (que es el tiempo medio de cada oración) e intersecando con los respectivos trópicos y la línea equinoccial, se referenciaban exclusivamente al mediodía solar y de esa forma, indicaban para cada día del año y estación correspondiente, el tiempo que restaba para la oración ´Asr, medida regularmente en los términos de la duración aproximada de una oración media, es decir, medían el tiempo restante en porciones de tiempo de 20`.

 

  1. Oración del atardecer crepuscular:

La cuarta oración del día es “`Magrib” (4). Comienza después de que el sol se ha puesto, con el inicio del crepúsculo nocturno y dura hasta que el mismo se desvanece en el anochecer. El Magrib consta de tres rak’ah (unidades de oración) obligatorias.

 

  1. Oración nocturna:

La quinta y última oración del día es “’Isha” (5). Comienza después de que el crepúsculo se ha desvanecido. ‘Isha consta de cuatro rak’ah (unidades de oración) obligatorias.

El tiempo de oración de ‘Isha termina en medio de la noche, poco antes de que en el lado opuesto de la Tierra se produzca el mediodía solar, o dicho de otro modo, poco antes de la mitad de tiempo entre la puesta y salida del sol dividido por dos.

 

Interpretación gnomónica de las oraciones

 

Para interpretar gnomónicamente lo dicho, se puede recurrir al auxilio de un reloj astronómico digital,[i] o en su defecto y aunque con menor precisión, a un simple gráfico circular que nos permita seguir la hora solar de la salida y puesta del sol en cada época del año, el inicio y finalización de cada período de tiempo de oración y de ese modo, comparar las diferencias de duración del tiempo de oración ´Asr (3) entre los días de equinoccios y de los solsticios extremos. En la figura 2 puede apreciarse claramente que, en épocas de otoño e invierno (c), el período de tiempo disponible para el ´Asr (3) es menor que en primavera (b) y verano (a). Vemos también que, para el verano en una zona subtropical, los márgenes crepusculares se desplazan ganándole horas a la noche y de ese modo se extiende el día, de manera tal que, entre la oración de la tarde `Asr y la crepuscular `Magrib, hay una importante franja de tiempo. No ocurre lo mismo durante el invierno, ya que la noche se extiende y en algunos sitios de latitudes relativamente altas, se acorta el tiempo entre la oración `Asr y el inicio de `Magrib.

 

Figura 2. Tiempos de oración, estaciones del año y en rojo, los momentos prohibidos “haram”. Obsérvese como en invierno, se acorta naturalmente el tiempo del Asr. Imagen del Autor.

 

De cualquier manera, los inicios y finales están perfectamente definidos cuando seguimos los tiempos solares que hemos graficado y si por un momento, a los efectos puramente gnomónicos nos abstraemos de las prohibiciones de simultaneidad entre los fenómenos solares y de oración ( simultaneidad que implica “haram” y que culturalmente es entendido como los momentos en los que -el fuego del infierno se intensifica-), se puede apreciar la concordancia metodológica que existe entre el inicio oratorio `Fajr  y los inicios de las horas babilónicas. Este aspecto, nos lleva a reconocer también, que ocurre algo parecido con la medición del tiempo restante del reloj de la Mezquita de Santa Sofía de Estambul con la forma de medir las horas itálicas.

Estas coincidencias gnomónicas, como así también las que pudieren hallarse con las oraciones zoroastristas o las celebraciones solares sudamericanas en honor a Inti, Antú etc., no deben sorprendernos, pues no son casuales, sino más bien, el reflejo de la antigüedad ante-migratoria y africanas de estas prácticas en torno al sol.

 

Aunque en general las oraciones musulmanas tienen un claro inicio y finalización de su segmento de tiempo diario, debemos tener en cuenta que las mismas tuvieron origen en latitudes muy cercana a los trópicos, donde las sombras de invierno no resultan tan largas como para impedir que la oración `Asr cuente con un tiempo considerable durante todo el año. Pero no ocurrió lo mismo a medida que el islam se fue extendiendo hacia latitudes más altas, en las que las sombras del mediodía de otoño e invierno son muy largas y hacen que la finalización del `Dhuhr o `Zuhr, dificulten la disponibilidad de tiempo para la oración `Asr.

 

Por tal motivo, la oración de la tarde en general, y muy particularmente el tiempo `Asr (3), han sido objeto de un tratamiento especial adaptado a cada latitud, y en tal sentido, hay variadas opciones prácticas como la de comenzar inmediatamente después de una sombra igual a una o dos veces la altura o sumar esta al mínimum de sombra del mediodía solar.

