Los medios electro digitales, la indignación y la polarización política en Occidente

Marshall McLuhan

 

Resumen

En este trabajo recurrimos a la mediología de Marshall McLuhan y su discípulo Neil Postman para dar una explicación de la notable polarización política que azota al Occidente. El resultado de nuestra exposición es lo que podríamos llamar la triada imposible de la estabilidad social en el mundo electro digital, consistente en que no se puede tener las tres cosas en el mismo país al mismo tiempo, democracia liberal, diversidad social y medios electro-digitales, sin que se llegue a la polarización política, sin que la estabilidad social esté amenazada a cada paso por “la indignación (furia) que sigue a la indignación (furia)”.

Palabras clave: Medios electro digitales, homogeneidad, diversidad, indignación, polarización.

 

Abstract

In this paper I resort to the mediology of Marshall McLuhan and his disciple Neil Postman to explain the notable political polarization that plagues the West. The result of our exposition is what we could call the impossible triad of social stability in the electro-digital world, consisting of the fact that it is impossible to have all three things in the same country at the same time: liberal democracy, diversity, and electro-digital media, without reaching political polarization, without social stability being threatened at every step by “indignation (fury) succeeding indignation (fury)”.

Keywords: Electro-digital media, homogeneity, diversity, indignation, polarization.

 

 

Lo eléctrico da voces poderosas a los débiles y sufrientes (…). La gente deviene instantánea en su respuesta de compasión o furia (…)”,

McLuhan.

“En Inglaterra la furia siguió a la furia. Una gran tormenta de ira, humillación y desesperación se había estado acumulando (…). Por primera vez en la historia, a través de la lectura de los envíos [telegráficos] de Russell, el público había comprendido ‘con que majestad lucha el soldado británico’. Y estos héroes estaban muertos. Los hombres que habían asaltado las alturas de Alma, cargado con la Brigada Ligera en Balaclava … habían perecido de hambre y abandono.”

Citado por McLuhan.

“(…) la indignación es la clave para la viralización (…)”,

Haidt.

“La estudiante (…) se ofendió por el uso de la palabra ‘molde [o modelo]’ por parte de la decana y publicó el correo [de la decana] en Facebook. La respuesta fue explosiva. Protestas, huelgas de hambre, demandas para entrenamientos en sensibilidad obligatorios en la facultad y para que la decana se disculpara y renunciara.”

Haidt

“(…) bajo ciertas condiciones la democracia puede catalizar conflictos de grupo. En años recientes los Estados Unidos han empezado a desplegar una dinámica política destructiva (…): (…) sobre todo, la transformación de la democracia en un motor de tribalismo político de suma cero.”

Chua.

Índice sinóptico

  1. Lo político y la indignación fugaces
  2. La democracia, la homogeneidad y la indignación fugaz

III. La democracia, la heterogeneidad y la indignación permanente

  1. La democracia, la heterogeneidad y los medios eléctricos. ¿Hacia el fin de la democracia?
  2. La triada imposible de la estabilidad social. ¿Hacia el autoritarismo de la IA?

 

En este trabajo abordamos la notable polarización política en Occidente señalada con alarma respecto del futuro de la democracia por diversos autores norteamericanos, de los cuales tal vez el más insistente sea el psicólogo social Jonathan Haidt.[1] Nosotros recurrimos a la tesis de Marshall McLuhan de que “el medio es lo que importa [the medium is the message]” porque su “efecto” es un “condicionamiento psicológico” que “configura” las relaciones humanas,[2] además utilizamos la noción de “epistemología” mediática aportada por su discípulo Neil Postman. Con base en ello veremos que a) la democracia liberal, b) la heterogeneidad social real y c) los “medios eléctricos” (McLuhan), los tres factores juntos, llevan a la “psique pública” (McLuhan) que se expresa como la “cultura” (McLuhan, Postman) de la indignación que experimentamos en todo Occidente como polarización política. Si en una sociedad uno de los tres factores está ausente la polarización no se da (caso oriental). En otras palabras, la polarización política occidental es un problema estructural que no parece tener ninguna solución que no sea un cambio social realmente radical: o se elimina la democracia, o se homogeneiza la sociedad o se renuncia a los medios eléctricos. Lo más factible es que caiga la democracia, justamente a causa de la polarización. En esencia el problema es simple: en el ambiente democrático los medios eléctricos permiten que sectores sociales heterogéneos se presenten de manera muy eficiente como “víctimas” sociales de manera permanente. Así, en este texto el tema es que el cambio social que llevó a la polarización política contemporánea en Occidente pasa por elentrenamiento electro digitalen patrones[3] de la indignación y la pugnacidad identitaria sobre la base de la heterogeneidad social en el marco de las facilidades propias de la democracia liberal. Como se podrá apreciar, todo gira alrededor de la naturaleza de la indignación, de que esta sea o no amplia, de que sea fugaz y casual o de que sea permanente y “estructural”, así como de su fundamento en la heterogeneidad social – la “diversidad” –. Es en el desarrollo de esas alternativas, en el marco de la democracia liberal, que el paso de “lo mecánico” a “lo eléctrico”[4] como electro digital, es decisivo.

 

§1. La psique condicionada mediáticamente o la epistemología tecnológica

La idea básica de la mediología mcluhaniana es que las formas tecnológicas condicionan la “psique pública”, la “psique social”,[5] es decir generan “patrones[6] cognitivos y de conducta inconscientes a los que Postman llama “epistemología” porque delimitan la manera de orientarse y de actuar en el mundo.[7] En otras palabras, la reconfiguración social pasa por el cambio “psíquico” (McLuhan) o “epistemológico” (Postman).

 

Primera sección

Lo político y la indignación fugaces

§2. Víctimas y victimarios. La epistemología de la indignación contra la ofensa

Constriñéndonos a nuestro tema dejamos de lado el conjunto histórico del desarrollo mediático tecnológico y señalamos que McLuhan postula que el patrón psíquico definitorio de la tecnología eléctrica, devenida ahora en electro digital, es la dupla “compasión e ira”,[8] donde la compasión atañe a lo que ahora llamamos “víctimas” y la ira a sus “victimarios”. Eso se corresponde con lo que, siguiendo a Postman, nosotros podemos llamar la “cultura de la indignación contra la ofensa”.[9] “Víctima” es quien sufre una “ofensa” o “agravio” de algún tipo, y es de “gente de bien” indignarse contra los ofensores, los “victimarios”, ser “aliado” de las víctimas en su búsqueda de “reparación” por el “agravio”. Tenemos tal “epistemología” (Postman) cuando nuestra orientación en el mundo se articula desde momentos clave de compasión y furia o indignación, localizando víctimas y victimarios, es decir, cuando eso se convierte en una auténtica actitud, deviniendo una orientación vital dominante configurando nuestras relaciones con los demás.[10]

 

§3. El agravio, los activistas y lo político

El que en un momento dado no se encuentre ningún agravio ni la indignación correlativos con el par de “víctima” y “victimario”, no quiere decir que la orientación, la actitud de buscarlos, de estar atento a ellos, esté ausente. El estado de alerta frente al posible agravio se corresponde con la disposición constante hacia la indignación, más precisamente, hacia el par emotivo “compasión e ira”. Así mismo, tal actitud vigilante contra la ofensa no tiene que ser la de cada individuo, basta con que sea la de los más influyentes, que arrastran a los demás. Esos más influyentes son la minoría de los “activistas”,[11] que son los que están comprometidos en detonar e impulsar la indignación que corresponde a “lo político”.

 

§4. Lo político como lo escandaloso, perturbador, indignante y por ello actual

En nuestra teoría nos apartamos de la idea de “lo político” como lo que concierne a las relaciones sociales de poder y la vida de los partidos, las elecciones, los parlamentos, etc., para utilizar la idea de “lo político” como los eventos que conciernen a la polis, a la comunidad, se trata de eventos que realmente la “involucran”[12] agitándola, perturbándola, conmoviéndola.[13] Lo que conmueve a la polis puede ser negativo o positivo, por ejemplo, el secuestro de un niño, primero y, después, su rescate. Para nuestros objetivos teóricos nos centramos en lo negativo que genera una perturbación de la polis y eso perturbador tiene que ser “actual”, no puede quedar en un pasado por el que no vale la pena agitarse porque ya no se puede hacer nada sobre ello, justamente, ni siquiera indignarse: ya pasó, “ya ni modo”. Lo que interesa a la polis perturbándola, indignándola, enfureciéndola, tiene que ser actual, no puede estar en el pasado. Sin embargo, como veremos abajo, existe la manera de hacer que el pasado devenga actual redundando en indignación presente, lo cual es básico para la polarización política contemporánea porque las “ofensas” no pasan, sino que se acumulan junto con el resentimiento, alimentándolo y potenciándolo, poniéndolo en el centro de “lo político”.

 

§5. Lo político casual y fugaz

Lo político, lo perturbador, que conmueve a una comunidad o sociedad puede ser momentáneo, como un crimen pasional, como un abuso casual, por ejemplo, casos en los que hay víctimas y victimarios y resultan indignantes; incluso puede tratarse de una catástrofe natural, situación en la que hay víctimas, pero no victimarios y por tanto la perturbación se queda en compasión, pero no llega ni a generar ni indignación ni ira. En esos casos el estado político de la comunidad, su perturbación, desaparece rápidamente, lo político es fugaz y casual. Tales eventos dispersos, pasajeros y casuales, no pueden generar actitudes, disposiciones mentales o configurar la “psique pública” (McLuhan) arrojando toda una “epistemología” (Postman).

