Insurrecciones digitalizadas: Historia, verdad y digitalización de la vida

IMAGEN DE TORSTEN WOLBER

Resumen

El presente artículo tiene la intención de analizar el papel de la historia en el mundo digital del siglo XXI y cómo a su vez el control por la información representa una batalla constante, que se hace presente principalmente en las redes sociales, por el dominio de la verdad, en la cual se enfrentan dos posturas: una que trata de hacer pasar sus narrativas como verdades con la intención de alcanzar una postura dominante en la sociedad, contra aquellos que tratan de impedir esta imposición por medio del resurgimiento y divulgación de historias y experiencias que tratan de ser sepultadas por la verdad que busca imponerse.

Palabras clave: historia, internet, verdad, información, tecnología, redes sociales.

                             

Abstract

This article intends to analyze the role of history in the digital world of the 21st century and how, in turn, control over information represents a constant battle, which is present mainly in social networks, for the dominance of the truth, in which two positions confront: one that tries to pass their narratives as truths with the intention of reaching a dominant position in society, against those who try to prevent this imposition through the resurgence and dissemination of stories and experiences that try to be buried by the truth that seeks to impose itself.

Keywords: history, internet, truth, information, technology, social networks.

 

La posmodernidad trajo consigo dos cosas: la crisis de los grandes proyectos sociales y el avance de la tecnología, la cual se desarrolló a tal punto de alcanzar casi todos los aspectos de la vida humana. Parecieran ser dos cosas distintas, pero lo cierto es que se entretejen una con otra, en tanto que, las personas de esta época al carecer de una base o un pilar que alimente o conduzca la existencia buscan un soporte externo que actualmente han encontrado en la tecnología, la cual a finales del siglo XX y principios del XXI creó un mundo digital donde la mayor parte de las personas pasan grandes lapsos de tiempo, en este sentido el desarrollo tecnológico representa para el mundo posmoderno una experiencia de absoluto que hace sentir que pertenecen a algo más grande que ellos mismos, llenando el vacío que dejaron atrás los grandes proyectos sociales.

 

Al mismo tiempo la evolución de la tecnología capitalista con la llegada del campo de la informática y los circuitos electrónicos se encargaron de impulsar la despersonalización de la vida, en tanto que, parte de las relaciones humanas ya no se daba dentro del campo de la acción y la inmediatez sino que ahora las redes sociales formaban parte de ellas. La novedad que representó esta área alcanzó a una cantidad considerable de la sociedad al grado en que las personas comenzaron a dedicar sus estudios y su vida al campo de la informática, el cual se encargó de formar gente para que trabajaran en las nuevas compañías que aparecieron con el auge de las computadoras de uso doméstico y el internet.

Además habría que agregar que esta nueva forma de vida se vio reforzada por el constante desarrollo de la tecnología como: la aparición de los teléfonos inalámbricos, las computadoras caseras, el avance del internet y el progresivo acceso de las personas a estas nuevas tecnologías; lo que obligó a realizar cambios en varios aspectos: las máquinas de escribir fueron reemplazadas por computadoras, las notas y cartas manuscritas pasaron a ser mensajes de texto o correos electrónicos, y las llamadas por teléfono celular facilitaron la comunicación y localización de personas sin la necesidad de salir de casa. En síntesis podemos decir que el internet es la nueva totalidad de la cual todos quieren formar parte; ya sea navegando entre las distintas páginas que ofrece, al usar las redes sociales como medio de comunicación para sentirse conectados, compartiendo fotos, videos y demás contenido, jugando videojuegos, etc. casi todas las áreas de la vida se trasladaron al espacio digital.

 

No obstante esta digitalización de la vida no es del todo negativa ya que presenta avances importantes para diversos campos que atraviesan la vida, pero sobre todo el de la política y el equilibrio de poderes. Ya que por una parte la posmodernidad no solo permitió el desarrollo tecnológico sino también el surgimiento en la escena política de aquellos sectores marginales que fueron excluidos y hasta perseguidos por los mismos grandes proyectos, pero que ahora emergen en el ciberespacio adoptando los medios de comunicación del internet como una forma de politización, de combate, de resistencia, de manera que las redes sociales se convierten en un campo de batalla de esta pluralidad recién emergida.

