SISTEMA CONSTRUCTIVO DE LA ESCUELA RURAL FRONTERIZA MARQUITOS (MUNICIPIO SAN MATÍAS, SANTA CRUZ – BOLIVIA)
Resumen
El presente artículo pretende construir apuntes esenciales, que sean útiles para reflexionar en torno a una sociología de la ciencia y la tecnología en contextos de postcolonialidad y periferia. Entiéndase lo postcolonial, como aquellos contextos geográficos y sociales que representan históricamente, a grandes rasgos, los enclaves periféricos del capitalismo central, entre ellos, parte de las naciones africanas, asiáticas y en especial latinoamericanas. Para tal efecto, se realizan apuntes básicos sobre una posible sociología económica, institucional, de la cultura, política y ambiental en ciencia y la tecnología, es decir apuntes enfocados desde la colonialidad y la periferia.
Palabras clave: sociología de la ciencia y la tecnología, postcolonialidad, periferia, capitalismo central, capitalismo periférico, complejidad.
Abstract
This article aims to build essential notes that are useful for reflecting on a sociology of science and technology in post-coloniality and periphery contexts. The postcolonial is understood as those geographical and social contexts that historically represent, broadly speaking, the peripheral enclaves of central capitalism, including part of the African, Asian and especially Latin American nations. For this purpose, basic notes are made on a possible economic, institutional, cultural, political and environmental sociology in science and technology, that is, notes focused on coloniality and the periphery.
Keywords: sociology of science and technology, postcoloniality, periphery, core capitalism, peripheral capitalism, complexity.
Al ser las naciones latinoamericanas, o países del otrora “tercer mundo”, sociedades legatarias de un pasado colonial, cuyos resabios históricos persisten, a medida que se reproducen en varias manifestaciones de la vida social, la presente propuesta se debe a la necesidad de abordar el análisis sociológico en ciencia y tecnología (en adelante CyT), desde las realidades históricas locales, y desde sus problemáticas específicas, con la reserva medida al realizar implantaciones deductivas, acríticas o descontextualizadas, relativamente dominantes en la literatura sociológica sobre el tema. Es decir, aquellas líneas teóricas derivadas preferentemente, desde los escenarios occidentales del capitalismo central: en especial, aquellas líneas, institucionalizadas y formalizadas como sociología de la ciencia propiamente dicha (Mannheim, Sorokin, Merton), y/o como sociología de la tecnología (Hugues, Callon, Pinch, entre otros).
Más allá de la ciencia propiamente dicha, de la ciencia autónoma, es bueno recordar una reflexión del cristalógrafo y filósofo irlandés John Desmond Bernal (1901 – 1971), quien en los años sesenta, después de una vasta producción en estudios críticos sobre CyT, insiste en procurar una comprensión holística del proceso científico tecnológico, ya que el grueso de conceptualizaciones en torno a la ciencia, por lo general abordan, preferentemente, sólo aquella dimensión que le es propiamente científica, como ciencia en cuanto tal. Mientras la ciencia en la sociedad, en la sociedad capitalista en este caso —en la modernidad que es coetánea de la colonialidad—, es producto de una amplia interacción entre el conjunto social, a medida que se hace a su vez, determinante para él.
Es decir, que la ciencia sociológicamente, se piensa en efecto, como un aparato epistemológico en cuanto tal, con sus propios métodos, con sus propios instrumentos, pero también se debe pensar en su complejidad, en su multidimensión, como una institucionalidad en efecto, pero también como una tradición cultural acumulativa, como un factor determinante en la producción y la economía, o como un conjunto de opiniones y actitudes que las sociedades desarrollan respecto al universo, a la cultura y al ser humano.[1]
Un abordaje complejo de la sociología de la CyT, en general, consistiría en identificar algunas de las dimensiones más generales de la vida social, o de los factores condicionantes de la sociedad en los que se inscribe el proceso, al ser éste, el proceso científico tecnológico, un proceso social y condicionado, cuyos factores en su complejidad, en su multidimensión, se presentan en tanto dimensiones o factores económicos, institucionales, culturales, político-sociales, ambientales, etcétera, y que son a su vez, y en sí mismos, factores de complejidad y múltiple determinación interna.