 

§6. Una sociedad psicológicamente homogénea solo experimenta indignación fugaz

En una sociedad homogénea, donde los individuos no ocupan posiciones diferenciales de ningún tipo (por ejemplo, señor y lacayo, padre y madre) o donde las diferencias reales (por ejemplo, hombre y mujer, padre e hijo) entre ellos no cuentan psicológicamente, es decir, no pesan en la conciencia pública, las víctimas y los victimarios son solamente del tipo anterior, es decir, dispersas, casuales y fugaces. Digamos, un tipo asalta y asesina a otro de manera artera, o bien alguien roba del ganado de un vecino, lo cual indigna a la comunidad cierto lapso pasajero, fugaz. Nuevamente, en estos casos la dupla mcluhaniana de “compasión y furia” no puede devenir una “epistemología”, es decir, una disposición mental guía de la experiencia, una forma de la misma.[14] Hasta ahora la discusión en su formalidad no ha tenido nada que ver con la democracia, pero esto cambiará a partir de aquí.

 

Segunda sección

La democracia, la homogeneidad y la indignación fugaz

§7. La sociedad homogénea y la democracia

Una nación contemporánea con democracia universal parte del supuesto de la igualdad formal de todos los ciudadanos ante la ley, sin embargo, toda diferencia de sexo, de raza, de orientación sexual, de religión, de origen, de lengua, de edad, etc., contribuye a hacer heterogénea a la sociedad de dicha nación, ya sea real o psicológicamente, teniendo en cuenta que la heterogeneidad real es irrelevante a efectos de la funcionalidad democrática – o simplemente nacional – a condición de que dicha heterogeneidad no tenga efecto psicológico, es decir, mientras no sea relevante en la conciencia pública, o sea, mientras los ciudadanos de la nación correspondiente se auto comprendan como iguales en tanto simples miembros de dicha nación – al margen de su régimen político –. En este caso los ciudadanos son psicológicamente homogéneos a pesar de los aspectos de heterogeneidad real.[15] Así, existen las naciones donde la heterogeneidad sexual de hombres y mujeres no obsta para que ambos, hombres y mujeres se sientan esencialmente iguales como ciudadanos de la nación, por ejemplo, de la Suiza y la China actuales.[16]

 

§8. El ideal democrático de la homogeneidad real de los ciudadanos. Suiza y Francia

A la mitad del siglo XVIII, al desarrollar su teoría de democracia como la volonté génerale, Rousseau piensa en una sociedad realmente homogénea partiendo, presumiblemente, del modelo del cantón suizo típico,[17] con su uniformidad étnica, lingüística, religiosa y social, donde la población era básicamente de profesionales, artesanos y campesinos libres. En tales condiciones Rousseau suponía que la “voluntad general” sería lo que gobernaría[18] y partía de que solamente la cuestión de las finanzas, es decir, la tributación y su manejo, podría generar discordia impidiendo la formación de la voluntad general.[19] Idealmente otra sociedad homogénea fue la que resultaría de la revolución francesa de 1789 – apenas un año después de la muerte de Rousseau –, la cual estaba dirigida a la eliminación de las clases sociales en la sociología tripartita de los nobles, los clérigos y “el pueblo”, es decir todos los que no fueran ni nobles ni clérigos.[20] Con el famoso Terror y su guillotina, la revolución francesa realmente eliminó las clases sociales dejando como único residuo al “pueblo” y, claro, de ahí proviene la idea de la “igualdad” en el famoso lema tripartito de “libertad, igualdad y fraternidad”. Así, idealmente, pero con una fuerte dosis de realidad, el cantón suizo típico y la revolución francesa cumplen con la idea de la “igualdad” como la homogeneidad real del “pueblo” en tanto fundamento de la unidad política que ofrecería, idealmente, la base de la nación con democracia universal. En estos casos, la homogeneidad real de los ciudadanos servía como el fundamento para la ficción – la idealidad – en desarrollo de la igualdad formal de los mismos.[21] Por su parte McLuhan se suma a la idea de la homogeneidad de los franceses a partir del proceso de la revolución francesa y afirma concluyente que “[c]on la imprenta, la unidad política por la vía de la homogeneidad devino posible por primera vez.”[22]

 

§9. La tecnología mecánica y la igualdad formal

Contra la tesis de la necesaria homogeneidad real de los ciudadanos de una democracia, podemos aquí recurrir a McLuhan quien explícitamente considera que hay una forma tecnológica que a pesar de la heterogeneidad real de los habitantes – no necesariamente los ciudadanos – de una nación genera un “condicionamiento psicológico”, una “psique pública”, que tiene como “efecto”, es decir, como resultado subconsciente, no buscado,[23] la igualdad formal de las personas por sobre su heterogeneidad real. Esa forma tecnológica es la “mecánica”, aparecida por primera vez con el alfabeto y fue profundizada y establecida como forma tecnológica dominante con el patrón o modelo de “tipografía alfabética”. [24] Esta es la forma o estructura de un conjunto amplio de tecnologías que resultan en un “condicionamiento psicológico en las maneras de la uniformidad y la repetividad”.[25] Se trata de las tecnologías que llevaron la “edad de los bienes estandarizados”,[26] es decir, a los “presupuestos mecánicos acerca de la uniformidad y la estandarización”.[27] Se trata de la “cultura de Gutenberg” con “sus características primarias de homogeneidad, uniformidad y continuidad”.[28]

 

§10. La homogeneización psicológica de los realmente heterogéneos

Junto con la tipografía, el “patrón de la línea de montaje”[29] y en particular el automóvil fueron la cúspide de la forma tecnológica mecánica, en especial fue el “(…) poder del automóvil el que nivel[ó] todas las diferencia sociales”,[30] el verdadero “integrador o nivelador de blancos y negros (…), no la expresión de un punto de vista moral (…)”.[31] En otras palabras, la igualdad formal de los usuarios de una tecnología en un país es la “cultura”[32] correlato de la “epistemología de la tecnología mecánica” (Postman, McLuhan).[33] En efecto, cuando se maneja un automóvil, se percibe – “psicología” – a todo otro manejador como alguien igual a uno, sometido a los mismas condiciones – como ocurre con toda tecnología mecánica, por ejemplo la de las armas de fuego –. El código legal o conjunto de documentos fundacionales de una nación moderna, el fusil en los ejércitos ciudadanos y el automóvil, son piezas tecnológicas centrales de la homogeneización psicológica de poblaciones heterogéneas, imponiendo el principio de la igualdad formal por encima de la heterogeneidad real.

 

§11. La clase social vs. el ingreso como correlato de la homogeneidad democrática

Si se deja de lado la teoría marxista de las “clases sociales” a partir de la relación jurídica de propiedad con los “medios de producción”, lo que se tiene es la noción de clase social como estamento hereditario al que en principio se pertenece de la cuna a la tumba, como es el caso, digamos, de los nobles, los clérigos, los campesinos y los diferentes artesanos feudales, o como lo son las castas indias. En el caso feudal había en algún registro eclesiástico la carta de nacimiento, donde quedaba establecida la clase social del individuo a partir de la de sus padres y esa clase era origen (de la cuna) y destino (a la tumba). Se nacía como miembro de una clase y – salvo casos excepcionales – se moría como miembro de esa misma clase. El matrimonio era entre miembros de la misma clase, la cual era heredada a los hijos. Este tipo de sociedad de clases desapareció en Francia con la revolución francesa y el guillotinamiento masivo de los nobles y de los clérigos, que eran los “privilegiados” de la época. En el caso de la los EE-UU como sociedad de migrantes en la que todo el mundo era un desclasado, se tiene el primer gran ejemplo de una verdadera sociedad sin clases estamentarias. En las vastedades y las posibilidades abiertas a los colonos en América del norte, no tenía ningún sentido la carta parroquial de nacimiento ni tampoco el ser, por ejemplo, de origen nobiliario. McLuhan toma en cuenta este hecho cuando señala – justamente en su capítulo sobre el automóvil –, al referirse a la “uniformidad”[34], que no puede extrañar que “(…) en sus estudios sobre las ciudades norteamericanas Lloyd Warner y sus asociados hablaran del sistema de clases norteamericano en términos de ingreso (…)”,[35] el cual es un parámetro variable y que no tiene nada que ver con algo establecido legalmente de la cuna a la tumba. No hay la carta parroquial de nacimiento que determine ni al pobre, ni al millonario, ni tampoco a la clase media. Por eso los EE – UU se convirtieron en “el país de las posibilidades ilimitadas” y del self-made man. Así, los actuales deciles de ingreso usados por los sociólogos y los economistas no tienen nada que ver con la clase social en el sentido estricto estamentario de una herencia de estatus social de la cuna a la tumba. Lo central es que ni la disparidad del ingreso entre las personas, ni su monto absoluto, ni el origen de este, definen psicológicamente a ninguna clase fija como lo hacía la herencia estamentaria.[36] En la democracia liberal no tiene ningún sentido ser “noble empobrecido”. La relación simple con un ingreso en principio totalmente abierto – la lotería millonaria era algo impensable en la sociedad feudal, por ejemplo – de todo individuo es el correlato económico fundamental de la “cultura” democrática de la “igualdad formal” de todos los hombres o ciudadanos de un país de democracia liberal. La categoría “ingreso” es expresión genuina de la “psique” del individuo sin clase social que, por ese su ser desclasado, es formalmente igual a todos los demás, todos sin clase y, por tanto, psicológicamente homogéneos.[37]

 

Tercera sección

La democracia, la heterogeneidad y la indignación permanente

§12. La uniformidad mecánica, la heterogeneidad real y la lástima permanente

McLuhan mismo apuntó que los principios tipográficos o mecánicos puramente formales de la estandarización, la repetividad, la continuidad y la homogeneidad, devenidos la “psique social” del hombre occidental, sus auténticas formas o patrones cognitivos y prácticos, es decir, una “epistemología” (Postman), llevan a que todo aquel que en cualquier situación no sea conforme con la concreción particular de dichos principios formales, resulte “patético”, o sea, “digno de lástima”.[38] Así, en la multitud de manifestaciones de esos principios formales en la vida social toda,[39] desde el trazado urbano, pasando por la organización productiva y mercantil y llegando hasta la forma legal, “especialmente el niño, el lisiado, la mujer, la persona de color”, pero también el integrante de minorías lingüísticas, religiosas, etc., “(…) aparecen como víctimas de la injusticia”, como  “en cierto modo dignos de lástima”.[40] En este caso el objeto de cierta lástima a partir de su diferencia real, por ejemplo, de sexo o de edad, o de su diferencia psicológica, por ejemplo religiosa, con los tecno conformes, los tecno homogéneos, tiene una falta de homogeneidad real o psicológica que “da lástima” y es estable, no fugaz sino permanente. Nótese que el problema no radica en la materia o “substancia” de la heterogeneidad o diferencia permanente, sino en la simple “diferencia”, sea la que sea. La heterogeneidad, o como se dice ahora, la “diversidad”, como falta de conformidad, es en sí misma una ruptura perturbadora para la “epistemología tipográfica” y su correspondiente “cultura de la homogeneidad” (McLuhan) o bien de la “continuidad y la uniformidad.[41]

