RAFAEL ARAUJO “FIBONACCI Y EL VUELO DE UNA MARIPOSA”
Resumen
Este artículo se divide en dos partes. La primera, busca mostrar la relación conceptual de las máquinas con la mecanósfera. Ambas dimensiones componen etapas decisivas para comprender una posible concepción de ontología maquínica en el pensamiento de Félix Guattari. La segunda parte, argumenta a favor de la hipótesis de que la ontología maquínica está para la caosmosis, en el sentido de ser ella estrategia contra el caos instalado por las equivalencias ontológicas maquinadas en varios planos y niveles. Finalmente, el texto considera como la concepción de ontología maquínica, implicada directamente en la producción de territorios existenciales, nos sitúa en el contexto de una compleja micropolítica de afirmación de otros modos de ser.
Palabras clave: ontología maquínica, ontología procesual, Félix Guattari, mecanósfera, caosmosis, heterogeneidad.
Abstract
This article is divided into two parts. The first seeks to show the conceptual relationship of machines with the mechanosphere. Both dimensions make up decisive stages to understand a possible conception of machinic ontology in the thought of Félix Guattari. The second part argues in favor of the hypothesis that the machinic ontology is for chaosmosis, in the sense that it is a strategy against the chaos installed by the machined ontological equivalences on various planes and levels. Finally, the text considers how the conception of machinic ontology, directly involved in the production of existential territories, places us in the context of a complex micropolitics of affirmation of other ways of being.
Keywords: machinic ontology, processual ontology, Félix Guattari, mechanosphere, chaosmosis, heterogeneity.
Máquinas y mecanósfera
Así ha declarado Guattari en “Por una refundación de las máquinas sociales. Fracaso de los medios, crisis de civilizaciones, fuga de la modernidad [Hacia una nueva alianza maquínica]” en su libro Qu’est-ce que l’écosophie?: “[…] la humanidad deberá contraer un matrimonio de razón y de sentimientos con las múltiples ramificaciones del maquinismo, si no corre el riesgo de hundirse en el caos”.[1]
Entiendo “las múltiples ramificaciones del maquinismo” como la mecanósfera en la cual vivimos. Mecanósfera, es el agenciamiento colectivo de todas las máquinas concretas y abstractas; significantes y a-significantes. La mecanósfera sigue el dinamismo mutante de las máquinas. Una mecanósfera constituida denota correlaciones de máquinas asociadas históricamente, suministrando, además, condiciones y condicionamientos de existencia. Por otro lado, también hay un devenir-mecanósfera; mecanósfera a ser producida más allá de aquella con la cual nos situamos social e históricamente, justo porque la mecanósfera se transforma tal como evolucionan las máquinas, pues, son ellas urdidas y conectadas.[2]
Hay muchas posibilidades de definir máquina en el pensamiento de Guattari. Para el interés de nuestra temática, he elegido una posibilidad: “La máquina es siempre sinónimo de foco constitutivo, de territorio existencial sobre un fondo de constelación de Universos de referencia (o de valor) incorporales”.[3] Decir que la máquina es un foco constitutivo de territorio existencial, remite al pensamiento de Simondon, quien afirma en su segunda tesis titulada El modo de existencia de los objetos técnicos que, “la presencia del hombre en las máquinas es una invención perpetuada. Lo que reside en las máquinas es la realidad humana, el gesto humano fijado y cristalizado en estructuras que funcionan”.[4] No obstante, en el pensamiento de Guattari, las máquinas no son expresiones de la técnica. Por el contrario, técnica y tecnología advienen de las expresiones de las máquinas. La codependencia de la existencia de las máquinas también hace de ella una expresión maquínica. Todo se conecta maquinalmente; la realidad es dotada por ligaciones maquínicas, tanto en sus aspectos materiales, objetivos, cuanto en las experiencias subjetivas.