En tal sentido, una sociología compleja, como generalidad, como horizonte hacia la “totalidad”, a la concatenación universal, abordaría para ello el punto de vista de la integralidad, a medida que se sirve de la autonomía relativa de las supuestas sociologías particulares, entre ellas, las tradiciones propias de la sociología económica (con mayor énfasis en este artículo), de la sociología institucional, cultural, política y ambiental, si se trata de pensar en este caso, en un orden de profundidad a considerar en los presentes apuntes sociológicos sobre CyT, en contextos de periferia y de postcolonialidad.
Apuntes para una “sociología económica”
Si abordamos elementos para una sociología económica en CyT desde la periferia, podemos utilizar básicamente, el paradigma del sistema mundial, es decir, el sistema mundo como una forma de división geográfico extensiva del trabajo social[2], donde existen centros, evidentemente, de desarrollo intenso del modo de producción capitalista, y centros periféricos a su vez, imprescindibles pero subordinados a ese proceso a partir de su acervo colonial. Como es sabido, existen pues, autores muy importantes en torno a esta temática, la de sistema mundo o sistema mundial, entre ellos Immanuel Wallerstein (1930 – 2019), Samir Amin (1931 – 2018), Fernand Braudel (1902 – 1985), Giovanni Arrighi (1937 – 2009), o Agustín Cueva (1937 – 1992), quienes contribuyen a constituir un marco histórico de formación de este modo de producción, capitalista, en su vinculación con los escenarios coloniales.
La situación periférica implica por ejemplo, aquella situación planteada por Samir Amin[3], en torno a la formación de un capitalismo periférico que coexiste y a la vez es legado de las formaciones económicas precapitalistas, preexistentes, ya que todas estas sociedades coloniales, o periféricas, tendrían un acontecer pre capitalista de origen, que se instala espacial y socialmente con algún tipo de capitalismo periférico local, que a su vez, se introduce recién, en las dinámicas del capitalismo central y dominante. Entonces esas formaciones económicas precapitalistas se articulan de alguna forma en el capitalismo periférico local, para recién incorporarse en el capitalismo central, por medio de las posibles asimetrías estructurales reproducidas históricamente, manifestadas en varios de los escenarios de la vida social.
Bolívar Echeverría (1941 – 2010), plantea el estudio crítico de la renta tecnológica si se trata de comprender el proceso tecnológico desde la periferia, es decir, aquella dinámica económica existente en la compra o uso de tecnología foránea, entendido este proceso mayormente, como transferencia de tecnología. Renta tecnológica que puede con facilidad, hacer de hermenéutica dominante, en las prácticas, políticas y discursos oficiales sobre CyT que se dan en la periferia. Así pues: “[…]. El propietario de una nueva tecnología puede proteger el uso monopólico de ella y, además, puede vender su uso a otros productores. […]. Si llamamos renta de la tierra al dinero que el terrateniente recibe por el uso de su tierra, podemos llamar también renta tecnológica al dinero que el propietario tecnológico recibe por el uso de «su» tecnología.”[4]
Renta tecnológica que supone una transferencia instrumental y profesional, que generaría según Echeverría, tres efectos nefastos derivados en el corto plazo, a saber: 1) la incapacidad de generar políticas para romper el círculo vicioso del subdesarrollo; 2) depreciación relativa de los productos naturales; 3) y pérdida de soberanía por parte de los estados nacionales periféricos, en pro de una refeudalización recursiva de la vida económica.[5]
Desde esta perspectiva, la de centro-periferia, desde la formación del capitalismo, la división internacional del trabajo produce la dependencia de las colonias o países en desarrollo, hacia los países desarrollados, siendo los primeros, proveedores principalmente de materias primas, por medio de actividades extractivas con siglos de recurrencia (desde el periodo colonial), e intentos semi fallidos de industrialización local, sobre lo cual, existe una amplia tradición provista por instrumentos teóricos propiamente latinoamericanos, como la Teoría de la dependencia (Ruy Mauro Marini, Theotonio Dos Santos), o la Teoría del centro-periferia (Raúl Prebisch, Celso Furtado).