 

§13. La igualdad formal, la heterogeneidad real y la indignación permanente

Bajo el imperativo tecno cultural, tecno psíquico, que además es de la forma democrática y legal, de la uniformidad y la homogeneidad, la diferencia, a) estable y b) no casual, lleva necesariamente a que su portador sea percibido como víctima de “injusticia” a) permanente y b) estructural (“sistémica”,[42] también se dice ahora).[43] Correlativamente, el homogéneo, el que es conforme con la norma específica de que se trate, deviene en “privilegiado”, en “victimario” igualmente permanente. El resultado es que en la “psique social” se esboza la triada de compasión, sentimiento de culpa e indignación permanentes, respecto de la “víctimas” u “oprimidos” y de los “victimarios” o “privilegiados”, respectivamente.[44] En otras palabras, en la “psique social” (McLuhan) la triada de compasión, culpa e indignación puede convertirse en una actitud, es decir, en una “epistemología” (Postman) o “cultura” (McLuhan) radicalmente enfrentada con la “epistemología tipográfica” con su “cultura de la homogeneidad, de la uniformidad.” Con el mero “dar lástima” de las “víctimas”, ya en la sociedad democrática, en principio formalmente homogénea pero realmente heterogénea, se está al borde, pero solamente al borde, de que se pase de la simplelástimapermanente por las “victimas” a la “indignaciónvirulenta, a la “ira”, igualmente permanente contra los victimarios.[45]

 

§14. Hacia la indignación permanente. El activismo de la identidad

La transformación del heterogéneo en “víctima” y con ello de la simple lástima por él en compasión por la “víctima” e indignación contra su “victimario”, requiere todavía de dos factores posibilitantes. El primero de ellos es la aparición del activismo que convierte la diferencia estable, permanente, que genera la lástima por el heterogéneo, en nada menos que la identidad esencial de este. El segundo factor es la condición mediática, tecnológica, para que el activista convierta la lástima permanente por el heterogéneo en la indignación o furia permanente contra el “victimario”. Lo que aquí, siguiendo la tradición del análisis político, llamamos “heterogeneidad” es lo que hoy en día es titulado “diversidad”, la cual, ya en el entorno electro digital substituye la homogeneidad del desclasado democrático por la identidad diferencial esencial deldiverso”.

 

§15. La comunicación y el carácter comunitario del evento perturbador

Da lo mismo que se trate de “agravios” fugaces o permanentes, estos no pueden devenir detonadores de “lo político” como aquello negativo que perturba a la comunidad sin que dichos eventos sean conocidos por la comunidad. Loin des yeux, loin du coeur, lontano dagli occhi, lontano del coure, ojos que no ven, corazón que no siente, ignorance is a blessing, was ich nicht weiß, macht mich nicht heiß. En la aldea todo el mundo se entera de todo en el mismo día, pero en los Estados Unidos contemporáneos – lo mismo que en la “aldea global” – todos saben todo en principio instantáneamente gracias a los medios eléctricos, lo que empezó con la prensa diaria basada en el telégrafo, pero se profundizó con el teléfono, la radio y la TV, hasta llegar a la WEB absorbiendo todos los medios tradicionales.

 

§16. Los medios electro digitales y el activismo identitario

La sociedad heterogénea, en el marco de la igualdad formal democrática, propio de Occidente, es una sociedad potencialmente con víctimas y victimarios estructurales: siempre hay los que esencialmente, por su identidad diferencial, se alejan de la norma – mujeres, negros, inválidos, migrantes, gays, etc. – y, por ello son, necesariamente, percibidos como “víctimas de los normales”, que eo ipso devienen “privilegiados” y, por tanto, “victimarios”, ya sea por acción u omisión. Pero la condición para ello es que las “víctimas” y los “victimarios” sean conocidos por todos, por la comunidad en su conjunto, lo que es el resultado característico de los medios electro digitales que, a la velocidad eléctrica, es decir, en tiempo real, “dan voces poderosas a los débiles y los sufrientes” (McLuhan).[46] Con ello, es decir, utilizando los medios, que necesariamente buscan “lo político” como lo que se suele llamar “la nota”[47] y por eso se convierten en cajas de resonancia de lo alarmante o indignante, los heterogéneos, con su identidad diferencial, estructuralmente resultan percibidos como víctimas permanentes, y pueden pasar al activismo de la identidad que define su diferencia esencial y, por tanto, permanente: mujer, negro, migrante, gay, musulmán, discapacitado, etc. Es la resonancia del activismo identitario de las “víctimas” en los medios electro digitales lo que crea “compasión” por ellas e “indignación” e “ira” contra sus “victimarios” u “opresores”, en un salto cualitativo desde la simple “lástima” de la “época mecánica” de la “estandarización” y la “homogeneización”. El heterogéneo, con su identidad, tiende a producir lástima en una sociedad democrática con tecnología mecánica y con la correspondiente “epistemología” o “cultura” de la estandarización y la homogeneidad y, por tanto, de la igualdad formal. Pero una vez que se desarrollan los “medios eléctricos” dando “voces poderosas” a los identitariamente heterogéneos, se pasa “instantáneamente” de la simple lástima a la dupla de compasión por ellos e indignación e ira contra sus victimarios – de acuerdo con el segundo epígrafe a este texto –. El paso al activismo identitario cuenta con el sentimiento de culpa por parte de losprivilegiados”, el cual legitima el paso a dicho activismo identitario de la diversidad”.[48]

 

§17. El activismo identitario offline y el online y lo político permanente

El periódico diario, que apareció con el telégrafo, fue la condición de posibilidad tecnológica, la caja de resonancia para el sufragismo de las mujeres, la TV lo fue para la lucha por los derechos civiles de los negros y la rebeldía juvenil, asuntos que fueron el origen de las “guerras culturales” desde la dimensión offline. A partir de la TV por cable, descentralizada, y la radio también descentralizada, las “minorías identitarias”, rompieron la homogeneidad del “centro” mediático (McLuhan)[49] y pasaron a expresarse ellas mismas sistemáticamente como “víctimas”. Es decir, los “débiles y sufrientes” dejaron de ser noticia perturbadora, para pasar ellos mismos a ser generadores de contenidos perturbadores en los medios, lo cual se intensificó inconmensurablemente con la WEB 2.0, gracias a la cual el activismo adquirió la dimensión online, con las características formales de todo lo online, es decir, la instantaneidad y deslocalización.

 

§18. La dimensión online como sede de lo político o de lo perturbador e indignante

En la WEB 2.0 cualquiera pone contenidos perturbadores a circular mundialmente, lo que llegó al paroxismo con las redes sociales. En estas cualquier individuo o grupo de ellos puede recurrir a su “identidad” para perturbar a la comunidad presentándose como “víctima”, demandar solidaridad y, al mismo tiempo, demandar y generar indignación e ira contra los “victimarios”. Se trata del activismo identitario online, con el que las “guerras culturales” pasaron no solo a tener su ámbito permanente en la WEB, arrastrando a todos los demás medios,[50] sino a hacer de la WEB la verdadera dimensión de lo político, el verdadero “espacio” donde está “lo político”, es decir, desde donde se perturba a la comunidad y esta existe en su indignación de manera permanente. En tanto expresión de las víctimas permanentes (estructurales), los medios dan lugar a lo político, es decir, lo perturbador, permanente. Lo político deja de ser casual y fugaz y deviene permanente, llevando a que “la indignación siga a la indignación”.

 

§19. La actualización del pasado identitario y la indignación y el resentimiento presentes

Un efecto adicional del hecho de que todo evento haya sido recogido como contenido – ya sea sensorial o conceptual – de la WEB es que el evento es permanentemente reproducible, con lo que la “ofensa” pasada en realidad ya no se vuelve pasada, sino que se reactualiza indefinidamente. Así, el activismo identitario utiliza el evento “ofensivo” del pasado para cultivar la indignación y la ira que, en este recuperar constantemente el evento pasado, reactualizarlo, devienen en resentimiento, un resentimiento que lleva a la sed de venganza, la cual se presenta como la demanda de “retribución” o “reparación” por las “ofensas” del pasado. El pasado deviene actual de manera permanente[51] o, sí se prefiere, la “ofensa” actual es solo la extensión al presente de la “ofensa” pasada y también puede decirse que la ofensa del presente es la ofensa extendida hacia el pasado en el que psicológicamente no lo era. La psicología del presente se convierte en el rasero que suspende la psicología del pasado substituyéndola – por ejemplo, las mujeres del presente postulan como “ofensa” lo que las mujeres del pasado no experimentaron como tal –. Por eso se puede reescribir la historia como historia de los “oprimidos” u “ofendidos”, de las “víctimas” en su identidad estructuralmente “ofendida”, de tal manera que la “retribución” por el pasado deviene una forma de satisfacción a través de la venganza,[52] la cual se obtiene de diferentes maneras, en particular a través de la “discriminación positiva” en beneficio de las “minorías”.[53]

 

§20. La epistemología de las redes sociales y las guerras culturales

Hoy en día en el Occidente a) democrático y b) realmente heterogéneo, cientos de millones de personas pasan mucho tiempo perturbados permanentemente por la relación entre las víctimas y los victimarios (y los aliados de aquellas). El resultado del “condicionamiento psicológico” (McLuhan) del conjunto de la población por parte de la tecnología electro digital es una “psique pública” (McLuhan) pugnaz, indignada, constituida por las siguientes formas emotivas, que son verdaderas actitudes orientadoras en el mundo:

1) Las víctimas As: “furia contra los Bs”, o victimarios.