En Cartografías esquizoanalíticas, en el capítulo El dominio de los universos, Guattari argumenta que “los universos son las instancias enunciativas de las superficies de la fase de lo posible”.[5] Sostener, por lo tanto, que la máquina es siempre sinónimo de foco constitutivo de territorio existencial sobre fondo de constelación de universos de referencia incorporales es considerar que toda máquina sintetiza una fase posible de universos que se lleva a enunciar. La fase de lo posible es lo que la máquina incorpora a través de la virtualidad de sus coeficientes sinergéticos, de lo incorporal de la memoria, de los códigos, de las moléculas, de los átomos, de la energía etc., cuando, como está anunciado desde El anti-Edipo, la máquina realiza cortes, acoplamientos, conexiones.[6]
De modo general, las máquinas que componen la mecanósfera se sitúan en el plano de consistencia o de la máquina concreta o de la máquina abstracta. La máquina concreta concierne a las convergencias de un quantum energético distribuido por determinadas funciones de la máquina, fácilmente localizado por sus conjuntos expresivos. En ese caso, la máquina concreta deja evidente los cortes que se producen en los focos de territorios existenciales, una vez que ella territorializa en el tiempo y en el espacio funciones demasiado marcadas. Las máquinas concretas no funcionan aisladas unas de las otras.
Mientras, las máquinas abstractas conciernen a las divergencias energéticas y a la disipación de funciones maquínicas, con direcciones funcionales distintas y no convergentes. Su abstracción es sinónimo de informe, considerado como extracto, o sea, la porción única o exclusiva de lo que hace a una máquina concreta vincularse con otra máquina concreta. Hay un coeficiente actual identificable en la máquina concreta. A su vez, el coeficiente de la máquina abstracta es siempre virtual. Así, la abstracción concierne a la ausencia de forma condicionada como vínculo unitario de un contenido sobre una expresión de código significado. Se puede decir que, desde la máquina abstracta, la trayectoria social es trans-espacializada y trans-temporalizada. Por esta razón, Guattari señala que las máquinas abstractas son máquinas desterritorializadas y de desterritorialización.
Máquinas concretas y abstractas poseen líneas evolutivas, transformativas y de individuación filogenética y ontogenética. Para Guattari,[7] redimensionando las concepciones de Maturana y Varela,[8] la capacidad autopoiética de las máquinas, o sea, el engendramiento de sus propias organizaciones, límites y acciones, funciona de manera parecida con la autonomía de los seres vivos en el plan de organización de sus componentes. La perspectiva filogenética de las máquinas comporta sus phylums o líneas conectivas con la constitución productiva anterior de la máquina, esto es, sus generaciones anteriores, dotadas, todavía, de virtualidad transformativa de la propia máquina, dada su inevitable composición autopoiética. La dimensión ontogenética de la máquina se refiere a su transformación a partir de coordenadas energético-espacio-temporales cuya marca “hereditaria,” por así decir, remite a la propia singularidad diacrónica de cómo en una cierta etapa se ganó vida y puede ser “identificada”.
Ahora bien, concebir el matrimonio de razón y de sentimientos con la mecanósfera alude a la superación de toda dicotomía entre cultura y naturaleza, entre interioridad y exterioridad, entre res extensa y res cogitans, entre existencia y máquinas,[9] porque la composición de nuestros territorios existenciales es siempre derivada a partir de nódulos maquínicos.
Ontología maquínica y caosmosis
El punto de salida de la ontología maquínica es justamente la percepción de que las máquinas están para los territorios existenciales y ellos para las máquinas. El Ser es un flujo de la máquina abstracta interconectada con los flujos de las máquinas concretas. El Ser de la ontología maquínica entonces es un nódulo maquínico:
Cada ser vivo, cada proceso de enunciación, cada instancia psíquica, cada formación social está necesariamente conectada (servidumbre [asservi] maquínica) a un punto de cruce de caminos entre, de una parte, su posición particular sobre el phylum objetivo de las máquinas concretas, y de otra parte, al enlace de su fórmula de existencia sobre el plan de consistencia de las máquinas abstractas.[10]
En Combatir el caos, texto publicado en ¿Qué es la ecosofía?, Guattari relaciona el caos a la uniformización de los territorios existenciales impuesta por los equivalentes de ontología general.[11] La condición de salida de la totalización homogeneizadora de la complejidad es precisamente la superación de las “redundancias ontológicas dominantes”,[12] produciéndose síntesis de equivalencia ontológica general, cuyas expresiones dominantes son las cargas de significantes que hacen amputar la multiplicidad de los territorios existenciales susceptibles de ser extraídos de los nódulos maquínicos. La ontología maquínica combate esta perspectiva.