Ahora bien, desde perspectivas más conservadoras, Jeffrey Sachs[6] por ejemplo, desde otra posición, especifica otras alternativas, en forma de condiciones básicas que tendrían que reunir los países del “tercer mundo” para incorporar tecnologías, si se pretende una incorporación exitosa a partir de una base material mínima, a saber: 1) el ahorro y la inversión por parte de los estados: la utilización de tecnología exige inversiones en capital físico y humano, lo cual exige ahorro; 2) que los países sean capaces de generar exportaciones, no sólo importaciones: un país puede importar tecnologías del extranjero pero también debe ser exportador de productos; 3) que exista posesión de capital público y privado: los privados inventan tecnologías en efecto, pero la aplicación de éstas debe darse por medio de inversiones públicas; 4) y adaptaciones de la tecnología transferida a la ecología local, es decir a sus condiciones biofísicas y socioculturales.
Es decir, a pesar de las narrativas neoliberales, más discursivas que reales, se requeriría la presencia de un capitalismo local medianamente desarrollado, institucionalizado, burocratizado, articulado a un estado nación, que posibilite pues, su rol desarrollista, y brinde las condiciones para la producción, para la mentada inversión extranjera, como aspecto específico, en el ciclo del capital en la economía dependiente[7] que le corresponde, y con dicho proceso de inversión, sus procesos de transferencia de tecnología.
Finalmente, para mayores reflexiones, de corte liberal moderado, sobre las necesidades de complemento y no de sustitución entre los estados y los mercados en las agendas desarrollistas de los países, en el ocaso de la globalización neoliberal, puede ser oportuno revisar el libro La paradoja de la globalización, del economista turco Dani Rodrik.[8]
Apuntes para una “sociología institucional”
Una sociología institucional en CyT en la periferia, tendrá que identificar, cómo está dado históricamente, el proceso de institucionalización del conocimiento científico tecnológico en los escenarios locales, en su relación con lo global: institucionalización dada a partir de modelos de administración, y de generación de actividades productivas formalizadas –de industria extractiva por lo general– relativamente estables en su forma y en su dinamismo, respecto al quehacer técnico local-global, además de algunas particularidades, aportes o personajes de las diferentes naciones.
En el marco del capitalismo central por ejemplo, para el sociólogo de la ciencia Steve Woolgar[9], existen etapas identificables en el desarrollo de la institucionalización del conocimiento científico en occidente, las cuales son para él: la etapa amateur, la etapa académica y la etapa industrial-profesional, lo cual representa en efecto, nada más que un modelo de clasificación entre otros posibles. ¿Pero cómo puede identificarse un proceso de institucionalización del proceder científico tecnológico en los contextos locales?
Como apunte y ejemplo en este caso, es útil recordar alguna reflexión del boliviano Ramiro Condarco[10], respecto a que en Bolivia por ejemplo (escenario propicio de capitalismo periférico y colonial), y su pasado pre republicano, podríamos encontrar hasta mediados del siglo XX, la formación de tres escenarios históricos de actividad, aplicación y/o desarrollo científico, es decir, alguna forma de inserción latinoamericana, altoperuana o boliviana en este caso, con el capitalismo internacional, y con sus procesos científicos y tecnológicos. Estos tres escenarios planteados por Condarco, en este contexto, serían los siguientes: 1) la metalurgia de Charcas en los siglos XVI y XVII, incluido el proceso de transferencia de tecnología implementado en esa época; 2) la botánica y la zoología de Tadeo Haenke (1761 – 1816), biólogo y zoólogo checo, que realizó muchos de sus aportes científicos en el escenario latinoamericano y en especial en la etapa pre republicana boliviana hasta fallecer finalmente en Cochabamba; 3) y la tecnología minera de transición e inicios del siglo XX, es decir, el proceso de extracción de la plata y el estaño, de la mano del liberalismo como modelo político nacional, y del positivismo como modelo epistemológico de las clases dominantes.
Aquí se da un ejemplo básico de formación de una institucionalización de distinto acervo, no necesariamente académica o profesional per se, en torno a los procesos de producción y/o aplicación de conocimiento científico en determinado territorio y espacio social, en este caso una nación de histórica periferia hacia el capital, hablando por el momento, en términos de “conocimiento científico tradicional” –para no opacar los saberes de los pueblos y naciones originarias– en el esquema de la modernidad; es decir, el conocimiento científico instrumentalizado bajo el manto vertical del capitalismo y de la colonialidad. Esta tarea en efecto, la de investigación de los conocimientos y técnicas locales, debe ser desarrollada no sólo buscando el objetivo del rescate cultural, sino también para una comprensión más cabal y compleja de la CyT, en su proceso histórico, en la economía mundo y en el sistema mundo.