2) Los aliados de los As: “compasión por los As, indignación o furia contra los Bs + culpa por los As”.

3) “Furia de los Bs contra los As y sus aliados”, como respuesta de los Bs.

Asimétricamente, todo el mundo es presionado o persuadido de convertirse en una víctima identitaria A, o en un aliado de las víctimas A en contra de los victimarios, o bien en un B que tiene que defenderse él mismo de ser puesto permanentemente en la picota digital para ser “cancelado”.[54] El ataque y el contrataque defensivo permanentes devienen orientaciones cognitiva y de comportamiento asimétricas como “efecto” (McLuhan) de las redes sociales convertidas en armas de lucha identitaria. Las “guerras culturales” han devenido la “epistemología” (Postman) social actual y, con ella, la práctica de los medios sociales en la dimensión de lo político, es decir, de la indignación permanente que se retrotrae hasta el pasado y busca “retribución”.[55]

 

Conclusión

Democracia, heterogeneidad y medios eléctricos

¿El fin de la democracia?

§21. La polarización política no es otra cosa que las guerras culturales electro democráticas operando contra la democracia

En el Occidente todos estamos conectados con todos y la conexión omniabarcante es la “democracia” de la conexión – lo que para los optimistas tecnológicos occidentales es la cumbre de la democracia –. El resultado es la pugnacidad de las “victimas” y los “victimarios” devenida guerras culturales. Consecuentemente, las diferencias identitarias lejos de ser subliminales están presentes en la conciencia resaltada, barriendo con toda homogeneidad democrática, con todas las narrativas unitarias de la nación occidental ahora polarizada. Las guerras culturales se han convertido en el contenido mediático permanente, estructural, que constituye la polarización política permanente en el Occidente y que se expresó como tal especialmente en las últimas dos elecciones presidenciales norteamericanas. La polarización en tanto guerras culturales se ha convertido en el estado político actual permanente en el Occidente, deteriorando la democracia liberal porque lo que queda en el centro de la vida pública es la diferencia identitaria en vez de la igualdad formal de todos los ciudadanos, igualdad que es el presupuesto de la representación política electoral parlamentaria sin la cual no hay democracia liberal.[56]

 

§22. ¿Hacia el fin de la democracia?

Habiendo devenido un estado de polarización política permanente, las guerras culturales no tienen un fin a la vista simplemente porque en una 1) sociedad democrática y 2) heterogénea la beligerancia identitaria 3) es el “efecto” del entorno mediático actual en su conjunto. Eso significa que los temas de las guerras culturales se han convertido en a) el contenido de las redes sociales, en b) el asunto político permanente y c) lo último en un sentido supremo, es decir, tales asuntos “culturales” – identitarios – son lo que interesa a la comunidad perturbándola y anulando todos los otros temas, tales como los tradicionales de salarios, pensiones, asistencia médica, impuestos, etc. En el nuevo ecosistema mediático, los temas políticos tradicionales han devenido asuntos menores y efímeros frente a aquellos que llevan a explosiones exacerbadas de la identidad, las cuales en cada país occidental se han convertido en instantáneas y deslocalizadas, es decir, en principio son permanentemente posibles a partir de infinidad de detonadores. Cualquier cosa – una simple palabra, por ejemplo – puede ser presentada como “ofensa”[57] y, con ello, puede desatar instantáneamente, a la velocidad del tiempo real, confrontaciones identitarias, las cuales son inevitables porque las identidades no pueden ser negociadas ni depuestas. Con ello se afirman inflexiblemente las identidades diferenciales destruyendo toda igualdad formal la cual es el fundamento de la democracia representativa en tanto forma política. La e-democracia de las redes sociales, con su “condicionamiento psicológico” o “epistemología”, favorece y potencia a) el tipo de contenido mediático, b) la actitud mental o “psique social” y c) el tipo de comportamiento que son veneno puro para la democracia occidental. Lo cual demuestra una vez más que “el medio es lo que importa”.

 

Epílogo

La triada imposible de la estabilidad social

¿Hacia el autoritarismo electro digital de la inteligencia artificial?

§23 ¿La presión final de lo eléctrico sobre lo mecánico?

El resultado de nuestra exposición es lo que podríamos llamar la triada imposible de la estabilidad social en el mundo electro digital, consistente en que no se puede tener las tres cosas en el mismo país al mismo tiempo, democracia liberal, heterogeneidad social y medios electro-digitales, sin que se llegue a la polarización política,[58] sin que la estabilidad social esté amenazada a cada paso por “la indignación (furia) que sigue a la indignación (furia)”. Dado que ni la heterogeneidad social occidental ni tampoco los “medios eléctricos” pueden ser eliminados, lo que verdaderamente está amenazado es la democracia liberal, que en sí misma es una tecnología de acuerdo social del tipo mecánico.[59] Resulta entonces que la polarización política occidental es la presión más reciente de la “tecnología eléctrica” sobre la “tecnología mecánica”, la cual como decía McLuhan ya en 1964, está “ahora en retroceso”.[60] El retroceso de lo mecánicofrente alo eléctricoha tomado la forma destructiva de la democracia consistente en la polarización política. Una manera en la que la democracia liberal puede desaparecer, y al mismo tiempo puede cambiar la matriz mediática, profundizando la impronta social de “lo eléctrico”, es mediante el paso a un autoritarismo electro digital con base en la inteligencia artificial. En ese caso la matriz electro digital habría experimentado un desarrollo previsible y sería necesario determinar la correspondiente “epistemología de la inteligencia artificial” y seguir de cerca el desarrollo de la “cultura” que constituiría el “efecto” del “condicionamiento psicológico en los patrones” de la inteligencia artificial.

Bibliografía y abreviaturas

 