 

Aunque estos combates se libran  desde distintos saberes como el antropológico, sociológico, pedagógico también se da en el campo de la Historia, en este sentido la apertura que se dio dentro del campo político propicio para estos grupos la puesta en escena de su pasado, de un pasado que había sido silenciado, marginado, excluido por los poderes dominantes; esto tuvo como consecuencia la aparición de aquellos relatos que ponen en cuestión las historias dominantes de los grupos privilegiados que durante mucho tiempo se nos presentaron como verdades únicas. De esta manera una historia diversa se apropia de las mentalidades de las personas cimbrando los cimientos de los dinamismos sociales que justificaban la organización social establecida, dando paso a un cambio no sólo de gobierno o de régimen, sino también de mentalidad, de valores, de costumbres y tradiciones.

 

La ventaja que representó la aparición del campo digital es que dio paso a una variedad de posibilidades con las que se puede enfrentar ese dominio sobre la historia, que es también un control sobre la información. Esta práctica puede compararse con la expuesta en la novela de George Orwell, quien en su libro 1984 retrata un sistema totalitario en el cual el gobierno dicta una historia única y oficial, de manera que si en algún momento los hechos y acontecimientos diarios llegaran a contradecir algún discurso o postura del Estado o el Partido esto no importaría porque ellos son los que controlan la memoria y la historia del pueblo al poseer los depósitos documentales bajo su control, haciendo con ellos lo necesario para dar la impresión de que siempre están en lo correcto: corrección, destrucción o afirmación de archivos para dar a conocer la versión necesaria así como lo quiere el gobierno. “Quien controla el pasado controla el futuro, quien controla el presente controla el pasado”.[1] De esta forma Orwell expresa como los gobernantes del presente tienen una gran intervención sobre la administración de contenidos que controlan el pasado para determinar el futuro.

 

Contra este intento de emular al Ministerio de la Verdad que aplicaron las clases gobernantes aparecieron opciones y formas de resistencias como: los libros digitales, los cuales rompen con la exclusividad de la cultura que gozaba la clase alta ya que normalmente es difícil que otros estratos de la sociedad, como los obreros, los campesinos y hasta los mismos estudiantes, accedan a los libros físicos. Ya sea por falta de recursos o de disponibilidad de estos la lectura estaba acaparada, pero el formato digital ha permitido que la lectura salga del alto pedestal en el que se encontraba permitiendo llegar a las manos de la mayoría de la población posibilitando un enriquecimiento del capital cultural de los ciudadanos que a su ve da lugar a que estos puedan tomar conciencia de la situación opresiva en la que se encuentran y declarar una resistencia hacia ese poder que los oprime.

Las herramientas del mundo digital son múltiples y variables que han permitido la distribución de la información y el conocimiento de saberes como el histórico a través de distintos medios como lo son: los grupos de lectura, conversatorios, seminarios y otras formas más de reunión como las vídeo llamadas, las cuales permiten entablar conversación con un grupo sin la necesidad de salir de casa. Las mismas redes sociales han permitido que el proceso de politización de la población se acelerara por medio de los memes y los vídeos que se comparten a toda hora,  porque están hechos a partir de posturas críticas, sucesos sociales, datos históricos, etc. que tienen como fin el dar a conocer las posturas políticas actuales y con estas acciones concientizar a las personas de la situación política que están viviendo. De tal forma que podríamos decir que: las imágenes y videos digitales se convirtieron en los nuevos panfletos y la propaganda de los siglos XIX y XX, dejando atrás el mimeógrafo y la imprenta para dar lugar a herramientas digitales de edición.

 

La nueva propaganda: las redes sociales como objeto de politización

 

La propaganda política se ha adaptado a las condiciones del momento actual al grado de que ya no es creada solo por los militantes del partido, los intelectuales del régimen o los combatientes de las guerrillas, sino que paso a manos de los civiles que con el mínimo acceso a los medios edición puede crear una imágenes, memes, vídeos, para difundirlos desde su página de Facebook u otra red social; este hecho que puede parecer muy normal en realidad cumple la función de hacer llegar la información a las personas para la formación política, función que solían tener los panfletos, periódicos, carteles u otros medios de expresión. Su difusión por el espacio del internet aumenta considerablemente el acceso por parte de las personas quienes están pendientes a toda hora de lo que sucede en las redes sociales, pues estas actividades están integradas en el desarrollo de su vida cotidiana.