Existen otros aspectos que se pueden revisar sobre el tema institucional, en los estudios sobre CyT desde lo postcolonial, en especial aquellos referidos al colonialismo interno y a la estratificación de los espacios científicos, en el rol de las universidades, los centros de investigación y las instituciones del Estado, sin embargo estos aspectos deberán ser tema de estudio de otra ocasión
Apuntes para una “sociología cultural”
Respecto a una sociología de la cultura, es decir, sobre el análisis en este caso, de los productos ideológicos, los imaginarios o representaciones, implantados en la sociedad en cuanto a las narrativas sobre CyT en contextos de postcolonialidad, podemos recuperar algunas reflexiones del matemático argentino Oscar Varsavsky[11], quien en los años sesenta, desde una posición partidista y temprana, se refería a que el cientificismo –es decir la ciencia instrumentalizada como fundamento último de las normas de proceder, en este caso de origen moderno– no es más que una expresión más del colonialismo. Por lo que para construir una ciencia autónoma, es decir propiamente moderna y nacional, es necesario establecer primero, límites a la colonialidad, es decir a la compleja herencia del colonialismo implementada en los espacios culturales, formales y no formales, por medio del cientificismo, en el proceder académico, institucional, y en la comprensión del ser humano en sus relaciones con la naturaleza y con sus semejantes.
Esto permitiría según Varsavsky, trabajar en pro de una ciencia más politizada, más redimida de los poderes externos, y con mayores pretensiones de autonomía respecto a sus condicionamientos sociales, y a fin de cuentas propiamente científicos.
En este marco de posicionamiento cultural, se presenta como paradigma histórico, una gran contradicción de la modernidad y de la globalización, respecto a la tensión entre el derecho democrático al acceso a los bienes de la modernidad, y el derecho a la construcción de la identidad cultural. Es decir, a las posibilidades de acceder a los bienes instrumentales de la modernidad –en tanto ciencia y tecnología instrumentalizada–, a medida que se desarrolla una cultura consciente de sí misma, y que respete los valores de tradición cultural[12]. Entonces en esa gran tensión, es donde se dan las situaciones de acceso y de alienación, sobre los procesos de distribución y consumo material y espiritual de CyT, en las sociedades periféricas y postcoloniales.
Apuntes para una “sociología política” y una “sociología ambiental”
Finalmente una sociología política y una sociología ambiental sobre asuntos en CyT en la periferia, tendrá que ver en primer lugar, en lo político, con los factores que inciden en el modelo de participación social en los asuntos sobre CyT, es decir la capacidad de intervención de los agentes sociales en la orientación y contenido de esos asuntos, en el marco de los intereses y aspiraciones de los involucrados. En segundo lugar, en lo ambiental, se debe reflexionar sobre el modelo de usufructo de los recursos naturales, la sostenibilidad biofísica con el territorio, y los condicionamientos sociales al respecto, en los quehaceres científico tecnológicos locales.
Así pues, el tema político en CyT se da según la lucha por determinada visión legítima del mundo, por cierta concepción sobre los usos, procedimientos y beneficios sociales de los procesos científico tecnológicos en la periferia, en el marco de la reproducción y cambio de sus complejidades históricas. Mientras que el tema ambiental nos plantea en especial, los factores relativos a los extractivismos y los debates implícitos sobre el tema, en la etapa actual del capitalismo y de la civilización, a medida que se replantean necesariamente, las visiones modernas del progreso sin límites y de la explotación indiscriminada de los recursos que ofrece la naturaleza, especialmente en los contextos tradicionales de periferia, que tienen el rol por definición, de ser escenarios de histórica extracción.