Notas
[1] Haidt tiene la ventaja de que ve la polarización explícitamente en relación con las redes sociales. Véase Haidt, Jonathan. “Why the past 10 years of American life have been uniquely stupid”, The Atlantic, https://www.theatlantic.com/magazine/archive/2022/05/social-media-democracy-trust-babel/629369/ y “Yes, Social Media Really Is Undermining Democracy”, The Atlantic, https://www.theatlantic.com/ideas/archive/2022/07/social-media-harm-facebook-meta-response/670975/ Aquí aparece una lista de autores preocupados por el futuro de la democracia: Illing, Sean. (2017). “If current trends continue for another 20 or 30 years, democracy will be toast.” Vox-Understand the News: https://www.vox.com/2017/10/13/16431502/america-democracy-decline-liberalism
[2] Véase: “(…) ‘el medio es lo que importa [the médium is the message]’ porque es el medio el que configura y controla las escala y la forma de la asociación y la acción humanas.” Marshall McLuhan, Understanding Media, ed. cit., p. 9. Es en esa idea marco que McLuhan se refiere al caso de “(…) el amplio procesamiento de la imprenta con su condicionamiento psicológico en los modos de la uniformidad y la repetitividad.” Ibidem, p.136. En esta referencia a la imprenta se trata de un caso especial de los “efectos psicológicos y sociales” Ibidem, p. 87s., 112, que tiene toda tecnología o medio, sea el que sea. McLuhan también se refiere a tal condicionamiento como el desarrollo de “patrones psicológicos” Ibidem, p. 143. De hecho, McLuhan sostiene que “[c]ada innovación es (…) corrosiva social y psicológicamente (…)” Ibidem, p. 250 para la sociedad que la antecede. Pero la idea central es que el cambio tecnológico, sea el que sea genera “cambios en la psicología social y humana” Ibidem, p. 19. McLuhan substituye con frecuencia “psicológico” por “psíquico”, por ejemplo: “Cualquier extensión, ya sea de la piel, la mano o el pie, afecta a la totalidad del complejo psíquico y social.” Ibidem, p. 4. Por ello nos dice que en su libro UM “[s]e estudia algunas de las extensiones [medios, tecnologías], juntamente con sus consecuencias psíquicas y sociales (…)” Idem. y no deja de señalar “[l]a vieja inconciencia sobre las consecuencias de los efectos psíquicos y sociales de los medios (…)” Ibidem, p. 11, sobre los “(…) los efectos de la tecnología en la formación y manifestación psíquica (…)” Ibidem, p. 16. En general, McLuhan se refiere la “operación de insertar la nueva tecnología en psique social.” Ibidem, p. 63. En realidad, en este texto el tema es que el cambio social que llevó a la polarización política contemporánea en Occidente pasa por elentrenamiento” electro digitalen patronesde la indignación y la pugnacidad identitaria sobre la base de la heterogeneidad social (cfr. Ibidem, p. 229). Todas las cursivas en las citas son nuestras a menos que mediane la abreviatura c. a. se indique que las cursivas son del autor del texto citado.
[3] Véase Ibidem, p. 229
[4] Véase Ibidem, p. 12, 354.
[5] Véase Ibidem, p. 55 y 63, respectivamente.
[6] Véase: “patrones de la experiencia”, “patrones de percepción”, “patrones de pensamiento y de valoración”, “patrones de organización”, “patrones de ajuste psíquico y social”, Ibidem, pp. 15, 18, 63, 91, 104.
[7] Postman se refiere a los “medios como epistemología” Postman, Neil. Amusing Ourselvesto to Death: Public Discourse in the Age of Show Business. ed. cit., p. 17, y para explicarlo dice que un medio tiene una “(…) manera [en la que] nos dirige para organizar nuestras mentes e integrar nuestra experiencia del mundo, se impone él mismo a nuestra conciencia y a nuestras instituciones en miríadas de formas.” Ibidem, p. 17. Así, “(…) la introducción de una tecnología en una cultura (…) no es meramente una extensión del poder del hombre (…) sino una transformación de su manera de pensar – y en consecuencia del contenido [lo que ocupa] de una cultura.” Ibidem, p. 13 Un medio, “[d]ada la manera en la que nos dirige para organizar nuestras mentes e integrar nuestra experiencia del mundo, se impone el mismo sobre nuestra conciencia y nuestras instituciones sociales en miríadas de maneras.” Ibidem, p. 18. Eso conlleva que el medio tenga un sesgo cognitivo el cual “(…) pesa sobre una cultura, siendo sentido, pero no visto (…)” Idem. Siguiendo explícitamente a McLuhan, Postman se remite a la “(…) idea de que la forma va a determinar la naturaleza del contenido.” Ibidem, p. 42. En otras palabras, se trata de la noción de “epistemología” – es decir, del poder de la tecnología –  como forma, marco o patrón de los pensamientos y las acciones puntuales, que serían el contenido de dicha forma. Por ello “(…) se puede agregar que toda epistemología es la epistemología de un estado del desarrollo de los medios.” Ibidem, p. 24. En síntesis, se puede decir que los medios “(…) favorecen hábitos cognitivos (…)” Ibidem, p. 27. Los “medios como epistemología”, en la conceptualidad de Postman, equivalen a “los patrones de los medios” Marshall McLuhan, Understanding Media, ed. cit., p. 199, en la conceptualidad de McLuhan.
[8] Sobre esto véase la discusión en la sección McLuhan y la dupla “compasión e ira”, en el texto Carrillo Canán, Alberto. “Atrapados entre la emotividad el razonamiento estratégico. La virtuosidad digital y el vaciamiento de la democracia”, en Reflexiones Marginales, 2022. https://reflexionesmarginales.com/blog/2022/03/27/atrapados-entre-la-emotividad-y-el-razonamiento-estrategico-la-virtuosidad-digital-y-el-vaciamiento-de-la-democracia/. Véase también la sección “El telégrafo y la crisis emotiva”, en Carrillo Canán, Alberto y Navarro, Mariano, “Haidt el “apocalíptico”, la democracia y las redes sociales. Parte 2: El choque estructural entre la democracia y el entorno eléctrico”, en Reflexiones Marginales, 2022, https://reflexionesmarginales.com/blog/2022/10/01/haidt-el-apocaliptico-la-democracia-y-las-redes-sociales-parte-2-el-choque-estructural-entre-la-democracia-y-el-entorno-electrico/.
[9] Postman habla de la “epistemología de X”, donde X es un medio, por ejemplo la tipografía, la TV. Sin embargo tal “epistemología” se corresponde siempre con una “cultura” cuyas ideas tienen la “forma” que está dada por el medio X (cfr. Postman, Neil. (2006). Amusing Ourselvesto to Death: Public Discourse in the Age of Show Business, ed. cit., p. 28). En otras palabras, la “epistemología del medio X” corresponde a la “cultura impulsada por el medio X” y, como quedará claro abajo, la indignación contra la ofensa es la cultura impulsada por los medios electro digitales – a partir del telégrafo –.
[10] En los hechos estamos experimentando una “epistemología del agravio” que tiene una intensidad que llega a la “obsesión con el agravio u ofensa”. Véase la nota de pie de página 54.
[11] Respecto del papel del activista ver el texto Carrillo Canán, Alberto y Navarro, Mariano, “El conflicto estructural entre la democracia y las redes sociales primera parte Haidt, el “apocalíptico”, la democracia y las redes sociales”, en Reflexiones Marginales, 2022, https://reflexionesmarginales.com/blog/2022/08/01/el-conflicto-estructural-entre-la-democracia-y-las-redes-sociales-primera-parte-haidt-el-apocaliptico-la-democracia-y-las-redes-sociales/, sección 1.2 Las cámaras de resonancia como elementos polarizantes. Los medios electro digitales son, como veremos, la verdadera dimensión de “lo político”, en la que el activista se mueve como pez en el agua y actualiza el “efecto” (McLuhan) “compasión e ira” de la matriz electro digital centrada en la WEB 2.0. Si bien más que una simple actitud vigilante, los activistas acusan claramente la “obsesión con el agravio” – véase la nota de pie de página 54 –, como “efecto” de los medios electro digitales (como se verá abajo) tal obsesión se convierte en una actitud de grupos enteros de la población.
[12] McLuhan utiliza el término técnico “involvement” Marshall McLuhan, Understanding Media, ed. cit., p. 9.
[13] Véase el segundo epígrafe a este texto, sobre los soldados británicos en Crimea.
[14] En nuestra aproximación kantiana a la mediología de McLuhan hemos desarrollado puntualmente la formalización de la “psique pública”, condicionada mediáticamente, de McLuhan, como la subjetividad de tipo cuasi kantiano de un conjunto de formas de la experiencia. Sobre esto véase en particular los capítulos 3, 7 y 13 de nuestro libro McLuhan y la subjetividad mediática trascendental. Las redes sociales y la decadencia de Occidente ed. cit. Por lo demás, es claro que estamos haciendo equivaler la “epistemología del medio X”, de Postman, a la “subjetividad” cuasi kantiana “condicionada” por el medio X, que es nuestra propia versión de la “psique social” de McLuhan condicionada técnicamente. Ver la nota 2 de este trabajo.
[15] Haidt sostiene que “[l]a diversidad es inherentemente divisiva.” Sin solución de continuidad Haidt refiere a un “experimento clásico en psicología social” que muestra que gente que en términos reales es totalmente homogénea llega a devenir psicológicamente heterogénea: “En un experimento clásico en psicología social Henry Tajfel creó grupos artificiales [puramente subjetivos] diciéndole a gente escogida al azar que había sobreestimado el número de puntos en una página, mientras a otra se les dijo que había subestimado dicho número. Después, sin siquiera haber hablado entre sí, la gente favoreció a los miembros de su grupo.” Haidt, Jonathan. “True Diversity Requires Generosity of Spirit”, The Hetorodox: Blog, https://heterodoxacademy.org/blog/true-diversity-requires-generosity-of-spirit/. Se trata de un caso contundente de la generación de heterogeneidad puramente psicológica. Otro experimento en el que una “diversidad” real totalmente superficial genera sin más una heterogeneidad psicológica efectiva es el referido por Amy Chua: “Casi seguramente el instinto humano de identificarse con un grupo está interconstruido en nosotros, y la evidencia experimental ha confirmado repetidamente qué tan temprano se presenta en la vida. En un estudio reciente, un equipo de investigadores en psicología asignó azarosamente niños de 4 a 6 años a un grupo rojo y a uno azul y les pidió que se pusieran playeras del color correspondiente. A continuación, se les mostró imágenes cumputacionales editadas de otros niños, de los cuales la mitad aparecieron usando playeras rojas y otra mitad playeras azules, y se investigó sus reacciones. A pesar de que no sabían absolutamente nada de los niños en las fotos, los sujetos reportaron consistentemente que gustaban más de los niños que parecían ser de su mismo grupo, escogiendo hipotéticamente darles más recursos, y desplegaron una preferencia subconsciente fuerte por ellos. Adicionalmente se les contó historias sobre los niños en las fotos, y los niños exhibieron una memoria distorsionada, tendiendo a recordar las acciones positivas de los miembros de su grupo y las acciones negativas de los miembros del otro grupo. ‘Sin contar con absolutamente ninguna información social’, concluyeron los científicos, ‘la percepción infantil de los otros niños ‘quedó totalmente distorsionada por la sola membresía a un grupo social.’” Chua, Amy. “Tribal World Group Identity Is All”, en Foreing Affairs, https://www.foreignaffairs.com/articles/world/2018-06-14/tribal-world?fa_anthology=1122622.