 

Estas acciones decantan en un combate por el control de la información, que en realidad es una batalla contra la imposición de un relato o historia que tiene como fin imponer una verdad que será instrumentada para llevar a cabo fines como el sometimiento de la sociedad ante una clase gobernante o la destrucción de un pasado incómodo para los grupos de poder en el presente, por lo que bajo esta perspectiva habría que analizar en el presente a la Historia como un saber que forma parte de la guerra y el combate, es decir, que “[…] la historiografía compete al arte de la guerra”,[2] como es el caso de lo que está sucediendo actualmente en Cuba, donde a través de la manipulación de la historia dentro de las páginas web se busca legitimar un relato que presenta al gobierno cubano como una dictadura que justificaría un golpe de Estado con el fin de derrocar el sistema socialista, no obstante ante esta producción de fake news encontramos publicaciones de distintos usuarios que a partir de la historia que narra el contexto social en que nace la revolución cubana, hacen frente a las intenciones de desprestigio de las clases invasoras.

Ahora bien, aunque es cierto que el contexto actual de la digitalización permite una mayor fluidez de la información, esta es una apertura que puede ser instrumentada desde ambos flancos ya que diariamente también podemos encontrar discursos, memes y videos con la intención de reforzar la imposición de una verdad, pero también aquellos que desmienten esas ‘verdades’. En este combate por la verdad unos tratan de imponerla y otros evitan su instauración, ambos mediante la divulgación del contenido que mejor convenga a sus intereses.

 

Aquellos que apoyan la caída del régimen socialista cubano apuntan con un discurso de desabasto de productos, recursos y medicamentos por culpa del sistema; pero los que lo defienden muestran las omisiones que se dejan fuera del discurso golpista: como el hecho de que el desabasto es una consecuencia del bloqueo comercial impuesto desde hace más de medio siglo con el fin de mantener un estado de sitio sobre la nación cubana.  De cierta manera es la historia instituida contra la que quiere instituirse; que en escenarios como este nos permite ver los espacios donde se libran las luchas por el control de la información; en el caso en el contexto digital de las redes sociales.

 

Las redes sociales, un campo para la resistencia política de las minorías

 

¿Por qué podemos hablar de resistencia dentro de las redes sociales? Porque finalmente permiten un flujo importante de información que durante años se desarrolló dentro de un sesgo que tuvo y aún tiene la finalidad de filtrar la formación de nuestras opiniones manipulando, deformando las noticias y los hechos que suceden diariamente. Para comenzar a entender cómo funciona este dinamismo hay que tener en cuenta que las principales redes sociales: Facebook, Youtube, Twitter e Instagram son de origen Estadounidense; por lo tanto responden a intereses económicos y culturales de este país.

 

La mayor parte del contenido que circulaba en estos espacios digitales era alusivo a la cultura estadounidense; esta difusión masiva contribuyo a la creación de un imperio cultural que tenía como objetivo exportar el modelo del estilo de vida norteamericano como un modelo a seguir por todas las sociedades occidentales, pero sobre todo en aquellas pertenecientes al tercer mundo, como es el caso de México. Cumplir con este objetivo tenía dos implicaciones de fondo: erradicar las expresiones culturales de cada sociedad y expandir sus mercados a todo el mundo.

 

Esta difusión informática estaba fincada en apoyar al sistema económico neoliberal, pero ¿Cómo es que el mercado se beneficiaba de la desaparición de las otras culturas? Pues en el sentido de que todo lo correspondiente a la cultura estadounidense tenía que comenzar a venderse al resto del mundo: ropa, accesorios, cine, televisión y hasta la dieta alimenticia por medio de las cadenas de alimentos que se expandieron por casi todo el mundo. Así cumplía con el objetivo de homogenizar a la sociedad al mismo tiempo que sus mercados se expandían de una manera considerablemente grande.