El Ser como síntesis de equivalencia ontológica general, opera todo tipo de reducción de la polivocidad ontológica de los nódulos maquínicos. “El Ser es como un encierro que ciega a la riqueza y la multivalencia de los Universos de valor, los cuales, sin embargo, proliferan ante nuestra vista”.[13] Todavía, en Caosmosis se anuncia la posibilidad de otro pliegue en el caos, una vez que los nódulos maquínicos son intercesores productivos de extracción de energía y de territorios existenciales más allá de las equivalencias productivas y de los valores, de los sentidos y de los modos de ser. En ese pliegue caosmótico, “[…] el caos no es una pura indiferenciación; posee una trama ontológica específica. Está habitado por entidades virtuales y por modalidades de alteridad que nada tienen de universal”.[14]
Por consiguiente, no sería equivocado sostener que la ontología maquínica es lo mismo que la caosmosis, por tres motivos. El primero de ellos, es porque la caosmosis comprende el coexistir de las potencias de las ontologías específicas con toda complejidad de los nódulos maquínicos. Segundo, porque el caos permite “una consistencia encrucijada entre la actualización de configuraciones finitas y una recarga procesual, siempre posible, soporte de bifurcaciones ordinales inéditas, de conversiones energéticas que escapan a la entropía de las estratificaciones territorializada y abierta a la creación de conformaciones de enunciación mutantes”.[15]
Finalmente, porque el Ser no precede los nódulos maquínicos de la caosmosis. A partir de entonces, el acento, en los términos de Guattari “[…] ya no recae sobre el Ser como equivalente ontológico general, el cual, por las mismas razones que otros equivalentes (el Capital, la Energía, la Información, el Significante) envuelve, clausura y desingulariza el proceso, sino sobre la manera de ser, la maquinación para hacer existente, las praxis generadoras de heterogeneidad y de complejidad”.[16]
Entonces, ¿qué es ontología maquínica?
Partiendo de las consideraciones anteriores, tenemos ahora la condición de afirmar: la ontología maquínica, es expresión de flujos múltiples de singulares focos constitutivos de territorios existenciales extraídos de determinadas constelaciones de universos de referencias incorporales, que se agencian y adquieren consistencia en los nódulos maquínicos. Y así como ninguna máquina posee prioridad sobre otra máquina, “ninguna entrada existencial tiene prioridad sobre las otras”,[17] excepto en el caos de las homotopías significantes, valorativas y esencialistas.
La cuestión que la ontología maquínica afronta, es la siguiente: “[…] por detrás de la diversidad de los entes, ningún soporte ontológico unívoco es dado”.[18] Y para subrayar el efecto de bifurcación de la ontología maquínica, Guattari al mismo tiempo se refiere a ella como ontología fractal, pluralismo ontológico, heterogénesis ontológica, intensidad ontológica variable y ontología a-significante, o sea, destituida de los dominios de referentes dotados de equivalencia general.
A partir de esa concepción, una consideración general se despliega. En el contexto de la ontología maquínica,
[…] en lugar de tener una oposición entre el ser y la máquina, el ser y el sujeto, esta nueva concepción de la máquina implica que el ser se diferencia cualitativamente y desemboca sobre una pluralidad ontológica, que es el prolongamiento mismo de la creatividad de los vectores maquínicos. En lugar de tener un ser, como rasgo común que habitaría el conjunto de los entes maquínicos, sociales, humanos, cósmicos, tenemos, por el contrario, una máquina que desarrolla universos de referencia, universos ontológicos heterogéneos, marcados por curvas históricas, un factor de irreversibilidad y de singularidad.[19]
La pluralidad ontológica resulta de la relación indisociable de los territorios existenciales en la mecanósfera, es decir, las condiciones virtuales por las cuales existimos pueden tanto estar condicionadas por los registros maquínicos, cuanto pueden ser producidas de otras maneras, igualmente por registros maquínicos de constante mutación. En todos los planes, dimensiones políticas, estéticas y éticas estarán siempre en tránsito. La ontología maquínica, así, permite, desde su concepción, responder a los ensamblajes de los territorios existenciales en función de los caminos exigidos hacia nuevos flujos relacionales con los coeficientes maquínicos. Los propios universos referenciales abiertos de las máquinas permiten nuevas procesualidades creativas alrededor de y para la emersión de nuevas experiencias de territorios existenciales adyacentes a los procesos de singularización que las máquinas deflagran.