[16] Sin duda habrá quien señale que la China actual no es democrática, y sin discutir esto, lo cierto es que en China por encima de la miríada de situaciones en las que opera la diferencia sexual entre hombres y mujeres está la dimensión en la que ambos se sienten homogéneamente chinos. Eso mismo ocurre en la democrática Suiza, pero no es el caso en donde hay un poderoso movimiento feminista permanente que conlleva la diferencia psicológica aguda y permanente, por sobre muchas otras cosas comunes a ambos, entre hombres y mujeres, diferencia que se expresa teóricamente mediante la noción del “patriarcado sistémico” o “estructural” – ver abajo en el texto – y la lucha inflexible, sin cuartel, por la “paridad” o la “inclusión”, como ocurre en los EE – UU actuales y en otros países que siguen su ejemplo. Hace apenas unos meses el presidente Biden habló de la “necesidad” de establecer la “paridad de género” en la constitución norteamericana. De cualquier manera, en los EE – UU hay una fuerte división basada en el sexo. Véase, por ejemplo, Reeves Richard V. (2021). Congress Needs Gender Parity Quotas. Brookings. https://www.brookings.edu/opinions/congress-needs-gender-parity-quotas/.
[17] O muy probablemente partiendo de la ciudad de Ginebra, dadas las entusiastas loas a dicha su ciudad natal en Discours sur l’origine el les fundaments de l’inégalité parmi des hommes.
[18] Como lo formula C. Schmitt, según pensaba Rousseau, “(…) los asuntos políticos se resolverían ‘por sí solos’, gracias a un máximo de homogeneidad dada naturalmente o devenida históricamente. Ese es el estado ideal de una democracia, como lo presupone Rousseau en el ‘Contrat social’.” Schmitt, C. Verfassungslehre. Zehnte Auflage. ed. cit., p. 214. Como en este caso, en el que hay cursivas del autor del texto citado, nosotros enfatizamos subrayando.) Schmitt afirma que “[e]n la doctrina de Rousseau del ‘Contrat social’ la similitud completa [de los ciudadanos] es el verdadero fundamento de su Estado.” Ibidem, p. 229. Se trataría, entonces, del fundamento consistente en el “ser homogéneo de un pueblo” Ibidem, p. 235.
[19] Este señalamiento es importante porque la polarización política, que es nuestro tema, es, obviamente, una forma de la discordia entre los ciudadanos. Remitiendo a Rousseau, Schmitt plantea el problema como sigue: “Las cuestiones de finanzas no son cosa de la democracia. Las finanzas son algo peligroso para la democracia (…)”, y a continuación Schmitt cita a Rousseau: “Ce mot de finance es un mot d’esclave.” Schmitt, C. Volksentscheid und Volksbegehren: Ein Beitrag zur Auslegung der Weimarer Verfassung und zur Lehre von der unmittelbaren Demokratie. ed. cit., p. 79.iiu Ver Rousseau, J-J., Du contrat social, libro III, cap. 15. Según Schmitt “[l]a libertad democrática se acaba tan pronto se presenta el dinero.” Idem, nota de pie de página) Conviene mantener en la mente la idea del factor de discordia, sea el que sea, se trate de democracia o de otra forma de acuerdo social. Nótese que se puede dejar de lado si la interpretación que Schmitt hace de Rousseau es correcta o no, lo importante es la idea de que los intereses individuales divergentes minan la concordia, generan, precisamente, discordia. La “cuestión de las finanzas”, en una sociedad sin clases estamentarias se concentra, en última instancia, en la fuente profesional de los ingresos individuales y su magnitud, esa divergencia conlleva los intereses individuales divergentes y puede ser la fuente de discordia en tal sociedad sin clases de nacimiento. Ver más abajo.
[20] Sobre este proceso ver, por ejemplo, Schmitt, Schmitt, C. Verfassungslehre. Zehnte Auflage. ed. cit., p. 243. Por supuesto, la idea des Schmitt sigue siendo que “(…) la democracia descansa en el presupuesto de una homogeneidad y una unidad totales.” Ibidem, p. 294. Schmitt es un tanto más preciso: si es que hay “especificidades” en una democracia, entonces se trata de “(…) especificidades y diferencias que no son esenciales (…)” Idem. Aquí podemos preguntarnos en particular, y eso es central, cuándo, en qué condiciones, es que la diferencia de sexo entre hombres y mujeres puede devenir o realmente deviene “esencial”.
[21] Por supuesto, la democracia no fue universal durante mucho tiempo, de tal manera que en la Francia democrática pasó bastante tiempo para que las mujeres tuvieran derecho al sufragio. Análogamente las poblaciones coloniales tampoco fueron reconocidas como ciudadanía de los respectivos países coloniales, de tal manera que, por ejemplo, en Argelia, los colonos sí eran ciudadanos franceses, pero los indígenas solo eran “sujetos” franceses, careciendo del derecho al voto. A pesar del desarrollo de diversas formas democráticas en las metrópolis, en todas las colonias los indígenas, eran más bien “súbditos” de algo o de alguien, lo que pasaba por no ser ciudadanos con derechos democráticos. Eso era la expresión más clara de la heterogeneidad real muy presente en la conciencia de todos, de la heterogeneidad entre los colonos y los colonizados, la cual abarcaba lo étnico, lo religioso, lo lingüístico, lo cultual en general.
[22] Véase Marshall McLuhan, Understanding Media, ed. cit., p. 91, McLuhan desarrolla esto en particular en relación con los códigos legales, tipográficos, y los ejércitos de ciudadanos – no de clase aristocrática – alrededor de la nación francesa. Véase Ibidem, p. 14, 100, 107. Así, McLuhan dice que “(…) fue la palabra impresa la que, habiendo alcanzado la saturación cultural en el siglo XVIII, había homogeneizado a la nación francesa. Los franceses eran el mismo tipo de gente del norte al sur. Los principios tipográficos de la uniformidad, la continuidad y la linealidad había recubierto las complejidades de la vieja sociedad oral y feudal.” Idem Aquí asomó el asunto tecnológico que trataremos abajo, pero lo cierto es que entre la guillotina y la imprenta se formó real y psicológicamente el pueblo francés homogéneo sin clases heredadas y con la misma “mente tipográfica” (Postman).
[23] McLuhan parte de que en Occidente la reconfiguración psíquica producto de la tecnología es un resultado “subliminal” Ibidem, p. 20, parte de que ocurre una “aceptación subliminal y dócil del impacto de los medios” Idem, tratándose con dicho “efecto” de una “vida subliminal, privada y social” Ibidem, p. 47. Se trata de que “[l]os efectos de la tecnología no ocurren al nivel de las opiniones ni los conceptos (…)”, pero lo suceden “constantemente y sin resistencia alguna” Ibidem, p. 18. Es decir, en Occidente, la reconfiguración psíquica efecto del cambio tecnológico es inconsciente. Que eso es propio de Occidente solamente es otro gran tema de la mediología mcluhaniana, y aquí nos conformamos con referir a la historia de Tsu-Gung relatada por McLuhan Ibidem, p. 63 iv-viii. Por lo que hace a Postman, este nos dice que “(…) el sesgo [la psique, McLuhan] de un medio cala hondo en una cultura, es sentido, pero no visto (…)” Postman, Neil. Amusing Ourselvesto to Death: Public Discourse in the Age of Show Business, ed. cit., p. 18.
[24] Véase: “El alfabeto, una vez empujado a un elevado grado de intensidad visual abstracta, devino tipografía.” Marshall McLuhan, Understanding Media, ed. cit., p. 23.
[25] Véase Ibidem, p. 136.
[26] Véase Ibidem, p. 167.
[27] Véase Ibidem, p. 221.
[28] Véase Ibidem, p. 8. y 223.
[29] Véase Ibidem, p. 146.
[30] Véase Ibidem, p. 221.
[31] Véase Idem.
[32] McLuhan habla explícitamente de “la línea de montaje y la cultura estandarizada” Ibidem, p. 222, o bien la “cultura homogeneizada” Ibidem, p. 17.
[33] Sobre este asunto véase Carrillo Canán, Alberto. “Mcluhan, Hegel, el automóvil y la identidad ¿Por qué la democracia está condenada?” en Reflexiones Marginales, 2022. https://reflexionesmarginales.com/blog/2022/05/25/mcluhan-hegel-el-automovil-y-la-identidad-por-que-la-democracia-esta-condenada/. Postman habla de la “epistemología basada en la imprenta” Postman, Neil. Amusing Ourselvesto to Death: Public Discourse in the Age of Show Business, ed. cit., p. 24, 27, así como de la “cultura de la imprenta” Ibidem, p. 26 y de la “mente tipográfica” (Ibidem, p. 44, título); esta es justamente la “psique pública” tipográfica en el caso de McLuhan.
[34] Marshall McLuhan, Understanding Media, ed. cit., p. 222
[35] Idem.
[36] Notablemente, McLuhan agrega todavía que “[e]l ingreso más alto no puede liberar al norteamericano de su vida de ‘clase media’ (…)” Ibidem, p. 222, lo cual apunta a que ni el más acaudalado de los millonarios deviene un noble, sino que, ante la ley, formalmente, no tiene ningún “privilegio” de nacimiento y sigue siendo un desclasado, como todos los demás.
[37] Los medios o tecnologías de organización económica “salario”, “renta”, “dividendo”, entre otros, tienen como “epistemología” o “condicionamiento psicológico” la actitud del individuo desclasado resumida en el concepto de “ingreso”. En primer lugar, son categorías para la autocomprensión de los desclasados de la sociedad sin clases estamentarias como individuos “libres”, sin clase social.
[38] Como ejemplos inmediatos que ayudan a introducir la idea, piénsese en el analfabeto o en el niño que en la escuela o en el deporte no tiene el uniforme que llevan los demás.
[39] Con esos principios se trata de actitudes generales, envolventes, que guían el pensamiento y la acción: “Para comprender tales efectos [de los medios como formas cognitivas y de conducta], es necesario considerar la alfabetización como una tecnología tipográfica, aplicada no solamente a la racionalización de procesos enteros de producción y mercadeo sino también a la ley, la educación y también a la planeación urbana. Hace mucho que los principios de continuidad, uniformidad y repetibilidad derivados de la tecnología tipográfica (…) permearon cada fase de la vida comunal. En esas áreas un infante aprende la [forma de la] alfabetización del tráfico y de la calle, de todo coche, juguete y ropa. Aprender a leer y a escribir es una faceta menor de la alfabetización en los entornos uniformes y continuos del mundo angloparlante.” Marshall McLuhan, Understanding Media, ed. cit., p. 300.