 

El ´Asr también, dio lugar al diseño de particularísimos relojes solares como el de la Mezquita de Santa Sofía (figura 3), construido para una latitud de 41º y que aún se conserva. Es un reloj solar vertical de 78x47cm, en el que se pueden ver 13 veneros curvos, separados entre sí por 20 minutos (5º), que intersecan con las líneas de los trópicos de Capricornio y Cáncer, mientras que, a la izquierda del cuadrante, se destacan dos líneas horarias verticales a plomo, en las que una de ellas, marca una determinada hora solar, a partir de la cual y tomada como referencia, se permite mesurar el tiempo que resta para poder orar el `Asr. Este y otros relojes musulmanes, que no son objeto de este trabajo, han sido profusamente estudiados por Gianni Ferrari.

 

Figura 3. Esquema del reloj solar de la Mezquita de Santa Sofía de Estambul con las leyendas tomadas de G. Ferrari y traducidas al castellano. Imagen del autor.

 

Conclusiones

 

Los períodos de tiempo diario canónicamente asignados para las oraciones islámicas tienen un carácter antropo-gnomónico y vivencial, que rescata las prácticas gnomónicas más antiguas de la humanidad: aquellas que, muy probablemente, desde el juego con las sombras hasta el uso de las sombras para orientarse, favorecieron el desarrollo y construcción de una subjetividad espacio-temporal que, en la dimensión vertical, produjo un arriba y un abajo, mientras que en el plano horizontal, en el mismo suelo que el hombre pisa y pegado a sus pies, con viboreantes trazos de sombras en lugar de tizas o lápices, fueron emergiendo las primeras formas de representación simbólica y de complementariedad invertida del recorrido del sol por el arco diurno y del cielo todo. Así, el humano moderno, mediante la sombra solar propia, comenzó a ver, representado a sus pies, todo lo que ocurría en el cielo. Puso el cielo a sus pies y de ese modo, invirtió la mirada dirigiéndola hacia un espacio más familiar e introspectivo y por él mismo cuatripartito en un por delante y por detrás, una izquierda y una derecha; en un todo a su escala, donde la salida del sol por el oriente fue su primer referencia cardinal.

 

En cuanto a la cultura musulmana en expansión, experimentar corporalmente la gnomónica en distintas partes del mundo significó tener que considerar que, durante el invierno, en latitudes superiores a las originarias cercanas al Trópico de Cáncer (+23,44º), el tiempo de oración de la tarde, `Asr (3), no se puede determinar conforme a la prescripción básica de una sombra un poco mayor a la altura, pues ya internados en zonas subtropicales, es imposible que cerca del solsticio de invierno una sombra solar sea igual a la altura. Todas son mayores e incluso lo es el mínimum de sombra diaria del mediodía. En consecuencia, estimo que, para las regiones fuera de la franja intertropical, la oración `Asr, podría comenzar cuando la sombra de la tarde es apenas mayor que dos veces la estatura de la persona y o lo que es equivalente, poco mayor al doble de altura de todos los objetos del lugar.

 

Estos problemas se fueron presentando a medida en que el mundo islámico se fue extendiendo geográficamente hacia el Norte, sobre latitudes superiores, y sin lugar a dudas, esa expansión por encima del trópico de Cáncer, significó para el mundo musulmán, tener que exigirse en el estudio de los fenómenos gnomónicos, para así procurarse de los recursos necesarios que les permitieran formalizar las cinco oraciones diarias y obligatorias, sin que ello implicara perder la esencia del ancestral vínculo con el oriente y los momentos solares del día.

 

Entre tales recursos, se encuentra el particularísimo reloj solar vertical de la Mezquita de Estambul Santa Sofía, en el que, mediante un singular trazado de trece intervalos de tiempo curvos de 20`cada uno, a la modalidad de las horas itálicas, se indica el tiempo que resta para el cierre del ´Asr. Es importante mencionar que los períodos del tiempo diario para la oración islámica describen y dividen perfectamente los momentos del día y con ello, los ángulos de la incidencia solar correspondientes.

 

Además, conforme al curso migratorio que surge de las recientes evidencias e interpretaciones arqueológicas, genómicas y míticas, podemos afirmar que estos antiguos conocimientos del uso del cuerpo como instrumento gnomónico para medir y orientarse en el tiempo y el espacio, que claramente se evidencian en las oraciones musulmanas, junto a la posibilidad de la sustitución del cuerpo biológico por un objeto gnomónicamente equivalente de constitución material e inorgánica, como pudo ser una lanza, vara, báculo, estilete o bastón proyector de sombra, habrían llegado tempranamente al oriente próximo, de la mano y arquetípica subjetividad de aquellos primeros grupos humanos que, saliendo de África, ingresaron a la península arábiga a través del estrecho sur Bab-el-Mandeb. Estos conocimientos fueron conservados por miles de años sin escritura, gracias a la tradición oral y a la práctica diaria de oración al Sol sostenida sobre férreos preceptos de conducta, tan férreos como la misma adversidad que progresivamente ofreció el medio ambiente, al que finalmente vieron convertido en desierto.