Hecha esta breve construcción de apuntes esenciales para reflexionar en torno a una sociología de la CyT en contextos de postcolonialidad y periferia desde el enfoque de la complejidad, es oportuno llamar a reflexión, sobre en qué medida, o hasta qué límites, son útiles las teorías dominantes, occidentales y eurocéntricas, sobre CyT, en tanto filosofía y sociología propiamente dichas –es decir institucionalizadas en sus propias “comunidades científicas”– , para pensar los escenarios latinoamericanos, poscoloniales o periféricos; considerando que el grueso de estas teorías, en su formación histórica y problemática, escasamente consideran o se refieren a los contextos geográficos y sociales que en esta ocasión, han sido objeto de reflexión.
Bibliografía
- Amin, Samir, La acumulación a escala mundial. Crítica de la teoría del subdesarrollo, Siglo XXI Editores, México, 1981, p. 173.
- Bernal, John D., La ciencia en la historia, Editorial Nueva Imagen, México, 1999, p. 41.
- Condarco, Ramiro, Historia de la ciencia en Bolivia. Historia del saber científico en Bolivia, Academia Nacional de Ciencias de Bolivia, La Paz, 1978, pp. 325-326.
- Echeverría, Bolívar, Renta tecnológica y capitalismo histórico, en Antología: crítica de la modernidad capitalista, Oxfam, Vicepresidencia del Estado, Presidencia de la Asamblea Legislativa Plurinacional, La Paz, 2011, p. 683.
- Marini, Ruy Mauro, El ciclo del capital en la economía dependiente, en: Plusvalía extraordinaria, Editorial Autodeterminación, La Paz, 2018, p. 25.
- Rodrik, Dani, La paradoja de la globalización. Democracia y el futuro de la economía mundial, Antoni Bosch Editor, Barcelona, 2011, pp. 25-44.
- Sach, Jeffrey, Economía para un planeta abarrotado, Debate, Barcelona, 2008, p. 280.
- Touraine, Alain, ¿Podremos vivir juntos?, Fondo de Cultura Económica, México, 1997, p. 204.
- Varsavsky, Oscar, Ciencia, política y cientificismo, Centro Editor de América latina, Buenos Aires, 1969, p. 74.
- Wallerstein, Immanuel, El moderno sistema mundial 1. La agricultura capitalista y los orígenes de la economía-mundo europea en el siglo XVI, Siglo XXI Editores, México, 2011, pp. 489-502.
- Woolgar, Steve, Ciencia: abriendo la caja negra, Editorial Anthropos, Barcelona, 1991, p. 20.
Notas
[1] Bernal, John D., La ciencia en la historia, Editorial Nueva Imagen, México, 1999, p. 41.
[2] Wallerstein, Immanuel, El moderno sistema mundial 1. La agricultura capitalista y los orígenes de la economía-mundo europea en el siglo XVI, Siglo XXI Editores, México, 2011, pp. 489-502.
[3] Amin, Samir, La acumulación a escala mundial. Crítica de la teoría del subdesarrollo, Siglo XXI Editores, México, 1981, p. 173.
[4] Echeverría, Bolívar, Renta tecnológica y capitalismo histórico, en Antología: crítica de la modernidad capitalista, Oxfam, Vicepresidencia del Estado, Presidencia de la Asamblea Legislativa Plurinacional, La Paz, 2011, p. 683.
[5] Ibíd.
[6] Sach, Jeffrey, Economía para un planeta abarrotado, Debate, Barcelona, 2008, p. 280.
[7] Marini, Ruy Mauro, El ciclo del capital en la economía dependiente, en: Plusvalía extraordinaria, Editorial Autodeterminación, La Paz, 2018, p. 25.
[8] Rodrik, Dani, La paradoja de la globalización. Democracia y el futuro de la economía mundial, Antoni Bosch Editor, Barcelona, 2011, pp. 25-44.
[9] Woolgar, Steve, Ciencia: abriendo la caja negra, Editorial Anthropos, Barcelona, 1991, p. 20.
[10] Condarco, Ramiro, Historia de la ciencia en Bolivia. Historia del saber científico en Bolivia, Academia Nacional de Ciencias de Bolivia, La Paz, 1978, pp. 325-326.
[11] Varsavsky, Oscar, Ciencia, política y cientificismo, Centro Editor de América latina, Buenos Aires, 1969, p. 74.
[12] Touraine, Alain, ¿Podremos vivir juntos?, Fondo de Cultura Económica, México, 1997, p. 204.
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