De nuestra parte, recae sobre la originalidad de la ontología maquínica justamente toda posibilidad micropolítica de apertura contra las convenciones institucionalizadas que consagran determinados modos de ser, con la multiplicidad virtual de sus territorios existenciales a los mismos ritmos, percusor, niveles, experiencias y modelización subjetiva. Sin embargo, los universos de referencia posibles de la ontología maquínica jamás están cerrados sobre sí, porque son contra-representacionales. Las operaciones y las apuestas de los nódulos maquínicos, con efecto, funcionan promoviendo intensidades experimentales de territorios existenciales singulares. Es toda una materia de opción que está en curso en la ontología maquínica
Bibliografía
- Carvalho, Alexandre Filordi de, “Maquinejos na mecanosfera: escarros, escários e escândalos como cena dos corpos” en. MONTEIRO, Alexandrina et alli. Conexões. Deleuze e corpo e cena e máquinas… São Carlos: Pedro & João, 2021, p. 179-197.
- Deleuze, Gilles; Guattari, Félix, O anti-Édipo. Editora 34, São Paulo, 2011a.
- Guattari, Félix, Cartographies Schizoanalytiques, Éditions Galilée, Paris, 1989.
- Guattari, Félix, Caosmose, Um novo paradigma estético, Editora 34, São Paulo, 1992.
- Guattari, Félix, Lignes de fuite. Pour un autre monde de possibles, L’Aube, Paris, 2011b.
- Guattari, Félix, Écrits pour l’Anti-Œdipe. Lignes/IMEC, Paris, 2012.
- Guattari, Félix, Qu’est-ce que l’écosophie?, Lignes/IMEC, Paris, 2013.
- Maturana, Humberto; Varela, Francisco, A árvore do conhecimento: as bases biológicas da compreensão humana, Palas Athena, São Paulo, 2019.
- Simondon, Gilbert, El modo de existencia de los objetos técnicos, Prometeo Libros, Buenos Aires, 2007.
Notas
[1] Guattari, Félix, Qu’est-ce que l’écosophie?, Lignes/IMEC, Paris, 2013, p. 501.
[2] Cfr, Carvalho, Alexandre Filordi de, “Maquinejos na mecanosfera: escarros, escários e escândalos como cena dos corpos” en. MONTEIRO, Alexandrina et alli. Conexões. Deleuze e corpo e cena e máquinas… São Carlos: Pedro & João, 2021, p. 179-197.
[3] Guattari, Félix, Caosmose, Um novo paradigma estético, Editora 34, São Paulo, 1992, p. 70.
[4] Simondon, Gilbert, El modo de existencia de los objetos técnicos, Prometeo Libros, Buenos Aires, 2007, p. 34.
[5] Guattari, Félix, Cartographies Schizoanalytiques, Éditions Galilée, Paris, 1989, p. 187.
[6] Cfr. Deleuze, Gilles; Guattari, Félix, O anti-Édipo. Editora 34, São Paulo, 2011a.
[7] Cfr. Guattari, Félix, Caosmose, Op. cit.,
[8] Cfr. Maturana, Humberto; Varela, Francisco, A árvore do conhecimento: as bases biológicas da compreensão humana, Palas Athena, São Paulo, 2019.
[9] Cfr. Carvalho, Alexandre Filordi de, “Maquinejos na mecanósfera…”, Op. cit.,
[10] Guattari, Félix, Lignes de fuite. Pour un autre monde de possibles, L’Aube, Paris, 2011b, p. 90.
[11] Cfr. Guattari, Félix, Qu’est-ce que l’écosophie?, Op. cit.,
[12] Ibid., p. 109.
[13] Guattari, Félix, Caosmose, Op. cit., p. 42.
[14] Ibid., p. 103.
[15] Guattari, Félix, Écrits pour l’Anti-Œdipe. Lignes/IMEC, Paris, 2012, p. 146.
[16] Guattari, Félix, Caosmose, Op. cit., pp, 134-139.
[17] Ibid., p. 120.
[18] Ibid., p. 71
[19] Guattari, Félix, Qu’est-ce que l’écosophie?, Op. cit., p. 115.
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