[40] Véase: “Si el criminal aparece como un inconformista que es incapaz de cumplir con la demanda de la tecnología [mecánica, es decir, alfabética, tipográfica] de que tenemos que comportarnos en patrones uniformes y continuos, el hombre alfabético es muy inclinado a ver a otros que no puedes ser conformes como patéticos en cierto modo. Especialmente el niño, el lisiado, la mujer y la persona de color aparecen en un mundo de tecnología visual y tipográfica [es decir, para la ‘mente tipográfica’ (Postman)] como víctimas de una injusticia.” Ibidem, p. 17. Todo mundo o cultura tipográfico es uno donde el “condicionamiento psicológico” (McLuhan), la “epistemología” (Postman) “efecto” de la tecnología mecánica, es uno de homogeneidad y uniformidad, es decir, que requiere de los individuos conformidad para el mero uso de la tecnología (por ejemplo, manejar un auto, un arma de fuego, etc.) y para la convivencia en general, por ejemplo, respetando los horarios, las uniformidades de todo tipo. Sin embargo, en la “cultura estandarizada” Ibidem, p. 222, se pierde la “(…) expectativa de que [cada uno de los no conformes] quepa en algún nicho uniforme y repetible que de todos modos no es de su tamaño.” Ibidem, p. 17. Por ello, los no conformes resultan “patéticos”, “dignos de lástima”. Son tan patéticos como los analfabetos.
[41] Es tan perturbadora como una diagonal en un campo de paralelas, por ejemplo, o como una elevación sin razón alguna en una carretera que atraviesa un terreno plano.
[42] Véase Glover, Julian. “What are structural, institutional and systemic racism?” ABC 7 News. https://abc7news.com/systemic-racism-definition-structural-institutionalized-what-is/6292530/
[43] Se trata de un resultado del choque entre la presión tecnológica de la estandarización – homogeneización –, con su ideal de la uniformidad, por un lado y, por otro, la realidad de la heterogeneidad. Los programas de “integración racial” y de la “integración de los sexos” se basan en el ideal de la “erradicación [real o social] de las diferencias, tanto en el sexo como en la raza, y en el espacio y el tiempo” Marshall McLuhan, Understanding Media, ed. cit., p. 316. McLuhan sostiene que “[l]a totalidad de la aproximación a estos problemas en términos de uniformidad y de homogeneización social es una presión final de la tecnología mecánica e industrial.” Idem.
[44] Aquí adoptamos la terminología de la “rueda” o los “ejes” del privilegio y la opresión. En este primer caso aparecen diferencias – “ejes” – tan llamativas en el recuento como la dualidad “atractivo – no atractivo” o bien “fértil – infértil”, todo encabezado por los términos “privilegio”, “dominación”, “opresión”, Illing, Sean. “If current trends continue for another 20 or 30 years, democracy will be toast.” Vox-Understand the News: https://www.vox.com/2017/10/13/16431502/america-democracy-decline-liberalism. En este segundo caso la rueda aparece con “pirámides” de opresión Duckworth, Sylvia. Wheel-of-Power-Privilege, en Sdpride.org, https://sdpride.org/wp-content/uploads/2022/11/Wheel-of-Power-Privilege-Sylvia-Duckworth.pdf. En el tercer caso se habla de la “telaraña de la opresión” y de la “rueda del poder y el privilegio,  Vanderwoerd, James R. Wheel of Privilege and Power, en Center for Teaching, Learning & Mentoring (CTLM) kb.wisc.edu, https://kb.wisc.edu/instructional-resources/page.php?id=119380. En los dos últimos casos aparecen lo que Saad, Gad. I Am a Gay Man and I’m Proud of It (THE SAAD TRUTH_1506), youtube.com, https://www.youtube.com/watch?v=1Me_Ijf90OY llama las “pirámides de la victimología”, solo que eso se justifica si en el centro se pone a las “víctimas” más “víctimas”, invirtiendo los casos Duckworth, Sylvia. 2022. Wheel-of-Power-Privilege, en Sdpride.org, https://sdpride.org/wp-content/uploads/2022/11/Wheel-of-Power-Privilege-Sylvia-Duckworth.pdf y Vanderwoerd, James R. (2022). Wheel of Privilege and Power, en Center for Teaching, Learning & Mentoring (CTLM) kb.wisc.edu, https://kb.wisc.edu/instructional-resources/page.php?id=119380. Véase Saad, Gad. (2023). I Am a Gay Man and I’m Proud of It (THE SAAD TRUTH_1506), youtube.com, https://www.youtube.com/watch?v=1Me_Ijf90OY.
[45] Surge la posibilidad, como se dice en el segundo epígrafe a este texto, de que “la ira siga a la ira”.
[46] Véase: “Lo eléctrico da voces poderosas a los débiles y sufrientes (…). La gente deviene instantánea en su respuesta de compasión o furia (…)” Marshall McLuhan, Understanding Media, ed. cit., p. 253s. Como se indicó atrás, esto lo hemos discutido con detalle en particular en la sección inicial del texto Carrillo Canán, Alberto. “Atrapados entre la emotividad el razonamiento estratégico. La virtuosidad digital y el vaciamiento de la democracia”, en Reflexiones Marginales, 2022. https://reflexionesmarginales.com/blog/2022/03/27/atrapados-entre-la-emotividad-y-el-razonamiento-estrategico-la-virtuosidad-digital-y-el-vaciamiento-de-la-democracia/. Un aspecto a tomar en cuenta es que el tiempo real de los medios electro digitales generan emociones y reacciones, respuestas, como dice McLuhan en el segundo epígrafe, de manera “instantánea”, fuera de toda reflexión, lo cual es básico para la polarización y la exclusión de la negociación. Sobre esto ver los textos Carrillo Canán, Alberto. “Atrapados entre la emotividad el razonamiento estratégico. La virtuosidad digital y el vaciamiento de la democracia”, en Reflexiones Marginales, 2022. https://reflexionesmarginales.com/blog/2022/03/27/atrapados-entre-la-emotividad-y-el-razonamiento-estrategico-la-virtuosidad-digital-y-el-vaciamiento-de-la-democracia/, Carrillo Canán, Alberto y Navarro, Mariano, “El conflicto estructural entre la democracia y las redes sociales primera parte Haidt, el “apocalíptico”, la democracia y las redes sociales”, en Reflexiones Marginales, 2022, https://reflexionesmarginales.com/blog/2022/08/01/el-conflicto-estructural-entre-la-democracia-y-las-redes-sociales-primera-parte-haidt-el-apocaliptico-la-democracia-y-las-redes-sociales/, Carrillo Canán, Alberto y Navarro, Mariano,“ Haidt el “apocalíptico”, la democracia y las redes sociales. Parte 2: El choque estructural entre la democracia y el entorno eléctrico”, en Reflexiones Marginales, 2022, https://reflexionesmarginales.com/blog/2022/10/01/haidt-el-apocaliptico-la-democracia-y-las-redes-sociales-parte-2-el-choque-estructural-entre-la-democracia-y-el-entorno-electrico/ y Carrillo Canán, Alberto y Navarro, Mariano, “Haidt el “apocalíptico”, la democracia y las redes sociales. parte 3: el choque estructural entre la democracia y el entorno digital”, en Reflexiones Marginales, 2022, https://reflexionesmarginales.com/blog/2022/10/01/haidt-el-apocaliptico-la-democracia-y-las-redes-sociales-parte-3-el-choque-estructural-entre-la-democracia-y-el-entorno-digital/. Por su parte Haidt dice que “(…) la indignación es la clave de la viralización (…)” Haidt, Jonathan. “Why the past 10 years of American life have been uniquely stupid”, The Atlantic, https://www.theatlantic.com/magazine/archive/2022/05/social-media-democracy-trust-babel/629369/. Nosotros siguiendo a McLuhan cuando dice que la gallina fue una idea del huevo para que hubiera más huevos (cfr. Marshall McLuhan, Understanding Media, ed. cit., p. 12), diríamos que se trata de una relación recíproca según la cual la viralización permite que se intensifique la indignación, es decir, el medio funciona como condición de posibilidad del temple devenid “pisque social” o “epistemología”.
[47] Los medios de comunicación eléctricos – los que funcionan a la velocidad de la luz – tienen la inmediatez del rumor, del chisme, les interesa lo actual, lo perturbador, a lo que McLuhan también llama el “área turbia” Ibidem, p. 214, el “lado sórdido. Las verdaderas noticias son las malas noticias – malas noticias sobre alguien o malas noticias para alguien.” Ibidem, p. 205. En este asunto los medios eléctricos retoman una característica de la oralidad comunitaria, con su sesgo de alarma: estamos diseñados para que lo alarmante, lo preocupante, lo sórdido, lo negativo, nos resulte de interés inmediato porque tal interés por lo negativo es cuestión de supervivencia. De lo bueno nadie sale lastimado, pero lo negativo puede ser muy peligroso, de ahí que tenemos interconstruido el sesgo de alarma como el interés inmediato por las “malas noticias”.
[48] Conviene señalar que el activista identitario es una subclase del grupo más amplio de los activistas por la “justicia social” – que incluye hasta a la ecología –, a saber, los llamados “guerreros por la justicia social” (SJW). Este grupo más amplio de activistas sociales también recoge la “injusticia” consistente en ser vagabundo, pobre, desempleado, entre otros rasgos de “opresión” o “marginalización”. Estos, el vagabundo, el pobre, el desempleado, etc. no son “víctimas” esenciales, identitarias, porque su situación no es de origen ni terminal, como la de ser mujer o negro o minoría religiosa; tales “víctimas” pueden cambiar su estatus y llegar al “privilegio” de tener trabajo, de volverse adinerados, de ser propietarios de una vivienda, etc. Sin embargo, también a tales “víctimas” los medios electro digitales pueden “darles voces poderosas” y con ello pueden llegar a generar compasión e indignación, en particular contra el “victimario” mayor, general, “el sistema”.
[49] Sobre el problema de la “descentralización” y los “medios eléctricos” según McLuhan ver Carrillo Canán, Alberto y Navarro, Mariano, “Haidt el “apocalíptico”, la democracia y las redes sociales. parte 3: el choque estructural entre la democracia y el entorno digital”, en Reflexiones Marginales, 2022, https://reflexionesmarginales.com/blog/2022/10/01/haidt-el-apocaliptico-la-democracia-y-las-redes-sociales-parte-3-el-choque-estructural-entre-la-democracia-y-el-entorno-digital/. En nuestro contexto lo que interesa es la relación evidente entre la descentralización electro digital y la expresión de los grupos identitarios en las “cámaras de resonancia” correspondientes. No confundir las cajas de resonancia, como simples magnificadores de un contenido mediático en la conciencia pública, por un lado, y las cámaras de resonancia electro digitales como compartimentos estancos donde solo circulan los contenidos deseados por los grupos identitarios – o simplemente ideológicos tradicionales –, de tal manera que no hay comunicación entre ellas.