 

En este punto cabe destacar la aparición de ciertas figuras que a través del internet y las redes sociales se han vuelto un foco de atención muy importante en la actualidad: los influencers y youtubers; estos personajes han llegado a ocupar una postura muy alta en el ámbito del mundo digital de manera que, como su nombre lo dice, tienen un alto grado de influencia en la sociedad. Estas personas por medio de sus blogs, cuentas y páginas en las redes sociales crean y comparten contenido dando su opinión respecto a los diversos temas que ocurren día con día, ¿En qué se diferencia esto de lo que hace cualquier persona? En que a estos se les ha concedido posición superior a la de los demás en las redes, ya sea porque son famosos de otras áreas, como deportistas, actores o actrices, o simplemente porque su persona o el contenido que divulgan ha sido más atractivo para las personas que lo consumen.

 

Lo interesante de este asunto es que lo que ellos divulguen se vuelve tema de conversación para la gente, los artículos que usan o promocionan empiezan a comprarse, sus opiniones respecto a un tema se vuelven las opiniones generales de sus seguidores, dando la impresión de que se han convertido en el nuevo poder pastoral ya que sus seguidores experimentan un sentimiento de empatía y compatibilidad con las experiencias e historias que ellos relatan, optando por seguir los consejos de estos como una manera de andar por la vida.

 

La trampa que se juega alrededor de estos personajes es que conforme su alcance crece por encima de los varios millones de seguidores pueden ser cooptados por diversos intereses que buscaran aprovechar este campo de difusión para divulgar su ideología y posturas políticas, ni siquiera es que tengan que ser cooptados, sino que ellos mismos pertenecen a estas clases y grupos pero que no está abiertamente dicho porque causaría un rechazo y una lluvia de críticas ante estas figuras haciéndolas perder toda su influencia.

 

No obstante, en la actualidad surgieron nuevas plataformas de difusión de contenido en internet como es el caso de Tik tok que comenzaron a contrarrestar este dominio, y a su vez permitieron que circulara otros tipo de contenido creados en su mayoría por los usuarios, quienes diversificaron la información que corría dentro de estas y que posteriormente pasaría a las redes oficiales como las de Facebook, Youtube e Instragram, la novedad con estas es que permitieron la aparición de una diversidad  estética corporal ya que de pronto aparecen cuerpos distintos al del canon europeo de belleza impuesto. Poco a poco los cuerpos de los africanos, los asiáticos y los latinos mostraron una pluralidad de cuerpos que se apropia del espacio digital dejando ver como en el fondo existe un punto de vista xenófobo y racista que descalifica aquella estética que no fuera blanca, europea o estadounidense.

 

Esto nos coloca en un nuevo escenario de batalla en el que  geopolíticamente aparecen potencias como China, Rusia, algunos de los países Árabes y de Latinoamérica haciendo un contrapeso a las economías dominantes como la de Estados Unidos. Pero el campo económico no es el único interés de este combate sino también el deseo de recuperar las culturas, las historias, las formas de vida, subyugadas bajo el neoliberalismo tanto para ayudar a replegar el poder neoliberal así como para generar puentes culturales que permita el tráfico de costumbres que permitan aminorar los efectos sociales del régimen capitalista.

 

Entonces por una parte tenemos el surgimiento de los medios digitales que permiten la defensa de los proyectos soberanos como en el caso de Cuba donde la historia se utiliza para contrarrestar las fake news, y por otro lado nos encontramos en otro tipo de combate de corte individual que pone directamente a los ciudadanos en la lucha con el neoliberalismo, a partir de la producción de historias particulares que denuncian los abusos cometidos por dicho sistema fomentando el descontento y el desapruebo de que se vuelva a instaurar un régimen con las mismas características.

 

De ahí que en las redes sociales comiencen a circular una infinidad de publicaciones que expresan la apertura cultural a otros países, la resistencia contra el sistema neoliberal y las historias particulares. Por ejemplo el caso de los colectivos de mujeres que luchan contra la violencia de género y que hacen públicas una serie de historias en Facebook, Twitter, Tik tok, Instagram, etc., en las que relatan los abusos sufridos a manos de los hombres, de los funcionarios públicos, de las injusticias del aborto, del clasismo blanco en el feminismo por decir algunos aspectos en este campo; del igual forma encontramos en nuestros recorridos por las plataformas digitales la defensa por la educación a manos de las normales rurales, que en el caso de México ha representado una batalla contra la campaña de desprestigio aunada a las reformas laborales y educativas que buscaban acabar con la educación pública con el fin de privatizarla. Pero que por medio de las redes sociales hacen del conocimiento público la historia de resistencia que han librado a lo largo de los años a través de videos, documentales, crónicas, difundidas por estos mismos.