 

En consecuencia, estimamos que, con anterioridad al islam y al resto de las grandes religiones, estas prácticas antropo-gnomónicas que hoy observamos en las oraciones musulmanas, ya existían y serían preexistentes, incluso, a las civilizaciones del oriente próximo.

 

Hay muchísimos indicios que señalan que estas prácticas antropo-gnomónicas, pudieron originarse muy tempranamente en el continente africano a la manera de un juego con las sombras y que luego, con el paso del tiempo, este juego condujo al control de la proyección de sombras a voluntad, para finalmente servirse de ellas y del sol en pos de orientarse, cual GPS arcaico. De esa manera el Sol ingresó definitivamente a la subjetividad humana, para instalarse y ser por siempre venerado.

 

Para finalizar, debo decir que este trabajo no podría haber sido posible sin la inestimable colaboración de Pedro Novella y Esteban Martínez Almirón. Muchas gracias.

 

 

Bibliografía

  1. Benigar Juan, La Patagonia piensa, Siringa libros, Buenos Aires, 1978.
  2. Busto César. Aplicación Solar Info”. TempusUmbraEducación, 2016.

https://play.google.com/store/apps/details?id=com.tempusumbra.solarwidget&hl=es_AR

  1. Calvino, Rubén. “Del cos humá com a primer gnomón solar”. La Busca de paper, Societat catalana de gnomónica. Nº89. Cataluña, 2018, p 28.
  2. Da Vinci, Leonardo. “Textos completos de Leonardo da Vinci y Vitruvio”. Cuadernos de matemáticas. Recuperado de http://centros.edu.xunta.es/iesramoncabanillas/cuadmat/hvtexcomp.htm
  3. Fernández Cepeda, José Manuel. “Tales de Mileto” en Los filósofos presocráticos. Recuperado de:

https://www.filosofia.org/cur/pre/tales.htm

  1. Ferrari, Gianni. “Le meridiane ottomane in Turchia”. Nuova Ristancia, Módena, 2011.
  2. Heródoto, Editorial Gredos, Madrid 2015.
  3. org. “Lo ilegal o prohibido”. Recuperado de https://islamqa.org/hanafi/daruliftaa/8589/is-it-unlawful-haram-to-use-skinface-lightening-creams/ y https://islamqa.org/hanafi/qibla-hanafi/35644/zawal-time/
  4. Pérez-Enríquez, Raúl. “El Triángulo de Platón y El Factor Gnomónico”. Departamento de Física de la Universidad de Sonora. Recuperado de: https://arxiv.org/ftp/arxiv/papers/1305/1305.5652.pdf
  5. Severino, Nicola. “Breve historia de la gnomónica”. Carpe Diem, Italia 1997. Recuperado de: https://www.siruela.com/archivos/fragmentos/ElSur.pdf
  6. Universidad musulmana, “Conocimiento espiritual Islámico”. Recuperado de http://islam.com.ar/institucional/ y https://muslimversity.com/how-many-times-a-day-do-muslims-pray/#Asr_Late_afternoon_prayer

 

Notas

[1] IslamiQA “Lo ilegal o prohibido”. ed. cit.
[2] IslamiQA “Hora de Zawal”. ed. cit.
[3]Universidad musulmana, “Conocimiento espiritual Islámico”. ed. cit.
[4] Raúl Pérez-Enríquez, “El Triángulo de Platón y El Factor Gnomónico”. ed cit.
[5] Calvino Rubén A. “Del sistema de quantitast per unitat ila gnomònica”. ed cit.
[6] Heródoto, “Historia”, Libro I, (75), ed. cit.p.150
[7] Heródoto, “Historia”, Libro II, (109), ed. cit. p.396
[8] Fernández Cepedal, José Manuel, “Tales de Mileto”. ed. cit.
[9] Severino Nicola, “Breve historia de la gnomónica”. ed. cit. p. 3
[10] Da Vinci, Leonardo. “Textos completos de Leonardo da Vinci y Vitruvio”. ed. cit.
[11] Busto, César. Aplicación “Solar Info”. ed. Cit.