[50] Sobre los activistas de las redes sociales arrastrando tras de sí a la matriz mediática comunicativa en su conjunto ver Carrillo Canán, Alberto y Navarro, Mariano, “El conflicto estructural entre la democracia y las redes sociales primera parte Haidt, el “apocalíptico”, la democracia y las redes sociales”, en Reflexiones Marginales, 2022, https://reflexionesmarginales.com/blog/2022/08/01/el-conflicto-estructural-entre-la-democracia-y-las-redes-sociales-primera-parte-haidt-el-apocaliptico-la-democracia-y-las-redes-sociales/
[51] V. Flusser se refiere al hecho general de que la historia ya no fluye hacia un pasado cada vez más lejano sino de que los medios electro-digitales, “imágenes técnicas” llama él a los contenidos comunicativos de tales medios, funcionan como una “represas de la historia” que, justamente, detienen el flujo histórico Flusser, Vilém. Ins Universum der technischen Bilder, ed. cit., p. 23, 62. Lo anterior remite a lo que McLuhan llama la “ahoridad omniabarcante” Marshall McLuhan, Understanding Media, ed. cit., p. 335, y también llama el “vivi[r] míticamente” Ibidem, p. 4, lo cual es formalmente cierto porque el tiempo no fluye y el peso del evento pasado se mantiene íntegramente, es actual, tan actual como, digamos, el “sacrificio de Cristo”.
[52] El pasado es rescatado “míticamente” (McLuhan, Flusser), actualizado; eso es característico de los medios audiovisuales y también puede ser cultivado discursivamente, para eso la “ofensa” tiene que ser permanente, no puede ser fugaz, lo cual lo cual pasa cuando el individuo ofendido tiene una existencia y continuidad transindividual, en el tiempo, porque no es visto como simple individuo sino como representante de grupo o “tribu” identitario. La ofensa al individuo es, entonces, ofensa al grupo y es actual mientras exista el grupo y este la recuerde, según veremos. Este nivel, de la ofensa reactualizada cuasi ritualmente por la tribu identitaria, es aquel en el que la indignación se transforma sistemáticamente en resentimiento, como también veremos abajo. Todo grupo con continuidad en el tiempo tiene un mito identitario que hay que reactualizar en rituales o simbolismos de uno u otro tipo. De hecho, incluso las naciones modernas tienen esos “mitos” fundacionales en cuya reactualización actualizan la conciencia del grupo como tal. La tribu ofendida, vencida, al contrario de la tribu ofensora o triunfante, tiene “mitos” en los que cultiva no el orgullo de sí sino su resentimiento contra otros grupos. Todo esto remite, de múltiples maneras, al Proyecto 1619, lanzado en agosto de 2019 por el NYT, el cual de proyecto documental historiográfico se convirtió en el proyecto político de reescribir la historia norteamericana como historia del “racismo desde el inicio esclavista”. Véase Lozada, Carlos. (2021). The 1619 Project started as history. Now it’s also a political program. From magazine to book, the authors are rethinking their message (Reseña), The Whashington Post: Democracy Dies in Darkness. https://www.washingtonpost.com/outlook/2021/11/19/1619-project-book-history/.
[53] El término “minoría” en realidad es puramente formal ya que el contingente más numeroso de las “víctimas” “estructurales” y “sistémicas” y, por tanto, permanentes, es el de las mujeres, las cuales casi en todos los países son la mayoría de la población. Entonces “minoría” debe ser tomado primeramente como una manera de decir “marginales”, “excluidos”, “oprimidos”, al margen del tamaño absoluto del grupo identitario de que se trate.
[54] La “epistemología del agravio” conduce a la “cultura de la cancelación” por la vía de la “cultura de la denuncia” Haidt, Jonathan. “Why the past 10 years of American life have been uniquely stupid”, The Atlantic, https://www.theatlantic.com/magazine/archive/2022/05/social-media-democracy-trust-babel/629369/.
[55] Hay una cierta tendencia a igualar formalmente a la indignación de los Bs (los “victimarios”) con la indignación de los As (las “victimas”) y sus aliados. Haidt mismo tiende fuertemente a esto (ver Haidt, Jonathan. “Why the past 10 years of American life have been uniquely stupid”, The Atlantic, https://www.theatlantic.com/magazine/archive/2022/05/social-media-democracy-trust-babel/629369/ y otros textos). Sin embargo, hay quien ve las cosas de otra manera. Por lo menos por lo pronto, las “victimas” llevarían la delantera. Ver West, Ed. “The West’s cultural revolution is over The return of censorship, speech codes and taboos suggests society returning to normal”, en UnHerd, https://unherd.com/2021/07/the-wests-cultural-revolution-is-over/. En realidad el que términos como “cultura de la ofensa”, “cultura de la denuncia”, “cultura de la cancelación” sean moneda corriente hoy en día indica la “cultura de lo eléctrico” (McLuhan), es decir, la  “epistemología de los medios electro-digitales” (Postman) es en realidad la cultura del victimismo.
[56] En su texto Haidt, Jonathan. “Why the past 10 years of American life have been uniquely stupid”, The Atlantic, https://www.theatlantic.com/magazine/archive/2022/05/social-media-democracy-trust-babel/629369/ Haidt aporta documentación muy significativa sobre la polarización a partir de la figura de las “víctimas” identitarias. Tal vez entre los textos más impactantes están los siguientes cuatro: 1) Taibbi Matt (2020). The American Press Is Destroying Itself. A flurry of newsroom revolts has transformed the American press, en https://taibbi.substack.com/p/the-news-media-is-destroying-itself?utm_campaign=post&utm_medium=email&utm_source=email, 2) Lewis, Helen. “How Capitalism Drives Cancel Culture”, The Atlantic, https://www.theatlantic.com/international/archive/2020/07/cancel-culture-and-problem-woke-capitalism/614086/, 3) Grim Ryan, “Elephant In The Zoom: Meltdowns Have Brought Progressive Advocacy Groups to a Standstill at a Critical Moment in World History”, en The Intercept_, https://theintercept.com/2022/06/13/progressive-organizing-infighting-callout-culture/ y 4) Vargas, Israel “How did American “wokeness” jump from elite schools to everyday life?”, en The Economist, https://www.economist.com/briefing/2021/09/04/how-did-american-wokeness-jump-from-elite-schools-to-everyday-life.
[57] Véase: “La estudiante (…) se ofendió por el uso de la palabra ‘molde’ por parte de la decana y publicó el correo [de la decana] en Facebook. La respuesta fue explosiva. Protestas, huelgas de hambre, demandas para entrenamientos en sensibilidad obligatorios en la facultad y para que la decana se disculpara y renunciara.” Haidt, “True Diversity Requires Generosity of Spirit”, The Hetorodox: Blog, https://heterodoxacademy.org/blog/true-diversity-requires-generosity-of-spirit/. De la misma manera: “Profesor suspendido por decir una palabra china que en inglés suena como insulto racial.” Flaherty, Colleen. “Failure to Communicate”, en IHE Inside High Ed, https://www.insidehighered.com/news/2020/09/08/professor-suspended-saying-chinese-word-sounds-english-slur. Un caso interesante de la “cultura de la ofensa” es el temor a que el mérito pueda resultar “ofensivo” para los que carecen de él, por lo que en establecimientos educativos de Virginia se decidió no dar los reconocimientos nacionales a estudiantes destacados. Váse Yamada, Haley. “Investigation launched into top-ranked high schools accused of withholding student’s national merit awards”, en GMA, https://www.goodmorningamerica.com/news/story/investigation-launched-top-ranked-high-schools-accused-withholding-96158868. Pero de hecho la “epistemología del agravio” llega al grado “obsesión”: “¿Qué tan impresionantemente destructivos son los activistas progresistas obsesionados con la ofensa? Es algo tan negativo que incluso Bernie Sanders instruyó a su campaña presidencial que dejara de contratarlos, ya que creaban más problemas que los que resolvían.” (c. a.) Ver Geraghty, Jim. “The Progressive Grievance Parade”, en National Review, https://www.nationalreview.com/the-morning-jolt/the-progressive-grievance-parade/. Sobre el choque de de identidades “minoritarias” entre sí y la pérdida de funcionalidad de las organizaciones con cuotas identitarias véase también, Grim Ryan, The Intercept, https://theintercept.com/2022/06/13/progressive-organizing-infighting-callout-culture/
[58] Esta puede ser llamada la hipótesis triádica de Carrillo Canán sobre la estabilidad política. Agradezco a mi amigo Luis Fernando Barrera la analogía de mi tesis con la “Trinidad imposible” del “trilema monetario”, otro caso en el que no se puede tener tres cosas al mismo tiempo: https://es.wikipedia.org/wiki/Trinidad_imposible
[59] Sobre esto véase Carrillo Canán, Alberto. “Atrapados entre la emotividad el razonamiento estratégico. La virtuosidad digital y el vaciamiento de la democracia”, en Reflexiones Marginales, 2022. https://reflexionesmarginales.com/blog/2022/03/27/atrapados-entre-la-emotividad-y-el-razonamiento-estrategico-la-virtuosidad-digital-y-el-vaciamiento-de-la-democracia/, Carrillo Canán, Alberto y Navarro, Mariano, “El conflicto estructural entre la democracia y las redes sociales primera parte Haidt, el “apocalíptico”, la democracia y las redes sociales”, en Reflexiones Marginales, 2022, https://reflexionesmarginales.com/blog/2022/08/01/el-conflicto-estructural-entre-la-democracia-y-las-redes-sociales-primera-parte-haidt-el-apocaliptico-la-democracia-y-las-redes-sociales/, Carrillo Canán, Alberto y Navarro, Mariano,“ Haidt el “apocalíptico”, la democracia y las redes sociales. Parte 2: El choque estructural entre la democracia y el entorno eléctrico”, en Reflexiones Marginales, 2022, https://reflexionesmarginales.com/blog/2022/10/01/haidt-el-apocaliptico-la-democracia-y-las-redes-sociales-parte-2-el-choque-estructural-entre-la-democracia-y-el-entorno-electrico/ y Carrillo Canán, Alberto y Navarro, Mariano, “Haidt el “apocalíptico”, la democracia y las redes sociales. parte 3: el choque estructural entre la democracia y el entorno digital”, en Reflexiones Marginales, 2022, https://reflexionesmarginales.com/blog/2022/10/01/haidt-el-apocaliptico-la-democracia-y-las-redes-sociales-parte-3-el-choque-estructural-entre-la-democracia-y-el-entorno-digital/.
[60] Marshall, Understanding Media, ed. cit., p. 4.