 

También podemos encontrar los relatos de los hombres del campo los cuales también dan cuenta de abuso, atropellos, humillaciones, despojos y desplazamientos que se dan a conocer por medio de testimonios difundidos en la red. A través de estas historias particulares se puede rememorar el progresivo avance de las políticas neoliberales sobre el campo, que poco a poco fueron marchitando un estilo de vida al dejar a su suerte a todas esas personas que viven del trabajo de la tierra. Un abandono progresivo de los campesinos por medio del recorte a los subsidios destinados a impulsar la producción, el otorgamiento de los terrenos a las empresas de alimentos en detrimento de las personas que vivían y trabajaban en ellas; estas experiencias visibilizan la violencia ejercida hacia los grupos más vulnerables por parte de la maquinaria capitalista que busca consumir todo aquello que produzca ganancias monetarias sin importar cuántas vidas particulares tenga que sacrificar.

 

En este aspecto la difusión de la información a través de las redes sociales permite que esta violencia desmedida sea presenciada por el público en general. Ya que en la época en que la televisión, el radio y la prensa eran los únicos medios disponibles de difusión era más fácil la censura y la tergiversación de la información para hacer creer que los oprimidos son los malos de la historia justificando el uso de la fuerza para desalojar y sofocar cualquier intento de resistencia. Esto era posible porque generalmente los medios pertenecían al Estado o las empresas de telecomunicaciones formaban parte de las redes de poder político e incluso porque la represión de estos grupos también correspondía a sus intereses personales o económicos.

 

Semblanzas, entrevistas, fotos y videos de los distintos grupos sociales son solo unas de las cosas que ahora se hacen presentes en el campo de las redes sociales con el fin de dar a conocer estas experiencias que han tenido que combatir contra las fuerzas brutales de una maquinaria con la que no se puede negociar, razonar ni apelar a un sentimiento de empatía porque no lo tiene. Todos estos mecanismos que antes eran invisibles ahora son perceptibles ante una visión que ha ampliado sus horizontes por la apertura informática que ha permitido el avance de la tecnología. A veces parece contradictorio porque así como hay apertura también están los intentos por cercar y controlar los flujos de información; pero esto no es una contradicción, es un combate, una lucha, un enfrentamiento entre la libertad de la información contra los intentos de restringirla.

 

Dirigir la fuerza

 

La propaganda política difundida por medio de las redes sociales y el internet ha acelerado los tiempos de acción y respuesta ante las restricciones e intentos de reprimir la acción social. Antes para convocar a una huelga, marcha o evento se tomaban lapsos de meses, casi hasta de un año, en difundir la información y organizar el evento, pero ahora las efervescencias sociales del siglo XXI se mueven a la velocidad del internet permitiendo una respuesta más rápida, que en muchas ocasiones imposibilita una reacción inmediata de parte de aquellos que buscan reprimirlos.

Además de que el internet funciona como un gran registro de todos los grandes eventos de la actualidad ya que almacena los videos, fotos y notas periodísticas permitiendo que a través de los buscadores de la red cualquier persona pueda encontrar evidencia de los hechos acontecidos, desde los videos más explícitos hasta la más mínima nota periodística o reportaje puede ser encontrado en este gran almacén de información, sin limitarse únicamente a los hechos y eventos ocurridos en la actualidad, ya que también podemos encontrar la historia de los hechos ocurridos en el pasado; los discursos de Salvador Allende y Fidel Castro circulando por las redes sociales como una forma de politizar, además de mostrar que la historia que se nos ha contado tiene más matices y puntos de vista que los que muestra la historiografía del capitalismo triunfante.

 

La paradoja del internet fue que lejos de obstruir el acceso a la información permitió una mayor apertura y acceso a esta; de no ser así entonces la existencia de un sitio web como Wikileaks no sería posible. La creación de esta página de internet ha representado una burla al sistema de contención de la información al divulgar secretos de guerra, de Estado e información personal de personajes públicos importantes, principalmente políticos. No importa que tan sofisticados sean los algoritmos y métodos de censura, siempre existirá una manera de romper estas barreras para acceder a aquellos conocimientos que tratan de ser suprimidos, ya sea porque atentan contra la verdad establecida, la moral o la sociedad; de una manera u otra estos conocimientos y su divulgación entre las personas y la sociedad representan una amenaza para el sistema dominante establecido que buscara la manera de acabar con su difusión.

 

Un ejemplo de censura de información histórica lo podemos ver en el caso de la guerra de las Islas Malvinas de la década de 1980 entre Argentina e Inglaterra. En este escenario de guerra se jugaba el reclamo de ambos países por la soberanía de estas islas; por lo que como una medida para reforzar la postura del gobierno inglés se optó por retirar

 

[…] súbitamente de consulta ciertos documentos con discusiones antiguas sobre las islas, especialmente una opinión expresada por el Foreign Office en los años treinta, que ponía en duda la solidez legal de la soberanía británica. Pero un historiador vigilante, y, como iba a resultar, acertadamente suspicaz, había logrado copiar a lápiz este informe, que fue a continuación entregado a la prensa, con gran cólera de la Sra. Thatcher.[3]

 

Este escenario nos permite observar como la censura de los documentos históricos es instrumentada para apoyar una postura política de manera que al faltar información de por medio puede generarse en la población una idea acorde a los fines buscados por el régimen. Pero al mismo tiempo ante estas acciones aparecen las resistencias ante la censura, en este caso fue el de haber conseguido una copia de un documento suprimido haciéndolo circular al público por un medio de comunicación como lo es la prensa, rompiendo así el dispositivo de control de la información.

 

Por otra parte también está la estrategia de la sobreabundancia de información con el fin de saturar a las personas con un tema provocando que en un corto o mediano plazo comience a generar un sentimiento de disgusto y hasta de rechazo hacia ese evento o suceso. Esto sucede constantemente al momento de que se da alguna insurrección social o movimientos de resistencia ante la represión sufrida por parte de aquellos que combaten. Estos sucesos se vuelven tendencias en las redes haciendo llegar la información a todos los medios disponibles dándoles todo tipo de coberturas generando un sentimiento de identificación y apoyo hacia estos movimientos.

 

El problema con esto radica en que esta difusión exclusiva y desbordante solo dura un corto lapso de tiempo ya que no tiene ningún tipo de compromiso con el movimiento en proceso; por lo que en cuanto este tema deja de ser atractivo para la población se retira todo el espacio informativo que se le había concedido para dar paso a la siguiente tendencia. Mientras tanto las movilizaciones y la lucha continúan pero ya no se informa tanto al respecto, y la poca información que continua circulando es la que los mismos actores siguen difundiendo apoyados por los pocos que verdaderamente los apoyaban.

 

Pero esto no queda solo así, ya que los medios de comunicación ahora comenzaran a difundir nuevamente la cobertura pero dándole otra perspectiva, reprobando y condenando las acciones realizadas, lo cual comienza a implantar en la población que accede solo a esta información un sentimiento de rechazo hasta el grado de pedir la represión del movimiento, incluso con el uso de las fuerzas policiacas y militares, lo cual dificulta considerablemente el mantener el movimiento una vez que deja de ser el foco de atención y comienza a perder el respaldo social.

 

En este escenario podemos observar también como a través de las noticias que son tendencias en las redes y el internet se administra el flujo de la fuerza social. Es innegable que la reacción de una gran parte de la sociedad depende de la información que vea en las redes sociales, por lo que si lo que se busca es sofocar algún tipo de movimiento solo tendrían que dejar de dar espacio a esta información. Y a la inversa, si lo que se quiere es encender la mecha para que exploten las fuerzas solo hay que divulgar en todos los medios la información necesaria para implementar esa fuerza reprimida y dirigirla hacia su objetivo.

 

Bibliografía

  1. Orwell, George, 1984, Zigzag, Santiago de Chile, 2005.
  2. Onfray, Michel, Las sabidurías de la antigüedad. Contrahistoria de la filosofía I, Anagrama, Barcelona, 2007.
  3. Prins, Gwyn, “Historia Oral”, en Peter Burke (Ed.), Formas de hacer historia, Alianza Universidad, Madrid, 1996.

 

Notas
[1] Orwell, George, 1984, ed. cit.
[2] Onfray, Michel, Las sabidurías de la antigüedad. Contrahistoria de la filosofía I, ed. cit., p. 15.
[3] Prins, Gwyn, “Historia Oral”, ed. cit., p. 167.